Nos
encontramos en una época de lo más peculiar dentro del deporte a
nivel popular. Estamos viendo cómo cada vez hay más y más carreras
de atletismo a nivel popular, mientras que, al parecer, el número de
atletas con licencia federativa disminuye, o cómo cada vez hay más
inscritos en este tipo de eventos, que se celebran por motivos, bien
sean para celebrar las fiestas de un pueblo, ciudad o barrio, por un
motivo benéfico, o simplemente porque cuatro locos del mundillo de
las zapatillas se juntan, buscan unos patrocinadores y deciden montar
una competición popular de una distancia determinada. Por otro lado,
vemos que también el cicloturismo está
en aumento, aunque aquí, a diferencia de lo que está sucediendo en
el atletismo popular, no hay un aumento tan exagerado de marchas, por
lo menos si hablamos de las de carretera, porque creo que de BTT sí
hay un pequeño (repito, pequeño)
aumento. Precisamente, de todo esto me gustaría escribir hoy, aprovechando el artículo para expresar mi punto de vista sobre algunas situaciones que estamos viviendo, como, por ejemplo, la filosofía que tienen muchos de tomarse las marchas cicloturistas.
Esto, para los que sois lectores antiguos del blog, os resultará ya
conocido, porque he escrito sobre ello varias veces, pero, siendo
sinceros, me veo con ganas de volver a hacerlo no para reprender a
nadie por sus actos, sino por el simple hecho de expresar mi opinión
y todo lo que siento al respecto una vez más.
Comenzaré
por el cicloturismo. Podríamos afirmar que actualmente hay
dos tipos de cicloturismo. Por un lado nos encontramos a
aquellos ciclistas que se deciden a coger unas alforjas y una
bicicleta y que se marchan a recorrer rutas como, por ejemplo, el
Camino de Santiago. Quizá, ese sea el cicloturismo más
puro, porque realmente tenemos un
equilibrio entre lo físico y lo cultural. Por otro lado, nos
encontramos con otra "versión" más centrada en el plano
deportivo, y que en muchas ocasiones suele dejar el lado cultural o
"de turisteo" para, normalmente, después de haber
completado unos cuantos kilómetros. Es lo que solemos denominar como
marchas cicloturistas, donde nos desplazamos hasta un pueblo o
ciudad para completar unos cuantos kilómetros por una ruta que no
conocemos, dentro de un gran grupo (que puede variar de entre unos
100 participantes hasta unos 8000) y donde se suele dejar algún o
algunos tramos libres para que, en un momento dado, el personal se
quite la carbonilla. O así debería ser, porque, siendo sinceros,
cada vez hay menos marchas cicloturistas como
tal, y más "carreras cicloturistas" dentro de las
llamadas marchas. Resulta que muchos ciclistas, al verse con un
dorsal puesto en el maillot, están dispuestos a machacarse hasta que
el participante que va a su rueda reviente y así poder ganar un
puesto, o incluso los hay que se lo toman tan, tan en serio que van a
por una "victoria" en tal o cual marcha, para luego poder
presumir de trofeo como primer clasificado.
Personalmente,
nunca he comprendido esta actitud en un evento cicloturista cuya
denominación no es "competición", sino "marcha".
Creo que cuando se juntan varios ciclistas en este tipo de eventos
deportivos es para pasar la mañana dando una vuelta por un sitio que
o bien no se conoce o que, por lejanía de nuestro lugar de
residencia, no solemos transitar demasiado, y para hacerlo en un
grupo que nos va a permitir hacer amistades, o por el simple hecho de
juntarnos con nuestros compañeros e irnos a dar una vuelta junto a
otros ciclistas que no conocemos de nada. Sin embargo, estamos
convirtiendo este tipo de eventos en carreras ciclistas. No es algo
que venga de ahora, pues ya es algo bastante antiguo. Yo entiendo que
en un puerto, por ejemplo, o en un repecho largo, se haga un tramo
libre y cada uno que suba a su ritmo, pero arriba o al final del
tramo libre, parada, reagrupamiento, a tirar de nuevo todos juntitos.
Me parece que salir a competir cadece por
completo de sentido porque para ello hay carreras más serias, dentro
de la categoría Master, donde realmente podremos probarnos. Porque,
siendo sinceros, si nosotros seguimos planes de entrenamiento
específicos para competir, no tiene ningún mérito ganar a
un cicloturista que sale un par
de días o tres y darse una vuelta sin más pretensiones que hacer
algo de deporte. Si queremos tener resultados, lo suyo sería
meternos en un pelotón donde todos los participantes tienen nuestro
mismo objetivo. Para mi, tiene mucho más mérito una victoria en una
carrera Master que una "victoria" en una marcha, por dos
motivos. El primero, el que llevo un rato diciendo, que no son
carreras, y el segundo, el que comentaba hace poco, estamos
compitiendo con gente que pasa por completo de ello.
¿Culpables?
¿Soluciones? Podríamos decir que, en cierta medida, ambas cosas van
juntas. Está claro que
los cicloturistas que salen a
competir son un punto fundamental para que estas cicloturistas hayan
dejado de serlo para pasar a ser competiciones encubiertas, pero no
son los únicos. En parte, podríamos decir también que ese afán
tan competitivo puede aparecer también por parte de la
organización, al poner clasificaciones, chips y premios para el
ganador de la prueba, o primer clasificado, como queráis llamarlo.
Creo que en una marcha se pongan el puesto en el que hemos quedado no
tiene demasiado sentido. Sí se lo puedo encontrar en unt ramo
libre dentro de un puerto, por ejemplo, pues esas partes delimitadas
son zonas para quitarse la carbonilla y picarnos con nuestros colegas
de grupeta o con la gente que
hemos ido conociendo a lo largo de los kilómetros, pero a la hora de
hacer una general, me parece que es fomentar la competición en un
sitio donde no se está compitiendo. Si realmente queremos organizar
una competición para cicloturistas, creo
que deberíamos replantearnos la idea de organizar “carreras
cicloturistas”. Bajo ese nombre, yo sería el primero en decir que
el que quiera que compita, y el que no, que vaya de cicloturista.
Viendo cómo está el tema de las marchas, donde cada vez quedan
menos cicloturistas como la Bilbao-Bilbao, la “Ciudad de
Valladolid” o la que se hizo hace pocos días en Toro, y más
competiciones encubiertas, de las que creo que muchos no son nada
partidarios, todo sea dicho, creo que deberíamos plantearnos hacer
como en el atletismo, organizar una carrera popular para
cicloturistas. Pero mientras se sigan llamando marchas cicloturistas,
defenderé formatos como el que utilizan en la Bilbao-Bilbao,
Valladolid o Toro, con tramos donde poder quitarnos la carbonilla. Y
por no hablar de los premios, donde si bien es cierto que veo bien
que se den al club más numeroso o al participante más veterano o
más joven, no entiendo que dentro de una reunión de amigos para
montar en bici se de premio al primer clasificado.
En
resumidas cuentas, no veo compatible marchas cicloturistas y carreras
ciclistas. Para lograr un resultado competitivo, creo que lo suyo
sería ir a competir en Master, mientras que si lo que queremos es
disfrutar de una agradable mañana dando pedales conociendo nuevas
rutas y en compañía de otros no sé cuántos ciclistas con nuestras
mismas pretensiones, lo suyo sería hacer una marcha cicloturista. Y
si lo que queremos es que los cicloturistas a los que les gusta
competir se mezclen con los cicloturistas de verdad, se copie al
atletismo y se organicen “carreras cicloturistas”.
Nos
vemos… haciendo deporte, claro.
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