miércoles, 28 de octubre de 2020

Nueva temporada

Hoy es uno de esos días en lo que me quiero sentar a escribir y no se sobre qué hacerlo. Dada la situación de pandemia, no es que ocurran cosas, al menos a nivel deportivo, lo suficientemente “interesantes” como para ser contadas, más allá de que la temporada de cross este año no creo que vaya a tener muchas competiciones y que, por diversas circunstancias, llevo un par de semanas sin poder salir a rodar. Por lo demás, poco o nada tengo que contar, pero, la verdad, me gusta mantener este blog más o menos activo y, aunque sin ideas, intentaré publicar una entrada.


Como decía, llevo un par de semanas parado. Una inoportuna lesión ha provocado que me toque dejar las zapatillas de lado y esperar que la recuperación de la misma lo antes posible para poder volver a rodar por el bosque de Valorio y la orilla del Duero a su paso por Zamora. Parar nunca es algo que nos guste y la verdad, después de casi medio año corriendo con regularidad, sin demasiados problemas en cuanto a molestias, un poco de rabia sí que me da. Cierto que los ritmos que estaba manejando quizás no fueran los mejores (bajar de 5'10 por kilómetro era misión imposible desde que nos dejaron salir en el mes de mayo), pero me encontraba acumulando cierto volumen de kilómetros, la parte que más me gusta de este deporte y que, por otro lado, tampoco me da mucho derecho a quejarme de ritmos al no variar los mismos, y ésto me llevó, al igual que las semanas previas al estado de alarma de marzo, a estar disfrutando bastante del atletismo.


¿Fecha de regreso a los entrenamientos? La verdad, no lo tengo muy claro. Cierto que empiezo a “ver la luz al final del túnel”, como suele decirse. Ganas por volver, todas las del mundo, hasta el punto de que estos últimos días, aun sin una fecha clara de regreso, ya he estado pensando en los entrenamientos y en cómo organizar las semanas. Porque, no lo voy a negar, la idea de querer seguir un plan de entrenamiento y acabar volviendo a competir (cuando la situación sanitaria lo permita, porque esa es otra) sigue en pie. Pero a lo que iba, que de esto ya escribiré más tarde. El hecho es que los problemas que me llevaron a tener que aparcar las zapatillas han ido remitiendo con cierta rapidez y tengo esperanzas de retomar esos rodajes diarios por San Frontis, el bosque de Valorio, Olivares o la orilla del Duero. Y es que estas sesiones de carrera continua son, para mi (imagino que como para todos los aficionados al simple hecho de correr) una parte muy importante en mi día a día. Disfruto corriendo por las calles de los barrios de Zamora que, durante mucho tiempo también han sido nuestros lugares habituales de entrenamiento con Teo, o por los senderos de Valorio el cual ha visto correr a muchísimos atletas zamoranos a lo largo de los años.


Entre mis objetivos está, desde el momento en el que pueda calzarme las zapatillas de nuevo, organizar los entrenamientos para volver a colgarme un dorsal. Prisa no tengo pues, dada la situación, tardaremos mucho en poder volver a correr una prueba con el concepto que hasta ahora teníamos de las competiciones o con unas garantías mínimas a nivel sanitario y que no afecta demasiado a la hora de tomar la salida o de las llegadas. Esto, como decía,, me da un buen margen para poder realizar una “base” (término muy utilizado en el mundillo del ciclismo) más o menos amplia para, más adelante, empezar a introducir los entrenamientos de cambios de ritmo y, con el tiempo, intentar introducir las series en los planes. Los entrenamientos que más me gustan son los rodajes, sumar kilómetros, pero bueno, hacer alguna cosilla rápida tampoco viene mal, aunque la gran parte de las sesiones estén centradas en la carrera continua.


¿Distancias o tipo de pruebas a preparar? El 10.000 es una de mis pruebas favoritas, posiblemente la que mejor se adapta a mis características como corredor, aunque debo reconocer que, desde hace un tiempo, la distancia de la media maratón me llama bastante la atención y no me importaría en absoluto preparar los 21 kilómetros con la idea, primero, de ver cómo respondo en este tipo de pruebas teniendo el objetivo de “competir” y, posteriormente, valorar y ya empezar a plantear unas marcas. Me encantaría que esa primera media a preparar (medias ya he hecho, pero con la idea de rodar, sin ningún objetivo competitivo) sea la de Zamora, al ser la prueba de casa, aunque me he quedado con ganas de correr la de Soria, y tampoco sería una mala idea, pese a que las fechas son completamente distintas (Zamora en marzo y Soria en septiembre). Ávila no es tampoco una mala opción, con fechas más cercanas a Soria, pero con un circuito que no me gusta cuando la idea es hacer una marca o ir a por un puesto. Pero bueno, todo ésto es, ahora mismo, especular, porque no sabemos cuándo vamos a poder volver a juntar un grupo amplio de atletas para competir, al menos a nivel popular.


Y voy yo ahora y me pongo a escribir sobre qué competición preparar en un momento en el cual estamos viendo cómo gran parte de los eventos populares se están aplazando para 2021 (veremos cómo está la situación, que el próximo año está a la vuelta de la esquina, como quien dice) y los pocos que quedan se están celebrando bajo un estricto protocolo de seguridad. Imagino que estas escasísimas pruebas que se atreven a seguir hacia delante están haciendo un esfuerzo increíble y un trabajo impecable para que todo salga lo mejor posible y así evitar que se produzca un brote en la competición que están organizando, pero debo reconocer que a mi ahora mismo me impone bastante juntarme con más gente, aunque sea bajo ese estricto protocolo, para correr una carrera. Los atletas populares, aunque la persona en cuestión siga un plan de entrenamiento determinado y sea capaz de lograr unas marcas más que importantes, no somos deportistas que nos ganemos la vida de competición en competición, y tampoco creo que se vaya a acabar el mundo porque estemos unos meses sin participar en ninguna prueba.


Soy el primero que, como habéis podido leer a lo largo del artículo, está deseando poder colarse un dorsal y empezar a preparar una competición (lo mismo la desesperación por poder salir a correr tenga también algo que ver). Pero creo que es un buen momento para que los atletas tiremos de algo de lo que solemos carecer, la paciencia, y sepamos llevar esta situación lo mejor que podamos. Me explico. Ahora que tenemos mucho tiempo hasta la próxima competición podemos centrarnos en trabajar y mejorar ciertos aspectos que en otros, quizá por estar centrados de lleno en la preparación de nuestro gran objetivo de la temporada, hemos dejado de lado. La técnica de carrera y más estiramientos. Aprovechar este espacio de tiempo sin objetivos para intentar recuperarnos de esa pequeña lesión que llevamos arrastrando después de haber preparado nuestra última media maratón. O aprovechar este espacio de tiempo desde el confinamiento hasta la próxima prueba para dedicarnos a entrenar con calma, buscar no perder el estado de forma que tenemos, variar los entrenamientos con series, cuestas o rodajes para evitar caer en la monotonía y el estancamiento. No voy a decir salir con gente para poder picarnos, pero, dada la situación de pandemia, creo que lo mejor es seguir saliendo en solitario hasta que todo esto esté controlado.


Nos vemos… haciendo deporte, claro.

lunes, 5 de octubre de 2020

Nueva temporada y coronavirus

Llegó el mes de octubre. Medio año ha pasado desde el fatídico mes de marzo, cuando el Covid-19 nos obligaba a quedarnos en casa y solo salir para las cosas más imprescindibles (compra, trabajo…). Medio año más tarde, seguimos viendo como este virus sigue haciendo estragos, con un número tanto de contagiados como de fallecidos que asusta. Todo ésto, como es lógico, afecta a nuestras vidas y, por ende, al deporte, donde muchas pruebas se han visto suspendidas a raíz de esta situación que estamos viviendo. Entre esas pruebas, dos de las afectadas son la Media Maratón y la San Silvestre de Zamora. ¿Cuándo volveremos a estar como antes de la aparición de este virus?

El mundo del deporte se ha visto afectado con la cancelación de varios eventos e incluso la limitación de gente en los grupos, como vimos en la famosa “desescalada”. Toca cambiar nuestra filosofía a la hora de entrenar. Sin objetivos a la vista, a mucha gente le ostará calarse las zapatillas y salir a hacer unos kilómetros, pero no podemos estar sin hacer nada hasta que puedan volver a celebrar pruebas como se ha estado haciendo hasta ahora, pues es algo que queda muy lejano. Pero podemos intentar sacar algo “positivo” de todo esto. En muchas ocasiones, los corredores tendemos a obsesionarnos con los resultados de las competiciones en cuanto a marcas o resultados se refiere, y nos olvidamos del camino que nos ha llevado a la prueba y, sobre todo, de la base de este deporte: correr. Este virus nos ha enseñado que, tras un periodo de confinamiento como el vivido en marzo y abril, que lo que más falta nos hacía no era colgarnos un dorsal, sino poder salir al aire libre, poder volver a entrenar por nuestros lugares habituales, a recorrer nuestra ciudad a zancadas o la provincia con nuestra bicicleta, y si encima es con nuestros compañeros, mucho mejor. Y eso se nos quitó. La competición, en estos momentos, debería ser algo secundario, pues no sabemos cuándo volveremos, pero podemos aprovechar para descubrir nuevas calles o carreteras para hacer kilómetros o para recuperarnos de todas esas molestias que nos han provocado varios fines de semana forzando para lograr un buen resultado en las competiciones de turno o en las muchos entrenamientos de series hechos. Tomarnos esto con una marcha menos a la hora de forzar y disfrutemos más de algo tan básico y sencillo como es esto de correr. Eso sí, que no tenga que venir otra cosa de estas para hacernos reflexionar sobre esto.

