lunes, 28 de mayo de 2018

Negocios en el mundo del deporte

Muchas veces intento no “cabrearme” con muchas de las cosas que leo a través de las redes socailes o medios de comunicación respecto al tema de eventos populares, sobre todo relacionados con el atletismo, que es lo que más sigo, pero resulta muy complicado no hacerlo. En estos he leído una noticia que, posiblemente sea la gota que colma el vaso: resulta que se va a celebrado en el zamorano bosque de Valorio unas pruebas de la famosa Farinato Race y me he enterado de que hay un Campeonato del Mundo. Voy a intentar explicar el por qué de mi “cabreo” y, a la vez, aportar alguna solución.

Puede que sea muy de la vieja escuela en cuanto a temas atléticos se refiere, pero debo reconocer que muchas de las situaciones que veo ahora en este mundillo no acaban de cuadrar en el concepto de atletismo que a mi se me enseñó en su día,, cuando comencé a correr con Teo. Pista, asfalto y cross. Si estamos centrados en el asfalto, por ejemplo, el cross nos puede servir como entrenamiento de calidad, igual para llevar el invierno de cara a ciertas pruebas en pista porque, como muchas veces nos decía Teo, “el cross vale para preparar muchas distancias”. Hacáimos series alternadas con rodajes (casi siempre, también es cierto, pero ésto es otro tema del que ya he hablado muchas veces), y siempre se nos insistía en llevar una preparación acorde a lo que fuéramos a preparar. Consejos lógicos que nos decían siendo ya Infantiles o Cadetes, pero que, por lo visto, se nos olvidan con una facilidad pasmosa.

Aquí es donde comienza la primera parte de mi “enfado”, algo de lo que ya he hablado (o, mejor dicho, escrito) en vairas ocasiones. No comprendo como nos dejamos llevar en muchas ocasiones por el echo de que una distancia nos pueda resultar “llamativa” para coger y apuntarnos sin tener un mínimo de kilómetros, ya no de preparación específica, en las piernas. Una prueba de 10 kilómetros, que en muchas veces nos las tomamos como un “juego”, puede ser muy larga para una persona que lleve dos meses corriendo y no haya hecho rodajes de más de 35 minutos. Lo mismo sucede con la media o la maratón. Pero los corredores (lo digo por propia experiencia, sino ahora no estaría como estoy) somos muy brutos, y en cuanto vemos que hemos corrido tres pruebas de 10.000 metros, nos venimos arriba, hacemos un par de rodajes de 15 kilómetros, ¡y a correr medias maratones! También puede ocurrirnos algo muy habitual: preparar una prueba específicamente y lesionarnos a falta de mes y medio para la competición en cuestión. Si estamos parados u mes, podremos volver a correr dos semanas antes del objetivo. Si no es una distancia muy larga (10 kilómetros, por ejemplo) y en un circuito no muy exigente (cross, cuestas, montaña…) podremos salir con la única y exclusiva idea de hacer un rodaje y ya habrá más pruebas. Pero si ya hablamos de medias maratones, lo suyo sería quedarse en casa, porque, siendo sinceros, no sería muy lógico meternos 21 kilómetros para el cuerpo en estas circunstancias. Aun así, nos encontraremos con casos de corredores que salen en pruebas de larga distancia, publicando tal “azaña” en la red social de turno con comentarios de lo más curiosos. Para mi, ésto no es un indicador de orgullo, sino más de pensar poco en nuestra salud y en las lesiones que pueden acarrear tal salvajada.

