miércoles, 20 de septiembre de 2017

Alberto Contador y la Vuelta a España

Por fin, hoy me vuelvo a sentar para escribir unas cuantas líneas. Como siempre desde hace bastante tiempo, han pasado unos cuantos días desde la última entrada en el blog. Para esta ocasión, me gustaría escribir de la reciente retirada de Alberto Contador en la última edición de la Vuelta a España, que vio cómo Chris Froome por fin lograba llevarse el maillot rojo que destaca al líder de la clasificación general. Me gustaría contar un poco mi opinión acerca de la trayectoria del ciclista de Pinto. Vamos a ver qué sale.
Como decía, el pasado fin de semana cerraba su etapa como ciclista profesional Alberto Contador. Desde que dio el salto a la máxima categoría de la mano de Manolo Saiz en la ONCE, han pasado nada más y nada menos que catorce temporadas. A lo largo de todo este tiempo, el pinteño se ha visto obligado a combinar épocas exitosas con otras épocas donde los problemas de salud o el dopaje le han obligado a sufrir más que en la competición. Se ha visto en lo más alto del podio del Tour de Francia y, también, cómo gran parte de la afición que en los mejores momentos le animaban, desaparecían cuando la cosa se torcía.
Comenzó su andadura profesional en el 2003 gracias con el maillot amarillo de la ONCE, que entonces contaba con el patrocinio de Eroski, logrando ya su primera victoria en una contrarreloj en Polonia. Siguió de la mano de Manolo Saiz en el Liberty Seguros en el año 2004, temporada en la que sufrió un cavernoma cerebral, del que tuvo que ser intervenido. Logró volver a la competición logrando la victoria en la etapa reina del Tour Down Under. En 2007, ya con el Discovery Channel, logra su primera victoria en la que ha sido su objetivo en los últimos años, el Tour de Francia. Con Astana logra también ganar el Giro y la Vuelta de 2008. En 2009 vivió un momento complicado a nivel deportivo. Lance Armstrong decide volver al ciclismo profesional con Johan Bruyneel, entonces en Astana con Alberto, como director. Americano y pinteño conviven juntos en un ambiente que desde fuera aparenta ser bastante tenso. Así, Contador logra vencer de nuevo en la ronda francesa, aunque a final de temporada gran parte del equipo, entre ellos su director, Johan Bruyneel, y Lance Armstrong, emigran del equipo. Siguiendo con su evolución, en 2010 le toca competir contra dos de sus grandes rivales, los hermanos Andy y Frank Schleck. Ese mismo año comenzará otro calvario para el ciclista pinteño. Da positivo por clembuterol, una sustancia que vincula al “famoso” filete. Tras varias disputas, no pudo volver a competir hasta agosto de 2012, aparte de quitarle unas cuantas de sus victorias, entre las que se encuentra el Tour de Francia de 2010 o el Giro de Italia de 2011.
A nivel personal, la sanción de Alberto Contador supuso un punto y aparte en su carrera deportiva. A partir de ahí, logró volver, en un principio, con su mismo nivel, logrando la victoria en la Vuelta a España de 2012. Tras un 2013 en el que se centró en otros objetivos competitivos y dejó un poco más de lado las vueltas de tres semanas, en el 2014 vuelve decidido a ser el número uno del Tour de Francia, pero una caída le aparta de la competición. Esa misma temporada logra su tercera Vuelta a España, la última en la que lograría llegar a Madrid con el maillot rojo que distingue al líder la ronda española. Ya en 2015, logra vencer en su última gran vuelta, el Giro de Italia. Vuelve a la ronda gala, clasificándose en quinta posición de la clasificación general. En 2016 asoma la posibilidad de abandonar el ciclismo de alto rendimiento, pero decide continuar un año más. Mientras tanto, esa misma temporada se ve obligado a retirarse del Tour debido a una serie de caídas. Este último año, en una edición en la que, quizá, muchos aficionados, entre los que me incluyo, nos pasamos con las críticas hacia el pinteño, logró finalizar en novena posición, a 8'49 del vencedor, el británico Chris Froome. Para finalizar, anunció que, esta vez sí, se retiraría del profesionalismo, cerrando esta etapa en la prueba de casa, la Vuelta a España, donde hemos visto una versión de Alberto diferente a la del Tour, al ciclista que siempre ha sido, al fin y al cabo.
Decía al principio del párrafo anterior que, para mi, la sanción de Alberto Contador fue un punto y aparte. Volvió ganando y demostrando su gran calidad, igual que antes de esa positivo por clembuterol. Sin embargo, podemos ver cómo, poco a poco, esas victorias se van espaciando y aparecen unas situaciones que no han sido nada favorables en la vida deportiva de Alberto. Vemos cómo el de Pinto ha sido un corredor con cierta tendencia a irse al suelo, pero vemos cómo ese número de caídas ha ido en aumento según han ido pasando las temporadas. Podríamos achacar esto a un factor que, efectivamente, es fundamental, que no es otra que el paso de los años. Contador comenzó a ganar muy joven, a una edad en la que otros ciclistas se están fijando en objetivos menos estrictos que el de ganar el Tour de Francia, la prueba en la que se ha centrado el de Pinto, pero, para mi, a esto hay que sumarle la durísima situación que vivió con el positivo y el tiempo que tardó el aclarase si se le sancionaría o no. Y sobre su retirada, durante mucho tiempo he dicho que su retirada tendría que haber sido la pasada temporada, no ésta, igual que también pensaba que el año pasado debió centrarse en pruebas más “pequeñas” que el Tour. He seguido con este pensamiento incluso en las primerísimas etapas de la Vuelta, pero, al fina, ha demostrado, a mi y a otros muchos que pensábamos esto mismo, que aun tenía cuerda para estar delante, e incluso para ganar una etapa como la del Angliru. Ahora mismo, viendo la Vuelta que ha hecho, diría que es hasta evidente que, de no haber pasado un mal día en Andorra, hubiera dado mucha más guerra a Chris Froome y, por qué no, le hubiera podido arrebatar ese maillot rojo de líder.
Para cerrar el artículo, me gustaría hacer una pequeña reflexión acerca de la retirada de Alberto Contador. Muchas veces, los aficionados tendemos a que, cuando lo deja un deportista de alto nivel, enseguida buscamos quién puede ser el sucesor del mismo. Podríamos poner de ejemplo a Miguel Indurain, cuando lo dejó y se pusieron todas las miradas en Abraham Olano. Nos empeñamos en que alguien con características similares pueda ser capaz de, al menos, igualar el palmarés de quien se va a retirar, e incluso desde los medios de comunicación se habla durante bastante tiempo de ello. La verdad, considero este acto como un error. En cierta medida, podríamos decir que cada deportista es único, con sus características personales, y, aunque haya otro con unas características muy similares, creo que lo mejor es dejar que cada uno desarrolle su carrera deportiva sin más presión. Porque, seamos sinceros, tener que escuchar constantemente que se es el relevo de un deportista que ha logrado vencer en las pruebas más importantes es añadir muchísima presión, y no todo el mundo está capacitado para aguantarlo. Por lo tanto, me gustaría que, ahora que Alberto ya está oficialmente retirado, no nos empeñemos en buscar un sucesor y dejemos que las futuras e incluso presentes promesas del ciclismo lleven su progresión.


Nos vemos… haciendo deporte, claro.

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