Siguiendo con la costumbre que
últimamente me acompaña, hoy me vuelvo a sentar para escribir
después de unos cuantos sin hacerlo. Teniendo la cabeza en otras
historias, y mal que me pese, me toca ir seleccionando cosas para
poder organizarme, y me ha tocado reducir el número de artículos en
el blog. Como he comentado en varias ocasiones, no es algo que me
resulte agradable ni positivo, me encanta escribir y me encuentro muy
cómodo haciéndolo, pero me ha tocado aguantarme las ganas hasta
poder sacar un hueco lo suficientemente amplio como para sentarme de
frente al ordenador y juntar unas cuantas letras. En ese momento me
encuentro ahora, así que voy a intentar no desaprovechar la ocasión.
¿Ideas para hoy? Como también es costumbre, voy a escribir sobre
deporte, seguramente sobre atletismo, y en concreto, sobre la carrera
del próximo domingo, El Salvador, una prueba a la que, desde el año
2012, donde corrí mi primera edición siendo aun Cadete, tan solo he
faltado el año pasado, debido a que se celebró en lunes (coincidió
creo que con el puente del uno de mayo) y el día antes había
corrido el 10000 de Sardón de los Frailes.
Comentaba en el párrafo
anterior que escribiré sobre deporte, sobre todo atletismo, así que
voy a comenzar juntando letras acerca de un tema que parece que en
los últimos meses se ha puesto muy de moda, o al menos, parece que
se está comentando cada poco en las redes sociales: bajar de las dos
horas en maratón. No es mi intención explayarme demasiado con este
tema, pero también digo que voy a expresar mi opinión acerca de
algo que se está convirtiendo no sé si en una manera de hacer
publicidad, una obsesión o en una locura dentro de un deporte que
está viendo cómo cada vez aparecen más historias para asaltar.
Bajo el punto de vista de un corredor que nunca ha corrido pruebas de
maratón, y que su experiencia en pruebas de larga distancia se
limita a haber corrido un par de medias maratones, creo que el hecho
de intentar hacer menos de dos horas en los 42195 metros es, cuanto
menos, una locura, por no decir quimera. Tengo la impresión de que
nos estamos obsesionando con el tema de reducir marcas con esto hasta
el extremo de no pararnos a pensar, primero, en las repercusiones que
ésto pueda tener en la salud de los atletas que lleven sus cuerpos
hasta unos límites impresionantes (ya se llevan en las competiciones
“normales”, más cuando buscamos hacer una marca de este calibre
y en una prueba de tan larga distancia como es la maratón) ni en las
futuras repercusiones que luego pueda tener en muchas de las pruebas
de esta misma distancia, las cuales parecen estar obsesionadas
también con lograr la mejor marca o llevar a los mejores atletas
para lograr mejor registro que otras maratones, creando una rivalidad
y una presión bajo esos atletas de primer nivel que van a disputar,
que, para mi, no tiene demasiado sentido.
Pero, lo más importante,
dejando todo lo comentado en el párrafo anterior de lado, ¿está el
ser humano capacitado para correr 42 kilómetro en menos de dos
horas? Podríamos catalogar ésta pregunta como la del millón.
