El
pasado sábado se celebró en La Zarza de Pumareda (Salamanca) la
quinta edición de la Carrera Popular “Vicente Martín-La Zarza”.
Como era de esperar, Pablo Rodríguez (Run&Go) e Isabel Almaraz
(Atletismo Macotera) cumplieron con los pronósticos, alzándose con
la victoria sobre la distancia de los 9600 metros, los cuales
completaron en 32'47 y 39'24, respectivamente. Además, en esta
quinta edición pudimos ver, por primera vez en la competición, a un
participante en una bicicleta handbike.
Completando el circuito urbano de medio kilómetro. (Foto: Carrera Popular "Vicente Martín-La Zarza". |
En
esta quinta edición, y por segunda consecutiva, me animé para
colgarme un dorsal en esta prueba. La verdad, se ha vuelto a
confirmar mi teoría de que por esta zona, la organización de las
carreras es impecable. Como es habitual, se hicieron un par de
pruebas de diferentes distancias, una superpopular con una distancia
un poco inferior a los 3000 metros, y otra competitiva de 9600. Las
distancias estaban aumentadas más o menos en medio kilómetro
respecto a otros años, al haber incluido un pequeño circuito urbano
al principio de la competición. Me pareció muy buena idea lo que se
hizo, dando primero una salida y luego, la otra. Abrieron las
competiciones con la prueba de los casi tres kilómetros, y en torno
a dos minutos después del primer paso por meta del último corredor
de la prueba, se dio la salida a la prueba larga, de tal manera que
los atletas que corrimos la prueba de los 9600 metros apenas nos
encontramos con atletas de la prueba corta, a diferencia de otras
competiciones que sí he corrido, donde primero han dado la salida a
los Andarines (aquí, en vez de ser una prueba para caminar, era un
circuito de tres kilómetros más para los niños pequeños y gente
que se estuviera iniciando en el mundillo de las carreras, una
modalidad también muy interesante, pero que muy pocas organizaciones
están copiando) y luego nos ha tocado ir sorteando gente. Me
sorprendió realmente la visión que tuvieron desde la organización
para que apenas nos encontráramos con corredores de la prueba más
corta. Por otro lado, algo que me tenía en vilo era ver si el cruce
que separaba el circuito corto del largo estaba señalado igual que
el año pasado. Los atletas que participábamos en la prueba larga
teníamos un giro a la izquierda, mientras que los atletas de la
prueba corta tenían que continuar recto. No nos defraudaron y estaba
muy bien señalizado, con un gran cartel que nos indicaba cuál era
el camino de cada prueba. Por lo demás, gran trato al corredor,
circuito bonito (aunque duro, con muchos toboganes) y creo que buenos
premios y un gran ambiente festivo y de atletismo popular entre todos
los participantes. ¿Qué más pedir?
La
entrega de dorsales estaba prevista entre las 17 y las 19 horas. En
mi caso, llegué a La Zarza en torno a las 18.30, para poder recoger
con tiempo el dorsal y poder ver algo del circuito y qué
participantes habría antes de calzarme las zapatillas y ponerme con
el calentamiento. Vi varias caras que me sonaban mucho, supongo que
por haber coincidido con ellas en alguna otra competición o incluso
en esta misma carrera, en la edición del año pasado. También me
encontré con Ricardo e Isabel. Desde que corrí en Bañobárez, no
había vuelto a coincidir compitiendo con ellos. Se dio la casualidad
de que entonces Ricardo fue tercero, e Isabel y yo ganamos la
Absoluta; sin embargo, en esta ocasión me fue imposible seguir a
Ricardo, que me dio un cambio de ritmo a la salida del pueblo y tuve
que conformarme con verle a lo lejos durante varios kilómetros,
hasta que finalmente lo perdí de vista. Estuvimos hablando, una vez
acabada la competición, ya cambiados. Una de las cosas más bonitas
del atletismo es que siempre acabas haciendo amistades. La última
vez que estuve hablando con Ricardo (en la carrera de la USAL
celebrada en Zamora) estuvimos hablando de que estaba preparando
oposiciones. Aun se acordaba de aquella conversación y me estuvo
preguntando por aquello. Me quedo con su consejo. “Dedícate a
estudiar, si tienes que dejar de correr durante unos años, déjalo,
ya volverás más adelante, pero primero soluciona tu vida”.
También vi por allí al que finalmente ganó la competición de los
9600 metros, Pablo Rodríguez. La verdad, me dejó impresionado ya
cuando lo vi calentando. Lo primero que se me vino a la cabeza fue
“éste hoy nos va a reventar”. Ya en el calentamiento daba la
sensación de estar no bien, sino genial de forma. Creo que era la
primera vez que me enfrentaba a él en una competición que íbamos a
disputar ambos, porque previamente ya habíamos coincidido en la
Media de Zamora, donde él fue segundo, pero en esa prueba opté por
salir a rodar. Siendo sinceros, fue imposible plantar cara a Pablo,
iba sueltísimo en la competición y nada más salir se marchó en
solitario.
Salida. (Foto: Carrera Popular "Vicente Martín-La Zarza". |
Llegadas
más o menos la siete de la tarde, llegó el momento de cambiarse y
ponerme a calentar. Trote, ejercicios de movilidad articular,
progresiones… Lo de siempre, con tal de activar al cuerpo. Con el
paso de los minutos, las calles de La Zarza de Pumareda se iban
llenando de corredores que iban ultimando los preparativos para la
competición. Con una puntualidad digna de admirar, se dio la salida
de la competición corta. Al primer paso del final de carrera por
meta se daría, dos minutos más tarde, la salida a los participantes
de los 9600 metros, así que, en cuanto pasaron, fuimos todos como
locos a colocarnos en línea de salida. Ultimando el calentamiento
con unas progresiones, iba pensando si nosotros teníamos que dar la
misma vuelta por el pueblo de medio kilómetro que los participantes
que ya estaban compitiendo, duda que me solucionó Vicente.
A
eso de las 19.35 se dio la salida a la prueba de los 9600 metros.
Pablo dejó clarísimo desde el primer metro que partía como
principal favorito a llevarse la victoria, y que si alguien quería
ganarle, tendría que correr muchísimo. Me impresionó muchísimo la
salida que hizo, cómo impuso un ritmo impresionante, y finalmente
(algo que era de esperar viendo cómo iba) se quedó él solo. Por
detrás, nos partimos en varios grupos muy poco distanciados entre
ellos durante los primeros kilómetros de la prueba. En mi caso, me
quedé por detrás con Ricardo, mientras que Pablo y José Manuel
tiraron por delante. Tras completar la primera vuelta urbana de medio
kilómetro, Ricardo dio un cambio de ritmo. Pensé en intentar irme
con él, pero veía que faltaba aun muchísima carrera por delante,
por lo que opté por no arriesgar, pues sabía que no estaba en mi
mejor estado de forma, y viendo que Ricardo iba aparentemente fácil
a un ritmo al que yo no estaba para nada preparado, y quedarme más
rezagado, corriendo por sensaciones, a un ritmo que creyera poder
aguantar. Para cuando llegamos al cruce donde circuito largo y corto
se separaban, Ricardo ya iba bastante por delante, y a Pablo le veía
muy, muy a lo lejos. Entre uno y otro iba José Manuel, que había
iba poco a poco bajando el pistón. Por detrás de mi venía un grupo
que poco a poco se fue deshaciendo. La verdad, durante gran parte de
la competición pensé que el único integrante que quedaba del grupo
perseguidor me acabaría cogiendo. Hubo un tramo en el que veía que
me venía recortando bastante distancia y yo iba al límite.
Con
el paso de los kilómetros, el esfuerzo iba en aumento. Los
constantes toboganes del circuito iban haciendo mella, y aunque no
hacía un calor excesivo en comparación con otros días (a la hora
de salir, 25 grados), a mi me llegó un momento hacia el kilómetro
cinco-seis en el que empecé a acusar los esfuerzos y la falta de
entrenamientos de calidad. Por lo menos, la crisis deportiva no me
vino en mal momento, pues, aunque por delante ya había perdido la
referencia de Ricardo y Pablo, tenía a José Manuel como referente
unos cuantos metros por delante, y por detrás, no veía al corredor
que venía. Ésto me hizo algo más llevadero ese momento de crisis.
Por suerte, pude salvarlo y, ya en el tramo de bajada que nos
llevaría hasta la meta, poder volver a ver ritmos por debajo de los
3'40. Durante bastante tiempo fui intentando coger a José Manuel,
pero me fue imposible, en el momento de crisis se me empezó a ir, y
para cuando quise estar recuperado ya no le veía.
Llegando a meta. (Foto: Carrera Popular "Vicente Martín-La Zarza". |
Finalmente,
logro entrar en meta como cuarto clasificado de la categoría
Absoluta y primero de la categoría Senior. Los datos del GPS fueron:
9590 metros en 37'19, a 3'54 min/km. Mi objetivo de correr a 3'45 fue
imposible, y me tuve que conformar con un ritmo muy semejante al del
año pasado (3'54 este año frente a 3'55 el año pasado). Y así,
completo la primera competición de la temporada 2016-2017.
¿Conclusiones? Pues creo que, pese a todo, bastante positivas. Sabía
que mi estado de forma no era el mejor, y finalmente la carrera me
puso en mi sitio. Pero logré disfrutar de una tarde muy agradable,
con un gran ambiente popular en una carrera donde creo que todos los
participantes nos hemos sentido muy a gusto. ¿Qué más podemos
pedir?
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