"Defender mi ideología, buena o mala, pero mía, tan humana como la contradicción". ("Todo a pulmón·", Miguel Ríos).
Al fin, vuelvo a escribir en el blog. Entre unas cosas y otras, últimamente no estoy publicando prácticamente nada en el blog, y la verdad es que no es algo que me guste en exceso. Como siempre digo, me encanta escribir, pero hay momentos en los que, o bien no puedes hacer a todo, o necesitas depender de algunas cosas para poder centrarte en otras. En esta ocasión, teniendo la cabeza en otras historias, la verdad es que de lo que menos me he acordado ha sido de escribir, aunque en más de una ocasión me habría venido muy bien para “liberar tensiones”, como suele decirse, y olvidarme de algunas cosas. Pero bueno, el hecho es que lo he ido dejando, hasta hoy, en el que he decidido que no quiero dejar pasar más días, y ponerme a escribir un rato. No tengo ni la más remota idea de lo que voy a escribir, ni si la entrada será o no demasiado larga, pero voy a intentar disfrutar, al fin, de un rato de escritura. Vamos a ver qué tal se nos da.
Como
decía, han pasado varios días desde la última vez que publicaba en
el blog. A nivel deportivo, han sucedido varias cosas en este espacio
de tiempo. Por un lado, sigo sin ningún objetivo a nivel
competitivo, y la verdad, ahora mismo no echo demasiado de menos el
hecho de colgarme un dorsal. Desde hace cierto tiempo, me veo con
muchas ganas de salir a correr, pero olvidándome de lo que pueden
ser entrenamientos enfocados a las carreras o con la cabeza puesta en
carreras. Estoy sin objetivos, pero cada día que salgo a entrenar
disfruto un poquito más de las zapatillas. ¿Puede ser una
contradicción no tener objetivos a nivel de competición, y, sin
embargo, tener la motivación suficiente para calzarme las zapatillas
cada día y salir a rodar? Para mi, siendo sincero, no resulta
contradictorio, aunque estoy completamente seguro de que muchos de
los conocidos con los que hablo de este tema no están demasiado de
acuerdo. Entiendo que muchos entienden el deporte como algo de
competición, y me consta que, por supuesto, disfrutan de cada
carrera y cada entrenamiento enfocado a rendir lo mejor posible
dentro de ese objetivo con el dorsal, pero ahora mismo, no es mi
caso. Quién me lo iba a decir a mi, cuando llegó un momento en el
que parecía que en mi cabeza, a nivel deportivo, tan solo entraba la
competición. No llegó a ser una obsesión, o al menos eso creo,
pero sí debo reconocer que me encantaba colocarme en alguna línea
de salida e intentar “sacar ojos”. La mentalidad que tenía era
esa, pero con el paso del tiempo, ha tenido sus “idas y venidas”,
hasta llegar a este punto en el cual ya ni me planteo hacer o no
hacer series. Debo reconocer que han sido muchos los amigos y
conocidos que me han comentado que estoy desaprovechando los mejores
años para competir y hacer cosillas interesantes con un dorsal
colgado en la camiseta, que a mi edad debería estar llevando a cabo
una adecuada preparación enfocada a, al menos, buscar alguna marca
interesante, pero no engaño si os digo que ahora mismo, éso no es
algo que me motive. Es cierto que Teo se encargó de formarme para
que, en la temporada en la que decidí dejarlo, empezara a ir en
busca de ciertas marcas en alguna o algunas distancias, pero debo
reconocer que en ese momento mentalmente no estaba preparado para
ello, sino más bien bastante quemado en ciertos aspectos. Tres años
después, he cambiado mucho mi mentalidad respecto a algunas cosas,
pero en lo que al tema de competiciones se refiere, no me arrepiento
de no haber continuado dándome caña para, a partir de esa
temporada, haber comenzado a buscar una marca, igual que tampoco me
arrepiento de que ahora mismo no esté participando en pruebas,
porque realmente a la hora de salir a rodar estoy disfrutando con lo
que hago, y creo que eso es lo más importante, disfrutar con lo que
hacemos y conseguimos. Y ahora mismo, lo que me permite disfrutar es
salir a entrenar con otra mentalidad.
Pero,
como decía, entrenando sigo disfrutando, pero manteniendo una de mis
manías incurables: elaborar un plan de entrenamiento. Sé que no
tiene demasiado sentido elaborar una tabla de entrenamiento si no
tengo previsto preparar ni salir en ninguna prueba. El motivo
principal de hacerlo es sencillo. Desde que soy mi entrenador, debo
reconocer que siempre he ido elaborando mis entrenamientos en una
tabla para luego, llevarlos a cabo, una manía que aun ahora, sin
ningún objetivo, sigue vigente, una manía más de las muchas que
tengo a la hora de salir a rodar. Suelo programar todas las semanas
prácticamente lo mismo, pero debo reconocer que también me gusta ir
viendo cómo voy pasando los días que previamente he escrito.
