Estamos viviendo una época un
tanto “negra” dentro del mundo del ciclismo, especialmente si
hablamos del de carretera. Últimamente están saliendo varias
noticias de atropellos a gente que va dando pedales, lo que nos hace
sentarnos y reflexionar sobre si merece o no la pena arriesgarse y
dar una vuelta en bicicleta de carretera, o pasarse a la BTT y evitar
posibles riesgos en carretera. De entre esas noticias, donde se
comenta que un ciclista ha sido arrollado por un vehículo, tendemos
a acusar siempre al conductor del vehículo que ha arrollado, pero
creo que, si bien es cierto que suelen ser los “culpables” (no sé
si es la palabra adecuada) principales, no siempre son ellos, sino
los propios ciclistas, quienes provocan el accidente, al no circular
como es debido dentro del carril, saltándose semáforos o algunas
señales. A todo esto me gustaría dedicar la entrada de hoy.
Y vamos a ir por partes. En
esas noticias que suelen salir con demasiada regularidad, comentando
que un ciclista ha sido arrollado por un vehículo, el conductor se
encontraba bajo los efectos de la droga o el alcohol. Todos sabemos
de la problemática que tiene llevar un vehículo de esta forma, pues
ya no solo estamos poniendo en peligro nuestra vida, que no es poco,
sino que también estamos poniendo en peligro la vida de otros
usuarios de la carretera. Y está claro que, cuando hay un accidente,
algunos tendrán más posibilidades de sobrevivir que otros, dentro,
claro está, de lo que es un accidente y de cómo se vaya circulando.
Pero, a igualdad de condiciones, si hay un choque entre dos coches,
los ocupantes del mismo tienen una “capa” previa a ellos,
mientras que si hablamos de un choque con un motorista o ciclista,
ésa “capa” que aporta el llevar un coche o un camión no existe,
el golpe va directo contra la persona, sin nigún filtro previo. De
ahí que el peligro de que un conductor ebrio ante un ciclista se
multiplique de una manera considerable cuando se acerca a un
ciclista. Muchos de los casos, como decía, se deben a conductores
así. ¿Soluciones? ¿Cómo evitarlo? La verdad es que es una
situación que ya, desde organizaciones como la DGT, se han
intentando y se intentan solucionar, pero realmente es algo muy
complicado de controlar, pues son muchos, muchísimos, los
conducotres que cada día salen a la carretera, y controlar a todos
ellos no es tarea fácil, desde luego. Quizá, campañas de
concienciación para evitar que los conductores cojan así los
coches, y desde autoescuelas o similares, seguir insistiendo más, si
cabe, en este aspecto, siempre en busca de que, por un lado, las
generaciones actuales de conductores se den cuenta del peligro que
existe cuando conducen bajo los efectos del alcohol, y de que las
nuevas generaciones al volante cojan el coche siendo plenamente
conscientes de todos estos peligros.
Por otro lado, nos encontramos
también con varios conductores cuyo problema no son ni las drogas ni
el alcohol, sino la impaciencia. Parece que encontrase con un
ciclista, esperar cinco minutos a poder adelantar con seguridad y
tener que hacer una maniobra extra para dejar ese metro y medio extra
es algo que requiere de un sobreesfuerzo inaguantable, porque, sino,
no encuentro otra respuesta a que muchos conductores no tengan
paciencia a la hora de adelantar a un ciclista, dejar ese metro y
medio o adelantar a una velocidad adecuada. Creo que todos nosotros
hemos vivido en alguna de nuestras salidas, solos o con la “grupeta”,
a un conductor que nos adelanta rozando con el retrovisor, sin dejar
ese metro y medio obligatorio, o que se lía a pitar e incluso baja
la ventanilla y se lía a voces con los ciclistas. No llego a
entender, de verdad, qué molestia puede causar un ciclista o grupo
de ciclistas circulando por una carretera. ¿Que nos va a tocar
esperar cinco minutos para poder adelantar? ¿Que nos va a tocar
pasarnos al otro carril para poder hacerlo? Pues, siendo sinceros, no
creo que pase nada negativo, y haciendo las cosas bien, creo que
estaremos haciendo algo bastante beneficioso, pues estaremos evitando
poner en riesgo la vida de unas personas que, simplemente, han salido
a darse una vuelta en bicicleta. ¿Qué sucede si estamos en una
carretera típica de las de los pueblos, estrechas y tal? Bueno, me
imagino que también todos hemos circulado en bicicleta en alguna
ocasión por estos lugares, y que hemos sido capaces de convivir con
los coches. Creo que, en estas ocasiones, se trata de organizarse un
poquito. Los ciclistas, lo más pegados posibles a la derecha, y el
conductor, adelantar muy, muy despacito y lo más pegado a la
izquierda, dentro de lo que se pueda, claro, y siempre asegurando la
visibilidad frontal, para controlar en todo momento los coches que
puedan venir de frente.