Y si ya hay locuras con pruebas de 21097 metros, no imaginemos con la maratón y pruebas de montaña. Está bien que nos motiven estos retos tan largos, pero debemos ser conscientes de cuáles son nuestros límites. Por ejemplo, no veo lógico que muchos corredores se apunten a pruebas de maratón para hacer muchos de los kilómetros caminando y llegar a meta en seis horas. Yo soy de los que piensan que en competiciones tan largas hay que acortar más el tiempo máximo de llegada a meta, porque no entiendo como algo saludable para nuestro organismo lo de participar en pruebas de 42 kilómetros (y en medias, pero en la “entera”, al ser más distancia, todo esto se encuentra mucho más acusado) sin estar debido preparado y pretendiendo acabar a toda costa, poniendo nuestra propia salud en salud e incluso teniendo que para a caminar en un montón de ocasiones. No todo vale para poder decir “que he acabado una maratón”. Hasta no hace mucho, los atletas que se decantaban por esta distancia habían “visto” ya muhco atletismo, llevaban varios años corriendo diferentes distancias, y, en cierta medida, correr los 42195 metros era como llegar a la parte más alta de su carrera deportiva. Gente, a fin de cuentas, ya muy hecha dentro del mundo del deporte. Se hacían muchos kilómetros dentro de la preparación, y, aunque sin miedo, siempre estaba el respeto a la prueba de Filípides. Ahora, todo éso ha cambiado y parece que toro sirve para correr una maratón, y no es a´si. ¿Todo el mundo está preparado para correr tantos kilómetros? Respetando a todo el mundo, me parece que no todos los deportistas están capacitados para acabar estos42 kilómetros. Y no quiero resultar soberbio, no es para nada mi intención, pues, creo que soy el primero no apto para participar en una maratón, pues, por un lado, no he “trillado” lo suficiente la distancia inmediatamente anterior, la media maratón, sino que tampoco me considero una persona capacitada para hacer tantos kilómetros. Me gustaría llegar a poder preparar una media maratón bien preparada, con sus series y demás, pero no hacerlo para esos 42 kilómetros.

¿Soluciones a ésto? Lo primero de todo, mucha paciencia y cabeza. Lo suyo sería buscar un entrenador (con experiencia como atleta, a poder ser con unos cuantos años a la espalda y, además, con una formación) o, por lo menos, intentar leer todo lo que se pueda sobre entrenamientos, contrastando la información que nos encontramos por Internet y, a partir de ahí, empezar a elaborar nuestro propio plan. Pero, sobre todo, apliquemos la lógica y pensemos que lo ideal sería poder estar el máximo tiempo posible corriendo (con “tiempo” creo que queda claro que no me refiero a las horas o minutos, sino a meses y años) sin lesiones y disfrutando con lo que hacemos. Seguir un método progresivo, aumentando poco a poco los kilómetros, y dejando las pruebas de larga distancia para el momento adecuado, no para cuando “nos pueda el ansia”. Puede que yo no sea la mejor persona dando estos consejos, pues soy el primero que mete la pata en muchas de estas cosas y, como muchas veces he comentado, soy muy reacio a tener un entrenador (ya hablaré en otra entrada, entre otras cosas, de esto), pero hay que reconocer que, en la inmensa mayoría de las ocasiones, se agradece tener a alguien que, aunque no te haga directamente un plan de entrenamiento, al menos te aconseje sobre qué sería lo adecuado para cada momento.

Por otro lado, este fin de semana se ha celebrado en el zamorano bosque de Valorio una prueba del Farinato Race sobre diferentes distancias. A lo largo del circuito, los deportistas tendrían que solventar diversos obstáculos de lo más curiosos. Desconozco quién fue el “inventor” de estos eventos, pero creo que se ha ido mucho de las manos, hasta el punto de hacer un Campeonato del Mundo. Debo reconocer que, bajo mi punto de vista, éste evento no deja de ser un invento más para hacer un negocio vinculado al mundo del deporte y, en concreto, de las competiciones, no tengo muy claro de qué deporte. Puede que yo sea muy de la vieja escuela y no acabe de pillarle el truco a esto, pero muchas veces me acuerdo de un comentario que leí en una red social, en la cual, una persona decía algo así como “ahora la gente pone dinero por hacer lo que nosotros hacíamos obligados en la mili”. Es cierto que también se obligaba a correr, y ahora está de moda, demasiado me atrevería a decir, pero, a diferencia de estas pruebas, una persona puede decidir si pagar o no para salir a correr, basta con calzarse unas zapatillas, ropa deportiva y salir, mientras que para estos eventos, tienes que poner dinero sí o sí, pues es la única manera de encontrarse en esa situación de tener que pasar todos los obstáculos.

