Hoy se ha celebrado la XXXI
Carrera Popular “El Salvador”. En una mañana sin viento, pero un
tanto calurosa para la práctica de este deporte, en torno a 200
atletas tomaron la salida en la carrera principal, y varios fueron
los niños que estuvieron también compitiendo en las categorías
inferiores. Un año más, y con ésta ya van cinco ediciones, nos
volvimos a acercar a la carrera de La Bañeza, una de mis pruebas
favoritas, hasta tal punto que, en la temporada de 2014 me decidí a
prepararla, con un plan de entrenamiento de doce semanas, alternando
sesiones de cambios de ritmo y carrera continua con sesiones de
bicicleta un día a la semana. Este año era consciente de que,
físicamente, estaba bastante lejos de los estados de forma en los
que había estado en otras ocasiones, pero, aun así, y tras mucho
pensarlo, decidí apuntarme a la prueba y, sobre todo, disfrutar del
ambiente, pues es una prueba donde se juntan atletas populares con
atletas de primer nivel (este año, el ganador fue Sergio Sánchez).
Con esta mentalidad llegamos a
La Bañeza a recoger el dorsal. Tras ello, nos animamos a escuchar la
misa que el sacerdote de la iglesia de El Salvador iba a ofrecer a
todos aquellos que se acercaran. Completada esta parte, que la
verdad, se hizo bastante amena, llegó el turno de empezar a ver las
primeras categorías del día. La mañana apuntaba maneras, y a las
once de la mañana el calor se empezaba a notar. Poco a poco, el
momento de ponerse a calentar fue acercándose, y con él, la
temperatura iba en aumento. Una vez que mi compañero de club David
tomó la salida, llegó el momento de cambiarse de ropa, ponerse
pulsómetro y zapatillas de competir, y comenzar con el calentamiento
previo a la competición. Como siempre, trote combinado con
ejercicios de técnica de carrera, y también como de costumbre, ésto
me sirvió para ir viendo cómo cada vez las calles de La Bañeza se
iban llenando de más y más corredores dispuestos a darse caña,
muchos de ellos conocidos. Por megafonía también anunciaron a los
corredores que partían como favoritos para llevarse la prueba, entre
ellos, el leonés Sergio Sánchez.
A las doce y cuarto estaba
prevista la salida. Intenté apurar el máximo el calentamiento,
sobre todo, en busca de tranquilizar un poco los nervios previos a la
carrera, aun a sabiendas de que, jugarme, no es que me jugara nada.
Aun así, decidí colocarme en primera fila y dejarme caer según
fueran cayendo los metros, hasta encontrar mi sitio. Y con bastante
puntualidad, se dio la salida. La estrategia iba a estar basada en lo
que me dijera el pulsómetro. Durante las dos primeras vueltas iría
rodando tocando ritmos en torno a las 183-185 pulsaciones en los
tramos más favorables, y en los tramos en cuesta, en torno a las
190. Me fui dejando caer mientras iba controlando no pasarme en estos
primeros kilómetros, lo que podría pasarme factura más tarde. Así,
olvidándome de si llevaba o no corredores por delante o por detrás,
iba intentando ir haciendo caso a las pulsaciones. Tras pasar la
primera subida del día, nos tocó afrontar un tramo en bajada que me
resultó bastante incómodo para correr. Nunca he sido un buen
“bajador”, y ahí lo demostré, perdiendo muchísimo tiempo en
cada vuelta hasta que lograba llegar a la parte baja. El resto del
circuito, bajo mi opinión, permitía correr manteniendo un ritmo
bastante constante, lo que me dejó ir controlando bastante bien el
pulso. Mientras iban pasando metros, fui encontrando mi sitio. En un
punto determinado de la prueba, se me pegó un corredor. Debo
reconocer que iba bastante incómodo, no me encontraba nada bien con
un atleta tan pegado. Decidí poner la mente en blanco, seguir con la
estrategia que tenía pensada. Así, seguí tocando en torno a las
185 pulsaciones, hasta llegar a la última vuelta. Según fueron
pasando los metros, pasé a otro atleta, que también se quedó a muy
poca distancia. Otro punto a ponerse nervioso. Al llegar a la última
vuelta, seguí con lo pensado y subí hasta tocar en torno a las 190
pulsaciones. Logré sacar unos cuantos metros de ventaja, que intenté
mantener a lo largo de esos últimos tres kilómetros. Al encarar el
último tramo, también en pendiente, intenté subir el ritmo para
distanciar algo más en esos últimos metros. Finalmente, logré
llegar a meta en el puesto décimosexto de la categoría Absoluta y
noveno de la categoría Senior, donde se alzó con la victoria Sergio
Sánchez. Los datos del GPS fueron: 9.59 kilómetros en 35'16”, a
3'40 min/km y 187 pulsaciones medias.
Debo reconocer que he
disfrutado bastante de la mañana. El último año que corrí acabé
un tanto decepcionado con la organización, pero en esta ocasión han
vuelto por sus fueros y he acabado encantado. Creo que, en líneas
generales, la prueba ha estado muy bien organizada, manteniendo la
ilusión de hace más de treinta años. Como siempre digo, ésta es
una prueba donde siempre he disfrutado compitiendo. Uno de los
motivos es el ambiente zamorano que esta prueba ha tenido a lo largo
de los años, pues, entre sus ganadores a nivel absoluto, están
Carlos del Bien (1988 y 1989), Agustín Ruiz (2001) y Alma de las
Heras (1991), todos ellos defendiendo los colores del Club Atletismo
Zamora. Por otro lado, a nivel personal, en la temporada de 2014
supuso un punto de inflexión muy importante para recuperar la
ilusión perdida aquella temporada por las competiciones. ¿Puntos
negativos? Creo que todos los años que he corrido en la categoría
Absoluta ha sido en un circuito diferente. Me gustaría que se
mantuviera uno fijo a lo largo de las ediciones, aunque éso creo que
es una opinión muy personal. Y por otro lado, creo que la bajada que
teníamos hoy tras completar el primer “repechaco” de cada
vuelta, era muy, muy incómodo para correr, más en competición. Por
lo demás, creo que todo bastante bien organizado, destacando el
carácter del sacerdote de la iglesia de El Salvador, que estuvo allí
animándonos a lo largo de toda la mañana, que tuvo el gesto de
preguntar de dónde veníamos, y con quien luego tuvimos el placer de
estar hablando de deporte, de la prueba, de La Bañeza y Zamora o del
Camino de Santiago.
Nos vemos… haciendo deporte,
claro.
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