Una vez más, estoy aquí para contaros que he logrado completar otra semana de entrenamientos, en esta ocasión la tercera. También me gustaría hablar acerca de lo que un hecho que hoy hace un año cambió mi vida deportiva, desde mi punto de vista para bien. Vamos a por ello.
Ya os había comentado cómo me había ido la semana hasta el jueves. Una vez completado el rodaje de ese día, el viernes opté por descansar, así que poco tengo que contar. El sábado finalmente no corrí los 10 kilómetros de Benavente, opté por entrenar un poco y luego dedicar el resto del día a los estudios. Así, acabé con 13 kilómetros justos en 55'08", a 4.14 min/km. La verdad es que no me noté mal del todo, aunque al principio las sensaciones no eran las mejores. Combiné asfalto y tierra, con unas conclusiones bastante interesantes. Los últimos tres kilómetros probé a hacerlos algo más fuertes, consiguiendo hacer el más lento de esos tres a 4.00 minutos justos. Una vez completado el rodaje del sábado, hoy volví a calzarme las zapatillas para hacer la salida más larga de la semana. Así, opté por marcharme hacia Valorio para, después de bastante tiempo (casi dos meses) volver a hacer parte del circuito del cross. Hoy ha sido uno de esos días que salen buenos dentro del deporte, y la verdad es que realmente me encontré muy, muy bien, rodando kilómetros en torno a los 4.00 minutos. Finalmente, acabé con casi 14,50 kilómetros en una hora justa, a 4.09 el mil. Así, he completado esta tercera semana de entrenamientos, con un poquito más de 78 kilómetros en las piernas. Aun no he sumado los kilómetros totales de este mes, pero creo que puedo darme por satisfecho, pues he conseguido sumar días corriendo seguidos desde el 14, más un par de días cuando estaba entre que si la lesión me volvía o no me volvía. Ahora, toca cumplir con la cuarta semana de entrenamientos. La distribuiré de forma muy parecida a esta, intentando llegar al domingo que viene con un kilometraje semejante al de esta semana.
Ahora llega la segunda parte de la entrada. Hoy hace un año que se celebró la I Subida Popular a Balborraz. En esa carrera tomé parte, entrando en tercera posición y fue precisamente en esa carrera donde creo que tomé una de las decisiones más importantes como atleta: olvidarme de todo lo relacionado con las competiciones y demás historias. Me encontraba saturado, quemado e incluso desmotivado, y necesitaba cambiar la forma de entrenar para volver a recuperar las ganas. Así, tras esta carrera donde entré en el podio tras Agustín y Álex, dejé de entrenar con Teo y, poco después, surgió el tema del Correcaminos del Duero. Entrenando lo que yo creía conveniente cada día y a ritmos que yo quería, conseguí, en poco tiempo, volver a disfrutar de correr y, unos cuantos meses después, me notaba tan recuperado que volví a entrenar con series. Ya había hecho entrenos de calidad antes con cambios de ritmo, pero ahí ya volví a los entrenos más serios. Sin embargo, creo que algo ha cambiado. Ya no me apetece meterme en un cross como hasta aquella fecha pudo haberme apetecido. No me motiva tanto como hace un par de años meterme en un cross y sufrir. Ahora, lo que realmente me motiva es, ante todo, poder seguir entrenando mis seis días semanales, algo que a lo que le doy más valor que a una competición, y luego, pues colgarme un dorsal en una popular y a lo que salga. Durante este año me he conocido mucho mejor como atleta y casi me atrevo a decir que como persona. He disfrutado realmente del atletismo, he conocido rincones impresionantes para entrenar, he entrenado muchos días con los atletas del Correcaminos por Valorio, con los que he disfrutado una barbaridad, me he picado cuando me he visto bien y he ido tranquilo cuando las piernas no me respondían, he preparado alguna carrera como objetivo principal, he ganado mi primera carrera absoluta, he hecho el bruto todo lo que he podido,... Pero, ante todo, y como he dicho, he logrado volver a disfrutar del atletismo.
Pero me gustaría agradecer desde aquí a toda la gente del Atletismo Zamora la labor de formación que tuvieron conmigo durante cuatro años, y todo el esfuerzo que tienen precisamente para eso, para la formación de jóvenes promesas del atletismo zamorano. Teo de las Heras es un incombustible que, como diría Echávarri, fue cocinero antes que fraile, y sabe perfectamente lo que se cuece aquí. Aunque ya no entreno con él, y a partir del día 1 de noviembre ya no estaré de forma oficial con el Atletismo Zamora, creo que debemos valorar todo el trabajo que hacen con los jóvenes.
Personalmente, ahora toca seguir entrenando y sumando muchos kilómetros de rodaje, siendo yo mismo mi entrenador y en compañía de los Correcaminos en las competiciones. Así, durante las próximas cinco semanas seguiré acumulando sesiones de rodaje para, una vez completadas esas semanas, acabar el periodo de base y comenzar con las series, las cuestas y los cambios de ritmo. Os mantendré informados.
Nos vemos... haciendo deporte, claro.
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