La verdad, y aunque pueda parece mentira, en muchos aspectos de este deporte, me gustaría retroceder unos pocos de años atrás, cuando el “ranin” aun no existía, y la gente que practicaba “footing” lo hacia con mucha más cabeza que los actuales “raners” (de hecho, para mi no tiene mucho que ver un concepto con el otro) y lo que predominaba eran los “atletas”, gente que competía, pero que, ante todo, era plenamente consciente de cuáles eran sus límites y de la importancia de llevar un buen entrenamiento de cara a las pruebas para las que se estaban preparando. Una época en la que el atletismo era cross, asfalto y pista y donde primaba el deporte frente al negocio. Nada más y nada menos.

Nos vemos… haciendo deporte, claro.

jueves, 24 de mayo de 2018

Entrevista a Ángel de las Heras

Mis inicios en el mundo del atletismo se remontan al verano de 2009, cuando me dio por irme hasta las pistas de atletismo de Zamora y empezar a dar vueltas. Poco tiempo después comencé a entrenar con Teo de las Heras. Enseguida me di cuenta de que era una persona que, aparte de transmitir todos sus conocimientos a través de los entrenamientos que nos programaba, también nos contaba alguna “batallita” de situaciones que él había vivido a lo largo del tiempo. De entre las muchas conversaciones que teníamos con él, solía destacar con cierta frecuencia un nombre: Ángel de las Heras. Con el paso del tiempo, me fui dando cuenta de que en el mundo del atletismo, Zamora también ha dado grandes deportistas.

Ángel Heras, el nombre acortado que solía utilizar la prensa, comenzó a destacar desde muy joven, y ya siendo Junior acude al Europeo en la prueba de 4x100, la cual fue su primera prueba a nivel internacional. Desde ese momento, comienza una andadura deportiva más que interesante, que le ha llevado a ser el primer atleta zamorano que participa en los Juegos Olímpicos. Debutó en Montreal (1976). A esta experiencia olímpica le siguen Los Ángeles (1984) y Barcelona (1992).

Pero no todo ha sido un camino de rosas. En 1979, nuestro protagonista hace un parón hasta 1982, en cual apenas entrena. Por entonces, el tema económico en el atletismo no estaba para tirar cohetes, y junto a una lesión en el tobillo, estuve este tiempo un poco apartado de la competición, a la cual volvió para demostrar que seguía teniendo ganas de correr, y muy rápido.

A nivel personal, después de todas las “batallitas” que le había escuchado a Teo y todo lo que había leído en Internet, la verdad es que siento cierta admiración por Ángel. Lo primero, por haber sido el primer atleta de Zamora en acudir a unos Juegos Olímpicos, y por otro lado, por llegar tan alto en el mundo de la velocidad en un país en el que parecemos estar más centrados en el medio fondo y fondo, y en una época en la que el atletismo no era un deporta demasiado mayoritario, por lo menos en sus primeros años de deportista de alto nivel. Hace unos días me puse en contacto con él para saber si podía entrevistarle. Unos días después, aquí está el resultado. Espero que lo disfrutéis. Para mi, desde luego es todo un orgullo haber entrevistado a mi paisano.

1.- ¿Cómo fueron tus inicios en el mundillo del atletismo?
Jugábamos en el recreo saltando en el foso de arena del Claudio Moyano… competiciones en clases gimnasia. Todos los días “correteando “en la calle con los amigos y amigas. Fin de curso: carrera de 80ml en pista ceniza estadio Pantoja (ahora ya no existe zona Tres Cruces) quedé 3º siendo de 1º bachiller corriendo con los mayores.

2.- Desde muy joven logras destacar como corredor de velocidad. En la categoría Junior logras acudir al Europeo en la prueba de 4x100, logrando ser medalla de bronce. ¿Qué recuerdas de tu primera participación en un Europeo?
Hablamos de 1.975 Campeonato de Europa Junior y Atenas con 16 años y la primera competición internacional importante. La 1º medalla…fue una bonita experiencia para aprender y comenzar a ver el mundo… España era muy diferente en todos los niveles al resto de países. Aún no teníamos democracia.

