miércoles, 5 de noviembre de 2014

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Cross de Valoio.
"Esa reaidad tirana que se ríe a carcajadas, porque espera que me canse de buscar". (Miguel Ríos, "Todo a pulmón").
Hoy me pongo a escribir estas líneas con la intención de tocar algunos temas deportivos que me afectan por diversos motivos.
Comienzo por mi vuelta a la competición. Realmente, ha sido algo inesperado y apresurado. Ahora ya sé que, una vez rellenado el papel y tras hablar con Teo, mi licencia para la temproada 2014-2015 está tramitada, y que salvo algún imprevisto, el día 16 de noviembre debutaré en competición, en el Cross de Atapuerca, supuestamente uno de los mejores crosses del mundo, aunque yo tengo mis dudas. Realmente ya tengo ganas de ponerme a competir. Y esto es, precisamente, lo que me preocupa. Echo la mirada atrás y veo que, poco a poco, mi vena competitiva ha ido saliendo de nuevo. Es cierto que el año pasado en Villadepera no competí, fui a entrenar, al igual que pasó, precisamente, en la edición de la temporada pasada en el Cross de Atapuerca. Pero poco a poco fue saliendo mi venilla competitiva para acabar otra vez en Bañobárez y Peñausende competitivo, y dando algunas señales en Ávila y Valladolid. ¿Y por qué me preocupa esa vuelta? La verdad es que la temporada pasada me di cuenta de lo adictivo que podía llegar a ser la competición, y creo que esto puede llegar a ser un problema grave. Ya de por si nuestra forma de hacer deporte es adictiva, pero la competición lo supera con creces. No sé qué es exactamente lo que tiene, pero todos conocemos a gente que, de ser por ellos, competirían todos los días de la semana. Personalmente conseguí reducir el número de pruebas y el ritmo en algunas ellas, olvidándome de ir a competir, pero aquello duro poco y ahora tengo la sensación de haber recaído en aquellos "viejos tiempos" en los que iba a los crosses para darme caña. Aunque aun no me he probrado, estoy convencido de que me va  salir esa venilla competitiva, de hecho ya apareció al querer, de golpe y porrazo, renovar la licencia para esta temporada. Realmente tengo la sensación de haber caído de nuevo en mi particular adicción.
Pero sí que es cierto que ahora mi mentalidad hacia las carreras ya no es la misma. A falta de poco más de una semana para el Cross de Atapuerca, soy consciente de que no esoy tan en forma como hace un par de años, el año que disputé más crosses, sencillamente porque las series que estoy haciendo (por ahora solo han sido tres semanas) han sido largas, por lo que la chispa que tenía no es la misma. Ahora mismo, y lo reconozco, me cuesta hacer las series a 3'20", y creo no mentir que si no hay problemas y logro ir a Atapuerca, lograr llegar a meta habiendo hecho los seis kilómetros a 3'40" será algo que no me espero. Como decía la canción de Queen, solo soy los restos del que solía ser, por lo que ahora no creo que obtenga resultados ni lejanamente parecidos a los que tenía hace un par de años. Siendo sincero, tampoco me aptece ir a buscarlos en los crosses, de ser algo que me motivara realmente como lo hacía antes seguro que me habría puesto a entrenar bastante más en serio, haciendo series cortas y más cuestas, pero como únicamente voy a salir de atrás y a disfrutar, pues con los entrenos que hago ahora me vale. Pero, aun con esta mentalidad, sigo pensando que he caído de nuevo en mi particular adicción. Y ya lo decía Miguel Ríos en el tema "Un caballo llamado muerte": "...cuando te creas más libre, es cuando más cogido estás". Solo, por lo menos, espero no arrepentirme de haber renovado la licencia. Y aprovecho para decir que poco a poco iréis viendo cuáles han sido los motivos que me han hecho decidirme por el Atletismo Zamora para renovar de nuevo mi licencia.
Miguel Ríos durante un concierto de su gira de despedida. Aquí, cantnado
junto a Ana Belén. Al fondo, Lua, cantante e hija de Miguel.
Y siguiendo el hilo de los entrenos, voy a comentar cómo va esta semana. He decidido que, tras tres semanas haciendo series, ésta tocaba hacerla sin ellas para no cargarme sobre todo mentalmente. Así, el lunes bajo la lluvia y dando vueltas y más vueltas a la pista de atletismo (con el viento que hacía, muy considerable, la cantidad de agua que caía y que la hora a la que me fui a entrenar no destaca por tener mucha luz) completé 13 kilómetros en 48'31", a 3'44" el mil y 172 pulsaciones. Solamente cambié una vez el sentido de las vueltas, en la vuelta del kilómetro cinco. Aunque calado, acabé contento. El martes tocaban otros 13 kilómetros, esta vez ya por fuera y con mejor tiempo, aunque aun hacía algo de aire. Dando mi vuelta invernal, completé la distancia fijada en 50'57", a 3'55" el mil y 170 pulsaciones medias. Y tras dos días sumando los mismos kilómetros, hoy tocaba aumentar algo. Así, varié algo el recorrido respecto al de ayer, cambiando alguna zona, subiendo alguna cuesta más aparte de la tradicional, e invirtiendo el sentido. Así, he acabado con 15 kilómetros justos en 59'02", a 3'56" el mil y 170 pulsaciones medias. Hoy en las subidas me he notado mejor que los últimos días.  Una vez completados estos tres días, toca afrontar el entreno de mañana para descansar el viernes y afrontar el fin de semana, que también vendrá cargado de kilómetros.  Solo espero poder seguir cumpliendo con los entrenamientos marcados en la tabla. Por lo menos, aunque no tengo ni idea de esto, disfruto corriendo. Aunque no llegue en la forma suficiente a Atapuerca, Valladolid o cualquier otro cross, por lo menos, habiendo podido entrenar a diario, me será suficiente para disfrutar durante los entrenos y las carreras.
Nos vemos... haciendo deporte, claro.

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