Es muy importante saber cuándo y cómo debemos entrenar. Solo
así conseguiremos nuestros objetivos deportivos. Los deportistas experimentados
saben que el descanso es un factor clave que afecta al rendimiento del
deportista.
Puede resultar una aunténtica lástima que haya muchos
deportistas que echen toda una competición por la borda por una mala
planificación. Los principios del entrenamiento funcionan a la inversa, es
decir, si dejamos de someter al cuerpo a un esfuerzo, se adapta a ese menor
esfuerzo. Hablando de forma sencilla: cuando paramos el programa de
entrenamiento, no mantenemos la forma física que hemos intentado conseguir.
Puede ser realmente desmotivador que necesitemos mucho menos tiempo para estar
desentrenados que para estar a un nivel de forma aceptable, ya no hablemos de
estar en nuestro mejor momento de forma.
Lo buena del tema es que, tras haber tenido un alto nivel de
forma con un entrenamiento intenso, no vamos a necesitar la misma cantidad de
trabajo para mantener los niveles máximos de rendimiento. La frecuencia de las
sesiones intensas se reducen a la mitad y así la condición física de
resistencia será adquirida con siete horas semanales.
Durante el entrenamiento sucede lo llamado “síndrome de
adaptación general”. Consta de tres etpaas: la etapa de alarma que es provocada por la aplicación de esfuero al
entrenamiento (lo que se llama principio de sobrecarga); la segunda etapa,
denominada etapa de resistencia donde
los músculos y otros sistemas se adaptan para resisitr de una forma más eficaz
al entrenamiento duro (lo que habitualmente se denomina principio de
sobrecompensación) y la última etapa es la del agotamiento, donde si
persistimos en el esfuerzo, se agotan las reservas y nos veremos obligados a
parar el entrenamiento por el colapso de los sistemas fisiológicos implicados.
El entrenamiento intenso y constante no ha de durar mucho
tiempo. A la larga, el organismo se niga a seguir y el rendimiento o hasta
nuestra salud se ven afectados. Podemos planificar el entrenamiento por ciclos.
Por ejemplo, meter tres semanas fuertes seguida de una para recuperar con un
entrenamiento de intensidad baja e incluso un descanso absoluto para facilitar
la sobrecompensación. Podemos empezar el ciclo siguiente con algo más de carga
entrenando. Si entrenamos antes de la sobrecompensación, el resultado será un
declive del estado físico, un declive constnate, que requerirá un período de
descanso y recuperación más largo. Aplicar descansos activos a nuestro
entrenamiento puede ser beneficioso.
El descanso y la recuperación hacen que el cuerpo pueda
recuperarse de unas lesiones microscópicas que aparecen en los músculos y poder
restablecer los niveles de energía. Esto es necesario a la hora de competir.
Con cierta frecuencia, cuando experimentamos resultados malos, muchos tienden a
entrenar más fuerte, y esto no es exactamente bueno. Puede que necesitemos todo
lo contrario, descansar.
Pero la recuperación no es tumbarnos en el sofá con los pies
en alto. Hay varias formas de que el cuerpo esté activado.
El masaje es importante en los deportistas. No hace falta
que seamos profesionales, esto puede venirle bien a cualquier aficionado. Otra
técnica puede ser la ducha fría en las piernas y tener una dieta bien
planificada y dormir lo suficiente.
Muchos son los deportistas que se deciden por dormir la
siesta. Media hora de sueño puede ser estimulante después de comer.
Una de las claves para el éxito en las competiciones es
conocer bien nuestro propio cuerpo para saber cómo reaccionamos ante las
exigencias que se plantearán en la competición. Esto puede llevarnos años de
aprendizaje. Debemos sentir el estado de los músculos, las hora de sueño
necesarias y la dieta idónea. Debemos conocer los signos del
sobreentrenamiento: insomnio, pérdida de apetito, pérdida de entusiasmo, irritabilidad
y cosas del estilo.
Aprender lo que el cuerpo nos dice es una cosa, pero hacerlo
es otra. Si no estamos bien, no necesariamente debemos entrenar. Si estamos
bien, quitamos el recorrido fácil que teníamos planificado y metemos un
entrenamiento de intervalos. No debemos ser esclavos del plan de entrenamiento,
debemos aprender a ser flexibles.
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