Es increíble cómo está cambiando el mundillo de la carrera a pie, con un montón de pruebas populares, cada vez más gente corriendo, cambios tecnológicos con los GPS de última generación, nuevas formas de alimentación...
A mi, personalmente, me llama la atención cómo, de un deporte tan simple como es correr, estemos logrando introducir tantos cambios en diferentes temas. Y esto, ¿beneficia o estorba? Supongo que, con medida, todos estos cambios son buenos, pero en su justa medida. Y precisamente ese es el problema, pues, para mi, esto se nos está llendo de las manos.
Con esto de que la cosa se nos está llendo de las manos me refiero a que creo haber llegado a niveles obsesivos en muchos aspectos. Uno de ellos, por ejemplo, con las competiciones. Yo tengo la sensación de que manan carreras de hasta de debajo de las piedras, muchas de ellas con motivo benéficos. Y es que hemos pasado de tener un par de carreras casi por provincia a juntar varias con el mismo fin de semana. Eso puede verse lógico en zonas de grandes poblaciones, pero no lo veo normal en otras ciudades mucho más pequeñas, como es el caso de la mía, Zamora. No hace muchos días han coincidido muchísimas pruebas en el mismo fin de semana. Promocionar el atletismo es bueno, pero yo a esto no le veo lógica. No entiendo por qué no nos centramos en hacer carreras para los niños, pues ellos son el futuro del deporte profesional y absoluto si hablamos de las pruebas populares. Nos centramos solo en los más maores, supongo que en gran medida por motivos económicos, pero si queremos que de aquí a veinte años sigan corriendo absolutos en las populares, debemos trabajar con los peques. Ellos disfrutan si cuando llegan a meta se les da una medalla o un bocadillo, y seguro que no es un gasto excesivo ni un problema económico, sino una inversión de futuro. Y hablando de temas económicos, yo ya he llegado a tener la sensación de que hay quien incluso piensa que uno se pone a hacer una prueba de atletismo y se forra, un posible motivo para entender esa proliferación de carreras populares, algo que, por cierto, no siempre es cierto, ya que una prueba supone unos gastos considerables.
Y qué decir de los precios. Hay carreras que han bajado los precios y otras que han mantenido unos precios muy competitivos. Sin embargo, otros siguen cobrando diez euros para correr cinco kilómetros, por ejemplo. Creo que, en este aspecto, debemos saber qué es lo que buscamos. Es decir, si nosotros queremos hacer una prueba, debemos distinguir entre si vamos a contratar atletas de primer nivel o solo habrá atletas populares sin más. En ambos casos, deberíamos pagar inscripción, pero, claro, los éite pueden ir invitados, y no pagar inscripción, lo que supone un extra para el precio de la inscripción de los populares. Yo no veo lógico lo de llevar a élites invitados a populares, aunque los organizadores lo hacen, en ocasiones, por dejar a las populares correr con los de la televisión, pero, como sucede en muchas ocasiones, cuando queremos algo de calidad, debemos pagar por ello, y eso encarecela inscripción. Entonces, si queremos hacer populares, mejor no llevar a élites contratados y centranros en un buen trato al corredor, una buena bolsa, una camiseta técnica (he ido a competiciones populares que presumían de un gran nivel y demás, pero la camiseta era de algodón, algo con sentido hace 40 años, no ahora, con el amplio abanico de camisetas técnicas que hay en el mercado), y es que, al fin y al cabo, somos los populares los que vamos a sacar las carreras hacia delante.
Pero, ojo, ¿podemos hacer una carrera con nivel? Pues claro que podemos organizar una carrera popular con nivel, pero siempre que todos los atletas paguen su correspondiente precio de inscripción. De ser así, no llevando a atletas invitados, podríamos reducir costes o, manteniendo el mismo precio, poder dar más en la bolsa de corredor, por ejemplo. Los atletas profesionales tienen el mismo derecho que los demás a participar en pruebas populares, pero no veo lógico que se lleven invitados, pues, como decía, eso encarece el producto y, encima, en decrimento de poder tratar mejor al atleta popular, pues, en esta situación, parte del dinero de la inscripción se va a pagar la invitación de ese atleta, por ejemplo. Si queremos que en nuestra carrera haya profesionales, perfecto, pero no invitados.
Sobre los avances tecnológicos, es increíble cómo los GPS se han vuelto habituales en los entrenos y competiciones atléticas. Podemos encontrar en el mercado un amplio catálogo de GPS de diferentes marcas, cada una con diferentes caracterísiticas. Podemos, por lo tanto, tener acceso a un montón de datos en poc tiempo. Sin embargo, debemos saber cuál es nuestro nivel y, en base a eso, saber qué GPS elegir. Está claro que un atleta profesional, que busca un rendimiento muy alto, necesitará saber unos datos mucho más precisos que un atleta popular, que solo busca disfrutar de correr y, ya de paso, ver el total de kilómetros recorridos y el tiempo invertido en esa distancia. Yo creo que nosotros, los más populares, con saber a qué pulso vamos y el tiempo que hemos corrido nos basta, a lo sumo añadir kilómetros y ritmo por kilómetro, pero tampoco debemos complicarnos la existencia, pues a nosotros lo que nos gusta es disfrutar con esto. Yo como deportista debo reconocer que me gusta utilizar el GPS porque soy de los de estar mirando todo el día los kilómetros que llevo y el ritmo al que he ido, pero no paso de porque tampoco necesito más datos. Con saber pulsaciones, kilómetros, tiempo y ritmo por kilómetro me vale.
Pero sí que creo que el uso del pulsómetro es bastante importante ya no por ver en qué umbrales estamos trabajando y tal (para entender los datos de muchos aparatos en temas de pulso casi hay que hacer un master), sino por salud. Si nosotros normalmente rodamos a 155 pulsaciones y llevamos ya tres o cuatro semanas rodando a 175-180 pulsaciones por los mismos sitios de siempre, es que hay algo que no funciona bien, y lo mismo convendría ponerse en manos de un médico. Para eso creo que sí viene bien el pulsómetro, pero no nos hace falta gastarnos 400 euros, seguro que por 20 podemos encontrar un pulsómetro que cumpla su función principal: marcar el pulso. Porque ojo, luego la evolución ha llevado a que nos den el tanto por ciento al que vamos trabajando, umbrales... Éso para un uso intensivo está bien, pero para un uso de disfrute, no le veo tampoco un uso excesivo.
Para cerrar el artículo, me voy a centrar de nuevo en los más pequeños. Creo que muchas carreras deberían prestar el mismo apoyo a los absolutos que a los pequeños. Posiblemente, interesa más por motivos económicos organizar una prueba para adultos, pero es que los niños se harán adultos y seguirán corriendo y participando en carreras, ysi no trabajmos con ellos desde edades tempranas, no lograremos que haya adultos corriendo y compitiendo. En Zamora, Teo de las Heras llegaba y en cinco minutos organizaba una prueba donde los más pequeños tenían el mismo protagonismo que los mayores, algo que ahora, en menor medida, sigue haciendo. Y era capaz de organizar crosses para los niños y los adultos, pero también de organizar una media maratón (además, la de Zamora fue de las pioneras en nuestro país) Ha hecho mucho por el atletismo de base sin recibir nada a cambio. Tuvo una época donde, además, juntaba a un montón de atletas jóvenes para entrenar, algo que ahora puede resultar muy complicado. Pero, quizá, deberíamos empezar a plantearnos lo de volver a hacer las carreras de atletismo como hacía Teo, centrándonos en los niños.
Nos vemos... haciendo deporte, claro.
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