lunes, 8 de septiembre de 2014

Desquiciado

"Hay una voz en mi interior que me dice: reduce la velocidad Freddie, vas a quemarte. Pero yo, simplemente, no puedo parar". (Freddie Mercury).
Hoy me pongo a escribir con una sensación un poco amarga. Ayer conseguí encadenar 10 kilómetros de carrera continua sin molestias, pero hoy, al intentar ponerme a correr, volví a tener molestias, lo que me provocó tener que parar cuando llevaba un par de zancadas. Realmente, me estoy empezando a sentir un poco cansado de no poder correr. Está claro que los que somos deportistas tenemos que asumir ésto de las lesiones, es una p.....a pero tenemos que hacerlo. Queramos o no, correr es una sucesión de impactos contra el suelo, un golpe tras otro, y éso se acaba notando en nuestro cuerpo, y raro es ir en un grupo y al que no le duele una rodilla le duele el isquio, sino anda con fascitis... y siempre hay quien ha tenido una rotura de fibras, o el ciático le ha dado guerra. Aun así, y sabiendo que tengo que convivir con las lesiones y que a lo largo de estos cinco años he tenido mucha suerte con ellas, pues es la primera un poco más grave que he tenido, me niego a asumir que no puedo correr. Por ahora, empiezo y paro, empiezo y paro, corro una semana y paro, corro un día y paro... Ésto no es forma ya no de entrenar (siguiendo mi concepto de entrenamiento), sino que no es ni correr, pero ésto no me permite hacer más. Al principio pensaba que ésto sería algo pasajero, una molestia sin más y que en dos días estaría corriendo, pero ya llevo unas semanas en las que más que atleta parezco ciclista o, en todo caso, triatleta, pero ni de lejos corredor de fondo. 
Ahora mismo tengo la sensación de no ser yo, qué queréis que os diga. Sí, sigo haciendo deporte, pero siento que el ciclismo no me llama, ni por asomo, tanto como lo hace la carrera a pie, igual que a un ciclista no le llama tanto correr. Pero es lo que tengo, la única vía de escape para poder seguir moviendo el corazón, y siento que va a ser la única forma de hacerlo para las próximas semanas, salvo que haya un cambio muy drástico y de golpe y porrazo ésto mejore, algo que, viendo cómo estaba esta mañana, no veo factible, siendo sincero. La verdad, me gustaría volver a ser el yo machacón, volver a darme caña en las pistas y poder volver a rodar por los toboganes, pero la verdad es que éso lo veo muy, muy lejano. Yo soy así, es como funciono. Me gusta mucho machacarme corriendo, más aun desde que soy mi propio entrenador, el momento en el que más estoy disfrutando del atletismo (bueno, disfrutaba...) y desde luego, si puedo volver a correr seguiré haciendo mis barbaridades kilométricas. Al fin y al cabo, no sé cuánto tiempo voy a poder aguantar haciendo deporte, así que hay que aprovechar cada día y cada kilómetro. Ya se sabe, eso del carpe diem, aprovechar el momento, vivir al máximo. Yo lo hago en el deporte y otros de fiesta, cada uno nos divertimos de una forma distinta. Pero, siguiendo el inicio del párrafo, yo ahora no soy yo, salgo a rodar en bici y veo que me falta ciertas ganas que corriendo sí tengo. Es cierto, puedo decir que hoy he disfrutado en la salida mañanera del hecho de ir rodando en pelotón, algo que había hecho muy pocas veces y que he de reconocer que es muy entretenido, pero aún así, esa sensación que el atletismo me ha aportado el atletismo últimamente no me lo ha podido aportar el ciclismo.
Intentaré ponerme a correr lo antes posible, pero lo más probable es que me dedique a estar hasta que comience las clases montando en bici, ya no me apetece sentir dolor muscular mientras doy zancadas. Pero que quede claro, en cuanto pueda correr sin problemas, intentaré otra vez dar mucha caña en las series y seguir acumulando muchos kilómetros entrenando, que es lo que a mi me gusta. Pero, por ahora, tendré que conformarme con dar pedales, por lo menos puedo seguir haciendo deporte.
Respecto a los entrenos, ayer, como dije, conseguí hacer 10 kilómetros de rodaje en 49'49", a 4'59 el mil y 162 pulsaciones medias. Noté la falta de fondo y que ni el pulso ni yo éramos los mismos. Estaba contento porque había corrido, pero esta mañana no pude hacer más de dos zancadas, así que opté por irme en busca del grupo de mi padre en bici. Llegué casi hasta Bermillo de Sayago, algún tramo con niebla, y, cuando me los crucé, junto a otro grupo de ciclistas (iban juntos 13 ciclistas, conmigo 14), me di la vuelta y volví con ellos a Zamora. Cuando estábamos ya en la capital, optamos por acompañar a Bernardo y a David a Moraleja, así que fuimos con ellos hasta Villaralbo y luego volvimos. Así, acabé con casi 77,30 kilómetros en 2h36'46", a una media de 29,6 km/h y 153 pulsaciones medias. La ida, con aire a favor, muy rápida, pero con el pulso un poco acelerado. La vuelta en grupo, aunque con aire en contra, mucho mejor. 
Nos vemos... haciendo deporte, claro. (O eso espero).

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