Me pongo hoy a escribir de nuevo en mi blog más personal. Como siempre digo, poder juntar unas letras me resulta algo realmente agradable, y disfruto bastante haciéndolo. Para esta ocasión, como no podía ser de otra manera, me pondré a escribir sobre deporte, con la idea de comentar diferentes ideas que me rondan la cabeza. Ciclismo y atletismo serán hoy los dos puntos principales para la entrada del blog.
La última vez que salí en bicicleta fue en noviembre del pasado año, en concreto, a principios de dicho mes. Hoy, ocho meses y medio después, volví a vestirme de ciclista para dar una vuelta, en compañía de mi padre y mi tío, por el pueblo. La verdad es que ha sido algo que ha surgido un poco de repente. Teníamos que ser capaces de hacer coincidir nuestros horarios, algo que parecía resultar un poco complicado, y a eso de la mitad de semana nos pusimos de acuerdo para que hoy fuese el día señalado para juntarnos a sumar unos kilómetros con la bici de carretera. Buscamos, dentro de lo que la zona nos iba a permitir, lo más llano posible o, por lo menos, lo más llevadero, porque encontrar algo completamente llano por el pueblo es algo muy, muy complicado. Con la ruta decidida, 92 kilómetros por delante y, en mi caso, la duda de si sería o no capaz de aguantar el ritmo que mis dos compañeros de ruta marcaran, y de si iba a ser o no capaz de recorrer esos 92 kilómetros después de tantos meses sin tocar la bicicleta. A la hora marcada, nos ponemos manos a la obra. Los kilómetros van pasando con viento a favor y sin demasiados esfuerzos extra que pudieran pasar factura más tarde. Vamos enganchando unas carreteras con otras, prestando especial atención a los carteles, era la primera vez que pasábamos por algunos pueblos y en varias ocasiones no teníamos demasiada idea de por dónde teníamos que tirar. Yo me limito a ir "chupando" rueda durante más de la mitad de la vuelta. A partir de ahí, me animo en un par de ocasiones a "asomar el morro", pero nada importante. Hasta este punto, poco tenemos que contar, solamente que tuvimos un pinchazo y que nos tocó preguntar por dónde teníamos que tirar a un ciclista que nos alcanzó en un cruce. Poco a poco, en algunos tramos se subió la velocidad e incluso hubo algún que otro pique, aunque intentaba no responderlos, aun faltaban kilómetros y no sabía cómo podía reaccionar. En una ocasión sí me puse delante y durante algún metro fui tirando, pero enseguida me rebasaron y volví a ir a rueda. Creo que mi comentario más repetido fue "qué sabio el que inventó esto de ir a rueda". Una vez en la carretera que nos llevaría de nuevo al pueblo, nos encontramos con tres ciclistas que iban delante. Y uno, que no puede evitar esa venilla competitiva, intenté irme a por ellos. Mi padre y mi tío se picaron también. La verdad, debo reconocer que ya no iba para demasiados cambios de ritmo, y las pasé bastante canutas hasta que conseguí adelantar a los tres que llevábamos delante. Para finalizar, la subida a la Iglesia del pueblo. Tocó poner los piñones más grandes y aguantar el esfuerzo que, aunque breve (unos 200-300 metros de subida) sería bastante intenso. Completada esta subida, bajada por una calle paralela y damos por finalizada la ruta tras casi 93 kilómetros.
