Ha
pasado más de un mes desde la última entrada que publiqué en este
espacio. El motivo principal de que no haya actualizado el blog no es
otro que la falta de ideas. Así de claro. No tenía ningún tema que
me resultara lo suficientemente interesante como para juntar unos
cuantos párrafos. Ahora tampoco es que lo tenga, las cosas como son,
pero ya me resultaba un tanto “incómodo” pasar tanto tiempo sin
escribir absolutamente nada. ¿De qué voy a escribir, entonces?
Pues no lo sé. Imagino que, como vengo haciendo ya desde mucho
tiempo, iré tirando un poco de improvisación y, según me vaya
viniendo la “inspiración”, iré escribiendo.
El
2019 llegó a su fin hace unos días. A nivel deportivo, que suele
ser el tema más habitual de este blog, la verdad que ha sido
diferente. Mejor que el último o los dos últimos años para algunas
cosas, mientras que, por otro lado, tampoco ha sido una época para
tirar cohetes. Por un lado, parece que he podido tener cierta
continuidad corriendo. Y digo cierta porque, para variar, también me
ha tocado parar durante algunos días debido a las lesiones. Por
suerte, en este 2019 no ha sido demasiado el tiempo que he tenido que
estar sin correr. Una sobrecarga en la espalda fue la que más tiempo
me tuvo parado, y no fueron más de cuatro días. Claro, que para mi
supusieron, como es habitual, un auténtico calvario. Pasada esa
contractura, otra en la zona de la ingle de ambas piernas (un día
rodé 14 kilómetros tan a gusto y al siguiente me levanté dolorido)
no me permitió, por un día (ésto fue un sábado y no volví a
rodar hasta el lunes) finalizar aquella semana. Éstas serían, a
grandes rasgos, las dos que me han hecho parar, aunque tengo la
impresión de que me estoy dejando una en el tintero, pero ahora
mismo no caigo. Como se puede ver, no han sido demasiado largas y
enseguida he podido volver a calzarme las zapatillas. Lo que sí he
tenido han sido molestias. Unas cuantas. En especial, a lo largo del
verano. Cuando no era un gemelo era de nuevo la espalda o, sino, una
pequeña sobrecarga en la zona del glúteo o aductores, que si bien
me permitieron seguir corriendo, tuve que hacer bastantes
modificaciones en cuanto a ritmos y lugares para hacer los kilómetros
correspondientes, buscando sitios lo más llanos posibles y siempre
con la ayuda de los estiramientos, que si bien es cierto que no me
gustan en absoluto y el rato que los estoy haciendo me supone más
esfuerzo que cualquier rodaje, debo reconocer que me han salvado de
tener que parar con estas molestias.
Con
esto de las molestias me lleva tiempo ocurriendo algo curioso. Y es
que, después de todos los problemas que he tenido con las lesiones,
en cuanto noto que algo está un poco fuera de lo normal, me “asusto”
bastante. Le doy muchas vueltas a esto de las molestias, por mínimas
que sean y por muy claro que esté que no van a ir a ningún lado. Me
ha costado mucho poder tener cierta regularidad corriendo después de
estos dos años plagados de problemas, teniendo que parar cada pocos
días y durante bastante tiempo por sobrecargas, tendinitis o
semejantes, y ésto me ha llevado a tener cierto “miedo” a volver
a verme lesionado. Todo ésto llega al punto de que incluso creo que
le he acabado cogiendo cierta “manía” a las piscinas y a las
bicicletas, que al fin y al cabo es lo que acabo haciendo cuando
parece que la lesión en cuestión va a prolongarse más tiempo del
que yo pensaba. Imagino que será algo normal en los que somos
aficionados al deporte y hemos pasado una mala racha en cuanto a
lesiones se refiere.
Dejando
de lado este tema de los dolores, 2019 ha sido un año peculiar en
cuanto a ritmos. Quitando los meses que transcurrieron desde que
volví a correr tras la fractura de la costilla hasta que me toco
parar por la tendinitis en el tendón de Aquiles (entre principios de
enero y principios de marzo de 2018), en los que estuve corriendo con
bastantes molestias en esta zona (vale, sé que no debe hacerse, pero
lo hice), lo que me llevó a prácticamente no ser capaz de bajar de
los 5'00 min/km en los rodajes salvo en ocasiones muy contadas, la
verdad que siempre que había vuelto a rodar después de una lesión
había ido mejorando poquito a poco. El año pasado sin ir más
lejos, cuando empecé de nuevo en Soria tras la lesión que comentaba
en el Aquiles y otras dos sobrecargas que tuve al intentar empezar y
que me tuvieron apartado entre ambas otro mes (aparte de los tres que
llevaba con la dichosa tendinitis), muy poquito a poco fui mejorando
los ritmos de los rodajes hasta que, tres meses después, era capaz
de hacer rodajes a ritmos de 4'40-4'45 sin ningún problema, incluso
llegué a hacer alguno a ritmos por debajo ahí. Sin embargo, desde
el parón que tuve en diciembre de ese año (2018), no he sido capaz
de mejorar. Cierto que ahora me he quedado en un abanico
relativamente “amplio”, rodando entre los 4'55 y 5'10, pero me
cuesta horrores sacar los rodajes por debajo de esos ritmos. Cuando
me encuentro bien (repito, tengo que encontrarme bien o, mejor dicho,
muy bien) intento forzar con la idea de sacar algunos rodajes más
rápidos y no estar siempre dentro de ese abanico. Algunos días sí
que he logrado que en alguna ocasión ciertas sesiones hayan caído a
ritmos de 4'45-4'50, pero siempre teniendo que tensar bastante para
conseguirlo.
Pero
una cosa está clara. Bueno, dos. Lógicamente, no puedo quejarme de
que no mejoro si no lo busco en los entrenamientos. Ya no haciendo
series, sino aunque sea introduciendo cambios de ritmo (debo
reconocer que, a la hora de trabajar la calidad, éstas sesiones son
mis favoritas; me aficioné a ellas cuando Teo nos las mandaba en la
pista de atletismo o en un circuito que teníamos de unos 300 metros
al lado del puente de hierro). No hago nada que favorezca una
mejoría, solamente hago carrera continua, por lo que, como decía,
motivos para quejarme tampoco tengo. Desde la lesión a finales del
pasado 2018 después de llevar un tiempo haciendo series (en torno a
un mes), decidí que ese tipo de entrenamientos quedarían aparcados.
Casualidad o no, en los últimos intentos de hacer series he acabado
amargado por no poder correr, y como lo que me gusta, por encima de
cualquier entrenamiento de series y demás, es simplemente eso,
correr, no me complico la vida. ¿Podría animarme a hacerlas e
intentar hacer este tipo de entrenamientos con más cabeza? Imagino
que con mi edad, años corriendo me quedan unos cuantos y, de estar
compitiendo, me quedaría toda la categoría Senior por delante (pasé
a la misma el pasado uno de enero) y teniendo en cuenta que,
posiblemente, esté entrando en los mejores años si los objetivos
son hacer mínimas y lograr buenos puestos en diferentes
competiciones de cierta importancia (como pueden ser los muchos
crosses que tenemos en Castilla y León) o incluso plantear la
posibilidad de intentar ir a unos Nacionales, por ejemplo, pues sí,
podría retomar esto. Pero, como digo, ahora mismo mis preferencias
en cuanto a lo deportivo están enfocadas al puro disfrute a base de
hacer rodajes por la orilla del Duero o ese bosque de Valorio que
tanto nos gusta a los corredores zamoranos. En estos rodajes busco,
aparte de este disfrute que comento, también despejarme por un rato
del temario de las oposiciones o de una jornada laboral, si en ese
momento tengo la suerte de poder estar trabajando. También me sirve
para organizar ideas e incluso en alguna ocasión he llegado a
organizar las horas de estudio según iba rodando.
A
fin de cuentas, me conformo con poder continuar corriendo a diario
mis kilómetros de carrera continua sin ningún de percance y poder
seguir disfrutando de este deporte. Ése es mi único objetivo. El
tema de las competiciones… según vayan viniendo, pero no me
planteo preparar ninguna. Quizá el cambio de mentalidad llegó
demasiado pronto, pero qué le vamos a hacer. Ahora los objetivos son
disfrutar cada día con esos rodajes.
Nos
vemos… haciendo deporte, claro.