Me pongo a escribir hoy con
unas sensaciones un tanto extrañas. Tengo la impresión de estar
viviendo, en cuanto a temas deportivos se refiere, una etapa que en
la que creo haber estado ya. Una época en la que parece que me he
subido en una montaña rusa de sensaciones, una montaña que va muy,
muy rápido, y tan pronto está en la cumbre como está en la parte
más baja. Ésto, claro está, tiene que ver de una forma especial
con la motivación que se necesita para preparar una competición o
para ponerme a 190 pulsaciones y correr así durante diez kilómetros,
mi distancia favorita dentro del mundillo del atletismo. Tan pronto
ésta motivación está en la cima de la montaña rusa y me encuentro
decidido a volver, como está en la parte más baja y lo único que
pide el cuerpo es hacer rodajes. Ésto puede ser algo interesante
durante un tiempo, pero, quizá, después de dos años y medio, haya
llegado el momento de bajarme de esta montaña rusa y empezar a
cambiar el rumbo de las cosas. Quizá me encuentro ante el momento
adecuado para cambiar el rumbo que mi carrera deportiva está tomando
y volver al camino que abandoné en aquella primera edición de la
Subida a Balborraz, a primeros de octubre de 2013.
No es que ahora no esté
disfrutando, la verdad es que me lo estoy pasando muy bien haciendo
mis rodajes diarios, pero debo reconocer que soy un atleta picón, al
que le gusta competir, y que, aparte, quizá ésta no sea la mejor
manera de entrenar. Como decía, puedo decir que estoy disfrutando
bastante mientras voy rodando, pero creo que no puedo estar toda mi
vida sumando kilómetros y kilómetros sin sentido, kilómetros
basura que suelen denominarse. Me parece que, como dice mi buen amigo
Angel, hay que empezar a meter kilómetros útiles, sesiones de las
que realmente podamos sacar provecho. Puede que hoy sí pueda sacarle
provecho a una sesión de una hora de carrera continua, pero lo mismo
mañana me pueda aprovechar más una sesión de miles que otro rodaje
de 55', por ejemplo. Es cuestión de empezar a pensar con algo de
lógica y entrenar sabiendo que un día me tocará sufrir con una
series y que al día siguiente se trata de hacer lo que me gusta,
rodar. Que los inicios son complicados, en esto y en todo, es cierto,
todos lo sabemos, pero me parece que, sabiendo que previamente he
sido capaz de correr a unos ritmos determinados, de entrenar de una
manera organizada y estructura, y sabiendo que, entrenando bien,
puedo correr rápido, puedo intentar volver a todo lo que aquel día
dejé. Estoy seguro de que si empiezo a ver algún resultado, las
ganas de seguir entrenando bien irán en aumento, solo se trata de
superar lo mejor posible los primeros meses, algo que, por otro lado,
es muy complicado, pero supongo que con paciencia, todo sale.
En estos últimos días he
coincidido con varios compañeros vinculados a este mundillo del
atletismo hablando precisamente de este tema. Todos coincidían en
que lo suyo sería reducir el número de rodajes e introducir
semanalmente algún día de calidad, para acostumbrarnos a trabajar a
diferentes ritmos. Una de las personas con las que hablaba de esto
era con Teo, mi entrenador durante cuatro años. Me habló de la
posibilidad de preparar la próxima temporada, y ver qué es lo que
podíamos sacar. Una opción bastante interesante, aunque éste no
era del todo mi objetivo. Mi idea principal ahora mismo es ponerme de
nuevo manos a la obra con la preparación para los 10 kilómetros de
León, retomar este proyecto y ver qué aspectos, tanto positivos
como negativos, me aporta ésto. A priori, creo que, de poder
completar toda la preparación y verme compitiendo en León, podría
acabar bastante motivado, independientemente del resultado, pues
habría logrado encadenar unas cuantas semanas con una preparación
organizada y estructurada, como hice con El Salvador, por ejemplo.
Luego, preparar la temporada de cross no es que me llame
especialmente, pero no me importaría preparar alguna prueba de
asfalto o de pista. Pero bueno, estamos hablando a muy largo plazo,
mejor ir por partes.