Debo reconocer que he respondido bastante mejor de lo que esperaba, aunque he notado todo este tiempo sin pedalear. A diferencia de otras ocasiones, donde voy picándome con todos, hoy fui bastante más reservón, y lo he agradecido a la hora de tener fuerzas en los kilómetros finales, donde siempre que salgo en bicicleta lo paso fatal. La compañía ha sido fantástica, y es que hacía un año que no nos juntábamos los tres para hacer unos kilómetros a lomos de nuestras correspondientes bicicletas. Y si a eso le juntamos el hecho de haber podido pedalear por el pueblo, aun mejor. Esta mañana también me ha servido para darme cuenta de cómo mi cambio de mentalidad ha afectado al mundillo del ciclismo. Desde hace ya bastante tiempo, mi aportación al ciclismo se limita a estar de espectador y a salidas cuando estoy lesionado o sesiones puntuales, como la de hoy. La verdad, en lo que a práctica se refiere, he tenido a los pedales bastante abandonados. Pero debo reconocer que tampoco he sentido esa necesidad de tener que vestirme de ciclista. Cuando he estado lesionado y no he podido corretear, sí me ha llamado algo más la atención, pero quitando estos momentos, veía la bicicleta aparcada y no me llamaba demasiado subirme en ella. Esta mañana, a pesar de haber disfrutado de esta locurilla, porque la verdad es que me lo he pasado bien, tampoco me veía tan "obsesionado" con la bicicleta, y de hecho, no tengo programadas más salidas. Si soy sincero, aunque cuando comencé a hacer atletismo parecía algo imposible, ahora mi deporte favorito es correr. Es cierto que ahora mismo debería estar haciendo ese descanso activo que hacía hasta no hace demasiadas temporadas, y sumar kilómetros sobre los pedales, pero, como he comentado en otras entradas, prefiero seguir corriendo durante el verano. Me gusta mucho correr, diría que más que la bicicleta, aunque se da la circunstancia de que, a nivel de competición, sigo bastante más el ciclismo, y durante varias temporadas tenía que estar un mes sin poder hacerlo. Ahora, que entreno como quiero, he decidido que durante el mes de julio seguiré encadenando zancadas. ¿No es lo más correcto? Pues seguramente me viniera mejor parar un par de semanas o un mes, no lo voy a negar, pero, viendo lo visto, apenas me estoy planteando objetivos competitivos, y como con seguir rodando me basta, pues sigo sin hacer series, me limitaré a seguir correteando y dejar un poco de lado a los pedales. Al fin y al cabo, esto para mi es una afición más, se trata de disfrutar haciendo deporte, y creo que ahora corriendo estoy disfrutando bastante.
Sigo con el atletismo. Se me va pasando por la cabeza que estamos ya a finales del mes de julio. Apenas quedan 10 días para que finalice el mes, y ya se me empieza a pasar por la cabeza comenzar a preparar la próxima temporada. ¿Volver o no volver a competir? La verdad, llevo un tiempo en el que le estoy dando varias vueltas a este pensamiento, y hay bastantes posibilidades de, al menos, intentar volver con las series y ver hasta dónde puedo llegar. Realmente, no he llegado a organizar una temporada entera desde que entreno de manera autodidacta, y es algo que siempre me ha llamado la atención. ¿Puede que esté ante el momento de hacerlo? Me veo con ganas, y después de tanto tiempo, puede que me esté acercando al momento de intentarlo. Pero, antes de nada, toca ir cumpliendo fases poco a poco. La primera de ellas es una que ya he hecho esta temporada tras lesionarme y que me ha gustado mucho. Toca comenzar a "hacer la base". Este será un momento creo que bastante importante porque, por un lado, me hará ver si realmente soy capaz de seguir un plan de entrenamiento y por otro, creo que puede beneficiarme para ver ir analizando poco a poco e ir analizando las sensaciones para luego, comenzar con entrenamientos específicos. Como esta temporada, serán doce semanas, es decir, tres meses, con la diferencia de que guiaré los entrenamientos por tiempo en vez de por distancia, como hice en esta última temporada, Me resulta bastante más cómodo hacerlo por metros, pero debo reconocer que le veo mucha más utilidad hacerlo por minutos, así que vuelvo a la "manera tradicional", ya que con Teo es como entrenábamos siempre. El objetivo será ir acumulando sesiones de carrera continua controlándolas por el pulso, intentando ir dentro de unos márgenes establecidos en el plan de entrenamiento. ¿Sesiones de ciclismo? Por ahora, como decía, no cuento con hacer ninguna.
Nos vemos... haciendo deporte, claro.
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