Pero no siempre son los
vehículos los culpables de los accidentes. Resulta que nosotros,
como ciclistas, a veces somos un poco brutos. Seguro que habréis
visto, o incluso lo habréis hecho, a ciclistas circulando como si
del pelotón del Tour se trata, invadiendo incluso el carril
contrario en alguna ocasión. No podemos quejarnos de que los
conductores no nos respetan cuando nosotros somos los primeros que
nos saltamos las normas por el forro y creemos que vamos circulando
con el tráfico cerrado. Se trata de que todos, conductores y
ciclistas, podamos convivir lo mejor posible dentro de la carretera,
y nosotros debemos poner de nuestra parte, circulando de dos en dos
(ésto está permitido, no lo olvidemos), y siempre pegados a la
derecha.
Tema aparte merece la
equipación del ciclista, algo que parece una chorrada, pero que,
bajo mi punto de vista y el de algunos compañeros y conocidos, no lo
es tanto. Me parece casi un pecado salir a la carretera con un
amillot (digo esta prenda porque, a simple vista, es la más
llamativa) cmpletamente negro. Si nos sentamos y analizamos, no es
una forma de llamar la atención de los conducotres en un escenario
donde predomina el negro. Cuando salimos en bici, sea de montaña o
carretera, creo que debemos llevar una equipación que nos permita
destacar del asfalto y que el conductor, con solo mirar de reojo,
observe que hay algo más en la carretera. Pese a ello, muchos nos
empeñamos en salir con equipaciones con el negro o colores oscuros
como color mayoritario. Yo he sido el primero en hacerlo, hasta que
un día, leyendo una columna del gran Antonio Alix, que siempre se
muestra muy crítico con esto, dio los motivos suficientes como para
que evitara esa combinación de ropa cuando fuera a dar una vuelta en
bici. Debo reconocer que, pensándolo, cadece de sentido ir todo de
negro cuando hacemos las equipaciones para nuestros clubs o grupetas.
Parece ser que elegancia o estética suelen ser los motivos
principales para hacerlo, pero, siendo sincero, creo que esto no se
trata de una entrevista de trabajo o una boda, lo que nos va a
permitir saltarnos ciertas normas y poder tirar de unos colocres más
chillones, que lo mismo en situaciones más serias no nos pondríamos,
aunque tambien es cierto, o yo al menos lo veo así, que si el
objetivo es crear algo donde sea fundamental la estética para luego
vender el producto, podemos usar colores vivos sin necesidad de crear
algo hortera.
¿Y qué hacer ante esta
situación? ¿Sirven de algo las manifestaciones que se hacen desde
el colectivo ciclista? Creo que puede ser interesante que se hagan
este tipo de manifestaciones, pero, quizá, necesitemos algo más, un
cierto apoyo por parte de federaciones, para lograr que las
manifestaciones por parte de ciclistas tengan la ayuda de unas
organizaciones metidas en el mundillo del ciclismo. Personalmente,
soy partidario de todas estas manifestaciones y concentraciones (o
movimientos en redes sociales), y si con ellas, se logra hacer el
ruido necesario para apoyar al ciclista haya que hacerlo, mucho
mejor. Pero tampoco nos olvidemos de que nosotros, como ciclistas,
debemos respetar también las normas de tráfico. Si todos
respetáramos las normas, seguramente a todos, conductores y
ciclistas, nos iría mucho mejor.
Nos vemos… haciendo deporte,
claro.
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