Hoy
me vuelve a apetecer ponerme a escribir, así que me pondré manos a
la obra. Reconozco que no sé de qué voy a escribir hoy, y no será
porque no haya temas para hacerlo. Una vez más, voy a improvisar la
entrada en el blog, algo a lo que ya me estoy acostumbrando y que, a
fin de cuentas, tampoco resulta tan desagradable, pues, al final,
acabo tocando algunos temas de los que a lo mejor de otra manera
nunca hubiera escrito.
Voy
a comenzar escribiendo sobre los entrenamientos. Comencé la semana
con unas ideas a la hora de entrenar, pero a última hora decidí
modificar por completo todo lo que tenía pensado, y empezar a
organizar de una manera diferente las sesiones. En un principio, mi
idea era la de entrenar basándome en el pulso, tras estar unos días
de nuevo usándolo tanto en los rodajes como en las dos salidas que
he hecho en bicicleta, pero el lunes me decidí a dejar de utilizarlo
hasta que acabe este mes. No sé si es o no lo más adecuado, pero
durante estas cuatro semanas prefiero correr por sensaciones en vez
de hacerlo entrenar a unas pulsaciones determinadas. Así, dejo que
sea mi cuerpo y no un aparato quien decida cómo debo ir mientras voy
rodando. Físicamente puede que me beneficie, pero creo que lo más
positivo viene a nivel mental, porque no tengo que estar
constantemente mirando el reloj para ver si me estoy pasando de pulso
o voy por debajo de lo que tenía previsto rodar, así corro como me
apetece, sin depender de unos datos determinados. Sí que tengo
previsto volver a entrenar con pulsómetro, pero será a partir de
agosto, cuando ya empiece a meter poco a poco entrenamientos más
específicos, con la idea de preparar la nueva temporada. Éste ha
sido el cambio quizá más llamativo. Tenía pensado hacer rutas lo
más llanas posibles, para poder rodar sin matarme demasiado, pero
reconozco que se me hacía un tanto pensado limitarme a rodar por el
carril bici y poco más, porque por casi todos los recorridos que
suelo hacer suelo meter alguna subida para variar un poco, así que
finalmente he optado por seguir haciendo mis recorridos habituales,
aunque me toque subir alguna cuesta. Por lo demás, la cosa sigue
igual. Me he decidido a volver a entrenar por tiempo, y creo que
seguiré así durante la próxima temporada, una vez que me he
acostumbrado a entrenar otra vez de esta manera, la verdad es que
para nada me decepciona, así que en un principio seguiré utilizando
esta metodología en los planes.
Esta
semana, en cuanto a los rodajes, están siendo sesiones bastante
parecidas. Quizá el día un poco más diferente haya sido el lunes,
donde aun usé el pulsómetro para entrenar. Salvo ahí, el resto de
los días apenas se diferencian unos de otros. Comencé la semana con
un rodaje a ritmo cómodo, con la idea de rodar entre 160 y 165
pulsaciones, acabando con un total de casi 13.4 kilómetros en una
hora justa, a 4'29 min/km y 162 pulsaciones medias. El martes, ya sin
pulsómetro, completé un total de casi 14.7 kilómetros en 1h02'09,
a 4'14 min/km. El miércoles me animé a calzarme las zapatillas para
hacer un rodaje por los Tres Árboles y Valorio, acabando con un
total de 14.3 kilómetros en 1h01'15, a 4'17 min/km. El jueves me fui
a rodar al carril bici y el Puente de los Poetas, para acabar con un
total de casi 14.2 kilómetros en 1h00'22, a 4'16 min/km. Esta semana
me ha tocado cambiar el día de descanso, así que esta mañana me
volví a calzar las zapatillas, completando 14.4 kilómetros en
1h02'30, a 4'20 min/km, con bastantes buenas sensaciones. El día de
descanso lo he cambiado para mañana, mientras que el domingo tocará
volver a calzarse las zapatillas. En un principio este domingo no
haré tirada larga.
Cambio
un poco de tercio. Con la llegada del mes de julio, llega también la
Vuelta a Zamora, para las categorías Elite y Sub-23. Éste año se
celebrará del 13 al 16, donde los ciclistas tendrán que sumar unos
cuantos kilómetros por las carreteras zamoranas. El primer día de
competición será una jornada con dos sectores. El primero
será una etapa en linea de 77 kilómetros entre Villafáfila y
Villardeciervos, mientras que por la tarde, los corredores se tendrán
que enfrentar a una crono por equipos de treinta kilómetros entre
Villaralbo y la Bóveda de Toro. La siguiente etapa será entre Sejas
de Aliste y Trabazos, con cinco altos de montaña puntuables. La
tercera etapa saldrá de Porto para llegar al Alto de Chanos tras
81.6 kilómetros. Los corredores tendrán que ir a Vilavella, Pereiro
y A Mezquita, para luego entrar en la provincia de Zamora y pasar por
el alto de San Ciprián, Castrelos, Lubián, Alto de Chanos, Lubián
y Chanos. La última etapa de la Vuelta saldrá de Monfarracinos y
llegará a Zamora tras completar 77.6 kilómetros, pasando por
Molacillos, Coreses, Villalazán, Madridanos, Moraleja del Vino,
Cazurra, El Perdigón, Entrala y Tardobipo, para acabar en el Parque
de La Marina de Zamora, donde los ciclistas tendrán que completar un
total de cinco vueltas a un circuito urbano. Desde luego, una edición
de la Vuelta a Zamora que se presenta muy intersante.
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