Me pongo hoy a escribir con la idea de tratar varios temas relacionados con el atletismo. Por un lado, está la Maratón de Sevilla, donde unos cuantos atletas se jugaban la plaza para Rio de Janeiro. Por otro, me gustaría seguir hablando de mis entrenos.
Hoy en Sevilla se ha batido el récord de la prueba, de la mano de Cosmas Kiplimo, quien marcó un tiempo en meta de 2h08'14. El segundo clasificado fue Carles Castillejo, uno de los atletas españoles que partía con la intención de pelear por una mínima para los Juegos Olímpicos de Rio, llegando a meta con el objetivo cumplido. De entre la categoría masculina, el último atleta que logra esa mínima, puesta en 2h13', fue Jesús España. En mujeres, Paula González y Estela Navascues, primera y tercera, lograron también la mínima para ir a competir a Rio de Janeiro en los próximos Juegos Olímpicos.
Debo reconocer que, dentro de la categoría masculina, pensé que nos íbamos a llevar unos buenos porrazos. En mi caso, pensaba que el único capaz de lograr la mínima para ir a Rio era Carles Castillejo. No me ha sorprendido que la haya consegiudo porque creo que tiene calidad de sobra para conseguirlo. El que me ha impresinado muchísimo ha sido Jesús España. Cuando me enteré de su asalto a la maratón, la verdad es que no me pareció algo positivo. Es cierto que ha sido un atleta que ha rendido a un nivel excelente en pruebas de 3000 y 5000 metros, pero mi impresión antes de ver el resultado de hoy en Sevilla, es que hubiera sido mejor haberse centrado antes en el 10000 y media maratón, pero parece que le ha ido nada mal hoy en la maratón. Yo debo reconocer que nunca conté con él para bajar de esos 2h13', pero me ha tapado la boca y ha demostrado que tenía piernas para ello.
Cambiando de tema, la verdad es que esta semana no he comentado gran cosa. El lunes comencé rodando poco más de 13 kilómetros en 57'03, a 4.21 min/km y 160 pulsaciones medias. Me noté con las piernas bastante cargadas del día anterior, cómo se nota el no tener acostumbradas a las piernas a tocar ritmos de 3'30 durante más de nueve kilómetros. El martes me calcé las zapatillas para volver a hacer un rodaje por la vuelta a Cabañales, completando otros 14 kilómetros en 1h01'16, a 4.22 min/km y 157 pulsaciones medias. El miércoles tocó volver a corretear, acabando con 15 kilómetros justos en 1h05'26, a 4.21 min/km y 157 pulsaciones medias. El jueves, como de costumbre, acabé con los mismos kilómetros del martes en 59'53, a 4.16 min/km. El viernes descansé. Ayer, para seguir con la rutina, me calcé las zapatillas para hacer una ruta por la orilla del Duero y el bosque de Valorio. Los primeros cinco kilómetros los hice con el compañero Roberto. Así, completé justo 15 kilómetros en 1h05'56, a 4.23 min/km y 164 pulsaciones medias. La verdad es que me noté bastante suelto. Y para acabar la semana, hoy tocó hacer la tirada larga. Volviendo a dar la vuelta a Cabañales, completé un total de 19 kilómetros en 1h21'50, a 4.18 min/km y 162 pulsaciones medias. Hoy decidí tensar algo durante los últimos kilómetros. Hasta el 15 fui rodando a ritmos entre los 4'15 y los 4'30 min/km, para, a partir de ahí, empezar pasar los kilómetros en 4'04, 4'08, 4'08 y 3'32. El último decidí hacerlo a todo lo que daba.
Completada esta semana de entrenamientos, quizá debo ponerme a pensar e intentar, por lo menos, sacar alguna conclusión. El jueves entrené a mediodia, lo que me permitió llevar a mi hermano a entrenar. Mientras entrenaba con su grupo, haciendo unas cuestas, estuve hablando con Teo y con mi madre, recordando algunas de las anécodtas que tuve cuando entrenaba con Teo a orillas del Duero. Una forma completamente diferente de entrenar y de ver el atletismo en comparación a cómo entreno y lo veo todo ahora, no entraré ahora a si hubiera sido o no mejor entrenar de otra manera, aunque está claro que los resultados nos salían, y le siguen saliendo. Ésto sí me permitió pararme a pensar sobre si me compensaría volver a renovar mi licencia la próxima temporada, entrenar como debo, sin hacer el cabra, de una forma bien organizada. Y ésto me llevo a pensar en que, de hacerlo, quizá me compensara ponerme a entrenar bien hasta que se acabe esta temporada, para ver cómo asimilo todo (al fin y al cabo, desde Bañobárez no he vuelto a entrenar sin hacer el cabra), es demasiado tiempo apartado y, entrenando como debo, no sé muy bien cómo puedo asimilar las series. Llevo la competición en la sangre, me encanta competir, pero me gusta para verme con los primeros, y ahora mismo no estoy para ir con ellos. Necesito entrenamientos de más calidad para poder verme de nuevo entre los primeros, menos carrera continua y más series. Es fácil, tres días de calidad, tres de rodaje y uno de descanso. La teoría es muy fácil, el problema es llevarlo a la práctica. Cuando entrenaba con Teo la verdad es que, lo primero, corría sin molestias, y luego, no me costaba hacer calidad (aunque sí debo reconocer que una época hicimos más series, sobre todo cortas, de las que solíamos hacer, y acabé un poco cansado de ellas). Ahora es todo lo contrario.
Ayer aproveché la tarde para organizar unas cuantas semanas en condiciones, con sesiones de series y cuestas, alternadas con sesiones de rodajes (¡qué bonitas esas sesiones!) y un día de descanso. ¿Seguirlo? Iré viendo, ya sabéis lo poco que duro con estas cosas. Solo lo seguiré si me veo con ganas, así que me toca ir analizando. Si soy capaz de completar todas las semanas, será momento de hablar con el Atletismo Zamora para que me renueven la licencia. Y volver a poner a la cabeza de un lugar de donde no debería haberse quitado. Por cierto, os parecerá una chorrada (de hecho lo es), pero me he propuesto no hablar demasiado con mis compañeros sobre los próximos entrenamientos. Sí me escribiré aquí sobre ellos, pero me limitaré solo a dos cosas, cumplirlos y escribir en el blog sobre ellos. ¿Tarea fácil? Pues la verdad es que no. Sí es cierto que conservo varias manías que tenía de cuando entrenaba con Teo, pero me parece que no será nada fácil cambiar todas las que he cogido desde que no entreno con él. ¿Y volver a tener entrenador? Por ahora, la verdad es que creo que me mantendré igual, aunque no lo descarto.
Nos vemos... haciendo deporte, claro.
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