Creo que éste cambio es
bastante necesario. Necesario porque me parece que mi manera actual
de entrenar no es la más adecuada. Creo que tengo que ser consciente
de que hay otras maneras más lógicas de entrenar, y que algunas de
ellas me han ido bien. Sino, ahí están los ejemplo de El Salvador,
Bañobárez y mi primera participación en Peñausende. Siempre me
remito a ellas como las pruebas donde mejor he ido, y es que creo que
así ha sido. Creo que han sido mis mejores actuaciones o, por lo
menos, donde mejor me he notado de todas las competiciones de las que
he tomado la salida. Ahí me demostré a mi mismo que entrenando bien
podía notarme rápido y, a la vez, estar motivado precisamente por
verme de nuevo a mi nivel, del cual ahora estoy bastante apartado
pues, si bien es cierto que he aumentado mi fondo y que incluso he
cumplido uno de mis objetivos deportivos más importantes, correr la
Media Maratón de Zamora, aparte de estar también en la de Ávila,
he perdido los ritmos a los que solía rodar, bastante más rápidos
de los que actualmente toco en los rodajes. Otro motivo interesante
sería, quizá, el de aprovechar mis mejores años como deportist, en
este caso como corredor.
Pero bueno, tampoco es plan de
comerse demasiado la cabeza. Solamente se trata de estructurar un
poco los entrenamientos y, sobre todo, ir en busca de mi versión en
carreras como las que comentaba antes, Bañobárez o El Salvador.
Físicamente creo que entrenando podrían salir resultados
interesantes, así que habrá que ponerse manos a la obra. Fácil
desde luego no será, pero, por lo menos, podré decir que lo
intenté.
Cambiando un poco de tercio,
hoy se celebró la Milla de La Horta. Acudí a echar una mano a la
organización, para mi, todo un placer. Completada mi labor, estuve
viendo la carrera absoluta. Estaba claro que los dos primeros puestos
se los disputarían Ángel Nieto y Diego Bravo, como así fue, siendo
primero y segundo, respectivamente. Ángel, tras un tiempo apartado,
ha vuelto por su cauce, demostrando que tiene en sus piernas mucha
calidad para pruebas de medio fondo. Diego Bravo sigue demostrando
que también tiene mucha calidad para este deporte. Hace unas semanas
hemos podido ver muy buenas actuaciones suyas corriendo en pista
pruebas de 1500 y 3000 metros. Hoy volvió a lucir toda su calidad,
siendo segundo tras una espectacular carrera. Creo nos encontramos
ante dos grandes corredores de medio fondo, que darán muchas
alegrías al atletismo zamorano. Personalmente, en esta prueba corrí
cuatro años, dos fuera de la Absoluta y otros dos dentro de ella.
Los dos primeros años se me dio bastante bien, logrando la victoria
a unos ritmos bastante interesantes. Sin embargo, mi primera
participación como atleta absoluto fue bastante desastrosa viendo
los ritmos que había sido capaz de tocar en algunas sesiones de mil.
Aquel año acabé corriendo a un ritmo de 3'20 el mil, que para ser
una milla creo que es lento. Sin embargo, el año siguiente tuve un
buen progreso, rebajando mi marca en más de 15 segundos, llegando a
meta con 4'57, 2'59. Aquella fue mi última participación en esta
prueba. No he vuelto a participar en ninguna milla, entre otros
motivos porque, al empezar a entrenar de forma autodidacta, opté por
dejar de preparar este tipo de pruebas y centrarme más en otras más
larga, como es el 10.000. Pese a ello, la verdad es que guardo muy
buenos recuerdos de aquella carrera, igual que sucede con la que se
celebrará el próximo día 29, el “mítico” Cross del Ajo,
donde, quitando mi primera participación, la verdad es que he
disfrutado muchísimo compitiendo, hasta el punto de decir que, de
todas las carreras que he corrido por aquí, fue mi preferida, y creo
que lo sigue siendo, aunque ahora tampoco entre mis objetivos.
Nos vemos… haciendo deporte,
claro.
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