Una de las cosas que tenemos los deportistas populares es
que, a diferencia de los profesionales, a nosotros nos toca buscar las pruebas
en webs, blogs, foros, revistas, entre los compañeros del grupo con el que
salimos… y nos toca pagar el desplazamiento, la inscripción, el alojamiento (de
ser necesario)… Casi todas estas cosas a los élites no les pasa porque van
invitados. Claro, que ellos se ganan la vida con esto, por algo son
profesionales del deporte, mientras que el resto nos dedicamos profesionalmente
(los que estén en edad de trabajar y tengan la suerte de poder hacerlo. No es
mi caso, pues soy estudiante) a otras cosas.
Ahora no hablaré de las pruebas profesionales, sino que voy
a hablar del usuario que hace deporte para mantenerse, lo que habitualmente
llamamos popular o, en términos más técnicos, cicloturismo ene l caso de las
bicicletas. Yo, para evitar tener que usar tanto cambio de palabras, intentaré
generalizar, aunque en algún caso también voy a concretar. Y, sobre todo,
hablaré de esas pruebas populares tanto en el ámbito ciclista como en el
atlético.
Muchas veces criticamos a nuestras ciudades porque no hacen
eventos de grandes dimensiones, donde el dinero de nuestra inscripción se va
para cubrir el gasto de los personajes invitados y otra parte hacia algún
pequeño recuerdo. En muchas de esas pruebas nos dejamos llevar por el nombre o
el supuesto prestigio que tiene, y nos olvidamos de algunas cosas, como puede
ser qué es lo que a mí me van a ofrecer por desplazarme hacia una ciudad para hacer
una prueba popular. Personalmente, me da igual, como popular, compartir pelotón
con un atleta profesional o un ciclista que haya ganado alguna competición de
mucha importancia. Yo lo que quiero es
que si en una cicloturista tengo una caída, un servicio médico me pueda ayudar,
que me den un avituallamiento decente o que al llegar a meta me den algo más
que una botella de agua y me digan “gracias por venir”. Además, quiero
encontrarme cómodo en una prueba. Y cuando digo cómodo no es que salga poca gente,
es que no se gaste el dinero en invitar a figurones y sí que se haga en cosas
mucho más útiles para el deportista que va a participar (avituallamientos, una
buena comida…)
Como atleta de competición no soy ningún Bekele. Pero he
corrido pruebas que tienen algo de renombre y otras más “normales”. Os puedo
asegurar que en más de una ocasión me he sentido infinitamente más cómodo en
las pruebas populares que en algún cross donde te toca dar un viaje muy largo,
darte la paliza corriendo y que solo te den una botella de agua y, como mucho,
una naranja pasada y unos calcetines que, por talla, corresponden a los de
primer año de la categoría anterior (doy fe, me ha pasado).
Estamos acostumbrados a darnos un viaje de muchísimas horas,
pagar el desplazamiento, el hotel (de ser necesario), más la inscripción y, si
no tiene licencia, añádelo al dinero de la de un día en el caso del ciclismo (y
en ambos deportes cada vez son menos los que pueden permitirse el dineral de
una licencia, con precios cada vez más caros). ¿Por cuánto nos sale la bromita?
Eso sí, luego podemos ir y decirle a algún vecino, amigo o compañero de trabajo
nuestra participación en tal o cual prueba. Sin embargo, no somos capaces de
dar participación y el dinero de la inscripción a los organizadores de nuestras
pruebas locales. No participamos en las pruebas que se organizan al lado de
casa, donde nos ahorramos un dineral en desplazamiento y, además, podemos ir
calentando hasta el lugar de la prueba. Pero no. ¿Por qué? Las pruebas que
constan de grandes patrocinadores (seguimos hablando en populares) tienen un
mejor presupuesto para los medios de comunicación y la gente las conoce.
Esto me revienta. No participamos en nuestras marchas,
muchas veces diciendo “es que es mi lugar de entrenamientos” o “esa zona de la
provincia no me gusta”. Si nosotros mismos, los populares, no somos capaces de
ir a nuestros eventos, ¿quién si no? Pocos son los eventos multitudinarios, el
resto son pruebas donde todo es mucho más familiar e informal, son las puras
pruebas populares, y si los deportistas de esa provincia no participan, ¿quién
sino? Debemos predicar con el ejemplo. ¿qué hay otra prueba en otra provincia
el mismo día que una en la mía? Pues eso que nos ahorramos en el desplazamiento
y, además, hacemos el favor al deporte local.
Me da la impresión de que no sabemos defender nuestros
deportes en las provincias. No nos estamos dando cuenta de que muchos eventos
están desapareciendo por ese motivo. Al final únicamente quedarán dos tipos:
las carreras encubiertas y las carreras federadas, que son las de repercusión.
Y no es cosa de las pequeñas organizaciones, que en muchos casos se desviven
por el deportista. Es cuestión de mentalidad.
¿Y cómo afecta esto al deporte en general? Veamos. Si una
agrupación, asociación, club, equipo… organiza un evento y solo aparecen cuarenta deportistas en total, puede
que solo 10 sean de fuera… Esto provoca que, de cara al exterior, no demos una
imagen deportiva correcta. Así, la gente de fuera dirá que, si no van muchos
participantes, será porque es una prueba aburrida o excesivamente dura. Si los
locales no predicamos con el ejemplo, ya pueden desvivirse los organizadores.
Luego esto podemos verlo desde el punto de vista
competitivo. En estas pruebas locales con tan escasa participación no se puede
dar un gran espectáculo. El podio prácticamente está decidido antes de la
salida, pues están los cuatro de siempre. Sin participación competitiva y sin
participación popular, ¿qué sucede? En estos eventos los organizadores desisten
y dejan de organizar la prueba. Luego siempre los hay que dicen: “es que en mi
provincia casi no hay pruebas”. ¡No me fastidies! Si todos respondiéramos nos
olvidáramos de tantos “intereses deportivos” (más de un deportista se queda sin
tomar la salida en alguna prueba porque al equipo no le interesa que compita,
aunque no lo tenga que hacer y se le vaya a tomar como entrenamiento) y nos
quejáramos menos, poniendo de nuestra parte como voluntarios o participantes (o
ambas cosas), desde luego que todo mejoraría.
En definitiva, y para acabar, ayudemos al deporte local y
luego apuntémonos a los grandes eventos de otras ciudades. Si todos ponemos de
nuestro lado en el deporte local, a nivel general seguro que mejora y
conseguimos los objetivos que buscamos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario