Pues otra semana que se ha
pasado. La verdad, últimamente no estoy publicando demasiado en el
blog, no hay más que ver que mis últimas entradas casi van de
domingo en domingo. No me gusta demasiado que pase tanto tiempo entre
entrada y entrada, pero bueno, ya habrá épocas de poner más
publicaciones en el blog. Para hoy, me gustaría hacer alguna
reflexión sobre los futuros entrenamientos como motivo principal,
aunque si surge algún otro tema interesante, también haré algún
comentario sobre ese tema determinado. Vamos a ver qué sale.
Van pasando los días y ya nos
encontramos en el mes de junio. Me parece que es momento de empezar a
darle vueltas al proyecto de preparar los 10 kilómetros de León.
Finalmente, tras aprovechar los rodajes de esta semana para
recapacitar sobre ello, me decanto por no empezar la preparación
marcada para esta prueba. La verdad, debo reconocer que, una vez que
me he puesto a pensar en serio en este tema, me he dado cuenta de que
mi filosofía sobre este tema ha cambiado por completo. Si bien es
cierto que estoy disfrutando de los entrenos una barbaridad, el hecho
de apuntarme a una competición cada vez me cuesta más, y más aun
me cuesta seguir un plan de entrenamiento para preparar alguna prueba
determinada. Esta temporada, donde las sesiones de calidad desde el
mes de noviembre han sido tirando a escasas (aunque alguna sí que ha
habido desde entonces, pero, como decía, escasas), me he dado cuenta
de que, quizá, mi filosofía actual del deporte no encaja
exactamente dentro de lo que es el deporte de competición, de seguir
un plan para una carrera o marcarme un objetivo en una distancia ( y
entrenar un poco organizado para lograr mejorar mi marca personal en
la distancia. Voy en busca de disfrutar sin sufrir demasiado, lo que
viene a ser sumar kilómetros de carrera continua, donde puedo
adaptar el ritmo a mis sensaciones y los días que me apetece darme
cera tenso y si otro día me apetece rodar más suave, pues lo hago.
Es cierto que cuando me decido a correr una prueba, acabo picándome,
pero reconozco que cada vez me cuesta más colgarme un dorsal, porque
sé que, como decía, me voy a acabar picando y éso va a desembocar
en una situación que me ha pasado varias veces, querer correr por
encima de mis posibilidades, lo que luego me deja muy tocado
físicamente, costándome muchísimo recuperarme.
Por lo tanto, y como podéis
ver, por ahora no tengo en mente preparar ninguna carrera,
simplemente dedicarme a hacer lo que más me gusta, correr por correr
y por pasármelo bien. No es algo que preocupe especialmente, porque
puedo decir que disfruto, y éso es, al fin y al cabo, lo que
importa. Es cierto que, como muchos amigos me dicen, estoy
desperdiciando los mejores años deportivos para competir, pero yo
tampoco lo veo exactamente así. Competir está bien cuando te llama
la atención, y a mi ahora mismo pues como que no me llama, y como
tampoco me voy a ganar la vida corriendo, sino con los estudios, pues
no me importa demasiado hacer solo a utilizar el deporte como medio
de escape de los estudios o cuando me veo muy cargado por algo, y,
una vez completado el rodaje, seguir con mis estudios o trabajando.
No voy a negar que el deporte de competición da ciertos valores muy
importantes, unos hábitos muy importantes que luego se puede
transportar a cualquier ámbito de nuestra vida, pero también pienso
que tampoco hay que ser exactamente deportista de élite. Creo que
ser un deportista popular, con el único objetivo de disfrutar, que
ya es bastante, puede aportarnos también unos valores muy
importantes. Personalmente, el simple hecho de buscar el disfrute
mientras voy corriendo me ha ayudado a intentar buscar disfrutar con
todo lo que hago fuera del deporte, y la verdad, es algo que he
agradecido bastante y que me parece muy positivo.
Para los próximos meses tengo
en mente algo sencillo y, como habéis podido leer, evidente: seguir
rodando. No tengo ningún objetivo a corto, medio o largo plazo, así
que me dedicaré a sumar kilómetros de carrera continua por
sensaciones. Sí debo reconocer que tengo una pequeña estructura en
la cabeza, porque tengo el problema de que me gusta sumar muchos,
muchos kilómetros y tengo que controlarme para evitar pasarme de
vueltas. Me he intentando organizar un poco el volumen de los rodajes
para evitar precisamente eso, meter un excesivo kilometraje semanal.
Otro cambio que tengo previsto
es hacer lo mismo que hice el verano pasado, seguir rodando en el mes
de julio. La verdad es que fue una experiencia que me encantó, poder
rodar por la playa, algo que nunca había hecho, poder irme a rodar a
Navalmoral el día de su marcha de la Ruta de las Callejas, o
simplemente poder irme a Valorio en un mes en el que antes me vestía
de ciclista y dejaba de correr. No es que no me guste montar en
bicicleta, de hecho un año no corrí la carrera de La Rosca por irme
a dar una vuelta con la bici de montaña, pero ahora mismo me lo paso
mejor corriendo que montando en bicicleta, aunque tengo muy claro que
con el paso de los años, las lesiones me apartarán de las zancadas,
y, si la cosa no pinta muy mal, será el momento de pasarme de nuevo
al ciclismo.
Nos vemos… haciendo deporte,
claro.
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