Pues como quien no quiere la
cosa, ya hemos llegado a la última semana del mes de junio. En mi
caso, la semana que suele marcar el fin de la temporada en curso.
Cuando entrenaba con Teo, el día 29, con el Cross del Ajo, dábamos
por finalizados los entrenamientos, y hasta agosto tocaba hacer
deportes alternativos, que en mi caso eran natación y bicicleta.
También suele ser una época que aprovecho para hacer un balance de
lo que han supuesto para mi estos meses previos entrenando, incluso
alguna vez he publicado alguna entrada en el blog intentando analizar
la temporada. De todo éso y alguna cosa más me gustaría escribir
hoy.
Como comentaba en el párrafo
anterior, cuando entrenaba con Teo, corríamos el Cross del Ajo y, a
partir de ahí, dejábamos de correr y empezábamos a practicar
deportes alternativos. Yo siempre me iba a lo mismo, natación y
ciclismo. El tiempo sin correr solía ser de un mínimo de cuatro
semanas, aunque el verano de 2012 tengo idea de que llegué a las
seis. Pero reconozco que eran unas semanas que se me hacían
especialmente largas. No es que me disgustara dar pedales o meterme
en una piscina a hacer largos, pero sí debo reconocer que echaba de
menos las zapatillas. Ya hace un par de veranos paré solo tres
semanas, aunque luego me lesioné y me tocó estar parado entre unas
cosas y otras prácticamente otras cuatro, y el pasado verano
(coincidiendo con estas fechas) estuve montando en bici durante una
semana, donde me di por saciado para el resto del año, pues la cogí
con ganas y no se me ocurrió otra cosa que hacer de viernes a
viernes (descansando creo recordar que un par de días) 475
kilómetros, descansando un día de por medio. Y la verdad es que la
experiencia de correr a partir de ahí durante el resto de semanas en
un mes en el que nunca había entrenado de continuo me encantó.
Este año repetiré la
experiencia del pasado verano, aunque sin ventilarme los casi 500
kilómetros que me hice sobre los pedales en una semana. Para esta
ocasión, la idea es hacer como hice la pasada semana, salir un día
en bicicleta, descansar otro y el resto de los días (éso la semana
pasada fue relativo) hacer rodajes cómodos. Reconozco que para nada
me apetece abandonar las zapatillas durante cuatro semanas, ni si
quiera durante una, como el verano pasado, así que probaré a ver
qué tal se da la experiencia. Mentalmente creo que puede venirme más
o menos bien, porque realmente solía llegar a finales de julio
bastante aburrido de montar en bici y de nadar. Puede sonar raro que
solo corriendo no me aburra, pero la verdad es que me resulta más
entretenido que hacer largos de 50 metros o estar tres horas montando
en bici. Ambos deportes me gustan, y mucho, pero siempre con las
zapatillas por delante. Si los intercalara los tres, como hacen los
triatletas, creo que me resultaría más ameno. Éso lo hice en mis
dos primeros veranos como corredor, y la experiencia no fue nada
mala.
Otra de las cosas sobre la que
me parece interesante recapacitar y valorar es sobre si merece o no
la pena volver a entrenar bien. He hablado con varios conocidos sobre
este tema. Una de las personas con las que lo he comentado ha sido
con Teo. Hablábamos de la posibilidad de no dejar pasar la siguiente
temporada e intentar estar lo más delante posible. No puedo quejarme
de resultados, porque he tenido alguna actuación bastante
interesante, pero viendo como rendí en mi última temporada
entrenando con Teo o desde que empecé a preparar El Salvador y gané
en Bañobárez en 2014, no he ido tan rápido como sé que entrenando
bien puedo ir. No tengo cualidades para estar en la élite del
deporte, algo que tampoco es mi objetivo, pero creo que entrenando de
manera organizada puedo retomar los ritmos que tocaba cuando gané en
Bañobárez. ¿Por qué no? Como siempre digo, ya lo hice una vez, y
aun soy joven, por lo que creo que puedo retomar aquellos ritmos si
me lo propongo y lucho por ello. Mi problema, más que físico, creo
que está en la cabeza. Me cuesta bastante mentalizarme para seguir
un plan de entrenamiento, y cuanto veo que tengo un día donde no
salen los ritmos de las series, las abandono y vuelvo a mis rodajes.
Al tema de volver es algo en
lo que llevo pensando desde el mes de marzo. De hecho, después de
hablar con Teo la primera vez, le dije que contara conmigo para la
próxima temporada. Creo que me pondré manos a la obra a preparar la
próxima temporada para intentar retomar mi nivel. Me comprometí con
Teo a que, si no pasaba nada, volvería a correr en los crosses y a
preparar alguna carrera que me llame la atención. Lo de
comprometerme es, más que nada, para motivarme a entrenar, sabiendo
que el club cuenta con un atleta más para ir a las competiciones. No
deja de ser algo un tanto simbólico, pero que creo que puede
ayudarme para centrarme un poquito más en esto de los
entrenamientos. He tenido varios regresos que no han llegado a ningún
lado, en gran parte porque tampoco tenía algo que me motivara para
seguir. Tengo que dejar de lado algunas “manías” que he cogido
durante todo este tiempo sin entrenar de una forma organizada, y
empezar a hacerlo con cabeza. A ver si ésta ya es mi vuelta
definitiva y puedo verme con ganas de competir y entrenar para ello.
¿Saldrá de esta algo decente?
Centrándome un poco en los
entrenamientos, he estado durante un tiempo entrenando sin
pulsómetro, por tiempo y por sensaciones. Pero reconozco que me
había acostumbrado bastante a entrenar por distancia y sabiendo el
pulso, así que he optado por retomar esta forma de entrenar. Los
kilómetros son algo relativo, creo que es mejor entrenar por tiempo,
pero me he acostumbrado a entrenar así y bueno, no deja de ser otra
manera de entrenar. Lo de guiarlos por pulso es una buena manera,
porque estos días sin él me ha costado mucho controlarme.
Conociendo las pulsaciones que llevo en todo momento, me resulta más
fácil hacer sesiones fáciles, así que me pondré de nuevo manos a
la obra con él. El sábado comencé de nuevo a entrenar de esta
manera. Retomé el hábito ciclista, completando en compañía de mi
padre una vuelta por la zona de Castronuevo de los Arcos y Villarrín
de Campos, acabando con un total de 85 kilómetros en 3h18'55, a 25.7
km/h de media y 138 pulsaciones medias. El domingo completé la
tirada larga semanal, 16 kilómetros progresivos. Fui cogiendo los
tiempos cada cuatro kilómetros, pasándolos en 19'10, 16'47, 15'49 y
15'06. En total, 16 kilómetros justos en 1h06'52”, a 4'11 min/km y
169 pulsaciones. En los últimos cuatro kilómetros, los más
fuertes, el pulso medio fue de 185 pulsaciones. Para seguir, hoy tocó
salir a rodar tranquilito. Así, completé casi 13.2 kilómetros en
1h01'30, a 4'40 min/km y 157 pulsaciones medias.
Nos vemos… haciendo deporte,
claro.
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