Llevo varios días sin publicar en el blog, algo que no me gusta en exceso. Mi idea era publicar un artículo relacionado con el boom de las carreras populares y los negocios que se están montando a su alrededor, pero aun está a medias, por lo que hoy me tocará improvisar la entrada. No sé muy bien de qué voy a hablar, pero, como siempre digo, espero no aburrir o, por lo menos, no hacerlo en exceso.
Al acabar el módulo que estaba haciendo, decidí apuntarme en el mes de enero a un curso de Celador sanitario para evitar estar parado y, mientras tanto, aprovechar para pensar si preparo las oposiciones o me decido a intentar acceder al módulo superior. Estos últimos días han sido de prácticas en el Hospital de Zamora, y la verdad es que ha sido algo muy gratificante encontrarme con varios compañeros con los que coincidí haciendo las prácticas del módulo de grado medio. Volví a estar un par de días en una de las plantas en las que estuve haciendo las prácticas de TCAE, y luego, me animé a ir a visitar a los compañeros de la otra. Han sido unos días de lo más entretenido, aunque debo reconocer que, algún día, me ha tocado hacer malabares. Por las tardes, aparte de entrenar, estoy con el tema de la autoescuela. Durante la parte teórica de este último curso, me cambiaron la hora un par de días para las prácticas del coche, y no tuve ningún problema en salir a mediodía, pues el horario se me adaptaba bastante bien, y podía rodar al salir de clase, comer con tranquilidad y marcharme a la autoescuela; sin embargo, en las prácticas acabábamos en horario laboral, lo que me limitaba mucho más el horario. La semana pasada me tocó entrenar un par de días a mediodía, y la verdad es que casi salía por el portal con la comida de la mano. Pero, pese a todo, la verdad es que han sido unos días de los más interesantes, que me han permitido estar metido en los dos mundillos que más me gustan, el deporte y la sanidad.
Metiéndonos de nuevo en el mundillo del entrenamiento, la semana pasada, con la historia de tener que salir a mediodía martes y miércoles, y el que el jueves las piernas no estaban para demasiados alardes, la he pasado sin completar las series marcas. La verdad es que fue una semana un tanto anárquica, las cosas como son. Ya comencé mal le lunes, haciendo casi cuatro kilómetros más de los que tenía pensado, aunque, por lo menos, cumplieron con el objetivo principal: despejarme. El martes tenía previsto hacer unas cuantas series, pero como que no me llamaba en exceso hacer unos miles en ayunas, así que opté por irme a rodar por sensaciones, completando otros 14 kilómetros. El miércoles, fue tres cuartos de lo mismo, aunque algo más largo, acabando con 16. El jueves, ya pudiendo entrenar por la mañana, arranqué con la idea de rodar 13 muy suaves y para casa, aunque, según fui entrando en calor, las sensaciones fueron mejorando, así que decidí alargar el rodaje algo más, acabando con otros 14. El viernes, descansé, lo que aproveché para ir a ver la procesión de por la mañana, para mi, una de las más llamativas. El sábado decidí salir a rodar de nuevo por sensaciones, a lo que saliera. Me fui a dar una parte de la vuelta a Cabañales, completando otros 15 kilómetros. El domingo, para completar, la tirada larga, otros 19 y, cómo no, por sensaciones. Para seguir, hoy comencé otra nueva semana con un rodaje de 13 kilómetros justos a menos de 4'15 de media, algo que, la verdad, no me esperaba, sabiendo que durante los últimos 6.5 kilómetros el aire no iba a ser favorable. Hoy me fui a rodar por el carril bici, sin pensar demasiado la ruta: rodar la mitad a la ida y la otra mitad, pues de vuelta. Los primeros kilómetros fueron con aire a favor, una gozada. Lo malo fue la última mitad, donde fui todo el rato con él en contra. Aun así, no me noté excesivamente mal.
Pasado el entrenamiento de esta mañana, toca ir ya mirando a los próximos entrenos. La verdad es que tengo la sensación de que estos días voy a tener que acabar rodando. Normalmente, los días de series vengo empleando entre calentamiento, recuperaciones, series, estirar y demás algo así como hora y cuarto. Podría entrenar por la tarde, pero prefiero hacerlo por la mañana, ahora que puedo, pues prefiero entrenar a primera hora del día que no, como me toca en invierno, de noche, y saliendo por la mañana, me toca combinarlo con las clases de la autoescuela, así que, como rodando sé cuánto voy a tardar, puedo hacer cálculos bastante ajustados para entrenar a gusto y llegar bien a la autoescuela. Lo más probable será que, por lo menos esta semana, haga eso, luego, iré viendo cómo vamos organizando.