Sentido, lo que se dice sentido, no tiene demasiado, pero bueno…
Como comentaba en el párrafo anterior, he introducido algunos
cambios, y entre ellos, el de volver a entrenar por tiempo. Debo
reconocer que ésto me llevaba tiempo rondando por la cabeza, pero no
acababa de decidirme. Fue el domingo pasado cuando, sin apenas
pensarlo, se me “cruzó el cable”, y decidí ese mismo día
empezar a hacerlo. Y la verdad, creo que es una decisión bastante
acertada. He entrenado tanto por distancia como por tiempo, y la
verdad, creo que es mucho mejor hacerlo por minutos que por
kilómetros. Como muchas veces me han dicho, los kilómetros son poco
objetivos, dependen de muchas cosas, y, en cierta medida, vamos a
estar corriendo de una forma más o menos irregular en cuanto a que
puede que un día, por ejemplo, rodemos ocho kilómetros a un ritmo
de 4'30, y al día siguiente salga una tarde desapacible, con lluvia
y mucho viento y rodar a 4'45 sea un auténtico suplicio. Rodar, por
ejemplo, 50 o 60 minutos es algo, por decirlo de alguna manera,
“impepinable”, es decir, que corramos más rápido o más
despacio, vamos a estar un tiempo constante corriendo. Espero haber
explicado bien el motivo por el cual he cambiado el estilo de rodar.
En lo que llevamos de semana, además del rodaje del domingo, he ido
rodando por tiempo, y por ahora, creo que seguiré así durante unas
cuantas semanas. En lo referente al pulsómetro, la semana pasada lo
utilicé en tres ocasiones, pero me fue dando un fallo tras otro,
hasta que el sábado, tras completar los primeros tres kilómetros,
se puso rondando las 240 pulsaciones, y ahí se quedó hasta el
kilómetro 15. Por ahora, a pesar de que quería ir entrenando con
él, me tocará esperar hasta poder hacerme con otro.
Cambiando
un poco de tema, hace unos días me paraba a reflexionar el tiempo
que hacía que no me ponía a montar en bicicleta. Durante mucho
tiempo, compaginando atletismo y ciclismo, me consideraba más
ciclista que atleta, a pesar de que, como mucho, salía un par de
días a la semana en bicicleta dentro de la temporada de atletismo,
algo más en verano, pero tampoco en exceso. Me encantaba seguir el
ciclismo de competición y me encantaba aun más ponerme el maillot y
dar varios pedales por Zamora. Incluso hubo un momento en el cual,
preferí irme a dar una vuelta en bici por la zona de Almaraz a
correr la carrera de La Rosca, a pesar de que Teo y mi padre me
insistieron en que corriera esa carrera, llegando hasta el extremo de
que mi padre me dijo que salía él en la carrera y la haríamos
juntos. Ni con esas. Me encantaba salir en bicicleta, y de hecho,
durante un tiempo consideré incluso los entrenamientos corriendo,
como una parte más de la preparación para luego notarme un poco
mejor en bicicleta. Sin embargo, también esta mentalidad se ha visto
modificada. Me sigue encantado el ciclismo, e intento mantenerme
informado sobre cómo va el tema de las competiciones, sobre todo de
los ciclistas o equipos de los que soy más aficionado, dentro de un
deporte donde no existe ese fanatismo por un deportista o un equipo
en concreto, y donde animar a todos es algo habitual, no como sucede
en otros deportes, como el fútbol. Pero, en lo que al tema físico
se refiere, he visto bastante reducido el kilometraje, llegando a
superar con creces los que hago corriendo en comparación con los que
hago en bicicleta. Pero, claro, entendamos que en bicicleta, sin ir
más lejos, en el 2016 salí un par de días en verano, y luego,
algunos de los fines de semana o alguna fiesta mientras estuve
lesionado. La verdad, no me vendría nada mal salir algo más de lo
que salgo en bicicleta, no digo salir todos los días, ni tampoco lo
suficiente como para ponerme a preparar un triatlón, pero sí lo
justo para hacerlo como entrenamiento cruzado, un día cada semana o
cada dos semanas, para evitar que las rodillas y demás
articulaciones sufran, pues es algo evidente que el ciclismo es un
deporte con mucho menos impacto que la carrera a pie (salvo que nos
vayamos al suelo, claro). Últimamente, llevo dándole vueltas a
hacer una vuelta por mi pueblo, como hicimos en verano del año
pasado, una idea que me llama mucho la atención, y que creo que me
iba a permitir disfrutar de la bici un rato. Por ahora, seguiré
dándome un poquito de caña con las zapatillas, y aunque este verano
no tengo previsto abandonar las zapatillas, al igual que he hecho
estos dos últimos años (de esto escribiré otro día), sí tengo
previsto tocar la bicicleta, aunque solo sea para dar esa vuelta.
Nos
vemos… haciendo deporte, claro.
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