sábado, 9 de noviembre de 2019

Maratones y cross


Si hablamos de atletismo a nivel popular, todo el mundo se pone a pensar enseguida en dos tipos de pruebas: maratones y competiciones de montaña. Desconozco el motivo por el cual ambas modalidades se han puesto tan de moda, porque, desde luego, el hecho de que haya tanta gente participando en ellas así nos lo demuestra. ¿Falta de respeto? ¿Retos demasiado ambiciosos? O, como en alguna ocasión he llegado a escuchar: ¿Falta de “cultura atlética”? Quizá, esta última pregunta sea un tanto arisca, pero, desde luego, nos ayuda a ver cómo está el patio en este deporte. Porque hemos llegado a unos extremos en cuanto a temas de participación en cierto tipo de competiciones que no es para nada lógico. Hablo de las pruebas de 42 kilómetros y de montaña porque se llevan la gran parte de inscritos y estoy convencido de que es ahí donde más locuras podemos observar, pero seguro que si nos vamos a medias maratones también podremos observar situaciones de lo más peculiares. Por no hablar de otro tipo de eventos, como ciertas marchas cicloturistas o pruebas de triatlón. ¿Tenemos “cura” o esto esta plenamente perdido?

Si hay algo que llevo observando mucho tiempo es que es muy, muy complicado no hablar con alguien que esté preparando alguna competición y te conteste: “Pues estoy con un 5000”, “ando a ver si consigo bajar mi marca en 10.000”, “este año voy a probar con el campo a través”. No. Lo más normal es que todo el mundo hable, en asfalto, de medias maratones y, sobre todo, de maratones. Si, sí, nada de medias tintas. Luego, por otro lado, nos encontramos con aquellos que “tiran al monte” y optan por las (al menos para mi) durísimas pruebas de montaña, últimamente denominadas “de trail”, un término que, al igual que los famosos “raner” y “raning”, me chirría bastante. Pruebas, unas u otras, que requieren de muchísimo bagaje, de mucha “escuela”, para poder participar en ellas, y no todo el mundo tiene esa formación física para poder participar, al menos de momento.

Estamos viviendo un momento en el cual parece que hay que correr maratones porque sí, porque es lo que te hace ser un gran deportista dentro del ámbito popular. Lo que te da el “carnet” de corredor. Pues no. No es así. Todo necesita un proceso y, como suele ocurrir casi siempre, no es corto precisamente. Se necesita machacar mucho las distancias inferiores antes de dar el salto a las pruebas más largas. Si nuestra vida deportiva comienza desde pequeñitos y tenemos claras preferencias por el fondo, lo suyo sería empezar alternando pruebas de campo a través en invierno con competiciones en pista sobre distancias de medio fondo (“el corredor de maratón se forma corriendo 1500” me dijo alguien en una ocasión) para, poco a poco, ir aumentando la distancia y ver dónde nos encontramos mejor. Algo semejante ocurre con los deportistas que comienzan en edades más tardías. Comenzar por pruebas de cinco y diez kilómetros y machacarlas mucho, muchísimo. ¿Que vemos que en este tipo de pruebas, tanto con los unos como con los otros, vamos bien? Pues no ocurre absolutamente nada por no dar el salto a los 21 o los 42 kilómetros. Seguimos con nuestras pruebas de 5000 o 10000 metros. Incluso puede que descubramos que, por nuestras características, somos unos buenos corredores de pruebas de 1500 o 3000 metros, y plantearnos la posibilidad de competir en pista o en millas. ¿Por qué no, si nuestro organismo nos ha dotado con más facilidad para esas pruebas que para otras? Como digo, no vamos a dejar de ser menos corredores por ello. Se trata de no querer ir rápido y de saber jugar con nuestras capacidades.