Realmente, si nos paramos a pensar los ritmos que se deben manejar
para lograrlo, puede resultar, y de hecho resulta, algo prácticamente
imposible. Haile Gebreselassie, uno de los mejores atletas, que bien
sabe lo que es correr muy rápido en pruebas de maratón, ha llegado
a comentar que, siguiendo la evolución natural del organismo humano,
puede que se llegue a ver en el cronómetro ese ansiado sub-2 horas,
pero que perfectamente podríamos ver dentro de dos años. También
comentaba que, con ayudas tecnológicas, podrían lograse dentro de
menos tiempo. Yo me pregunto qué clase de tecnología se podría
incluir para lograr correr tan rápido. ¿Zapatillas con más
propulsión? Eso viene algo parecido a lo que Adidas está haciendo
con el sistema Boost. Ahora no voy a entrar en si este tipo de
sistemas (no solo de Adidas, sino de cualquier otra marca que lo haya
intentado mediante otros sistemas en sus zapatillas) son o no
fiables, solo que creo que, incluso con un sistema de este tipo, este
sub-2 horas en maratón sigue siendo muy complicado. Es cierto que no
deja de ser una ayuda, y que toda ayuda beneficia cuando buscamos un
objetivo, pero no deja de ser un granito, y creo que se necesitarían
muchos más granitos para poder lograrlo. He llegado a leer en las
redes temas de zapatillas y bebidas “mágicas”, que no dejan de
ser aportaciones, pero me gustaría comprobar el funcionamiento de
esto a la hora de lograr un resultado tan exigente. Siendo sinceros,
puede que, como dice el gran Haile, dentro de diez años, dejando que
sea la naturaleza la encargada de ir “perfeccionando” todo esto,
por decirlo de alguna manera, se logre ese sub-2 horas, pero creo
que, incluso así, bajar de las 2h02'-2h03' que comentaba el gran
Haile, ya es algo muy, muy exigente.
Y
dicho todo, llega Eliud Kipchoge y se casca 2h00'24”. En un
circuito automovilístico, al cual debían dar diecisiete vueltas y
media, con un coche que le ayudó, quitando el viento, con liebres,
con avituallamientos cada poco tiempo… Y, pese a todo, la
Federación Internacional de Atletismo no dará por válida esta
marca, aunque es de esperar que la prestigiosa marca Nike, una de las
principales colaboradoras dentro del
reto de bajar de las dos horas en maratón, buscar el máximo
rendimiento económico a este hecho. Como empresa, creo que es normal
que se busque sacar beneficio de este tipo de eventos. Pero, siendo
sinceros, creo que será una situación un tanto peculiar, donde,
seguramente, todo este “negocio” estará limitado a eventos como
este. Porque, bajo mi punto de vista, en una maratón normal, sin
tantas liebres y, por qué no, en un circuito normal de maratón y
sin un coche que ayude a quitar el viento, creo que estas 2h00'24”
se convertirán, por qué no, en una marca que, como efectivamente
decía el gran Haile, podría ser de 2h02'-2h03', que ya es correr
muy, muy rápido. Pero, como decía antes, todo ésto no deja de ser
la opinión de un inexperto en pruebas de tan larga distancia.
Siguiendo con la costumbre que
últimamente me acompaña, hoy me vuelvo a sentar para escribir
después de unos cuantos sin hacerlo. Teniendo la cabeza en otras
historias, y mal que me pese, me toca ir seleccionando cosas para
poder organizarme, y me ha tocado reducir el número de artículos en
el blog. Como he comentado en varias ocasiones, no es algo que me
resulte agradable ni positivo, me encanta escribir y me encuentro muy
cómodo haciéndolo, pero me ha tocado aguantarme las ganas hasta
poder sacar un hueco lo suficientemente amplio como para sentarme de
frente al ordenador y juntar unas cuantas letras. En ese momento me
encuentro ahora, así que voy a intentar no desaprovechar la ocasión.
¿Ideas para hoy? Como también es costumbre, voy a escribir sobre
deporte, seguramente sobre atletismo, y en concreto, sobre la carrera
del próximo domingo, El Salvador, una prueba a la que, desde el año
2012, donde corrí mi primera edición siendo aun Cadete, tan solo he
faltado el año pasado, debido a que se celebró en lunes (coincidió
creo que con el puente del uno de mayo) y el día antes había
corrido el 10000 de Sardón de los Frailes.
Comentaba en el párrafo
anterior que escribiré sobre deporte, sobre todo atletismo, así que
voy a comenzar juntando letras acerca de un tema que parece que en
los últimos meses se ha puesto muy de moda, o al menos, parece que
se está comentando cada poco en las redes sociales: bajar de las dos
horas en maratón. No es mi intención explayarme demasiado con este
tema, pero también digo que voy a expresar mi opinión acerca de
algo que se está convirtiendo no sé si en una manera de hacer
publicidad, una obsesión o en una locura dentro de un deporte que
está viendo cómo cada vez aparecen más historias para asaltar.
