Puede
que sea muy de la vieja escuela en cuanto a temas atléticos se
refiere, pero debo reconocer que muchas de las situaciones que veo
ahora en este mundillo no acaban de cuadrar en el concepto de
atletismo que a mi se me enseñó en su día,, cuando comencé a
correr con Teo. Pista, asfalto y cross. Si estamos centrados en el
asfalto, por ejemplo, el cross nos puede servir como entrenamiento de
calidad, igual para llevar el invierno de cara a ciertas pruebas en
pista porque, como muchas veces nos decía Teo, “el cross vale para
preparar muchas distancias”. Hacáimos series alternadas con
rodajes (casi siempre, también es cierto, pero ésto es otro tema
del que ya he hablado muchas veces), y siempre se nos insistía en
llevar una preparación acorde a lo que fuéramos a preparar.
Consejos lógicos que nos decían siendo ya Infantiles o Cadetes,
pero que, por lo visto, se nos olvidan con una facilidad pasmosa.
Aquí
es donde comienza la primera parte de mi “enfado”, algo de lo que
ya he hablado (o, mejor dicho, escrito) en vairas ocasiones. No
comprendo como nos dejamos llevar en muchas ocasiones por el echo de
que una distancia nos pueda resultar “llamativa” para coger y
apuntarnos sin tener un mínimo de kilómetros, ya no de preparación
específica, en las piernas. Una prueba de 10 kilómetros, que en
muchas veces nos las tomamos como un “juego”, puede ser muy larga
para una persona que lleve dos meses corriendo y no haya hecho
rodajes de más de 35 minutos. Lo mismo sucede con la media o la
maratón. Pero los corredores (lo digo por propia experiencia, sino
ahora no estaría como estoy) somos muy brutos, y en cuanto vemos que
hemos corrido tres pruebas de 10.000 metros, nos venimos arriba,
hacemos un par de rodajes de 15 kilómetros, ¡y a correr medias
maratones! También puede ocurrirnos algo muy habitual: preparar una
prueba específicamente y lesionarnos a falta de mes y medio para la
competición en cuestión. Si estamos parados u mes, podremos volver
a correr dos semanas antes del objetivo. Si no es una distancia muy
larga (10 kilómetros, por ejemplo) y en un circuito no muy exigente
(cross, cuestas, montaña…) podremos salir con la única y
exclusiva idea de hacer un rodaje y ya habrá más pruebas. Pero si
ya hablamos de medias maratones, lo suyo sería quedarse en casa,
porque, siendo sinceros, no sería muy lógico meternos 21 kilómetros
para el cuerpo en estas circunstancias. Aun así, nos encontraremos
con casos de corredores que salen en pruebas de larga distancia,
publicando tal “azaña” en la red social de turno con comentarios
de lo más curiosos. Para mi, ésto no es un indicador de orgullo,
sino más de pensar poco en nuestra salud y en las lesiones que
pueden acarrear tal salvajada.
Y
si ya hay locuras con pruebas de 21097 metros, no imaginemos con la
maratón y pruebas de montaña. Está bien que nos motiven estos
retos tan largos, pero debemos ser conscientes de cuáles son
nuestros límites. Por ejemplo, no veo lógico que muchos corredores
se apunten a pruebas de maratón para hacer muchos de los kilómetros
caminando y llegar a meta en seis horas. Yo soy de los que piensan
que en competiciones tan largas hay que acortar más el tiempo máximo
de llegada a meta, porque no entiendo como algo saludable para
nuestro organismo lo de participar en pruebas de 42 kilómetros (y en
medias, pero en la “entera”, al ser más distancia, todo esto se
encuentra mucho más acusado) sin estar debido preparado y
pretendiendo acabar a toda costa, poniendo nuestra propia salud en
salud e incluso teniendo que para a caminar en un montón de
ocasiones. No todo vale para poder decir “que he acabado una
maratón”. Hasta no hace mucho, los atletas que se decantaban por
esta distancia habían “visto” ya muhco atletismo, llevaban
varios años corriendo diferentes distancias, y, en cierta medida,
correr los 42195 metros era como llegar a la parte más alta de su
carrera deportiva. Gente, a fin de cuentas, ya muy hecha dentro del
mundo del deporte. Se hacían muchos kilómetros dentro de la
preparación, y, aunque sin miedo, siempre estaba el respeto a la
prueba de Filípides. Ahora, todo éso ha cambiado y parece que toro
sirve para correr una maratón, y no es a´si. ¿Todo el mundo está
preparado para correr tantos kilómetros? Respetando a todo el mundo,
me parece que no todos los deportistas están capacitados para acabar
estos42 kilómetros. Y no quiero resultar soberbio, no es para nada
mi intención, pues, creo que soy el primero no apto para participar
en una maratón, pues, por un lado, no he “trillado” lo
suficiente la distancia inmediatamente anterior, la media maratón,
sino que tampoco me considero una persona capacitada para hacer
tantos kilómetros. Me gustaría llegar a poder preparar una media
maratón bien preparada, con sus series y demás, pero no hacerlo
para esos 42 kilómetros.