3.- En el año 1979 dejas de lado el atletismo y vuelves en el 1982. ¿Te sirvió este parón para volver a competir con más ganas posteriormente?
La vida tiene su ritmo y necesitas otras cosas que el atletismo no daba… (no había tantos medios económicos). Te casas, trabajas. En 1.980 solo hice el Campeonato de España absoluto, en el 81 parón total…82 entrené muy poco… Aun así corrí 100ml -10.33 con (+2.1 vf) y 21.02 en 200ml. estuve Europeo p.c. Milán y a.l. Atenas. A veces es mejor parar para romper rutinas.

4.- ¿Qué es lo que te llevó a volver a competir tras ese parón?
Las ganas de seguir compitiendo y los ánimos de mi entrenador e intentar vivir y disfrutar haciendo lo que más te gusta.

4.- A lo largo de tu trayectoria como atleta de élite, logras ser campeón de España tres veces en los 200 metros, y nueve sobre la distancia de 400 metros. Viendo que has logrado más veces ser campeón nacional en el 400, ¿era ésta la distancia que mejor se te daba, o eras más corredor de 200 metros?
Con 17 años logré el récord España absoluto 100ml- 10”3. El servicio militar obligatorio: 20 meses y una lesión de tobillo supusieron un parón importante en la progresión. Cuando regresé en 1.983 mi entrenador me convenció para probar el 400. Había déficit de buenas marcas desde hacía mucho tiempo en España. Y el resultado está en mi historial. No dejé de correr 60-100-200-300ml. Como velocista…era el más completo por marcas en diferentes pruebas.

5.- De todas tus victorias en los Nacionales de 400, tres de ellas las has logrado en pista cubierta, exactamente en los años 1983, 1984 y 1986. ¿Qué diferencia hay entre competir en una pista al aire libre y hacerlo en una pista cubierta?
La pista es más pequeña exactamente de cuerda es la mitad…200m y las curvas más cerradas… peraltadas… menos calles. El 400 se corre cambiando calle libre tras 150m…puede haber contactos con rivales, no afecta la meteorología.

6.- José Manuel Abascal y tu fuisteis los primeros españoles seleccionados para ir a la prueba de relevos del 4x400 de la Copa del Mundo. ¿Cómo recibes aquella noticia?
Estaba en Seúl (mitin preolímpico) gané el 400 con récord. El seleccionador europeo era alemán, ya había competido unas semanas antes en Berlín en 45.57” … (creo recordar estaba 3º/4º ranking) decidió por mí para el relevo. Una muy agradable noticia pues no habían seleccionado nunca a españoles.

7.- Tu andadura en los Juegos Olímpicos comienza allá por 1976 en Montreal. ¿Qué recuerdos te trae aquel debut en las Olimpiadas?
Imagina: con 17 años y poder competir, ver un continente y país muy diferente a España y Europa. Fui junto con otro atleta USA afroamericano el más joven en la Olimpiada. Siempre la 1ª vez en todo es una experiencia increíble y poco olvidable.

8.- Sigues sumando competiciones olímpicas, y a la ya mencionada en Montreal, le sumas la experiencia olímpica en Los Ángeles (1984) y Barcelona (1992). Comparando tus experiencias en Juegos Olímpicos, ¿con cuál de todas ellas te quedarías?
Cada una es distinta y diferente. No hay preferida…La última en Barcelona, estás en casa… En el 84 ver y conocer Disney y Hollywood… El sueño americano…

9.- En Barcelona corres tus últimos Juegos Olímpicos y donde pones punto y final a tu etapa como deportista de élite. ¿Qué fue lo que sentiste en Barcelona? ¿Viviste estas Olimpidas de una forma diferente?
Estás en tú país…el desayunar y hablar con nuestro actual Rey. Saber que puede ser la última en tu carrera deportiva. Muchas emociones y sensaciones agridulces.

