El tema de las zapatillas es un tema
muy, muy abstracto. Cada uno tenemos unas necesidades deportivas diferentes,
igual que una pisada diferente. Cuando hablamos de tipos de zapatillas, tenemos
que pensar cuál es el modelo que realmente se adapta a nuestras características
siguiendo unos parámetros determinados: peso, pisada, kilómetros semanales,
regularidad con la que entrenamos, si las vamos a utilizar para rodajes, series
o competiciones, si necesitamos más o menos amortiguación… Muchos parámetros a
tener en cuenta a la hora de comprarnos unas zapatillas. Esto ha provocado que
en el mercado nos podamos encontrar con unos catálogos cada vez más amplios de
zapatillas para correr o, como actualmente suele decirse, zapatillas para
running.
Las zapatillas también se han ido
acoplando a las necesidades deportivas y personales de cada uno, y, a base de
tecnología (las zapatillas actuales de atletismo son, en muchos casos, pura
tecnología) hemos llegado a tener zapatillas para todo tipo de atletas. Y, por
suerte, nada tienen que ver con las zapatillas que se utilizaban hace 40 años,
sin apenas amortiguación, y muy pocos modelos en los mercados para elegir. Pero
lo que apenas ha variado en los últimos años han sido las marcas. Hace 25 ó 30
años ya hablamos de prácticamente las mismas marcas que actualmente, algo que
puede ser bastante beneficioso, pues se han ganado una clientela fija y
nosotros, como clientes, ya sabemos qué marcas nos van bien y cuáles mal.
De entre esas marcas míticas se
encuentra Nike. La marca estadounidense es, actualmente, una de las más
prestigiosas del mercado por historia y material. Durante su larga existencia
ha ido sacando varios modelos, y ahora mismo en el mercado podemos ver sus
zapatillas para sesiones de carrera continua, series, competiciones, pista,
cross, y para gente que no busca competir, sino solamente salir de vez en
cuando a correr y sumar sus kilómetros. Han ido desarrollando modelos de
zapatillas para todo el mundo, con una buena amortiguación. Pero no solo de eso
ha dependido su fama. Aparte de fabricar zapatillas y ropa deportiva, han
patrocinado y patrocinan a diferentes deportistas, ya no atletas, sino de otros
deportes. En el caso del atletismo, míticos como Chema Martínez o Marta
Domínguez han estado, durante su etapa como profesionales del atletismo, y
actualmente tiene patrocinados a atletas de la talla de Roberto Alaiz.
Para mí, Nike ha sido la zapatilla
que mejor se ha adaptado a mi pie. He utilizado Joma, Adidas, Asics, New
Balance y Kalenji, ésta última marca solo para los clavos, y debo reconocer que
Nike tiene algo especial que, en mi caso, las ha hecho diferentes del resto.
Con Asics y las Boost de Adidas también he tenido buenas sensaciones, pero por
encima, sin ninguna duda, está Nike. Comencé a utilizar esta marca en mi
primera temporada, con unas blancas que utilizaba para correr, ir a clase,
salir a pasear o con la bici… Luego ya comencé con las Pegasus 27, y a partir
de aquí he tenido diferentes modelos de Nike. Y siempre he podido sacar, por
norma general, buenas conclusiones con ellas, aunque, como siempre sucede, hay
algún detalle que es negativo, pero en el caso de Nike esos puntos han sido muy
pocos. Como anécdota, alguna vez comenté a mis padres algo así como “aunque me
pague yo las equipaciones y zapatillas, con tanta ropa de la misma marca, le
digo a alguien que Nike me patrocina y casi hasta se lo cree”.
Ahora me he juntado con un par de
zapatillas Nike para entrenar, mientras que para competir estoy apurando unas
Boost de Adidas. De los dos pares que tengo, hoy voy a hacer una pequeña prueba
sobre las Vomero 9. De las Vomero me habían hablado genial en temas de
amortiguación, pero, como siempre pasa, hasta que no son probadas por uno mismo
no sabes si te van a ir bien o, por el contrario, no se van a poder adaptar a
tu pie. En el caso de las Vomero 9, ésa adaptación ha sido la adecuada, mis
pies y ellas se han entendido perfectamente desde el primer día, y he podido
comprobar que todo lo que me habían dicho sobre ellas era verdad.
Comenzando a hablar por la
amortiguación, Nike sigue en su línea, aunque debo reconocer que he notado
ciertos cambios respecto a otros modelos que he probado de esta marca. En un
principio puede parecer una amortiguación más dura respecto a otras zapatillas
de Nike, por lo menos a mí me pareció una zapatilla más dura. Pero el hecho de
que parezca más dura no quiere decir que no tenga amortiguación. El impacto que
se produce al dar con el pie en el suelo es un problema a la hora de tener
lesiones, y estas Nike evitan que parte de ese impacto llegue a nuestras
articulaciones, intentando desplazar hacia fuera una parte de estos impactos.
Está claro que mandar fuera por completo ese impacto es casi imposible, pero
con las Vomero 9 se ha logrado que el impacto que llega a nuestras rodillas o a
la cadera sea mucho menor.
El tema de la amortiguación suele ser
importante a la hora de las competiciones. Es complicado en muchas ocasiones
saber cuál es el punto exacto de amortiguación cuando se trata de correr dando
el máximo de nosotros mismos, cuando se trata de correr una prueba a un ritmo
de tres minutos kilómetro. Cuando corremos un 1500, podemos coger zapatillas más
ligeras sin apenas amortiguación, pero cuando se trata de correr una media
maratón o una maratón, cuando estaremos corriendo ya muchos kilómetros a ritmos
vertiginosos, aparece la duda. ¿Mezclar amortiguación y comodidad, o mejor
tener menos amortiguación y más comodidad? Normalmente, los atletas de élite
tiran por la segunda opción, mientras que somos los más populares los que
elegimos la primera. Personalmente, yo no recomendaría las Vomero 9 para
competir, pues si bien mezclan amortiguación y comodidad, quizá esa
amortiguación puede perjudicar cuando se trate de correr a 3.00 min/km, pues no
olvidemos que una zapatilla con buena amortiguación nos hará perder algún
segundo cuando corremos a esas velocidades.
Sobre esa comodidad de la que
escribía en el párrafo anterior, Nike no ha cambiado en la forma de estructurar
sus zapatillas. En la parte delantera se abren bastante, dejando los dedos en
un amplio espacio (dentro de lo que es una zapatilla), mientras que en la zona
cercana al tobillo son unas zapatillas más cerradas, lo que permite apretar
bien los cordones a esa zona. Personalmente, me parece un sistema muy cómodo,
pero que tiene sus matices. En mi caso, y digo en mi caso porque también
debemos tener en cuenta que cada pie es diferente, he tenido que esperar a
haber completado dos o tres sesiones hasta que la zapatilla se ha dado un poco
de sí y se ha hecho un poco a la forma de mi pie para poder apretarlas bien
fuerte sin que se aflojaran. Con Nike siempre me ha sucedido lo mismo, durante
las primeras sesiones, por mucho que las apretara, se acaban aflojando, y ya
era a partir de la tercera o cuarta sesión cuando he podido dejarlas bien
apretadas durante toda la sesión.
La tela sobre la que se fabrican
estas zapatillas debo reconocer que no me convence. Normalmente en verano no
pillo charcos, claro, pero a partir de otoño siempre hay días de niebla,
lluvias… Lo que hace que en muchas ocasiones nos toque correr por caminos
húmedos e incluso con charcos. Cuando, por alguna circunstancia, el barro o el agua
llegan a la tela de las zapatillas (anda que no me ha pasado veces rodando por
Valorio y, como a mi, supongo que a todos vosotros rodando por cualquier
camino) las acaba humedeciendo, y a mi personalmente me resulta impresionante
cómo eso puede llegar a degradar la tela de las zapatillas. Éstas Nike parece
que, aunque tienen ese problema, es en menor medida, pues la tele, solo de
forma aparente, es un poco más resistente, lo que le da solo medio punto más de
confianza, pero sigue siendo una cuenta pendiente que Nike debe intentar
mejorar. El caso más llamativo de problemas con la tela me ha sucedido con el
penúltimo par de Nike Pegasus que tuve, las 28, fue muy curioso cómo en cuanto
entraban en contacto con alguna zona de barro en Valorio (este bosque, por
mucho barro que quiera tener, no tiene nada que ver con otros que he visto en
crosses como Atapuerca o Venta de Baños, y suele ser complicado que los charcos
de barro pasen del piso de la zapatilla, por lo que tampoco sería excesiva la
cantidad de barro que llegaría a la tela) aquello se degradaba de un día para
otro por mucha prisa que me diera para quitar el agua o el barro. Como decía,
en las Vomero 9 sí está un poco mejorado respecto a otros modelos previos que
he tenido de Nike, pero sigue siendo algo a mejorar.
Sobre el color, Nike sigue apostado
por colores llamativos para todas sus prendas deportivas. En el caso de las
Vomero 9, el naranja sigue en su línea. Personalmente, los colores que esta
marca utiliza sí me gustan, aunque muchos conocidos me han comentado, en el
caso de estas zapatillas, que son muy, muy llamativas. Esto, supongo, irá según
los gustos de cada uno. A mi, como decía, los colores me gustan, entre otras
cosas porque soy de los que piensan que, cuando se trata de ir por carreteras,
aunque tengan poco tráfico, tenemos que ser lo más vistosos posible, por lo
que, en este aspecto, para mi Nike tiene un punto a su favor.
Para cerrar la prueba, voy a hablar
de una forma más genérica sobre Nike. He llegado a la conclusión de que es una
marca que solo fabrica para un determinado tipo de atletas, con una determinada
pisada y para un uso determinado, por lo menos dentro del atletismo. Son muchos
los que me han comentado que las Nike les han ido mal para las rodillas,
mientras que otros me han dicho que son las únicas zapatillas con las que se
encuentras cómodos. De otras marcas, por ejemplo Asics o Adidas, me han hablado
bien de unos modelos, peor de otros, unos modelos van bien, otros peor, pero de
Nike nunca he visto término medio. Solo es algo que a mi me parece, no sé si
realmente sucede o no así.
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