Por otro lado, nos encontramos con el campo a través, que si bien es cierto que está bastante popularizado en el ámbito federado, es más complicado encontrarnos un cross “puro” para los atletas populares. Es cierto que muchas organizaciones de grandes pruebas de este tipo están apostando por hacer, a la par de las federadas, competiciones para los atletas populares. Y, la verdad, me parece una muy buena manera de acercar el mundillo del campo a través a aquellos deportistas que no están tan interesados en sacar una licencia para competir. Nos encontramos con pruebas que rondan los cinco o seis kilómetros de distancia, en las cuales pueden participar todos aquellos atletas que lo deseen. El único requisito es el de apuntarse. Pero, aun así, creo que el mundo del campo a través no está lo suficientemente valorado por parte de muchos atletas. Personalmente, he escuchado comentarios de todo tipo, pero el más escuchado es el de “es que me mancho”. Claro, es que se trata de correr por el campo. De no ser así, seguramente serían competiciones por asfalto. Y no nos olvidemos de que, como muchas veces nos decía Teo, “el cross vale para casi todo”.

Sí me gustaría añadir algo en el tema de los crosses organizados paralelamente a los federados. Como decía en el párrafo anterior, suelen ser pruebas de unos cinco o seis kilómetros por norma general, y creo que sería interesante poder organizar una prueba de campo a través sobre la misma distancia que hagan los atletas Promesa o Senior en sus carreras, que suelen rondar los diez kilómetros. Creo que es uno de los alicientes que tienen este tipo de pruebas, al menos para mi, esas distancias, bastante habituales en las pruebas de fondo en asfalto, pero trasladadas al campo. Al final, estos eventos son pruebas de fondo, donde muchos de los atletas van buscando acumular kilómetros de cara a otras distancias, cuya época fuerte suele ser más adelante. El hecho de, por ejemplo, hacer diez kilómetros a vueltas de 2000 metros creo que tiene su “magia”, y el poder trasladarlo al atleta popular creo que sería algo bastante interesante. Y en cuanto a crosses “de verdad” fuera del ámbito federado, la verdad es que nos encontramos con pocos, o al menos yo tengo el conocimiento de pocas pruebas. El cross de Ávila para mi es un claro ejemplo de cross popular y estaría bien que más organizaciones tomaran este ejemplo.

Algo semejante respecto a lo que comentaba en el párrafo anterior ocurre con el tema de la pista. Nos encontramos con ciertas pruebas para atletas federados, pero es realmente complicado que un popular pueda participar. Creo que sería fantástico poder organizar competiciones de varias distancias para los corredores que no estén federados, con el objetivo de acercar la pista a todo el mundo y, así, saber apreciarla. Es una parte fundamental en la formación de cualquier atleta de fondo, y no siempre se valora lo suficiente. Y si todo el mundo pudiera hacer algo en ella, quizá esa perspectiva cambiara. Puedo entender que puede ser un poco “jaleo” juntar, por ejemplo, en un 10.000 a corredores que sean capaces de hacerlo a ritmos de 3'20 (muchos atletas populares tienen nivel más que de sobra para estar compitiendo a nivel federado) con atletas que vayan a hacerlo a ritmos de 6'00 min/km, pues ésto no deja de ser un óvalo de 400 metros y enseguida empezarían a aparecer corredores doblados, lo que sería incómodo para los participantes después de ciertas vueltas y complicado de controlar de cara a los organizadores, pero imagino que, como suele ocurrir siempre, para todo habrá una solución y buscándola, seguramente aparezca alguna.

En definitiva, y para cerrar el artículo, no nos obsesionemos con la larga distancia y las carreras de montaña. El atletismo va mucho, mucho más allá y no todo es centrarse en esas dos especialidades. Antes debemos machacar mucho otro tipo de distancias y, sobre todo, no tener prisa para llegar hasta ahí. Y si no llegamos a ser maratonianos, tampoco nos va a pasar nada. Aprendamos a valorar el cross, el 1500, la milla, el 5000, el 10.000… Y disfrutemos de estas distancias.

Nos vemos… haciendo deporte, claro.


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