Llevo un tiempo intentando
escribir este artículo, pero debo reconocer que me está costando
muchísimo darle forma. Y es que me resulta muy complicado hablar del
rumbo que están tomando muchas de las pruebas de atletismo a nivel
popular. Bueno, hablo de este tipo de pruebas porque es el ámbito en
el que me estoy moviendo, aunque me imagino que ésto sucederá
también en deportes como el ciclismo con sus marchas cicloturistas o
en el triatlón, con cada más eventos populares en su calendario.
San Silvestre de Zamora. (Foto: www.zamora24horas.com). |
Y es que me está dando la
impresión de que hemos llegado a un punto donde, casi, el menos
importante es el corredor. Hablamos de algunas pruebas donde hay
5000, 6000, 7000 participantes, y nos parece lo normal. Si nos
ponemos a mirar los precios, en estos eventos multitudinarios es
complicado ver precios por debajo de los 9-10 euros mínimo en
pruebas de 10.000 metros, y según va aumentando la distancia,
aumenta el precio (salvo excepciones… he llegado a ver pruebas de
5000 metros donde se pedía tanto precio de inscripción como ese
mínimo que comento para las pruebas de diez kilómetros), un precio
que, quizá, no siempre se utilice para el corredor. Y digo esto
porque me parece que, con todo ese dinero recaudado supongo que habrá
que pagar toda esa infraestructura que necesita la prueba, pero
también creo que convendría tener varios detalles con los
participantes. Algo como dar una buena bolsa de corredor, por
ejemplo, algo que no siempre acompaña, u organizar una pequeña
comida o merienda después de la competición. Sin embargo, hay
ocasiones en las que preferimos gastarnos el dinero en montar un
circuito que, en teoría, impresionante, o circuitos que, según sus
organizadores, son muy rápidos y permiten mejorar nuestras marcas, o
presumir de una participación de lujo.
Varios atletas en la disputa de una prueba de campo a través. |
Con el tema de los circuitos
rápidos me llama la atención. Podemos hacer un circuito plano y con
rectas, que como nos salga un día de lluvia, mucho frío, nieve o
viento, me da que la cosa cambiará bastante. Para mejorar nuestras
marcas debemos, primero, entrenar, y segundo, que salga un día
apacible para poder hacerlo, y que el día de la carrera tengamos
buenas sensaciones… Está claro que un circuito plan favorece, y
muchísimo, mejorar nuestras marcas personales, pero hay que contar
con muchos factores. Tampoco acabo de entender que haya pruebas que
compitan por ser las más rápidas. ¿Por qué competir por eso? No
lo comprendo, la verdad. Estamos hablando de una carrera donde salir
a pasarlo bien. ¿Por qué centrarnos en decir que mi prueba es más
rápida que la tuya? Éso supone que, en pruebas multitudinarias, los
primeros tengan que correr mucho, pero mucho. Claro, luego resulta
que vemos los tiempos de los primeros clasificados en las populares,
y los tiempos son para echarse a temblar. Ritmos cercanos a los 3'05
en prubas de media maratón y maratón, por ejemplo. El ámbito
popular permite ver a atletas que, aunque sin ganarse la vida, andan
bastante bien, organizándose un poco los entrenamientos, y otros que
corren un par de días a la semana. Por éso creo que los tiempos de
los primeros clasificados deberían rondar los 3'20-3'30, como muy
rápido. Y es que, si queremos hacer una carrera con atletas capaces
de correr a ritmos de 3.05 en media maratón, creo que deberíamos
empezar a plantearnos qué es lo que queremos, si una prueba popular
o una prueba ya más seria, a un nivel no profesional, pero por lo
menos federado, donde ya podamos ver a atletas de bastante nivel con
otros de élite. Pero no veo lógico que se busquen ciertas marcas
para pruebas populares o predominantemente populares.
San Silvestre de Zamora. (Foto: La Opinión de Zamora). |
Algo que tampoco acabo de
entender es el motivo por el cual muchos organizadores de carreras
populares deciden que hay que dar premios en metálico a los primeros
clasificados. ¿Por qué pagar por ganar en una prueba donde,
supuestamente, compiten personas que corren para disfrutar y pasarlo
bien? No entiendo por qué gastarnos ese dinero para los primeros
clasificados, cuando podrían utilizarse para dar una amplia bolsa de
corredor (no una manzana, una botella de agua y una camiseta) o para
una merienda tras la competición. He visto carreras populares donde
se pedían 10 euros para participar en la prueba, y resulta que había
premios en metálico hasta no sé qué puesto. Vamos a ver, cuando
hay dinero de por medio, los primeros clasificados tienen nivel, y
además, bastante, quizá no sean profesionales, pero sí capaces de
aguantar carreras de 10000 metros en 31'-32', o medias maratones en
1h04-1h05, para lo que hay que andar ya bastante tirando a mucho, y
está claro que para ellos sí sale rentable pagar 10 euros, pues se
acabarán llevando una cantidad económica. Para los que no sale
rentable es para el atleta que va a correr a 3.40, 4'20 , 5'00 o 6'00
min/km. ¿Por qué, entonces, deben pagar ellos los premios
económicos de los que tienen facultades o se entrenan para correr
ritmos de 3.05-3.10 el mil? No lo entiendo, la verdad.