¿Soluciones
a ésto? Lo primero de todo, mucha paciencia y cabeza. Lo suyo sería
buscar un entrenador (con experiencia como atleta, a poder ser con
unos cuantos años a la espalda y, además, con una formación) o,
por lo menos, intentar leer todo lo que se pueda sobre
entrenamientos, contrastando la información que nos encontramos por
Internet y, a partir de ahí, empezar a elaborar nuestro propio plan.
Pero, sobre todo, apliquemos la lógica y pensemos que lo ideal sería
poder estar el máximo tiempo posible corriendo (con “tiempo”
creo que queda claro que no me refiero a las horas o minutos, sino a
meses y años) sin lesiones y disfrutando con lo que hacemos. Seguir
un método progresivo, aumentando poco a poco los kilómetros, y
dejando las pruebas de larga distancia para el momento adecuado, no
para cuando “nos pueda el ansia”. Puede que yo no sea la mejor
persona dando estos consejos, pues soy el primero que mete la pata en
muchas de estas cosas y, como muchas veces he comentado, soy muy
reacio a tener un entrenador (ya hablaré en otra entrada, entre
otras cosas, de esto), pero hay que reconocer que, en la inmensa
mayoría de las ocasiones, se agradece tener a alguien que, aunque no
te haga directamente un plan de entrenamiento, al menos te aconseje
sobre qué sería lo adecuado para cada momento.
Por
otro lado, este fin de semana se ha celebrado en el zamorano bosque
de Valorio una prueba del Farinato Race sobre diferentes distancias.
A lo largo del circuito, los deportistas tendrían que solventar
diversos obstáculos de lo más curiosos. Desconozco quién fue el
“inventor” de estos eventos, pero creo que se ha ido mucho de las
manos, hasta el punto de hacer un Campeonato del Mundo. Debo
reconocer que, bajo mi punto de vista, éste evento no deja de ser un
invento más para hacer un negocio vinculado al mundo del deporte y,
en concreto, de las competiciones, no tengo muy claro de qué
deporte. Puede que yo sea muy de la vieja escuela y no acabe de
pillarle el truco a esto, pero muchas veces me acuerdo de un
comentario que leí en una red social, en la cual, una persona decía
algo así como “ahora la gente pone dinero por hacer lo que
nosotros hacíamos obligados en la mili”. Es cierto que también se
obligaba a correr, y ahora está de moda, demasiado me atrevería a
decir, pero, a diferencia de estas pruebas, una persona puede decidir
si pagar o no para salir a correr, basta con calzarse unas
zapatillas, ropa deportiva y salir, mientras que para estos eventos,
tienes que poner dinero sí o sí, pues es la única manera de
encontrarse en esa situación de tener que pasar todos los
obstáculos.
La
verdad, y aunque pueda parece mentira, en muchos aspectos de este
deporte, me gustaría retroceder unos pocos de años atrás, cuando
el “ranin” aun no existía, y la gente que practicaba “footing”
lo hacia con mucha más cabeza que los actuales “raners” (de
hecho, para mi no tiene mucho que ver un concepto con el otro) y lo
que predominaba eran los “atletas”, gente que competía, pero
que, ante todo, era plenamente consciente de cuáles eran sus límites
y de la importancia de llevar un buen entrenamiento de cara a las
pruebas para las que se estaban preparando. Una época en la que el
atletismo era cross, asfalto y pista y donde primaba el deporte
frente al negocio. Nada más y nada menos.
Nos
vemos… haciendo deporte, claro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario