Después
de muchas semanas sin publicar nada en el blog, hoy por fin me vuelvo
a sentra frente a frente con el ordenador para juntar unas cuantas
líneas. La verdad, debo reconocer que tenía muchas, pero muchas
ganas de poder volver a publicar algo en el blog. “Echaba” de
menos esto de escribir, así que me pondré un rato manos a la obra.
Para esta ocasión, como suele ser habitual, volveré a escribir
sobre atletismo, en este caso, otra vez sobre lesiones. Pero también
me gustaría hacerlo sobre la Media Maratón “Ciudad de Zamroa”.
El
pasado lunes, después de completar una hora de carrera continua, me
vi obligado a tener que tomarme unos días de descanso obligado.
Llevaba desde el verano arrastrando unas molestias en el tobillo
izquierdo, las cuales desaparecieron cuando estuve mes y medio parado
por la lesión de costilla. Sin embargo, a la semana de volver a
correr, dichas molestias decidieron volver a hacer acto de presencia,
de una manera algo más intensa que en la vez anterior y, en un
momento dado, habiendo una zona del talón con una ligerísima
inflamación. Tras acudir al médico, me diagnostica una inflamación
en la insercción del tendón. Ésto fue un viernes. El sábado, tras
haber aplicado las medidas marcadas por el médico y un día de
descanso de por medio, observo que las molestias han desaparecido. La
inflamación se había reducido considerablemente unos días antes de
acudir al médico. He seguido entrenando sin problema aparente hasta
hace más o menos una semana, cuando empiezo a notar una molestia
entre la zona de los lumbares y el glúteo, en la misma zona donde ya
tuve una sobrecarga en el verano de 2014, que me tuvo corriendo de
manera intermitente y alternándolo con sesiones de bicicleta y
natación durante un mes, hasta que tuve que parar cuatro días por
completo. El tobillo volvió a dar algo de guerra. El hecho es que
era calentar y desaparecía, pero el domingo ya me dio cierta guerra,
aunque también acabó desapareciendo. Sin embargo, el lunes el
cuerpo me dijo “hasta aquí hemos llegado, majete”. Llegué a
casa con el tobillo bastante dolorido y la contractura de la espalda
dando bastante guerra. Me paro a analizar. Quizá, si fuerzo mucho la
zancada y la pisada pudiera aguantar otros dos días corriendo, pero
el final hubiera sido lo mismo, tener que hacer reposo, y
posiblemente mucho más dolorido y cabreado porque no hubiera podido
correr cómodo. Como no es plan de forzar algo que ya está muy
tocado, al final ha tocado igualmente parar durante unos cuantos
días.
La
verdad, me fastidia mucho tener que volver a parar solo tres meses
después de haber empezado a entrenar tras la fractura de costilla.
Mi estado de forma ahora la verdad es que no era para tirar
demasiados cohetes, pero poco a poco he ido mejorando y encontrando
mejores sensaciones en los entrenamientos. Sin embargo, toca volver a
parar por lesión. ¿Cuánto tiempo parado? No me he puesto una fecha
límite, solamente ir analizando las molestias que tengo cada día.
Cuando éstas hayan desaparecido del todo, volveré a correr otra
vez. Una semana después, la verdad es que he notado bastante mejoría
y las molestias se han reducido de una manera más que considerable,
pero aun me tocará seguir unos días más sin encadenar zancadas. El
reposo me tocará hacerlo por completo. Cuando tuve la molestia en la
espalda hace tres años y medio, estuve alternando bicicleta y
natación con alguna sesión de carrera continua cuando la molestia
disminuía, pero al final me tocó parar del todo durante cuatro días
cuando llevaba así ya casi un mes.
Con
todo esto, me tocará modificar las próximas competiciones. Tenía
previsto participar el próximo domingo en la Media de Zamora, con el
único objetivo de salir a disfrutar de los 21 kilómetros y poder
corretear por lugares por los que habitualmente no suelo ir por la
cantidad de tráfico o de semáforos. Me fastidia bastante perderme
esta prueba. Luego, el próximo día 8 de abril son los 10 kilómetros
de Fuentesaúco. No sé si estaré recuperado para entonces, o en qué
estado de forma llegaré si ya estoy entrenando, pero creo que
también me la perderé. En abril también nos encontramos con la
carrera de Peñausende, en la que he participado en un par de
ocasiones, logrando ser cuarto en ambas. He corrido las ediciones de
2014 y 2015. Este año la tenía muy en duda, pero con este nuevo
parón, se reduce aun más la posibilidad de participar. Para el mes
de mayo espero poder llevar ya unos cuantos días entrenando y,
aunque no sea en mi mejor estado de forma, espero poder participar en
alguna prueba. Si se celebra, me gustaría participar en la carrera
que organiza la asociación cultural Argusino Vive, que el año
pasado se celebró en las inmediaciones de la ermita de Argusino.
