El boom que están teniendo
ciertos deportes a nivel aficionado o popular, como se quiera decir,
no solo afecta a que cada vez haya más y más aficionados
participando en ciertos eventos, o que cada vez más deportistas se
animen a preparar ciertas salvajadas para las que, en la mayoría de
los casos, no se ha llevado una preparación acorde al objetivo
marcado. Nos encontramos con que, bajo mi punto de vista, no estamos
sabiendo controlar el tema del material deportivo, ni desde el punto
de vista de los practicantes del deporte, ni desde el punto de vista
de ciertos medios de comunicación especializados, donde, desde hace
ya bastante tiempo, la impresión que me están transmitiendo es la
de haber dejado de lado el punto informativo en este aspecto, para
centrarse más en el “mercachifleo”. De ésto tocará escribir en
la entrada de hoy.
En casa, debido a la afición
de mi padre al ciclismo y de la mía al atletismo, solemos tener
distintas publicaciones escritas relacionados con ambos deportes.
Durante muchos números, la verdad es que resultaba interesante leer
ya no lo relacionado con las pruebas, bien para aficionados al
deporte correspondiente, o bien para profesionales, sino en temas de
nutrición, entrenamiento, material… En resumidas cuentas, lugares
a los que acudir con seguridad de que nos podríamos informar. Sin
embargo, desde hace ya muchos números, el tema informativo en
ciertos aspectos, no es es el adecuado. En concreto, si hablamos
acerca del material, hay ciertas “lagunas”. Algo semejante sucede
cuando hay que ponerse, por ejemplo, a estirar, o aparece un método
de entrenamiento constatando ciertas fórmulas, y aparece otro
diciendo todo lo contrario. En vez de unir términos, en ocasiones se
contradicen unos con otros, resumiendo todo.
Podríamos comentar, por
ejemplo, las pruebas de bicicletas. Lo primero que destaca, es el
precio. ¿Por qué probar bicicletas de 8000, 9000, 10000 euros? ¿Por
qué comentar las bondades (más abajo comentaré sobre este tema,
que también trae tela) de unas bicicletas de un uso ya no
competitivo, sino casi profesional? No sé si es que soy muy cerrado
para algunas cosas, pero no comprendo el motivo por el cual en una
revista especializada hay que centrarse en probar este tipo de
máquinas sobre dos ruedas. Puede que haya un buen número de
ciclistas que, efectivamente, compiten, pero hay otro gran número
que son cicloturistas. Y aunque haya un gran número de personas que
se dedican a colgarse un dorsal en el maillot y correr pruebas Master
(recordemos que, otra de mis manías, solo considero competición a
las carreras, las marchas cicloturistas deberían ser eso, marchas),
estoy convencido de que no se dedican de una forma profesional a
esto, sino que son deportistas que “matan” el gusanillo de las
carreras en este tipo de eventos, pero que no se ganan un sueldo con
esto, un parecido muy importante con los cicloturistas y una
diferencia abismal de ambos con los ciclistas profesionales, que si
lo hacen. Quiero decir con esto, a quien se dedica a esto con un
sueldo, es su trabajo y es normal que lleven el material que llevan,
pero, para el resto de mortales, creo que no es la mejor opción. Y
ahí radica el error de probar estas bicicletas. Para mi, creo que
sería mucho mejor abrir una revista y poder ver que los probadoras
han tenido la opción de catar una bicicleta que, económicamente, es
adecuada para el bolsillo de cualquier cicloturista, y que, para la
gente que compite en Master, prueben material un poco más específico
para el uso que se la va a dar, pero también teniendo en cuenta al
aspecto económico, y que no hace falta llevar el tope de gama en
ninguno de los dos casos, pues perfectamente con algo de gama media
podemos sacar medias en competición de 35 km/h, porque, no nos
olvidemos, necesitamos el material adecuado, por supuesto, pero
también hay que entrenar adecuadamente al objetivo marcado.
Otra de las cosas llamativas
dentro de las pruebas de bicicletas es el tema de los aspectos
positivos y los negativos. Cuando leo una de estas pruebas, resulta
que hay comentarios del tipo “es un bólido”, o “te ahorras
tantos watios”. Y si seguimos leyendo, vemos que la bicicleta en
cuestión no tiene nada negativo, todo es bueno, pero resulta que
lees otra bicicleta de más o menos el mismo precio, y todo es igual.
