Ha
pasado casi un mes desde la última entrada que publiqué en el blog,
la cual trataba sobre la Media Maratón “Ciudad de Zamora”. Desde
entonces, he ido “dejando para mañana” las publicaciones en el
blog. Y es que, entre unas cosas y otras, al final siempre he acabado
dejando a medias los artículos que tenía escritos. Sin embargo,
espero que para esta ocasión pueda sentarme y dedicarle un buen rato
a una de mis aficiones favoritas: la escritura. ¿Sobre qué
escribir? Me gustaría hacerlo, como de costumbre, acerca de temas
relacionados con el mundillo del atletismo. Y es que, si bien es
cierto que a lo largo de estas últimas semanas no ha habido cambios
excesivos, alguno sí que ha sido de cierta importancia a nivel
deportivo, como puede ser el cambio de club.
En
octubre de 2018 decidí renovar la licencia con el Atletismo Zamora,
el club con el que me he formado como corredor y con el que he ido
creciendo dentro de este deporte. Aunque tenia bastante claro que no
iba a participar en ningún evento deportivo en el cual se me
exigiera este documento, me parecía mejor seguir con mi club de toda
la vida a participar en las poquísimas competiciones en las que
tenia programado competir sin un equipo. En ese momento no me paré a
pensar en algo que, poco tiempo después, me empezó a rondar por la
cabeza y que ahora podríamos decir que se ha materializado. Siendo
sinceros, por mi mentalidad de corredor popular, creo que desde hace
ya alguna que otra temporada, formaba parte de un club en el cual no
acababa de encajar. El Atletismo Zamora, si bien es cierto que
gracias a ellos (en especial a Teo de las Heras) me he aficionado a
este deporte mucho más que al ciclismo, algo que en su día parecía
bastante complicado, es un club dedicado, primero, a la formación de
deportistas, y luego, el objetivo más principal suele estar enfocado
más hacia la variante competitiva del atletismo, bien sea en pista,
cross o diversos eventos populares. Y un día, allá por principios
de año, me puse a hacer un pequeño balance de todo esto. Me di
cuenta de que tan sólo he corrido en pista en un par de ocasiones,
ya no participaba en pruebas federadas, y entre una prueba popular y
otra pasaban varios meses de separación. Tampoco entrenaba ya con
Teo, y aunque en alguna ocasión me he animado a rodar con el grupo
de atletas que tenía de edades parecidas a la mía, ya hacía
también mucho que no lo hacía. Por otro lado, mi mentalidad hacia
ciertas cosas ha seguido cambiando, pudiendo destacar que, si bien es
cierto que cuando dejé de entrenar con Teo me molestaba que se me
dijera “que hay que competir”, porque para mi el atletismo es una
afición, no un trabajo, ahora el que se me hable constantemente de
pruebas, marcas y demás es algo que me “quema” bastante. Y, así,
decidí empezar a buscar un nuevo equipo. Debo reconocer que no lo
dudé ni un momento a la hora de ponerme en contacto con uno: el Mesa
de Valorio. ¿Por qué? Porque posiblemente sea el club de atletas
populares (o sin licencia federativa, como queráis llamarlo) más
antiguo de Zamora y porque, entre otras cosas, suelo bajar en varias
ocasiones a entrenar con ellos a nuestro querido bosque de Valorio.
Tras hablar con algunos de sus integrantes para saber cómo podía
empezar a formar parte “del Mesa”, enseguida me aceptaron como
una más de sus integrantes.
¿Por
qué el Mesa de Valorio y no otro de los varios equipos con
mentalidad “popular” que tenemos en Zamora? Pues por un motivo
muy sencillo. Este club es uno de los “tradicionales” del
atletismo zamorano (en su blog podemos observar que hacia el año
2000 aparecieron como club, aunque ya en los años noventa un buen
grupo de amigos se juntaba para correr por el bosque) y, a nivel
popular, posiblemente sea el primero que aparece sin una mentalidad
competitiva “pura”, sino con el único objetivo de salir a
correr, sin más. En mi caso particular, mis objetivos a nivel
deportivo están muy alejados del deporte federado y prefiero
practicar el atletismo con otra filosofía. No me gusta demasiado ir
rodando y que los compañeros de fatigas me vayan hablando
constantemente de las marcas en pista, de los segundos que tienen que
bajar para lograr una mínima que les permita participar en los
campeonatos más importantes. No digo que ésto no permita disfrutar
del atletismo, porque cada uno disfrutamos del correr a nuestra
manera, pero tengo claro que mi camino no va por ahí. Mi rumbo está
más enfocado a intentar no volver a olvidarme de la parte más
importante de esto, que no deja de ser algo tan básico como correr
(se nos suele olvidar con demasiada frecuencia). ¿Participar en
eventos populares? Desde luego que tengo previsto tomar parte de
competiciones de este tipo con los colores del Mesa de Valorio, pues
otro de los motivos de buscar un nuevo club era para, además de
entrenar con ellos algunos fines de semana, poder participar con su
camiseta en estos eventos. Pero, desde luego, sabiendo cuáles son
mis límites y sin más pretensiones que las de intentar pasar una
mañana agradable de atletismo. En resumidas cuentas, creo que he
acertado empezando a formar parte del Mesa de Valorio. Desde aquí,
me gustaría agradecer a todos sus integrantes el que me hayan
aceptado. ¡Gracias compañeros!
El
Atletismo Zamora ha sido mi club desde que comencé a correr, cuando
el verano del 2009 estaba llegando a su fin. Gracias a Bernardo
Cabañas me puse en contacto con Teo de las Heras. Con él comenzó
mi andadura atlética, que fue de su mano hasta octubre de 2014,
cuando decidí empezar a entrenar por independiente, aunque la
relación la seguimos manteniendo. Pero, la verdad, gracias a este
club, y sobre todo gracias a Teo, me he aficionado al atletismo y me
he ido formando como atleta. Sí es cierto que, como todo en esta
vida, hay ciertas cosas que no comparto y que han sido, en parte, lo
que me han llevado a cambiar de club, pero no puedo negar la gran
labor que han hecho conmigo (bueno, y con una gran parte del
atletismo zamorano) a la hora de formarme como deportista. Gracias a
Teo y al Atletismo Zamora he vivido momentos muy bonitos y he podido
suplir durante unas temporadas lo que me motivó a practicar
atletismo: competir. Siempre digo que yo quería competir en
ciclismo, no corriendo, y como mis padres no estaban muy por la
labor, un día se me ocurrió decirles que si me dejaban hacerlo a
pie. Una de esas anécdotas que quedan para el recuerdo y, si soy
sincero, ahora no me arrepiento de que no me dejaran ser ciclista y
de que prefirieran que, si quería competir en un deporte, fuera en
el atletismo. Por otro lado, la verdad es que aun me une con este
club una licencia federativa. Imagino que lo de tener licencia con un
club e inscribirse con otro en una competición federada o que
pertenezca al calendario de la RFEA no esté permitido, pero imagino
que no haya muchos problemas para participar en las poquísimas
carreras que tengo previsto participar, pues todas ellas son eventos
puramente populares, organizados dentro de la provincia de Zamora y
que no tienen nada que ver con el deporte federado. De haber pensando
poco tiempo antes este cambio, lógicamente no hubiese sacado esta
licencia, pero bueno, todo surgió un poco más tarde y estos
documentos ya estaban tramitados.
En
definitivas cuentas, y para resumir un poco todo lo escrito a lo
largo del articulo, dejo mi club de toda la vida, el Atletismo
Zamora, para empezar a ir a las competiciones con el Mesa de Valorio,
un club en el que, debido a la filosofía que tengo ahora, se adapta
bastante a mi. Por ahora tengo una serie de objetivos tanto en los
entrenamientos como en las competiciones (espero no tardar mucho en
debutar con el Mesa de Valorio en alguna carrera, aunque mi estado de
forma sea mejorable), pero éso ya tocará escribirlo en otra
entrada. Y para cerrar ya por completo, muchas gracias a todo el
Atletismo Zamora, en especial a Bernardo, que gracias él conocí
este club, y a sus entrenadores (Teo de las Heras y Ángel Martín)
por todo lo que me habéis enseñado acerca de este deporte, y
también muchas gracias al Mesa de Valorio pro aceptarme como uno
más.
Nos
vemos… haciendo deporte, claro.
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