Cambiando
de tema, el próximo domingo se celebrará en Zamora la vigésimo
primera edición de la media maratón que lleva el nombre de la
Ciudad del Románico. Sobre un recorrido de 21097 metros homologados
por la RFEA, los participantes podrán competir por las zonas más
céntricas de Zamora, en un circuito bastante favorable para correr,
aunque tiene alguna que otra subida. Habrá avituallamiento en los
puntos kilométricos 5, 10, 15 y 20. Desde el pasado 5 de marzo hasta
el día de cierre de inscripciones, el próximo jueves 15 de marzo.
La retirada de dorsales y del chip será el día 17 de marzo de 12:00
a 14:00 horas y de 16:00 a 20:00 horas, y el día de la prueba, de
8:00 a 10:00 horas, en la Sala de Psicomotricidad de la Ciudad
Deportiva Municipal de Zamora. Desde la organización se pide no
esperar a última hora para recoger los dorsales. La salida de la
prueba será a las 11:00 horas de la Plaza Mayor, mientras que la
meta estará ubicada en la Ciudad Deportiva Municipal de Zamora, y se
cerrará 2h15’ después de la salida. También, se cerrará el paso
de la calzada cuando se lleve 1h11’ en el kilómetro 10 y 1h46’
en el kilómetro 15, y los premios se entregarán una vez que
finalice la prueba.
La
verdad es que la media maratón siempre ha sido una prueba que me ha
llamado mucho la atención. Cuando comencé a correr con Teo y me
empecé a meter en el mundillo, sentía mucha curiosidad por saber
cuándo iba yo a poder correr una prueba de tan larga distancia, algo
que en ese momento me parecía muy, muy complicado. Teo siempre me
decía que debía esperarme hasta tener, como mínimo, 17 años. A mi
en ese momento me parecía una edad bastante lejana. Con el paso de
los años, fui dejando de lado la idea de correr la Media Maratón de
Zamora, pues mi interés por otro tipo de pruebas fue en aumento. Sin
embargo, tras correr un Cross de Ávila me mandaron un correo
comunicándome que, por el puesto en el que había quedado en dicha
prueba de campo a través, me había tocado una inscripción para los
21 kilómetros de Ávila. Ahí retomé la idea de completar la prueba
de Zamora. Sin embargo, se me planteaba una cosa con la que no
contaba. Siempre decía que, cuando fuera a debutar en estas carreras
tan largas, la competición marcada sería la de casa, pero la de
Ávila era en octubre de 2015 y la de Zamora en 2016, así que
debutaría en la abulense, donde logré una marca de 1h30’06. En
marzo de 2016 me presenté en la de media de casa habiendo hecho ya
previamente aquel día 21 kilómetros, por lo que no partía desde el
desconocimiento. Sin embargo, arranqué desde demasiado atrás, lo
que provocó que durante el primer kilómetro, y en especial en los
primeros metros nada más pasar de la Plaza Mayor me pillara ese
pequeño “tapón” que se forma debido a la estrechez de la
salida. Por lo demás, no fue del todo mal, corrí guiándome por lo
que me iba diciendo el cuerpo. Finalmente, logré llegar a meta con
una marca de 1h30’54.
La
verdad es que la Media de Zamora es una prueba que, personalmente, sí
recomiendo. Atrás han quedado aquellas ediciones en las que el
circuito tuvo tantas quejas por su monotonía y poco atractivo, pues,
desde hace cuatro años, se ha vuelto a hacer un circuito por el
carril bici y las calles más céntricas de la capital. Este nuevo
recorrido tiene bajada y llano hasta el kilómetro nueve, donde
aparecen dos subidas relativamente seguidas, que nos llevarán hasta
el kilómetro diez. Desde ahí, tendremos tramos llanos hasta llegar
más o menos al kilómetro trece, donde tendremos que atravesar el
Puente de los Poetas, que tiene la mitad en subida un poco engañosa,
mientras que la otra mitad, lógicamente, es en bajada. En cuanto
salimos de este puente, nos tocará hacer un par de giros a la
derecha y, mientras llegamos al kilómetro 14, nos toca hacer otra
subida, con la que, bajo mi punto de vista, hay que tener cierto
cuidado. En los años que he corrido la prueba ya en este circuito,
bien para completarla entera, bien para hacer unos cuantos
kilómetros, he visto que algunos participantes que no han dosificado
bien sus fuerzas en los kilómetros anteriores, han dado un bajón
considerable en este tramo cuesta arriba. Seguimos y tenemos unos
cuantos kilómetros en bajada y llanos, casi hasta el dieciocho,
donde nos volveremos a encontrar con el Puente de los Poetas, que
volveremos a atravesar, pero en sentido contrario al primer paso. Una
vez completada esta zona, nos tocará atravesar la zona de
Trascastillo para llegar a la Ciudad Deportiva. Este último tramo es
todo llano e incluso en ligera bajada, como sucede en los metros
previos para entrar a las pistas de atletismo.
Nos
vemos… haciendo deporte, claro.
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