Bajo el punto de vista de un corredor que nunca ha corrido pruebas de
maratón, y que su experiencia en pruebas de larga distancia se
limita a haber corrido un par de medias maratones, creo que el hecho
de intentar hacer menos de dos horas en los 42195 metros es, cuanto
menos, una locura, por no decir quimera. Tengo la impresión de que
nos estamos obsesionando con el tema de reducir marcas con esto hasta
el extremo de no pararnos a pensar, primero, en las repercusiones que
ésto pueda tener en la salud de los atletas que lleven sus cuerpos
hasta unos límites impresionantes (ya se llevan en las competiciones
“normales”, más cuando buscamos hacer una marca de este calibre
y en una prueba de tan larga distancia como es la maratón) ni en las
futuras repercusiones que luego pueda tener en muchas de las pruebas
de esta misma distancia, las cuales parecen estar obsesionadas
también con lograr la mejor marca o llevar a los mejores atletas
para lograr mejor registro que otras maratones, creando una rivalidad
y una presión bajo esos atletas de primer nivel que van a disputar,
que, para mi, no tiene demasiado sentido.
Pero, lo más importante,
dejando todo lo comentado en el párrafo anterior de lado, ¿está el
ser humano capacitado para correr 42 kilómetro en menos de dos
horas? Podríamos catalogar ésta pregunta como la del millón.
Realmente, si nos paramos a pensar los ritmos que se deben manejar
para lograrlo, puede resultar, y de hecho resulta, algo prácticamente
imposible. Haile Gebreselassie, uno de los mejores atletas, que bien
sabe lo que es correr muy rápido en pruebas de maratón, ha llegado
a comentar que, siguiendo la evolución natural del organismo humano,
puede que se llegue a ver en el cronómetro ese ansiado sub-2 horas,
pero que perfectamente podríamos ver dentro de dos años. También
comentaba que, con ayudas tecnológicas, podrían lograse dentro de
menos tiempo. Yo me pregunto qué clase de tecnología se podría
incluir para lograr correr tan rápido. ¿Zapatillas con más
propulsión? Eso viene algo parecido a lo que Adidas está haciendo
con el sistema Boost. Ahora no voy a entrar en si este tipo de
sistemas (no solo de Adidas, sino de cualquier otra marca que lo haya
intentado mediante otros sistemas en sus zapatillas) son o no
fiables, solo que creo que, incluso con un sistema de este tipo, este
sub-2 horas en maratón sigue siendo muy complicado. Es cierto que no
deja de ser una ayuda, y que toda ayuda beneficia cuando buscamos un
objetivo, pero no deja de ser un granito, y creo que se necesitarían
muchos más granitos para poder lograrlo. He llegado a leer en las
redes temas de zapatillas y bebidas “mágicas”, que no dejan de
ser aportaciones, pero me gustaría comprobar el funcionamiento de
esto a la hora de lograr un resultado tan exigente. Siendo sinceros,
puede que, como dice el gran Haile, dentro de diez años, dejando que
sea la naturaleza la encargada de ir “perfeccionando” todo esto,
por decirlo de alguna manera, se logre ese sub-2 horas, pero creo
que, incluso así, bajar de las 2h02'-2h03' que comentaba el gran
Haile, ya es algo muy, muy exigente.
Y
dicho todo, llega Eliud Kipchoge y se casca 2h00'24”. En un
circuito automovilístico, al cual debían dar diecisiete vueltas y
media, con un coche que le ayudó, quitando el viento, con liebres,
con avituallamientos cada poco tiempo… Y, pese a todo, la
Federación Internacional de Atletismo no dará por válida esta
marca, aunque es de esperar que la prestigiosa marca Nike, una de las
principales colaboradoras dentro del
reto de bajar de las dos horas en maratón, buscar el máximo
rendimiento económico a este hecho. Como empresa, creo que es normal
que se busque sacar beneficio de este tipo de eventos. Pero, siendo
sinceros, creo que será una situación un tanto peculiar, donde,
seguramente, todo este “negocio” estará limitado a eventos como
este. Porque, bajo mi punto de vista, en una maratón normal, sin
tantas liebres y, por qué no, en un circuito normal de maratón y
sin un coche que ayude a quitar el viento, creo que estas 2h00'24”
se convertirán, por qué no, en una marca que, como efectivamente
decía el gran Haile, podría ser de 2h02'-2h03', que ya es correr
muy, muy rápido. Pero, como decía antes, todo ésto no deja de ser
la opinión de un inexperto en pruebas de tan larga distancia.