10.- Tu carrera deportiva podríamos catalogarla de bastante larga. Desde mediados-finales de los años 70 hasta 1992 con Barcelona. ¿Con qué te quedas de todos esos años compitiendo al más alto nivel?
El conocer “mundo” y otras maneras de vivir y entender la vida, diferentes culturas. Aprender con todos a probar, experimentar y “aprehender” a ser ciudadano del planeta. Hacer lo que más te gusta siendo feliz.

11.- ¿Te has sentido valorado por los medios de comunicación en todos esos años en el alto nivel?
No tengo nada que objetar al trato recibido…Respeto todas las opiniones me agraden más o menos. Siempre he aceptado las críticas imparciales y objetivas.

12.- ¿Quiénes fueron tus referentes dentro del mundo del atletismo?
Destacaría a Valeri Borzov, velocista ruso, viendo TVE en Múnich 72 ganar: 100-200ml.

13.- Los logros deportivos, como todo, se logran tras muchas horas de entrenamientos. ¿Quién era tu entrenador y cómo estaban programados tus entrenamientos?
El Sr. Francisco López Álvarez me vio y ofreció la beca para la Residencia Joaquín Blume de Madrid en 1.974… (ahora CAR). Entrenábamos de lunes a sábado: 12 a 14h carrera y 17 a 19h fuerza.

14.- A la hora de competir, ¿qué es lo que más te motivaba para salir a las pistas?
Siempre me ha gustado competir y ganar. El reto personal para poder mejorar las marcas incluso en los entrenos.

15.- Hablemos un poco de la ciudad que te vio nacer, Zamora, allá por al año 1958. ¿Te sientes orgulloso de que, gracias a tus logros deportivos, el nombre de Zamora haya salido escrito en diferentes medios de comunicación deportivos?
Por supuesto, entonces solo sonaba Don Ángel Nieto por haber nacido, aunque él se consideraba madrileño. Un orgullo el “mote” del diario Marca: ¡Ángel Heras el huracán de Zamora!

16.- ¿Has entrenado o competido en Zamora?
Competí al comienzo de mi carrera en las pistas de la Universidad, bosque Valorio y entrenar durante las vacaciones. Además en la inauguración de la actual.

17.- Mi entrenador durante mis primeras cuatro temporadas dentro del mundillo del atletismo fue Teo de las Heras, tu primo. ¿Habéis entrenado juntos en alguna ocasión?
No hubo ocasión, mi primo Teo era “fondero” yo solo estaba por vacaciones o fuera de temporada.

18.- Mientras que tu estuviste centrado en la velocidad, Teo siempre fue un corredor con características para la larga distancia. ¿Os habéis parado alguna vez a hablar sobre esa diferencia como atletas, siendo familiares tan cercanos?
Hemos hablado de atletismo en general. Nuestros entrenamientos, pruebas y competiciones tienen poco en común.

19.- ¿Mantienes contacto con algún atleta zamorano de tu época o algo más reciente?
Ahora con las redes sociales siempre estás conectado con alguien, recordando “batallitas” y otras épocas algo diferentes del atletismo actual.

20.- ¿Es complicado ser velocista en un país en el que parece que predominan más los atletas de cross, medio fondo y fondo?
Las pruebas técnicas requieren más medios: módulos cubiertos, mejores condiciones climáticas durante el año, sin olvidar las características genéticas naturales del atleta. Siempre se ha dicho: “el velocista nace…el fondista se hace”.
21.- ¿Cómo ves el atletismo actual en cuanto a temas de velocistas? ¿Sigues el atletismo zamorano?
Hay una nueva generación qué viene progresando con un futuro prometedor. Veo alguna noticia en la web. Por desgracia en Zamora sigue siendo un deporte con muy escaso apoyo y de minorías.

22.- Una vez retirado del atletismo de alto nivel, ¿has seguido corriendo o practicando algún otro deporte?
Hay que seguir cuidando “the body” o te oxidas y no solo por edad…Procuro hacer deporte adaptado a mis casi 60 años. Importante: acondicionamiento con trabajo aeróbico y fuerza genérica.

