viernes, 17 de junio de 2016

Escribiendo con nostalgia

Me pongo a escribir hoy con unas sensaciones un tanto extrañas. Tengo la impresión de estar viviendo, en cuanto a temas deportivos se refiere, una etapa que en la que creo haber estado ya. Una época en la que parece que me he subido en una montaña rusa de sensaciones, una montaña que va muy, muy rápido, y tan pronto está en la cumbre como está en la parte más baja. Ésto, claro está, tiene que ver de una forma especial con la motivación que se necesita para preparar una competición o para ponerme a 190 pulsaciones y correr así durante diez kilómetros, mi distancia favorita dentro del mundillo del atletismo. Tan pronto ésta motivación está en la cima de la montaña rusa y me encuentro decidido a volver, como está en la parte más baja y lo único que pide el cuerpo es hacer rodajes. Ésto puede ser algo interesante durante un tiempo, pero, quizá, después de dos años y medio, haya llegado el momento de bajarme de esta montaña rusa y empezar a cambiar el rumbo de las cosas. Quizá me encuentro ante el momento adecuado para cambiar el rumbo que mi carrera deportiva está tomando y volver al camino que abandoné en aquella primera edición de la Subida a Balborraz, a primeros de octubre de 2013.

No es que ahora no esté disfrutando, la verdad es que me lo estoy pasando muy bien haciendo mis rodajes diarios, pero debo reconocer que soy un atleta picón, al que le gusta competir, y que, aparte, quizá ésta no sea la mejor manera de entrenar. Como decía, puedo decir que estoy disfrutando bastante mientras voy rodando, pero creo que no puedo estar toda mi vida sumando kilómetros y kilómetros sin sentido, kilómetros basura que suelen denominarse. Me parece que, como dice mi buen amigo Angel, hay que empezar a meter kilómetros útiles, sesiones de las que realmente podamos sacar provecho. Puede que hoy sí pueda sacarle provecho a una sesión de una hora de carrera continua, pero lo mismo mañana me pueda aprovechar más una sesión de miles que otro rodaje de 55', por ejemplo. Es cuestión de empezar a pensar con algo de lógica y entrenar sabiendo que un día me tocará sufrir con una series y que al día siguiente se trata de hacer lo que me gusta, rodar. Que los inicios son complicados, en esto y en todo, es cierto, todos lo sabemos, pero me parece que, sabiendo que previamente he sido capaz de correr a unos ritmos determinados, de entrenar de una manera organizada y estructura, y sabiendo que, entrenando bien, puedo correr rápido, puedo intentar volver a todo lo que aquel día dejé. Estoy seguro de que si empiezo a ver algún resultado, las ganas de seguir entrenando bien irán en aumento, solo se trata de superar lo mejor posible los primeros meses, algo que, por otro lado, es muy complicado, pero supongo que con paciencia, todo sale.

En estos últimos días he coincidido con varios compañeros vinculados a este mundillo del atletismo hablando precisamente de este tema. Todos coincidían en que lo suyo sería reducir el número de rodajes e introducir semanalmente algún día de calidad, para acostumbrarnos a trabajar a diferentes ritmos. Una de las personas con las que hablaba de esto era con Teo, mi entrenador durante cuatro años. Me habló de la posibilidad de preparar la próxima temporada, y ver qué es lo que podíamos sacar. Una opción bastante interesante, aunque éste no era del todo mi objetivo. Mi idea principal ahora mismo es ponerme de nuevo manos a la obra con la preparación para los 10 kilómetros de León, retomar este proyecto y ver qué aspectos, tanto positivos como negativos, me aporta ésto. A priori, creo que, de poder completar toda la preparación y verme compitiendo en León, podría acabar bastante motivado, independientemente del resultado, pues habría logrado encadenar unas cuantas semanas con una preparación organizada y estructurada, como hice con El Salvador, por ejemplo. Luego, preparar la temporada de cross no es que me llame especialmente, pero no me importaría preparar alguna prueba de asfalto o de pista. Pero bueno, estamos hablando a muy largo plazo, mejor ir por partes.

Creo que éste cambio es bastante necesario. Necesario porque me parece que mi manera actual de entrenar no es la más adecuada. Creo que tengo que ser consciente de que hay otras maneras más lógicas de entrenar, y que algunas de ellas me han ido bien. Sino, ahí están los ejemplo de El Salvador, Bañobárez y mi primera participación en Peñausende. Siempre me remito a ellas como las pruebas donde mejor he ido, y es que creo que así ha sido. Creo que han sido mis mejores actuaciones o, por lo menos, donde mejor me he notado de todas las competiciones de las que he tomado la salida. Ahí me demostré a mi mismo que entrenando bien podía notarme rápido y, a la vez, estar motivado precisamente por verme de nuevo a mi nivel, del cual ahora estoy bastante apartado pues, si bien es cierto que he aumentado mi fondo y que incluso he cumplido uno de mis objetivos deportivos más importantes, correr la Media Maratón de Zamora, aparte de estar también en la de Ávila, he perdido los ritmos a los que solía rodar, bastante más rápidos de los que actualmente toco en los rodajes. Otro motivo interesante sería, quizá, el de aprovechar mis mejores años como deportist, en este caso como corredor.

Pero bueno, tampoco es plan de comerse demasiado la cabeza. Solamente se trata de estructurar un poco los entrenamientos y, sobre todo, ir en busca de mi versión en carreras como las que comentaba antes, Bañobárez o El Salvador. Físicamente creo que entrenando podrían salir resultados interesantes, así que habrá que ponerse manos a la obra. Fácil desde luego no será, pero, por lo menos, podré decir que lo intenté.

Cambiando un poco de tercio, hoy se celebró la Milla de La Horta. Acudí a echar una mano a la organización, para mi, todo un placer. Completada mi labor, estuve viendo la carrera absoluta. Estaba claro que los dos primeros puestos se los disputarían Ángel Nieto y Diego Bravo, como así fue, siendo primero y segundo, respectivamente. Ángel, tras un tiempo apartado, ha vuelto por su cauce, demostrando que tiene en sus piernas mucha calidad para pruebas de medio fondo. Diego Bravo sigue demostrando que también tiene mucha calidad para este deporte. Hace unas semanas hemos podido ver muy buenas actuaciones suyas corriendo en pista pruebas de 1500 y 3000 metros. Hoy volvió a lucir toda su calidad, siendo segundo tras una espectacular carrera. Creo nos encontramos ante dos grandes corredores de medio fondo, que darán muchas alegrías al atletismo zamorano. Personalmente, en esta prueba corrí cuatro años, dos fuera de la Absoluta y otros dos dentro de ella. Los dos primeros años se me dio bastante bien, logrando la victoria a unos ritmos bastante interesantes. Sin embargo, mi primera participación como atleta absoluto fue bastante desastrosa viendo los ritmos que había sido capaz de tocar en algunas sesiones de mil. Aquel año acabé corriendo a un ritmo de 3'20 el mil, que para ser una milla creo que es lento. Sin embargo, el año siguiente tuve un buen progreso, rebajando mi marca en más de 15 segundos, llegando a meta con 4'57, 2'59. Aquella fue mi última participación en esta prueba. No he vuelto a participar en ninguna milla, entre otros motivos porque, al empezar a entrenar de forma autodidacta, opté por dejar de preparar este tipo de pruebas y centrarme más en otras más larga, como es el 10.000. Pese a ello, la verdad es que guardo muy buenos recuerdos de aquella carrera, igual que sucede con la que se celebrará el próximo día 29, el “mítico” Cross del Ajo, donde, quitando mi primera participación, la verdad es que he disfrutado muchísimo compitiendo, hasta el punto de decir que, de todas las carreras que he corrido por aquí, fue mi preferida, y creo que lo sigue siendo, aunque ahora tampoco entre mis objetivos.


Nos vemos… haciendo deporte, claro.

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