Los lideratos y demás cosas del ciclismo

En los deportes, y más en el ciclismo, tan pronto te puedes ver arriba del todo como puedes ser el último (que nunca peor) corredor del pelotón. Puedes ganar un día el Tour de Francia y al año siguiente, ser el farolillo rojo. Evidentemente, ésta es una comparación muy exagerada del tema que voy a tratar en esta ocasión, pero suficiente para dar a entenderlo bien.
Joaquim Rodríguez, apodado "Purito" desde sus tiempos en la ONCE de Manolo Saiz, siempre ha sido un buen corredor, pero le ha fatlado un puntito para poder ser realmente el ciclista que debería ser. Podría definirse como un corredor con muchísima clase, capaz de ganar pruebas importantísimas, pero un poco mal calculador de sus fuerzas y bastante desastre en las cronos (no hay más que mirar la de Peñafiel en el 2010). Ahora que ha conseguido ponerse líder de una grande como es el Giro de Italia, parece que todas estas caracteríticas del catalán han cambiado y está controlándose muchísimo más, corriendo con muchísima cabeza, y ésto le está costandos ser nada más y nada menos que maglia rosa en el Giro de Italia. Pero ahora viene lo grave. En la etapa de hoy Joaquim ha perdido 14 segundos (pero sigue líder) pero, lo bueno es que Basso ha perdido 12 sobre él. A no ser que en la crono o en la poca montaña que ya queda se lo recorte, Basso no podrá ganar al del Katusha. Respecto al posible ganador del Giro, el segundo clasificado, Hesjedal, podrá recortar lo que le queda para superar a Rodríguez en la crono y, así, proclamarse campeón del Giro de Italia 2012. Una pena, teniendo en cuenta el trabajo realizado por el catalán.
Por otra parte, está siendo un Giro diferente. Cavendish ya no gana tan fuerte como antes y los italianos ya no andan como "antaño". Basso ya no anda como andaba en el último Giro que ganó, Di Luca desde que ha vuelto a competir ya tampoco anda bien... En fin, que los pobres italianos no deben estar muy contentos. Pero, por suerte, los tramos de tierra ya han decidido no meterlos, todo un avance en la ronda italiana.
En fin, un Giro peculiar, pero emocionante, y que merece la pena ver, desde la primera  hasta la última etapa.