“Recuerda
que al final, puede ocurrir
si
una puerta se cierra se vuelve a abrir.
Grita
fuerte y déjame oír tu voz”.
(Mago
de Oz).
Ha
llegado la primavera, aunque parece ser que con cierta inestabilidad
en forma de lluvias, algo normal por otro lado. Aunque es verdad que
me gusta correr en todas las épocas del año, ésta puede que sea el
momento en el que más me gusta hacerlo. Las temperaturas, pudiendo
escoger el momento adecuado, son bastante agradables para sacar las
zapatillas y hacer unos cuantos kilómetros por nuestros lugares
habituales de entrenamiento, y los paisajes están aun bastante
bonitos, no están aun secos, como sucederá dentro de unos meses,
cuando las temperaturas sigan en ascenso y el verano aparezca un año
más. El problema de esta estación está en las alergias, pues tener
problemas de este tipo es un auténtico suplicio para cualquier cosa,
y el tema del deporte no es ninguna excepción. Recuerdo muchos días
de entrenamientos en primavera cuando algunos compañeros tenían
alergias y se las veían y deseaban para poder completar lo marcado
por nuestro entrenador, e incluso tenían que parar durante unos
días, hasta que conseguían recuperarse un poco.
Y
estando en mi estación favorita para correr, yo sigo lesionado. Mi
tendón de Aquiles sigue empeñado en que no corra, aunque por
primera vez desde que tuve que parar estoy empezando a tener
esperanzas. Llevo un par de días en los que la zona afectada por la
inflamación está ya muy a un nivel muy similar a la misma zona del
otro pie, y las molestias que aun seguían apareciendo muy de vez en
cuando, han desaparecido de una manera más que considerable,
dedicándose a momentos muy, muy puntuales. La verdad, ésto me hace
ser un poco positivo ante la circunstancia que comentaba, aunque me
sigue resultando algo duro estar sin poder encadenar zancadas.
Intento no darle muchas vueltas al tema, intentando tener la cabeza
ocupada con otras cosas fuera del deporte, o con lo que tengo pensado
hacer nadando o con la bicicleta, con la que, por cierto, no estoy
saliendo todo lo que me gustaría. Entre semana lo he tenido algo más
complicado estas últimas semanas, y la lluvia ha quitado alguna que
otra salida con la misma, pero debo reconocer que, de las veces que
he salido, he aprovechado para hacer unos cuantos kilómetros. En lo
que se refiere a la natación, no voy demasiado rápido, pero, poco a
poco, voy marcándome algunos objetivos e intento cumplirlos. Esto
último quizá es lo que más me ayuda a mantenerme activo, pues un
poco es a lo que estoy acostumbrado cuando estoy corriendo.
Viendo
que ahora mismo estoy nadando y montando en bicicleta, se me ha
pasado por la cabeza en alguna ocasión la idea de, una vez
recuperado de la tendinitis, intentar preparar algún triatlón. Pero
debo reconocer que, pensándolo de una manera lógica, es cierto que
ambos deportes me gustan, pero está claro que donde mejor me lo paso
y, al fin y al cabo, mi favorito, es el atletismo. Bueno, en
realidad, la carrera a pie, que es una modalidad del atletismo. No
sabría dar un motivo, pero correr me gusta muchísimo más que nadar
o andar en bicicleta, y al final, en cuanto pueda volver a hacerlo
sin ninguna molestia (importante, pues estoy un poco aburrido de
hacerlo con molestias, en los últimos entrenamientos en la zona del
tendón de Aquiles) está bastante claro que me centraré de nuevo en
este deporte, en participar en alguna prueba (popular en un
principio, aunque no me importaría retomar las federadas, pero solo
si me veo capaz de manejar ciertos ritmos, sobre todo para evitar ser
doblado) y dejaré de lado la natación, y con la bicicielta, pues
como en los últimos años, tocándola en un par de ocasiones
contadas o, como sucedió el año pasado, cuando la cogí un solo día
para dar una vuelta por los pueblos alrededores al de mi padre en su
compañía y en la de mi tío. Por lo tanto, me da que lo del
triatlón es tan solo una idea pasajera cuando ando algo desmotivado.
Como una vez me dijo un entrenador del club, “Alejandro, si pudiera
correr, iba yo a estar dando pedales”.
Siguiendo
con el tema de las lesiones, hoy me encontré con un compañero del
club, con el que he compartido algunos kilómetros de carrera
continua, sobre todo con la idea de hacer algún rodaje largo de cara
a la media de Zamora. Hablábamos de que quizá, el haber tenido en
cosa de año y medio tres lesiones que me han tenido parado durante
un tiempo relativamente largo (dos meses la primera, mes y medio la
segunda, y rumbo a los dos que llevo con esta) podía hacernos pensar
que era una manera que el cuerpo tenía de dejarle tranquilo durante
un rato, y que la mejor manera que iba a tener para recuperarme era
sencilla: dejar un tiempo largo hasta volver a correr, y centrarme en
los otros dos deportes que ahora estoy practicando. Que precisamente
me lo haya dicho este compañero me hace recapacitar bastante, es una
de las personas que más me ha aconsejado sobre este deporte (opinión
más que cualificada, por otro lado) y uno de esos corredores con los
que más he disfrutado correteando. Es cierto que en las últimas
temporadas he hecho muchos kilómetros, y estoy seguro de que éso ha
hecho que, de las tres lesiones que he tenido últimamente, dos hayan
sido provocadas por ello (la fractura de costilla me imagino que
tendrá que ver más con la mala pisada que di en una zona donde los
baldosines estaban mal colocados). Ésto es algo innegable, pero
bueno, también, en cierta medida, intento refugiarme pensando en que
es algo habitual en el mundo del deporte, y con lo que debemos
intentar convivir. La verdad es que no tenía previsto estar una
larga temporada sin correr, sino solamente el tiempo necesario para
que el el tendón se arregle. Me explico. Comentábamos la
posibilidad de parar durante unos cuantos meses, dejar que la cabeza
y el cuerpo se recuperen, y mientras tanto, montar en bicicleta y
nadar. Quiero estar el suficiente tiempo para recuperar mi tendón y
volver a correr sin ninguna molestia, como comentaba anteriormente,
pero, una vez que mi tobillo esté al cien por cien, quiero volver a
ponerme las zapatillas e irme a recorrer la orilla del Duero y el
bosque de Valorio a base de zancadas. Ése es mi objetivo. Aun así,
la verdad es que me encantó encontrarme con este compañero y poder
estar un ratito hablando sobre dicho tema.
Lo
dicho, a ver si me acabo de recuperar y puedo volver a correr. Ahora,
después de casi dos meses, empiezo a ser optimista con esto y espero
que, no tardando mucho, pueda volver a calzarme las zapatillas.
Mientras tanto, tocará seguir tirando de paciencia y a seguir con la
bicicleta y la natación.
Nos
vemos… haciendo deporte, claro.
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