Enlazando con el título de la
entrada, y hablando de retos menos exigentes, el domingo tocará
estar en la línea de salida de la treinta y una edición de la
Carrera Popular “El Salvador”, en La Bañeza. La primera vez que
participé en esta prueba fue en 2012, siendo aun Cadete. En aquella
edición corríamos fuera de la categoría Absoluta, dando, si no me
equivoco, un par de vueltas a un circuito de 2000 metros. Hablando
con Teo unos días antes, me estuvo comentando cómo debía correr
aquella carrera, pues si no me sabía controlar, podría pagar el
esfuerzo de las primeras subidas. Intentando cumplir todo lo que me
dijo lo mejor que pude, logré ganar aquella carrera, creo recordar
que en 14', a un ritmo de 3'30 min/km. Al año siguiente debutaba en
la categoría Absoluta, tocaban correr unos 8000 metros y, la verdad,
recuerdo estar un poco nervioso. Me plantee como objetivo correr por
debajo de los 3'30 min/km, llegando a meta con un ritmo medio en
torno a los 3'27 min/km, y alzándome con la victoria en mi
categoría. Aquel año recuerdo que corrimos varios zamoranos, entre
ellos, Quique, que me pasó como un avión creo que en las dos
últimas vueltas al circuito, y al que me fue imposible dar caza.
¡Parecía un avión! El año siguiente viví, seguramente, la
edición más importante a nivel personal. Tras un inicio de
temporada un tanto regular, dejando de entrenar con Teo ese mismo
año, me intenté demostrar, tras tres meses de preparación a base
de cambios de ritmo, que con mi edad, desde luego que podía seguir
siendo competitivo. Si no lo era entonces (y ahora), ¿cuándo iba
(voy) a serlo? Finalmente, logré también alzarme con la victoria en
mi categoría y acabar con una moral bastante alta, que me llevó, un
mes después, a ganar en Bañobárez. Mi última participación fue
en 2015. Aquel año creía llegar en un estado de forma inferior al
de otros años, pero el hecho es que ya en carrera me fui notando
bastante bien, acabando en torno a los 3'23 min/km. Del puesto en la
categoría no tengo recuerdo ahora de cuál fue, pero lo importante
que, a pesar de haber estado entrenando de una manera tan
desorganizada, logré correr por debajo de los 3'25. El año pasado
no participé, corrí el día anterior en Sardón de los Frailes y
hacer un día un 10000 y al siguiente una carrera de nueve kilómetros
me parecía una paliza importante.
Y tras el año pasado de
ausencia, mañana volveré a colgarme un dorsal en El Salvador.
Siendo sincero, creo que es el año que llego más flojo en
comparación al resto de participaciones en esta prueba leonesa. Creo
que todos los años que he participado en El salvador he logrado
correr por debajo de los 3'30 min/km, pero este año, manejar estos
ritmos será algo tirando a complicado. Esta prueba, por la
experiencia en otras ediciones, no es una prueba fácil, suele tener
algún que otro tramo en subida que hace bastante daño, y también
debo reconocer que últimamente, subir, estoy subiendo poco. Estoy
entrenando bastante por zonas llanas, pero lo que son cuestas, algún
día que voy por Valorio toco alguna de las que hay por allí, pero
quitando esos días, que son “cuatro”, como suele decirse, todo
llano. Y claro, con el circuito de mañana, me parece que voy “las
voy a pasar canutas”. Pero bueno, a pesar de todo ello, saldré a
disfrutar y a ver hasta dónde puedo llegar. Como dice la canción de
Miguel Rios, “hasta que el cuerpo aguante”.
Nos vemos… haciendo deporte,
claro.
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