Carlos Castillejo. |
Y supongo que parte del dinero
que yo pago para mi inscripción se irá para el élite o los élite
que la organización invita a su competición. Bueno, la verdad es
que si hablamos de una competición popular con dinero para los
primeros clasificados (ya he expresado mi opinión sobre ellas)
entiendo que participen, invitados o no, y es más, vería lógico
que, habiendo premios en metálico, salieran a competir, pero no
entiendo por qué algunas organizaciones, queriendo hacer una prueba
participativa, invitan a atletas de élite, sabiendo que serán ellos
quienes ocupen los primeros puestos de la clasificación. En esta
situación, opino lo mismo que opino con los ciclistas de competición
que se dedican a ir a las marchas cicloturistas para “ganarlas”.
Si te metes en una competición popular, donde vas a encontrar
atletas que, por muy bien que entrenen, no lo harán de una forma tan
seria, estricta o metódica como la hacen los profesionales, y desde
luego, los ritmos poco tendrán que ver con los de los populares, por
lo cual, yo doy mi opinión: hay que ganar a cada uno en su sitio. Si
yo soy un atleta profesional o semi profesional, que entreno para
lograr mínimas para ir a Nacionales o Europeos, por poner unos
ejemplos de pruebas de nivel, no sé por qué nos tenemos que meter
en pruebas donde nos vamos a juntar con atletas que corren, los más
rápidos, a ritmos de 3.30, y, repito, esos son los ritmos que yo
entiendo que deberían de ser con los que se ganan las carreras, pues
entiendo que un atleta popular que entrene de una manera algo
metódica (nada que ver con la de los profesionales) puede llegar a
tocar esos ritmos, pero también veremos a gente que corre a 5.30 y
6.00 min/km. Cada uno tiene que competir con la gente de su nivel,
por lo que me parece que los élite no deberían competir con los
populares. Ojo, yo he coincidido con varios atletas profesionales en
diferentes populares (Diana Martín, Roberto Alaiz, Marcos Peón,
Chema Martínez, Jacqueline Martin, Ricardo Serrano, Jesús Antonio
Núñez…) y soy el primero en pedirles una foto, pero, seamos
realistas, ellos están en otra guerra. Ahora, engancho con el
principio del párrafo. Me gustaría, por lo tanto, que el dinero que
yo me gasto en la inscripción, la organización, de alguna forma, lo
invierta en mi y en el resto de populares que vamos a formar parte de
la carrera porque, no lo olvidemos, no dejamos de ser nosotros, todos
los que corremos por placer, los que mantenemos las carreras
populares.
Salida de la Media Maratón de Zamora del año 2012. |
Y una cosa que me está
impresionando es el auge que están teniendo las carreras populares,
sobre todo ciertas carreras. Puedo entenderlo de algunas, como, por
ejemplo, la Behobia-San Sebastián que, si no es la media con más
solera de nuestro país, debe estar muy cerca, lo que hace que se
haya convertido en la “media de las medias”, pero, sin embargo,
no puedo entenderlo de otras con una creación relativamente nueva,
ni tampoco de muchas de las medias y maratones de nuestro país. Me
impresiona cómo pruebas como la San Silvestre de Salamanca, por
poner un ejemplo que me queda cerca de casa, agotan sus inscripciones
en apenas cuatro días, mientras que otras pruebas de su misma
distancia se ven negros para llegar a los 100 inscritos y, al final,
acaban desapareciendo. La verdad, creo que lo de la tradición en
muchas ocasiones ha dejado de existir y hemos llegado a tener ciertas
obsesiones, pues parece que abren las inscripciones con 5000, 6000 o
7000 dorsales y hay que apuntarse lo antes posible para evitar
quedarnos fuera. ¡Por favor! ¿Los populares nos estamos volviendo
chalados? ¿Qué nos ha dado para llegar a tener pruebas que superan
incluso los 7000 atletas? Quizá hemos llegado a un momento de cierto
“fanatismo”, el cual creo que llevamos arrastrando ya unos
cuantos años, tampoco demasiados, pero unos cuantos, y ésto podría
ser un motivo que algunos pueden aprovechar para organizar una prueba
y, por lo menos, intentar sacar algo de dinero, lo también es
relativo, pero bueno, por intentarlo que no quede. Hablando de
tradición y participación, puestos a pensar en que hay que tener
muchos atletas, qué queréis que os diga, os pongo el ejemplo de la
Media Maratón de Zamora, que en 2016 cumplirá ya 32 años, siendo
una de las pioneras de nuestro país, y no entiendo que tenga menos
participación que otras de reciente creación y que, para colmo,
incluso coinciden el mismo día. Pero bueno, podemos juntar pruebas
con 30 años con otras de reciente creación, y parece que no sucede
nada. Y si hablamos de tradición a la hora de participar, creo que
éstos detalles conviene mirarlos.
Nos vemos… haciendo deporte,
claro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario