La nutrición de un atleta (aprendido por mi entrenador)

Este invierno, en febrero, el médico me dijo que tenía problemas con el tiroires y el CK por el poco peso que tenía. Me rebajó los kilómetros de la bici a 20 y un día a la semana y me aumentó los días de atletismo (cinco en total desde entonces en temporada). Le comenté a Teo, mi entrenador, y, desde ese día, me daba algunos consejos que, por cierto, se los agradezco en el alma. Ahora, gracias a esos consejos, os lo voy a comentar.
-Los dulces
Los dulces son importantes en la dieta de un atleta. Teo de las Heras me comentó un ejemplo increíble: una vez, él estaba en una cena de atletas de Zamora y había uno que era velocista. Claro, los fondistas gastan más que los velocistas (no es lo mismo correr los 42.195 metros de una maratón que correr 100 metros, ¿verdad?). Como el gasto calórico de unos y otros no era el mismo (y no es el mismo), le preguntaron a este velocista: "Tú no podrás comer mucha tarta, ¿verdad?". ¿Qué respondió? "¿¿Qué no? Los velocistas nos comemos tartas enteras.". Es decir, que si un velocista, que apenas gasta calorías, se come una tarta entera, podéis ver que es un alimento base en los deportistas.
-Los hidratos de carbono
Una cosa fundamental es comer hidratos de carbono para poder "andar más", es decir, tener una energía que no es grasa acumulada para poder gastar en los entrenos y carreras y poder estar bien, con fuerza. El pan o los macarrones son buenos.
-Los lácteos
Yo, personalmente, no sigo esta regla, pero bueno: en primero lugar, no conviene comer anda antes de dos horas y cuarto del entrenamiento o la competición; os digo por experiencia que se pasa muy mal con el llamado flato. A mi me salió una vez haciendo cuestas y tuve que para; se lo comenté a Teo de las Heras y me echó una bronca a su manera (sin darme voces, explicándome todo muy bien y con muchos ejemplos). No debemos comer lácteos en este tiempo, porque lo más probable es que "echemos la pota".
-Más consejos
Cuando empezé, Teo me dijo que el atletismo era un deporte que permitía comer absolutamente de todo: que después de correr nos podíamos comer un buey, que no nos pasaría nada, pero antes ni se nos ocurriera.