23.- Has ejercido como entrenador en deportes de equipo. ¿Cómo es el cambio de estar en el ambiente del atletismo, que tiende a ser un deporte individual, a estar en uno donde el equipo es tan importante?
La filosofía de la competición y la búsqueda de la competividad es inherente y común a todos los deportes, sean individuales o de equipos. Hay que encontrar y hacer hincapié en el alto rendimiento personal para lograr buenos resultados en conjunto.

24.- Para acabar, comenta lo que quieras a los lectores del blog.
Es primordial cuidar todos los hábitos saludables desde niños…Educar a los hijos siendo los padres ejemplo a seguir. Realizar siempre una actividad física adecuada a nuestro nivel deportivo y edad…Ser disciplinado y constante.

sábado, 5 de mayo de 2018

Argusino de Sayago

La presa de Almendra siempre ha levantado en mi cierta sensación de “admiración”. Una construcción de unas características más que llamativas, con una altura de unos 202 metros. Y no solo éso, sino la gran cantidad de agua que tiene y todo lo que se esparce tanto por pueblos zamoranos de la comarca de Sayago como por pueblos salmantinos. Pero, sin lugar a dudas, una de las cosas que más me llamaba y me llama la atención es saber cómo era aquello antes de su construcción, allá por los años 60, y saber en concreto qué había debajo del agua. Un día, hace ya algún que otro año, me puse a investigar por Internet en busca de una solución a estas últimas curiosidades. De una a otra web y de un vídeo a otro de Youtube, me encuentro con un nombre. Empiezo a saber que, bajo las aguas de la presa de Almendra hay un pueblo. Siguiendo con mis “investigaciones”, descubro que éste se llama Argusino, y que hasta septiembre de 1967, fecha en la que las aguas de la presa se lo llevaron, fue un pueblo más de la comarca zamorana de Sayago. La verdad es que viendo artículos y entrevistas tanto por webs como por Youtube de personas nacidas en Argusino y descendientes del mismo contando su historia, han levantado en mi una sensación de curiosidad enorme. Para hoy, me gustaría escribir sobre este pueblo sayagués y, sobre todo, de todos esos sentimientos que me han ido apareciendo según he ido leyendo y escuchando cosas sobre el mismo.
Argusino. (Foto: Argusino Vive).
Argusino, fue una población con unos cuantos siglos de historia. Debido a su cercanía con la provincia de Salamanca, por él pasaba el río Tormes, y se caracterizó por ser un pueblo bastante completo. En él había viñas, árboles frutales, pastos, tierras de cultivo, encinas y robles, además de contar con otros “artilugios”, como podían ser el molino, fuentes e incluso un batán. Un pueblo típico de la zona de Sayago, cuya fiesta se celebraba el primer domingo de mayo con una romería, que se ha mantenido hasta la actualidad, cuando la zona de la ermita, cerca de Salce, se llena de argusinejos, bien hijos o descendientes, pero argusinejos al fin y al cabo. Generaciones y generaciones de personas vivieron allí, trabajando por los caminos circundantes a Argusino. Muchas fueron las familias que habitaron sus casas, recorrieron sus calles, hicieron actos religiosos en la iglesia de Santa María Egipciaca o acudieron a su romería y correspondiente ofertorio, allá por el mes de mayo.
Salida de la primera edición de la carrera de Argusino.
(Foto: SmartChip).
Fueron pasando los años, Argusino siguió escribiendo su historia, pero llegó un momento en el que, por desgracia, esa historia se vería cortada. A mediados-finales de los años 60, los habitantes de esta localidad sayaguesa se ven obligados a abandonar el pueblo en el que se han crecido, han ido a la escuela y en el que, muchos de ellos, han formado una familia, un pueblo en el que han vivido sus antepasados desde muchas generaciones anteriores. La presa de Almendra, con su impresionante pared de hormigón, inundará Argusino en el mes de septiembre de 1967. Los argusinejos se ven obligados a dejar todos sus recuerdos bajo las aguas del embalse, pero, quizá, hay algo aun más duro que dejan atrás: a todos sus familiares enterrados en el cementerio, el cual ha aparecido en ciertas ocasiones, cuando ha bajado el nivel de la presa. Momentos durísimos. Los argusinejos tuvieron que buscarse la vida como pudieron, por diferentes lugares de la provincia, de otras cercanas e incluso del resto de España.
