domingo, 19 de enero de 2014

En el VI Cross Ciudad de Ávila


Hoy se ha celebrado el VI Cross Ciudad de Ávila con una gran participación, llegando a meta 656 corredores, entre ellos varios zamoranos. Tenía ganas de estar en este cross para ver cómo funciona una preparación física "alejandriana".
Señalando a la cámara durante la primera vuelta.
El viaje desde Zamora hasta Peñaranda estuvo relativamente bien, sin problemas de nieve, el problema vino desde allí hasta Ávila. La carretera empezó a estar blanca y poco a poco la nieve fue haciendo acto de presencia, lo que no indicaba nada bueno. Llegamos a Ávila algo más tarde de lo pensado, pero aún con tiempo para recoger el dorsal (la recogida de dorsales la cerraban una hora antes de la carrera). Una vez que tuve el dorsal y todo lo que nos daba por la inscripción (una bolsa bastante repleta, además de varias cosas para comer) estuvimos viendo cómo estaba el panorama. Media hora antes de la prueba comencé con el tradicional ritual del calentamiento, haciendo algo de rodaje con movimientos en las articulaciones y algunos estiramientos. A falta de unos 10 minutos para la salida, y después de haber localizado el arco, me coloqué los clavos y marché a terminar el calentamiento en la recta. Había mucha liebre suelta y yo, personalmente, tenía una sensación muy extraña, me apetecía rodar rápido pero con cabeza.
Algunos de los atletas zamoranos que estuvimos en Ávila junto a un muñeco
de nieve.

Me coloqué en la tercera o la cuarta fila para dejar ir a los primeros clasificados y así hacer yo mi carrera, porque un kilómetro podía haber hecho con ellos, pero eran 8,50. Tras dar la salida y superar el primer tramo donde había algo de asfalto combinado con tierra, nos metimos de pleno en la zona con nieve, que nos acompañaría durante bastantes tramos de los algo más de 4 kilómetros que tenía cada vuelta al circuito. Durante los dos primeros kilómetros fui intentado que el cuerpo se acostumbrada a estas historias de correr por nieve y en grupo, que después de tanto tiempo se me había olvidado. Poco a poco fui encontrado las sensaciones adecuadas para poder incrementar algo el ritmo. Durante la primera vuelta mi objetivo era ir remontando para seguir haciéndolo en la segunda, donde me limitaría más a mantener el puesto. La primera vuelta la pasé en algo más de 16 minutos, para intentar hacer los próximos cuatro kilómetros y pico algo más fuertes. Esta segunda vuelta la hice casi entera yo solo, persiguiendo a un corredor que llevaba delante, al que al final conseguí ganar. Respecto al circuito, estaba en su mayoría con mucha nieve, lo que a mi no me vino bien durante la primera vuelta, me iba para todos los lados, menos mal que iba cogiendo las huellas de otros corredores. Al final, entré en el puesto 19 de la Absoluta y en Juveniles me llevé la victoria, algo que no esperaba. Pero lo que realmente fue importante para mí es ver una vez más que a nivel popular puedo seguir disfrutando del atletismo, sin planificaciones con series ni nada parecido, únicamente con regularidad en los entrenamientos.
Calentamiento.

Luego se procedió a la entrega de trofeos, donde tenían trofeo para varias categorías. Allí subí a mi hermano conmigo, seguro que le ha gustado. Respecto a la organización, apenas se le pueden poner pegas, todo ha funcionado muy bien, la atención a los corredores ha sido muy buena y el circuito, a pesar de los problemas que dio el tiempo estuvo perfectamente señalizado, con personas de la organización indicando todos los cambios en el terreno. A mi me ha encantado poder correr este cross, y no sería una mala idea repetir. El próximo objetivo será la carrera de Don Bosco en Valladolid, una prueba para la que llevaré la misma preparación que para este cross solo que con menos tiempo, es decir (como ya os dije ayer): rodar, rodar y rodar.

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