El tema del coronavirus afecta también al tma de ir en grupo a la hora de hacer kilómetros. Ya lo he comentado en entradas anteriores, pero es algo que no me canso de repetir. Para mi, ahora es un momento en el cual debemos rodar en solitario. Debemos poner nuestro granito de arena para frenar el contagio del virus y, ya que a la hora de hacer deporte no es necesario el uso de la mascarilla, lo ideal (bajo mi punto de vista) es que busquemos lugares abiertos para hacer nuestra sesión de entrenamiento, con el objetivo de poder dejar distancia con la gente con las que nos crucemos, y siempre en solitario, para evitar posibles situaciones de riesgo. Distanciamiento social, vamos. Cierto que hay una parte social en esto del deporte, lo cual es muy importante para mucha gente, hasta el punto de que el mismo entrenamiento pueda suponer, al mismo deportista, un auténtico calvario si lo hace solo o el mejor entrenamiento de la semana en cuanto a sensaciones si lo hace con alguien. Pero debemos tomar conciencia de la importancia del distanciamiento social, más cuando no llevamos mascarillas, forzamos la respiración y vamos rodando junto a más compañeros.

A nivel personal, esta temporada que llevamos alejados de las competiciones tampoco es que me pille muy “de nuevas”. Entre lesiones y temas laborales, llevo bastante tiempo poniéndome un dorsal de guindas a brevas. La última vez fue en el mes de octubre, cuando participé en la media maratón de Ávila, lo cual ya venía precedido de un periodo de poco más de medio año sin tomar parte de una prueba (curiosamente fue en otra media, la de Zamora). Por lo tanto, el hecho de no tener objetivos a la vista no es algo que, ahora mismo, me agobie. Lo pasé mucho peor durante el confinamiento. Como otra mucha gente, estuve el mes y medio que duró esto parado por completo. Ahí sí que eché en falta la práctica deportiva, el poder calzarme las zapatillas y salir a rodar unos kilómetros a la orilla del Duero. Además, se daba la circunstancia de que me tocaba parar en un momento en el que mi “chásis” no se quejaba por nada, sino que era un virus desconocido el que nos obligaba a meternos en nuestras casas. A nivel personal, imagino que como todos vosotros, estaba un tanto “desubicado”, por decirlo de alguna manera. Al volver a rodar en la famosa “desescalada”, lo que más me preocupaba no era cuándo podría volver a colgarme un dorsal, sino que el cuerpo me respondiera después de este tiempo parado. No tenía otra preocupación a nivel deportivo más allá de que un día pudiera salir y al siguiente saliera de nuevo a rodar y no me doliera nada.

Cinco meses más tarde, mi objetivo principal sigue siendo poder salir a diario con el objetivo principal de que no me duela nada, aunque mentiría si dijera que en las últimas semanas si que se me ha pasado por la cabeza en más de una ocasión el hecho de comenzar algún tipo de preparación con la idea no de competir, porque la situación es la que es, sino de intentar ir, poco a poco, mejorando los ritmos e ir acostumbrando al cuerpo a sesiones algo más exigentes. Por ahora, viendo la situación, no se puede pedir mucho más, pues no es momento de participar en las escasísimas pruebas que no se han cancelado. Pero, quizá por eso, porque falta mucho tiempo para competir y a mi lo que me hace falta es tiempo para empezar a estar un poco “entonado” en cuanto a ritmos, sea el momento perfecto para ponerme manos a la obra. ¿Por qué no? Luego, ya habrá tiempo de plantearse pruebas de 10.000 o incluso de media maratón, pero, teniendo tiempo para intentar mejorar…

Nos vemos… haciendo deporte, claro.