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Presa de Almendra. (Foto: Salamanca RTV al Día).
Unos pocos años más tarde de la inundación del pueblo, se levantó la ermita de la Santa Cruz , cerca de Salce, también en Sayago. Esta ermita sirve de punto de encuentro para todos los hijos y descendientes de Argusino, y es aquí donde, 50 años después de la inundación, se sigue haciendo la romería y el correspondiente ofertorio. Con el paso de los años, suceden un par de cosas importantes, cuyo objetivo principal es evidente: evitar que el nombre de Argusino caiga en el olvido. Por un lado, se publica el libro titulado “Argusino, un pueblo que duerme bajo las aguas”, cuyo autor es José Miranda, en el 2008, cuando habían pasado 41 de la inundación del pueblo. Por otro lado, en el 2017, se crea la asociación cultural Argusino Vive, cuyo objetivo es intentar juntar, de alguna manera, a los argusinejos y descendientes y, por otro, aprovechar este 50 aniversario para desarrollar unas cuantas actividades que sirvan para recordar al pueblo sayagués inundado.
Argusino, con su iglesia al fondo. (Foto: Argusino Vive).
¿Qué fue lo que sintieron los habitantes de esta población sayaguesa cuando tuvieron que marcharse del pueblo que les vio crecer? ¿Cómo tuvo que ser el hecho de dejar atrás a los familiares enterrados, sabiendo que poco después el cementerio de Argusino estaría inundado? La verdad, tiene que ser muy, muy duro abandonar los lugares en los que has crecido, en los que han vivido generaciones y generaciones de tu familia, sabiendo que no vas a poder volver allí, porque en poco tiempo, el pueblo ya no existirá. Por el motivo que fuera, tampoco se construyó otro pueblo, por lo que los argusinejos tuvieron que buscarse la vida como pudieron por pueblos cercanos, tanto de la parte de Zamora como de Salamanca, e incluso muchos optaron por marcharse a lugares más lejanos.
Imagen de Argusino en uno de los momentos
en los que ha bajado el agua de la presa de Almendra.
(Foto: Argusino Vive).
Está claro que la construcción de la presa de Almendra, a la cual ahora quieren denominar presa de Argusino, era algo necesario para lo que se denominaba como “progreso”, y claro ejemplo es que cincuenta años después sigue funcionando, pero, bajo mi punto de vista, y sin querer remover en algo duro y que sucedió hace muchos años, creo que aquí falto algo fundamental. Si bien, como decía, esta construcción era importante para conseguir energía eléctrica, algo sin lo cual nos sería realmente complicado vivir, sobre todo actualmente, cuando casi todo depende de dicha energía, creo que no hubiese estado de más que, desde la institución que correspondiera, se hubiese ayudado a los argusinejos en la creación de un poblado que acogiese a todas las personas que vivían en Argusino. Debemos tener en cuenta que esta gente se marchó dejando de lado, en muchos casos, toda su vida. Puede que el hecho de vivir en un pueblo de nueva creación no fuese lo mismo que vivir en su Argusino natal, pero habría permitido a las personas poder seguir viviendo todos juntos.
Logotipo de la asociación cultural "Argusino
Vive". (Foto: Sentir Zamora).
Me gustaría aplaudir la iniciativa que han tenido argusinejos y descendientes a la hora de formar la asociación cultural “Argusino Vive”, que aparece unos meses antes de que se cumpliera, ya el año pasado, el cincuenta aniversario de la inundación del pueblo, con un propósito claro: que Argusino no caiga en el olvido. Gracias a dicha asociación, el año pasado se hacen una serie de actividades un tanto diferentes, para que la gente recuerde que, bajo las aguas de la presa de Almendra, hay un pueblo sayagués. Me gustaría animarles desde aquí para que sigan manteniendo el nombre de Argusino. Y, por supuesto, les animo a seguir con la romería, la cual se ha seguido manteniendo desde hace muchos, muchos años, a pesar de todo lo que pasó en el 1967, una romería que este año tendrá lugar mañana con diversas actividades.