Objetivos competitivos, por ahora tengo alguno. Quería correr en Faramontanos de Tábara, Toro y Sardón de los Frailes. Me llama sobre todo la última, pues por esa zona ya he corrido un par de veces (Bañobárez y La Zarza) y la verdad es que me ha encantado cómo organizan los eventos deportivos, por lo menos los que yo conozco. La zona es durilla, y seguro que nos meten algún repecho bueno, pero sarna con gusto no pica. De las otras dos, Faramontanos me resulta interesante, y a Toro voy por la distancia, un 10.000 cerca de Zamora no se tiene todos los días. La verdad es que viendo cómo estoy entrenando, no aspiro a demasiado, solo a disfrutarlo y a recibir algún palo de los buenos. Pero ya habrá tiempo de correr más rápido.
Nos vemos... haciendo deporte, claro.
Metiéndonos de nuevo en el mundillo del entrenamiento, la semana pasada, con la historia de tener que salir a mediodía martes y miércoles, y el que el jueves las piernas no estaban para demasiados alardes, la he pasado sin completar las series marcas. La verdad es que fue una semana un tanto anárquica, las cosas como son. Ya comencé mal le lunes, haciendo casi cuatro kilómetros más de los que tenía pensado, aunque, por lo menos, cumplieron con el objetivo principal: despejarme. El martes tenía previsto hacer unas cuantas series, pero como que no me llamaba en exceso hacer unos miles en ayunas, así que opté por irme a rodar por sensaciones, completando otros 14 kilómetros. El miércoles, fue tres cuartos de lo mismo, aunque algo más largo, acabando con 16. El jueves, ya pudiendo entrenar por la mañana, arranqué con la idea de rodar 13 muy suaves y para casa, aunque, según fui entrando en calor, las sensaciones fueron mejorando, así que decidí alargar el rodaje algo más, acabando con otros 14. El viernes, descansé, lo que aproveché para ir a ver la procesión de por la mañana, para mi, una de las más llamativas. El sábado decidí salir a rodar de nuevo por sensaciones, a lo que saliera. Me fui a dar una parte de la vuelta a Cabañales, completando otros 15 kilómetros. El domingo, para completar, la tirada larga, otros 19 y, cómo no, por sensaciones. Para seguir, hoy comencé otra nueva semana con un rodaje de 13 kilómetros justos a menos de 4'15 de media, algo que, la verdad, no me esperaba, sabiendo que durante los últimos 6.5 kilómetros el aire no iba a ser favorable. Hoy me fui a rodar por el carril bici, sin pensar demasiado la ruta: rodar la mitad a la ida y la otra mitad, pues de vuelta. Los primeros kilómetros fueron con aire a favor, una gozada. Lo malo fue la última mitad, donde fui todo el rato con él en contra. Aun así, no me noté excesivamente mal.
Pasado el entrenamiento de esta mañana, toca ir ya mirando a los próximos entrenos. La verdad es que tengo la sensación de que estos días voy a tener que acabar rodando. Normalmente, los días de series vengo empleando entre calentamiento, recuperaciones, series, estirar y demás algo así como hora y cuarto. Podría entrenar por la tarde, pero prefiero hacerlo por la mañana, ahora que puedo, pues prefiero entrenar a primera hora del día que no, como me toca en invierno, de noche, y saliendo por la mañana, me toca combinarlo con las clases de la autoescuela, así que, como rodando sé cuánto voy a tardar, puedo hacer cálculos bastante ajustados para entrenar a gusto y llegar bien a la autoescuela. Lo más probable será que, por lo menos esta semana, haga eso, luego, iré viendo cómo vamos organizando.
Objetivos competitivos, por ahora tengo alguno. Quería correr en Faramontanos de Tábara, Toro y Sardón de los Frailes. Me llama sobre todo la última, pues por esa zona ya he corrido un par de veces (Bañobárez y La Zarza) y la verdad es que me ha encantado cómo organizan los eventos deportivos, por lo menos los que yo conozco. La zona es durilla, y seguro que nos meten algún repecho bueno, pero sarna con gusto no pica. De las otras dos, Faramontanos me resulta interesante, y a Toro voy por la distancia, un 10.000 cerca de Zamora no se tiene todos los días. La verdad es que viendo cómo estoy entrenando, no aspiro a demasiado, solo a disfrutarlo y a recibir algún palo de los buenos. Pero ya habrá tiempo de correr más rápido.
Nos vemos... haciendo deporte, claro.
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