-Tiempo: 00:13:47.01
-Vel. media: 16,99 km/h
-Ritmo: 3:31 min/km
Aye,, como ya os comenté, se celebró el VIII Cross Internacional de Atapuerca. Os voy a contar un poco cómo fue todo.
Los Cadetes corríamos a las 10:15, por lo que teníamos que estar allí un poco antes para recogida de dorsales, calentamiento... Habíamos quedado los participantes del C.D Atletismo Zamora-Repostar a las 7:00 de la mañana para salir en el autobús. Tras 10 minutos de espera, el autobús apareció. Nos subios, guardamos las cosas (las mochilas que eran my grandes) y salimos en dirección a Atapuerca. En Toro teníamos que recoger a un atleta, pero, como no estaba, seguimos nuestro camino. Tras un viaje en el autobús, llegamos a Burgos. Al poco, ya se empiezan a ver señales de la organizac
ión. Llegamos a Atapuerca con el tiempo justo para cambiarnos los dos Cadetes del equipo (en mi caso, quitarme el pantalón y la chaqueta del chándal, la equipación del Atletismo Zamora-Repostar la llevaba debajo), ponerme el dorsal y marcharme a la cámra de atletas para que me dejaran entrar en la salida. Una vez en ella, Steven y yo dimos algunos saltos, algún sprint y a la línea, que nos iban a dar la salida. Cuando estábamos todos colocados, dan el pistoletazo. Al cabo de los 100 metros veo que las piernas no me van, pero no es cuestión de las piernas, sino del calentamiento. "¿Qué me pasa? No ando", pensaba. No sé si porque veía que no andaba o por el mogollón de atletas que iban delante, pero, en una curva del principio, no vi las vallas y la cogí recta, lo que me hizo estar a punto de caerme junto a otros dos atletas. Antes de ésto me tocó meterme como buenamente para encontrar un hueco. Una vez me dio por contar cuántos iban por delante de mí. 11 atletas, por lo que yo iba el 12. "Si sigo así, como el año pasado, qué bien". Intenté apretar, pero el calentamiento me estaba pasando factura. Algún atleta que se iba afogonando lo pasé. Con los ánimos de mis padres, mi hermano pequeño y los compañeros del Club, conseguí llegar al final. Intenté sprintar, pero todo lo que conseguí fue subir un poco el ritmo. Justo en la línea de meta, un atleta me pasó. Al final, 13 de 111 atletas, haciendo el kilómetro a 3:31 min/km. Llegue, me dieron una bolsa de habituallamiento y otra por el puesto, y me salí del circuito. Esperamos a que Steven llegara y, cuando cruzó la meta, me fuí a poner el chándal. No sé por qué, pero recuperé enseguida el esfuerzo. Y pensar que si hubiera calentado habría estado más adelante...Aprovechando que Juan Mari Guajardo, speaker de la Vuelta a España y amigo mío, fui a saludarlo. Como, aunque estaba hablando no se le veía, me puse a ver la pantalla que había al lado del podio, donde daban las imágenes de los atletas. Cuando, de repente, oigo mi nombre por los altavoces. Miro, y, ¿quién era? Juan Mari, que me llamaba. Me hizo mucha ilusión que, él subido en el podio y yo abajo, me hablara desde el micrófono, por lo que sus preguntas las oyeron las personas que allí estaban. Mientras esperaba a mis padres, Juan Mari comentó: "El ganador de la categoría que acaba de llegar es Juan Manzano, de Zamora". ¡Uno de los pequeños de mi Club había ganado! Al poco tiempo, subió al podio, con la alegría de todos los que estábamos viéndolo del Club. Un momento para recordar, un zamorano y, además, de mi club, ganaba en Atapuerca.
Lugo, esperamos a que corrieran Avelino y Gago, Ismael y los profesionales. Mientras corría Ismael, nos paramos a ver a las profesiones femeninas calentando. De repente, aplausos y, al momento pasa, como una bala, Marta Domínguez. Estaba por allí calentando. ¡Qué arte tiene corriendo! Cómo se nota que es quién es...
También fue sorpresa encontrarme con Fernando Lorenzo y Ángel Nieto por allí. Tras una "charla" con Ángel, fuimos a ver a Ismael y nos fuimos a ver a las chicas. Y esperamos a los profesionales masculinos.
En los hombres, menudas liebres había. Cabe destacar la presencia de Juan Carlos Higuero, entre otros muchos. Como curiosidad y anécdota, confudí a Tariku Bekele con su hermano mayor Kenenisa Bekele. En la primera vuelta lo llamé por el apellido, pero, en la segunda, lo llamé Kenenisa. Con razón no miraba... Al final, ganó el etíope Medhin (que me perdone si no lo he escrito bien).
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