domingo, 12 de enero de 2020

2020 deportivo


Ha pasado más de un mes desde la última entrada que publiqué en este espacio. El motivo principal de que no haya actualizado el blog no es otro que la falta de ideas. Así de claro. No tenía ningún tema que me resultara lo suficientemente interesante como para juntar unos cuantos párrafos. Ahora tampoco es que lo tenga, las cosas como son, pero ya me resultaba un tanto “incómodo” pasar tanto tiempo sin escribir absolutamente nada. ¿De qué voy a escribir, entonces? Pues no lo sé. Imagino que, como vengo haciendo ya desde mucho tiempo, iré tirando un poco de improvisación y, según me vaya viniendo la “inspiración”, iré escribiendo.

El 2019 llegó a su fin hace unos días. A nivel deportivo, que suele ser el tema más habitual de este blog, la verdad que ha sido diferente. Mejor que el último o los dos últimos años para algunas cosas, mientras que, por otro lado, tampoco ha sido una época para tirar cohetes. Por un lado, parece que he podido tener cierta continuidad corriendo. Y digo cierta porque, para variar, también me ha tocado parar durante algunos días debido a las lesiones. Por suerte, en este 2019 no ha sido demasiado el tiempo que he tenido que estar sin correr. Una sobrecarga en la espalda fue la que más tiempo me tuvo parado, y no fueron más de cuatro días. Claro, que para mi supusieron, como es habitual, un auténtico calvario. Pasada esa contractura, otra en la zona de la ingle de ambas piernas (un día rodé 14 kilómetros tan a gusto y al siguiente me levanté dolorido) no me permitió, por un día (ésto fue un sábado y no volví a rodar hasta el lunes) finalizar aquella semana. Éstas serían, a grandes rasgos, las dos que me han hecho parar, aunque tengo la impresión de que me estoy dejando una en el tintero, pero ahora mismo no caigo. Como se puede ver, no han sido demasiado largas y enseguida he podido volver a calzarme las zapatillas. Lo que sí he tenido han sido molestias. Unas cuantas. En especial, a lo largo del verano. Cuando no era un gemelo era de nuevo la espalda o, sino, una pequeña sobrecarga en la zona del glúteo o aductores, que si bien me permitieron seguir corriendo, tuve que hacer bastantes modificaciones en cuanto a ritmos y lugares para hacer los kilómetros correspondientes, buscando sitios lo más llanos posibles y siempre con la ayuda de los estiramientos, que si bien es cierto que no me gustan en absoluto y el rato que los estoy haciendo me supone más esfuerzo que cualquier rodaje, debo reconocer que me han salvado de tener que parar con estas molestias.

Con esto de las molestias me lleva tiempo ocurriendo algo curioso. Y es que, después de todos los problemas que he tenido con las lesiones, en cuanto noto que algo está un poco fuera de lo normal, me “asusto” bastante. Le doy muchas vueltas a esto de las molestias, por mínimas que sean y por muy claro que esté que no van a ir a ningún lado. Me ha costado mucho poder tener cierta regularidad corriendo después de estos dos años plagados de problemas, teniendo que parar cada pocos días y durante bastante tiempo por sobrecargas, tendinitis o semejantes, y ésto me ha llevado a tener cierto “miedo” a volver a verme lesionado. Todo ésto llega al punto de que incluso creo que le he acabado cogiendo cierta “manía” a las piscinas y a las bicicletas, que al fin y al cabo es lo que acabo haciendo cuando parece que la lesión en cuestión va a prolongarse más tiempo del que yo pensaba. Imagino que será algo normal en los que somos aficionados al deporte y hemos pasado una mala racha en cuanto a lesiones se refiere.

Dejando de lado este tema de los dolores, 2019 ha sido un año peculiar en cuanto a ritmos. Quitando los meses que transcurrieron desde que volví a correr tras la fractura de la costilla hasta que me toco parar por la tendinitis en el tendón de Aquiles (entre principios de enero y principios de marzo de 2018), en los que estuve corriendo con bastantes molestias en esta zona (vale, sé que no debe hacerse, pero lo hice), lo que me llevó a prácticamente no ser capaz de bajar de los 5'00 min/km en los rodajes salvo en ocasiones muy contadas, la verdad que siempre que había vuelto a rodar después de una lesión había ido mejorando poquito a poco. El año pasado sin ir más lejos, cuando empecé de nuevo en Soria tras la lesión que comentaba en el Aquiles y otras dos sobrecargas que tuve al intentar empezar y que me tuvieron apartado entre ambas otro mes (aparte de los tres que llevaba con la dichosa tendinitis), muy poquito a poco fui mejorando los ritmos de los rodajes hasta que, tres meses después, era capaz de hacer rodajes a ritmos de 4'40-4'45 sin ningún problema, incluso llegué a hacer alguno a ritmos por debajo ahí. Sin embargo, desde el parón que tuve en diciembre de ese año (2018), no he sido capaz de mejorar. Cierto que ahora me he quedado en un abanico relativamente “amplio”, rodando entre los 4'55 y 5'10, pero me cuesta horrores sacar los rodajes por debajo de esos ritmos. Cuando me encuentro bien (repito, tengo que encontrarme bien o, mejor dicho, muy bien) intento forzar con la idea de sacar algunos rodajes más rápidos y no estar siempre dentro de ese abanico. Algunos días sí que he logrado que en alguna ocasión ciertas sesiones hayan caído a ritmos de 4'45-4'50, pero siempre teniendo que tensar bastante para conseguirlo.

Pero una cosa está clara. Bueno, dos. Lógicamente, no puedo quejarme de que no mejoro si no lo busco en los entrenamientos. Ya no haciendo series, sino aunque sea introduciendo cambios de ritmo (debo reconocer que, a la hora de trabajar la calidad, éstas sesiones son mis favoritas; me aficioné a ellas cuando Teo nos las mandaba en la pista de atletismo o en un circuito que teníamos de unos 300 metros al lado del puente de hierro). No hago nada que favorezca una mejoría, solamente hago carrera continua, por lo que, como decía, motivos para quejarme tampoco tengo. Desde la lesión a finales del pasado 2018 después de llevar un tiempo haciendo series (en torno a un mes), decidí que ese tipo de entrenamientos quedarían aparcados. Casualidad o no, en los últimos intentos de hacer series he acabado amargado por no poder correr, y como lo que me gusta, por encima de cualquier entrenamiento de series y demás, es simplemente eso, correr, no me complico la vida. ¿Podría animarme a hacerlas e intentar hacer este tipo de entrenamientos con más cabeza? Imagino que con mi edad, años corriendo me quedan unos cuantos y, de estar compitiendo, me quedaría toda la categoría Senior por delante (pasé a la misma el pasado uno de enero) y teniendo en cuenta que, posiblemente, esté entrando en los mejores años si los objetivos son hacer mínimas y lograr buenos puestos en diferentes competiciones de cierta importancia (como pueden ser los muchos crosses que tenemos en Castilla y León) o incluso plantear la posibilidad de intentar ir a unos Nacionales, por ejemplo, pues sí, podría retomar esto. Pero, como digo, ahora mismo mis preferencias en cuanto a lo deportivo están enfocadas al puro disfrute a base de hacer rodajes por la orilla del Duero o ese bosque de Valorio que tanto nos gusta a los corredores zamoranos. En estos rodajes busco, aparte de este disfrute que comento, también despejarme por un rato del temario de las oposiciones o de una jornada laboral, si en ese momento tengo la suerte de poder estar trabajando. También me sirve para organizar ideas e incluso en alguna ocasión he llegado a organizar las horas de estudio según iba rodando.

A fin de cuentas, me conformo con poder continuar corriendo a diario mis kilómetros de carrera continua sin ningún de percance y poder seguir disfrutando de este deporte. Ése es mi único objetivo. El tema de las competiciones… según vayan viniendo, pero no me planteo preparar ninguna. Quizá el cambio de mentalidad llegó demasiado pronto, pero qué le vamos a hacer. Ahora los objetivos son disfrutar cada día con esos rodajes.

Nos vemos… haciendo deporte, claro.