Espero que el título que le he puesto a la entrada no suene demasiado extraño, sino que exprese lo mejor posible lo que hoy me apetece contar en este artículo. Tranquilos, no voy a meterme con nadie ni a hacer críticas exageradas, si algo tengo claro es que hay que tener respeto por todas las personas y todos los ideales, aunque no estemos de acuerdo con ello. Lo que quiero ahora es mirar hacia atrás y mirar todo lo realizado estas pasadas tres semanas y ver si realmente me han valido para algo, y hacer ciertas reflexiones acerca de qué es realmente lo que espero del deporte.
Dejé de correr el día 29 de junio, domingo, para hacer en un principio cuatro semanas de parón activo montando en bici y nadando, ésa era la idea, aunque hoy ya no he podido y me he escapado a rodar un rato por la orilla del Duero, algo que realmente echaba de menos y que me ha devuelto la sonrisa después de estos días son encadenar zancadas. Ésto, precisamente, es lo que me anima a escribir este artículo. Durante estas tres semanas de parón he visto, en un principio, que realmente he echado de menos al atletismo. Éso me gusta, quiere decir que aún siento algo por esto, por correr, algo que tras los meses que estuve sin hacer entrenamientos específicos es la señal que indica que las ganas y la motivación están ahí. Ganas por intentar volver a estar delante en las carreras. Ilusión por lograr mis objetivos. Motivación para luchar por poder entrenar a diario y en cada entrenamiento.
Una de las cosas que han sucedido en estos días me han servido para confirmar algunas cosas. Como bien sabéis, soy aficionado al ciclismo, aunque quizá más para verlo que para practicarlo. Realmente, he visto que lo que es la práctica deportiva ciclista no me llama tanto la atención. Es cierto que he salido y he sido más o menos constante, pero no me motiva como correr, ni mucho menos. Cada uno de nosotros tenemos nuestros gustos. Conozco a muchos deportistas cuyo deporte principal es el ciclismo, acuden a muchas marchas y carreras y realmente lo viven. A mi me gusta ir a ver carreras y marchas, meterme en el ambientillo ese, ver a los ciclistas, fijarme en el material que llevan... pero solamente eso. Sin embargo, veo que me pongo a correr y esa impresión que me dan los compañeros ciclistas por la bici, tengo la impresión de darla yo con las zapatillas. Al igual que ellos viven el ciclismo, yo vivo el atletismo. A mi lo que me gusta para ponerme a entrenar en serio es correr. Y puesto que supongo que querréis saber motivos, pues aquí van unos cuantos. La más evidente es la del tiempo, hacer 40 minutos ya no fuertes, rodando, son suficientes para el entrenamiento. Ese mismo tiempo llevado al ciclismo no provocará mejorías ni nos dirá nada, y acabaremos con ganas de más. Está claro que ya para hacer cosas más específicas estaremos más tiempo, pero está claro que al igual que lo necesitamos para correr lo necesitamos para la bici, y si ya para un día normal invertimos más, cuando se trate de hacer algo específico... Por otro lado, el riesgo de caernos y cosas parecidas no es tan alto como en bici y, de hacerlo, posiblemente el golpe no será tanto, porque corriendo te puedes ir al suelo a 13, 15 o 18 km/h, pero en bici puedes irte a 40 ó 50 km/h, por lo que el porrazo es considerable. El problema, y aquí ha que dar la razón, correr es más lesivo que la bici. Y el motivo principal, que es el que a mi me acompaña en todos y cada uno de mis entrenamientos,es que correr es mi deporte favorito, por encima del ciclismo. Recorrer el bosque de Valorio o la orilla del Duero es una delicia para mi, al igual que lo será para los aficionados al ciclismo subirse el Alpe d´Huez o hacer marchas cicloturistas. A cada uno nos pica el veneno de un deporte diferente, y a mi reconozco que el del atletismo me ha picado por encima que el del ciclismo. Aunque, como digo, cada uno tenemos nuestros deportes preferidos, y yo puedo dar buena fe de ello, en casa tan pronto se habla de Neymar (no es mi caso, odio el fútbol, aunque no sucede con mi hermano), como de Indurain o de Bekele. Pese a todo, yo me quedo con el atletismo.
Este tiempo sin correr supongo que también me habrá venido bien para recuperar, han sido tres semanas más dos días sin encadenar ninguna zancada. No sé si me habrá venido bien, éso hay que analizarlo dentro de dos o tres meses, no ahora. He salido fundamentalmente en bici, aunque algo de natación también he hecho. Otros años he hecho más natación, pero luego las piernas iban peor durante los primeros días, así que he optado por seguir ejercitándolas sobre la bici para que la vuelta a los entrenamientos no sea tan drástica durante los primeros días, no por tema de pulsaciones, sino de que las piernas iban muy extrañas y me costaba mucho hacerme con ellas durante prácticamente la primera semana o las dos primeras semanas. De kilómetros no sé cuántos habré hecho en total, pero más o menos a una media de 60 o así. Salvo un par de días que hice 80 uno y 90 otro, el resto he estado entre los 60-65, y un día suelto 70, normalmente con la bici de montaña pero por asfalto, que por los caminos me pierdo.
Tirando a tope en la última edición que corrí de la carrera de El Caracol, en Benavente. |
Y, bueno, como tengo de costumbre hablar sobre mis entrenamientos, os comento que hoy hice 40 minutos suaves, completando un pelín más de nueve kilómetros a 4'24" el mil y 159 pulsaciones medias.
Nos vemos... haciendo deporte, claro.
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