Hace ya varios días que no publico nada en el blog, así que hoy, aunque sin ideas, me pondré manos a la obra para improvisar una entrada. Como suele ser habitual, no tengo claro el tema del que voy a escribir, pero bueno, espero que teniendo de por medio el Tour de Francia, los Juegos Olímpicos y algún que otro objetivo, no pueda juntar unas cuantas letras.
Nos encontramos ya metidos en la última semana del Tour de Francia. Durante estas dos primeras semanas, hemos vivido alguna situación un tanto surrealista, como ver a Chris Froome corriendo sin bici montaña arriba en el Mont Ventoux tras darse un buen golpe contra una moto, lo que ha levantado cierto revuelo entre los aficionados. Por un lado, pienso que deberíamos empezar a pensar en cambiar un poco toda la normativa de vehículos dentro de las competiciones ciclistas. La caída provocada hace escasos días en el Tour a raíz de una moto que paró en seco, sin dar opción a los ciclistas que venían detrás a parar, no es un caso aislado, y menos en el Tour, donde ya hace algún año vimos cómo un coche atropellaba a Flecha y Hoogerland, lo que nos hace pensar que, quizá, nos encontremos con demasiados vehículos, especialmente motos, dentro del pelotón. Los coches con los correspondientes directores, jueces de la carrera, médicos, mecánicos... creo que son muy necesarios, por lo que puedo entender que haya un mayor número, pero no comprendo el motivo por el cual nos encontramos con un número tan amplio de motos. Muchas de ellas son de periodistas con fotógrafos, lo que muchas veces provoca que se junten varios en el mismo sitio para hacer la mejor foto posible, y si a estas motos las juntamos con otras de la organización y con un púlico enloquecido al paso de la carrera, nos encontramos ante una situación como la vivida en el Mont Ventoux, donde resulta que el principal protagonista de la carrera, el ciclista, no encontraba sitio para pasar. Creo que tras una situción como la vivida en esta mítica subida, ya no desde la organización del Tour, sino desde la entidad correspondiente, que supongo será la UCI, habrá que rediseñar la normativa para, quizá, reducir el número de vehículos en las carreras. Seguro que se montaría un revuelo impresionante, pues si se reduce el número de vehículos, puede darse el caso de que muchos periodistas se queden fuera de la carrera, por es mucho más lógico prescindir de sus motos que de las de la organización o de las motos neutras, las cuales también habría que reducir, pero no tanto como las de los periodistas, o yo por lo menos lo veo así, porque son motos muy necesarias, pues en ocasiones, pueden llegar a lugares donde los coches no pueden llegar. Eso sí, desconozco si los conductores necesitan algún permiso especial para conducir los vehículos dentro de este tipo de competiciones, pero lo suyo sería que se hiciera un examen para demostrar ciertas habilidades tanto llevando un coche como una moto, asegurándonos así que el conductor va a ser capaz de desenvolverse en cualquier situación, por muy complicada que sea, y siempre sin estorbar al ciclista.
Otra cosa que me está resultando llamativa es la estrategia que se está siguiendo por parte de los favoritos. Antes de nada, escribo esto antes de que se dispute la etapa de hoy. La verdad es que Chris Froome se ha cogido el maillot amarillo y parece que a sus principales rivales les cuesta atacar. Hablamos de Nairo Quintana como el caso más llamativo, siempre a rueda, sin apenas movimientos, pero tampoco estamos viendo grandes ataques del resto de los rivales. Estando en la última semana aun podemos ver algún movimiento, pero ya hasta Froome se ha mostrado extrañado de no ver movimientos para arrebatarle el maillot amarillo. Por ahora, el del Sky creo que ha sido el más valiente, de ahí que sea el que lleva el maillot amarillo. El Tour no se gana corriendo siempre a rueda, de vez en cuando suele ser bueno dar algún cambio de ritmo, y creo que ahora mismo no es Froome, sino sus rivales, quienes tienen que hacerlo, la función principal del británico ahora es no perder tiempo, y si no hay ciclistas que se lo hagan perder, él no va a malgastar fuerzas atacando. Lo que sí es cierto que me sorprende lo de Quitana. No ha hecho para nada una mala temporada, pero en el Tour creo que no está rindiendo acorde a su calidad como ciclista. Quizá no esté hecho para pruebas por etapas tan largas, aunque ya ha ganado un Giro, pero creo que tiene calidad suficiente quizá no para quitarle el maillot amarillo, pero sí para ponerle un poco más contra las cuerdas.
Cambiando un poco de tema, me voy a los entrenamientos. Éste mes de julio la verdad es que está siendo un tanto diferente. El hecho de no "amargarme" por no poder estar corriendo, como me ha estado sucediendo en otras temporadas, está provocando que estos días se me estén haciendo mucho más llevaderos. Para alguien como yo, que hacía ese parón veraniego prácticamente obligado (cuatro semanas sin correr se puede hacer muy, muy largas cuando sabes que no tienes ningún tipo de lesión que te impida calzarte las zapas), poder ponerme las mallas es una auténtica gozada. De sensaciones, la verdad es que no me estoy notando nada mal. Creo que no puedo quejarme de cómo estoy rodando estos días. He optado por introducir varios cambios, como dejar de entrenar con pulsómetro, y la verdad es que eso creo que está teniendo bastante que ver. Puede parecer una chorrada, pero el ir dependiendo todo el rato de las pulsaciones me hacía no escuchar a mi cuerpo, lo que no es nada recomendable. Asi, rodando sin él, trabajando por ritmo, me resulta muchísimo más agradable esto de rodar. Quizá ése haya sido el cambio más llamativo. Por lo demás, todo sigue más o menos igual. He salido un par de días en bicicleta, completando el primero tres horas y el segundo tres horas y media, y el resto, correr, generalmente por tiempo, en torno a una hora, salvo algún domingo, que he subido hasta los 70'.
¿Volver a competir? En un principio, ése es mi objetivo, volver a correr tanto cross a nivel federado como carreras populares de 10 kilómetros. Es un objetivo que ahora mismo veo muy, muy cercano, pero, sobre todo, mucho más fácil de hacer que en otras ocasiones. Puedo decir que estoy echando bastante de menos la competición y los entrenamientos que van enfocados a ir lo más rápido posble en una carrera, así que creo encontrarme en el momento ideal para seguir de nuevo una preparción para un objetivo determinado, el cual, salvo que la cosa cambie mucho, irá más enfocado al asfalto y a los 10 kilómetros que al cross, aunque ésta última modalidad no me decepciona, pero sí me llama mucho menos que el asfalto. Lo de estar delante va a ser complicadísimo, toca cambio de categoría a Promesa si no me equivoco, y si en Junior ya se corría "despacio", aquí prefiero no imaginarme.
Nos vemos... haciendo deporte, claro.
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