Estas últimas semanas están siendo, en el tema deportivo, muy interesantes. Ya os he hecho algún comentario acerca de cómo estoy haciendo estos últimos entrenamientos. Ahora, mi intención casi sigue siendo esa.
Sigo acumulando kilómetros, como llevo haciendo durante las últimas tres-cuatro semanas. Poco a poco, voy encontrándome algo mejor físicamente, pero sobre todo de motivación me encuentro como hacía mucho que no me encontraba. Cuando comencé con este periodo deportivo, mi idea principal era olvidarme de ir a disputar pruebas y de recuperarme física y mentalmente. El objetivo físico sigue lentamente, aunque he notado mucha mejoría. En el mental sí que he notado mejoría. Me he dado cuenta de que, realmente, me puse a competir sin saber muy bien el motivo por el que lo hacía. No sé si ha sido poco a poco, algo de los últimos meses o una mezcla de todo (yo más bien pienso que es la última opción, una carga excesiva de competiciones en los últimos meses, series sin saber manejar ritmos y rodajes sin saber rodar), pero el hecho es que acabé muy saturado, y no lo vi hasta que no dejé de entrenar en serio. Sí, este año he sido capaz de rodar a 3:20 llevando corriendo un mes, pero así he estado y sigo estando, "para pocas trotadas". Este tiempo me ha hecho ver el deporte de otra forma, la popular, de la que tantas veces había escuchado e incluso he visto en casa con mi padre. Después de ver lo bien que se lo pasa uno haciendo deporte pero improvisando lo que se va a hacer una vez que, en mi caso, ya estoy encadenando zancadas, es de lo más interesante.
Otra de las cosa que ahora quiero descubrir es cómo ve un popular las carreras. Lo de correr una prueba a un ritmo parecido al del entrenamiento (seguramente algo más rápido, provocado por lo de ir en grupos y demás) y no tener que ir con el pulso por las nubes por lograr una victoria es una gozada. Por ahora decidí no tomar parte de ninguna prueba. No me veía con ganas ni con motivación suficiente. Iba a haber corrido El Caracol el pasado domingo en Benavente; al final me decanté por ir de espectador y, si se hubiera dado el caso, de "director técnico" de mi hermano, que sí que corrió. En la prueba en la que, si no surge nada grave sí que estaré será en la de los Arribes del Duero, sobre una distancia de 11,2 kilómetros con un constante sube y baja más que interesante. Es una prueba popular que me servirá para seguir acumulando kilómetros y, además, variar la zona de entrenamientos habituales a estar rodando por Sayago. Ésa mentalidad, al fin y al cabo, es la que conviene tener para las pruebas: ir a conocer nuevos circuitos por la provincia, nuestra comunidad y nuestro país, además de ir conociendo gente en las pruebas. Hay muchos que prefieren la mentalidad de ir a ganar a las carreras, con el correspondiente agotamiento físico que eso supone; yo ya lo he hecho y no tengo intención de volver a sufrir. Yo ahora disfruto picándome y rodando fuerte, pero nunca a tope. En cuanto me veo forzado, a bajar el ritmo. A esta prueba por los Arribes ya le dedicaré un artículo más completo, por ahora os comentaré que iré, entre otros muchos motivos, porque se me metió en la cabeza a principios de esta temporada.
Y, poco a poco, va pasando otra semana de rodajes atléticos. Tengo pensados otros dos artículos para publicar, el de la prueba del domingo y otro relacionado con la competición de los más pequeños. Si queremos tener en un futuro atletas de élite, ya no digo grandes deportistas, sino gente que siga practicando deportes como el atletismo o el ciclismo a nivel profesional y así asegurar la alta competición para poder seguir promocionando el deporte (ya explicaré esta frase en su debido momento), necesitamos tener niños que practiquen deporte. A ver si se nos logra cambiar el chip.
Nos vemos... haciendo deporte.
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