Todos sabemos de la necesidad,
cuando estamos entrenando y compitiendo, de descansar para poder
recuperar y todo lo que llevamos en el cuerpo y en las piernas.
Cuando estamos preparando una competición, necesitamos días más
tranquilos o incluso de reposo absoluto para asimilar todos los
entrenamientos que llevamos hechos. Cuando llevamos varios fines de
semana seguidos compitiendo, conviene tomarse un respiro y dejar
alguno sin colgarnos un dorsal. Incluso, a nivel profesional, cuando
nos vamos a afrontar al reto de competir durante 21 días seguidos,
es interesante dejar, entre algunas etapas, un día donde nos
olvidemos de la tensión y los esfuerzos de la competición. En este
punto es donde se encuentran los ciclistas de la Vuelta a España.
Hoy martes se celebra el segundo día de descanso de la ronda
española, un buen momento para intentar analizar cómo han sido,
hasta ahora, los días de competición de la prueba por etapas más
importante de nuestro país, y una de las tres más importantes a
nivel mundial junto al Tour de Francia y al Giro de Italia. Y, sobre
todo, creo que sería muy interesante valorar dos de los
acontecimientos más extraños que han sucedido en el pelotón, como
han sido la llegada a más de media hora del pelotón hace unos días,
y la repesca de más de 90 ciclistas que llegaron fuera de control,
entre ellos, el Sky al completo, a excepción de su jefe de filas,
Crhis Froome. Un par de situaciones que, desde luego, nos deberían
hacernos reflexionar acerca de varios temas y, desde luego, que se
deberían evitar en el futuro.
Debo reconocer que me está
llamando bastante la atención cómo los principales favoritos están
compitiendo en esta Vuelta a España. Contador, que a priori era el
principal favorito, pues seguramente, de todos ellos, era el que
llegaba, en teoría, más fresco a la competición, ha demostrado
que, a pesar de no ser el mismo Alberto de hace unos pocos de años y
tras la caída que tuvo a inicios de Vuelta, algo que posiblemente le
afectara mucho más que su estado de forma, sigue teniendo una clase
impresionante como ciclista, demostrándolo cuando, a pesar de no
tener piernas suficientes para enfrentarse a otros ciclistas, intenta
mover el pelotón y dejarse ver con cambios de ritmo. Por desgracia
para los que somos admiradores de Alberto como ciclista, esta vez no
estamos viendo esos ataques tan fuertes, cuando veíamos a le veíamos
de pie, bailando la bici muy alegremente y con su típica cadencia de
pedaleo. Pero creo que estamos viendo una versión de Contador
tirando de clase. Eso sí, creo que ya debería empezar, como poco, a
pensar en otras pruebas de menor importancia y donde las exigencias y
la presión no sean tan altas como puede ser en una gran vuelta,
aunque, siendo sinceros, me parece que ha llegado el momento de
empezar a plantearse (o mejor dicho, de retomar la idea, pues no
olvidemos que en su día y lo dejó caer) la retirada del ciclismo al
más alto nivel. Creo que Alberto como profesional ya ha ganado todo
lo que podía ganar, y, cuando has estado a semejante nivel, siendo
el foco de atención de todos los aficionados durante tantos años,
creo que es mejor retirarse cuando aun la gente re recuerda como un
ganador, no dentro de unos años, cuando Alberto habrá pasado a ser
aquel ciclista que en su día ganó todo, pero que fue eso, en su
día, y ya no se le vea como el ganador que ha sido.
Chris Froome, a pesar de haber
logrado vencer en Peña Cabarga, creo que tampoco está en su mejor
momento si lo comparamos con el Tour de Francia. Le hemos visto pasar
algún que otro apuro, algo que tampoco está mal en el aspecto de
que, a pesar de lo demostrado en la ronda gala, el británico del Sky
también es humano, sufre como todo los participantes y, al igual que
ellos, también tiene días donde no será capaz de encontrar el
golpe de pedal adecuado para lograr, en esta ocasión, el maillot
rojo que distingue al líder de la Vuelta a España. Aun tiene la
última semana y, entre las etapas, una crono, para dar guerra y
arañar segundos, por lo que de aquí al domingo pueden pasar muchas
cosas. ¿Lograr la victoria? Personalmente, ahora mismo lo veo
complicado. Si bien durante la disputa del Tour Nairo no estaba para
ganar a Froome, creo que ahora mismo está siendo muy superior a él.
Estamos viendo a un Quintana que, primero, está atacando, algo que
no vimos en una edición de la ronda francesa donde solo le vimos a
rueda del británico, y por otro, o yo por lo menos lo creo así,
creo que va mucho más suelto sobre la bici si lo comparamos con
Chris Froome. Creo que Nairo, salvo que cambie mucho la cosa, es el
favorito para ganar la Vuelta. Está demostrando donde tiene que
hacerlo, en la carretera, que es un candidato indiscutible para
hacerlo. Reconozco que, a pesar de tenerlo entre los candidatos para
vencer, tenía con varios puntos por encima tanto a Froome como a
Contador, aunque la realidad es que ambos no están en su mejor
momento y Nairo está demostrando que, por lo menos hasta ahora, está
siendo mejor que ellos en la carretera.
¿Y qué pasa con Valverde? La
verdad, creo que tiene mucho mérito lo que está haciendo. Ha
corrido el Giro, el Tour y está afrontando ya la última semana de
la Vuelta, y por si fuera poco, de por medio estuvo en los Juegos
Olímpicos de Rio. Es cierto que el otro día le vimos fallar y
perder más de diez minutos en meta, pero creo que debemos valorar la
situación del murciano de Movistar. Desde el inicio del Giro a
acumulado muchos días de competición, encima a un gran nivel
competitivo. Es más, para mi gusto, creo que al Tour llegó con
mejores piernas que Nairo. Sin embargo, da igual que seamos
profesionales o que tengamos un organismo privilegiado como el de mi
tocayo, al final el cuerpo tiene un límite de esfuerzos. A Alejandro
le vino ese día el palo y acabó perdiendo más de diez minutos,
pero no creo que sea algo a tener en cuenta, porque era algo con lo
que desde Movistar ya deberían contar teniendo en cuenta los
esfuerzos que ha hecho en los últimos meses el murciano.
Cambiando un poco de tema,
vayamos a los hechos tan extraños que han sucedido dentro del
pelotón de la Vuelta. En la 13ª etapa de la Vuelta se produjo un
record cuanto menos histórico. Y es que el grupo principal, el
pelotón, llegó a más de media hora del vencedor de la etapa, a la
postre, la más larga de la Vuelta, con algo más de 210 kilómetros.
¿Qué decir de esto? No quiero defender la diferencia con la que
llegaron los ciclistas del pelotón, pero creo que, en cierta medida,
fue una decisión adecuada. Está claro que esa diferencia no debería
haber existido, por lo menos no por una relajación tan exagerada por
parte del pelotón, pero también pienso que debemos ponernos en la
piel de cada uno de los participantes. Si analizamos, esa no era una
jornada demasiado decisiva, y que debemos tener en cuenta que al día
siguiente estaba la etapa reina, con subida al Aubisque. Partiendo
esta base, el día previo los ciclistas se habían afrontado a una
jornada con más de 190 kilómetros, ese día tenían que afrontar
más de 210 y al día siguiente, otra de 190 y muy dura. Si le
sumamos que esta Vuelta hasta ese momento no ha tenido jornadas de
transición, creo que la decisión de los ciclistas es, a medias,
razonable. No es razonable que llegaran a casi 35 minutos del
vencedor, pues se podía haber reducido esa ventaja a 10-15 minutos,
pero creo que en parte, fue una manera de buscar una jornada donde
poder tomarse un respiro. Yo soy de los que piensan que etapas de
este tipo, con 210 kilómetros, sobran. Me parece muy bien que sean
profesionales, se les pida un rendimiento y demás, pero no veo
sentido alguno a meter jornadas tan largas, y encima el día previo a
la subida del Aubisque. Se buscaba una cosa que, en cierta medida,
podría considerarse una quimera, y es la de ver una jornada con
espectáculo, algo que yo, desde luego, veía y veo muy complicado.
Ojo, sigo diciendo que casi 35 minutos cedidos en meta son una
salvajada y, lo más importante, una forma exageradamente tranquila
de tomarse la etapa, y eso está claro que no se debería haber
permitido, pero mantengo que fue una jornada excesivamente larga, más
aun teniendo en cuenta las etapa siguiente, que no hubo hasta el
momento jornadas de transición y que, para colmo, estarían tres
días consecutivos sumando más de 190 kilómetros.
Por otro lado, hemos visto
cómo se repescaba a un grupo de más de 90 integrantes, entre ellos,
el Sky al completo, a excepción de su líder, Chris Froome, en una
jornada donde llegaron fuera de control. Ha sido una decisión muy
criticada. Lo que más he leído es que quedaba fatal que la vuelta
se quedara tan reducida. Siendo sincero, no me ha parecido una
decisión adecuada. Siendo estrictos, creo que no deberían haberlos
repescado. Estamos hablando de deporte al más alto nivel, y creo que
si un grupo de corredores, por diferentes motivos, llega fuera de
control, no puede tomar la salida al día siguiente. No he leído lo
que dice el Reglamento de la organización, pero creo que no es solo
cuestión de ver qué es lo que dice o deja de decir. Me parece que
ahora mismo, es jugar con cierta desventaja. Posiblemente, muchos de
los ciclistas que llegaron fuera de control realmente iban muy justos
de fuerza, sino, seguro que más de uno hubiera llegado dentro del
tiempo establecido, pero seguramente haya más de uno que, a pesar de
ir justo, tenía fuerzas para llegar con el grupo. Porque, siendo
sinceros, no entiendo cómo un equipo de tan alto nivel como es el
Sky llegara fuera de control. Por ejemplo, en este caso, me ha
parecido una falta de educación hacia su líder, Crhis Froome, el
único integrante del equipo que llegó bien a meta. No sé si por
parte del equipo habrá existido alguna reclamación o algo
semejante, pero creo que no se debería dejar salir al Sky por
abandonar de esta manera a su líder. Si no llevaron un equipo con
suficiente nivel como para poder ayudar a Froome, creo que hubiera
sido mejor opción no traer al británico. Si lo querían traer al
ver posibilidades, lo mismo tenían que haber actuado en consecuencia
y traer a un equipo que no fuera a llegar fuera de control. Hablo del
Sky como ejemplo más descarado de esa llegada fuera de control,
donde, por cierto, Froome ha afirmado que sus compañeros deberían
estar fuera de carrera, pero el resto de los integrantes de ese
nutrido grupo creo que tampoco deberían estar en carrera. ¿Que no
quedaría bien y demás? Pues desde luego que no, pero tampoco me
parece bien que si unos ciclistas han llegado fuera de control,
además, no uno ni dos, al día siguiente salgan en la etapa, porque
me parece faltar al respeto de los demás ciclistas.
Nos vemos… haciendo deporte,
claro.