Ahora bien, nos encontramos con incongruencias del tipo de que, por
ejemplo, unas ruedas en una bicicleta de 8000 euros son lo más de lo
más, el máximo, unas ruedas rapidísimas, que te permiten rodar a
no sé cuánta velocidad sin esfuerzo. Pero si ponemos las mismas
ruedas en una bicicleta de 4000 euros, pasan a ser unas ruedas
normales, unas más, de las del montón. Y no hablemos de si esas
mismas ruedas acaban en 1000 0 1500 euros. No sé si a vosotros os
pasará lo mismo, pero cuando yo me pongo a leer una prueba de una
bicicleta, quiero tener información sobre todo, sea bueno o sea
malo, y, además, lo quiero a un precio asequible, no por 10000
euros, y ahora mismo, encontrar esto es muy complicado. Aun tengo una
revista de BTT guardada en casa, en la cual, se prueban tres
bicicletas diferentes, una de 6400 euros y cuyo objetivo principal
era la competición; otra por 7499 y una tercera por 799 euros, una
BTT enfocada a un uso que podríamos catalogar de “normal” que,
por cierto, he tenido la suerte de ver en “persona” en varias
ocasiones, pues un compañero se la compró unos meses después de
que saliera esta revista. Me gustaría que hubiera más pruebas como
esta última máquina, y menos pruebas de bicicletas de 8000 euros o,
al menos, que se hicieran como en esta revista, probar tres
bicicletas y que, al menos, una de ellas fuera para apta para todo el
público.
Si escribimos de atletismo,
sucede algo similar a lo comentado hasta ahora con el mundillo del
ciclismo. Podríamos escribir, por ejemplo, del tema de los
estiramientos. Abrimos una revista, y nos encontramos con varios
ejercicios para estirar, con una serie de recomendaciones. En un
número nos dicen que éstos son unos estiramientos infalibles para
evitar las lesiones, pero es que, dos números después, te
encuentras con unos estiramientos completamente distintos, pero con
lo mismo: “ejercicios infalibles para evitar las lesiones”, o
“haz esto y olvídate por completo de los dolores”. Y tres o
cuatro números después, lo mismo, pero con otros completamente
distintos a los de los dos anteriores. Entonces, ¿a cuál de todos
hacemos caso? Por otro lado, y siguiendo con los estiramientos, unas
veces se dice que hay que entrenar antes, otras, que ni locos, que
hay que hacerlo solo después, e incluso se ha estado diciendo que no
hay que estirar ni antes, ni durante, ni después. Volvemos a la
misma pregunta. ¿Qué hacemos? ¿Estiramos, no estiramos o lo
hacemos “a medias”, por si las moscas? Otra de las cosas que no
me acaban de gustar es las recomendaciones que, en algunas ocasiones,
se dan en temas de entrenamientos. En algunas ocasiones algún
artículo donde, por ejemplo, se habla de que se es posible pasar de
estar participando en pruebas de cinco kilómetros a pruebas de media
maratón, ¡sin apenas entrenar! Creo que artículos como el del
ejemplo no benefician para nada en un momento en el cual estamos
viendo cómo muchos “raners” se animan a participar en pruebas de
larga distancia (medias maratones o maratones) sin el adecuado
entrenamiento. Está muy bien que se escriba de estos temas, de
hecho, me resulta muy interesante que se escriba acerca de
entrenamientos, pero creo que hay que seleccionar los artículos. De
las publicaciones que he leído, por suerte, este tipo de artículos
no es demasiado común, y normalmente se suelen aportar cosillas
bastante más lógicas que en lo comentado en el ejemplo, pero
también hay artículos de este tipo.
Pues, en definitiva, y para
cerrar al artículo, me gustaría ver que ésto cambia un poco, y que
volvemos a saber cuáles son las cosas negativas que tiene el
material deportivo, que vamos a poder conocer no solo el material de
competición centrado en el deporte de élite, sino también en el
que practicamos el resto de mortales, y que podamos encontrarnos con
una información más centrada, por ejemplo, en esos estiramientos, y
no ver cada poco un nuevo artículo en el que nos encontremos con
cosas completamente diferentes que en el anterior que leímos sobre
el mismo tema.
Nos vemos… haciendo deporte,
claro.
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