Una
vez más, me pongo a escribir en el blog con la idea de tocar temas
relacionados con el deporte o, mejor dicho, con el atletismo y el
ciclismo. Me gustaría escribir sobre la actuación de Castillejo y
España en la pasada maratón de los Juegos Olímpicos, una actuación
alabada por unos y criticada por otros, pero no solo de eso. Poco a
poco las sensaciones de los entrenamientos van mejorando y me están
empezando a pasarme por la cabeza nuevos retos competitivos.
El
pasado domingo se celebró en Rio la maratón masculina de los Juegos
Olímpicos. Nuestro país partía definitivamente con Carles
Castillejo y Jesús España. Si el domingo anterior, con las chicas,
habíamos visto un día de calor intenso y un sol de justicia, la
semana siguiente nos encontramos en un día lluvioso y poco propicio
para competir. Sin embargo, todos los maratonianos allí presentes
no se echaron para atrás y decidieron dar el do de pecho para lograr
entrar entre los tres primeros y, por qué no, luchar por el oro
olímpico. La táctica de Castillejo fue bastante conservadora de
salida. España fue durante gran parte de la competición varios
puestos por delante del catalán, pagando durante los últimos
kilómetros la gran humedad reinante durante los 42195 metros.
Castillejo optó por salir más atrás y, si las piernas iban bien,
ir remontando posiciones poco a poco. Finalmente, llegó a meta en
2h18'34; España, algo por detrás en la línea de meta, marcó un
tiempo de 2h20'08. Teniendo en cuenta que Jesús en su debut en
maratón logró la mínima exigida para ir a Rio (2h11'58), y que,
hasta la fecha, es su mejor marca en maratón (solamente ha corrido
Sevilla y Rio), mientras que Castillejo en Sevilla llegó con un
tiempo de 2h11'28, mientras que su mejor marca en los 42 kilómetros
es de 2h10'09; por lo tanto, tanto el uno como el otro se quedaron
muy, muy lejos de sus mejores marcas en las distancias, aparte de
llegar muy lejos de los puestos cabeceros de la competición.
¿Podríamos
hablar, como se ha hecho, de un error táctico o de una competición
donde los españoles no quisieron arriesgar? Yo creo que tanto
Castillejo como España siguieron una táctica que ellos, a priori,
fue la correcta, aunque luego no diera los resultados que los
aficionados (y que quizá ellos) esperábamos. Al fin y al cabo,
nosotros creo que no podemos lanzar demasiadas críticas hacia la
forma en que ambos se tomaron la competición, porque solamente
Carles y Jesús estuvieron en Rio disputando los 42 kilómetros de la
maratón, y que, con sus correspondientes palmarés, seguramente
sepan mucho más que cualquiera de nosotros a la hora de plantear una
estrategia para una competición. Partiendo de esta base, a
continuación os voy a comentar cuál es mi opinión sobre la
competición de ambos.
Creo
que es evidente que, tras tantos meses de preparación para Rio,
ninguno querría cometer ningún fallo y la estrategia a seguir la
tendrían estudiada al milímetro antes de salir, de eso estoy
completamente seguro. Pero no nos olvidemos de que la maratón son
más de dos horas zancada tras zancada, y que en ese intervalo de
tiempo pueden surgir muchísimas cosas que nadie, ni el propio
corredor, se espera. Por mucho que el atleta entrene, hay factores
que seguramente no pueda llegar a controlar, como puede ser el tema
climatológico. Hablando sobre la estrategia, se ha dicho que, viendo
sus mejores marcas, ninguno de los dos arriesgó. Yo no lo veo así.
Un ejemplo muy claro es en la forma que tuvo Castillejo de correr. Es
un atleta con 2h10'09 de mejor marca en la distancia y que llegaba a
Rio con una mínima de 2h11'28, por lo que, desde luego, piernas
tenía para haber bajado por bastante el tiempo tras los 42
kilómetros. Viendo que llegó en 2h18, podríamos pensar que no se
molestó y, viendo que era su última maratón, se limitó a
disfrutar, sin arriesgar nada. Yo creo que Carles sí arriesgó. Vio
que la climatología para nada iba a acompañarle, por lo que optó
por arrancar algo más despacio de lo previsto e ir remontando
posiciones. ¿Acaso no es arriesgar el hecho de salir más lento y
dejar que el que puede ser tu grupo se vaya, perdiendo, con el paso
de los kilómetros, las posibilidades de cogerlo, pues, cuanto más
tardara en subir el ritmo, más lejos se encontrarían los
componentes de dicho grupo? Castillejo optó por salir atrás a
sabiendas de que la climatología seguramente no le iba demasiado
bien, y decidió ir subiendo el ritmo con el paso de los kilómetros.
¿Que a los demás tampoco les iría bien la climatología? Cada uno
arriesgó según su criterio, y seguramente, Carles tomó una
decisión que le sirvió para no reventar y poder ir superando
atletas con el paso de los kilómetros. Por otro lado, Jesús España
optó por salir a un ritmo más rápido que el del catalán, aunque
distanciado de los puestos cabeceros. Quizá, España pagó la gran
humedad reinante en la prueba o el hecho de salir a un ritmo más
alto del que podía aguantar, algo que quizá sea relativo, pues en
Sevilla corrió bastante más rápido, aunque, seguramente, en unas
condiciones más apropiadas para disputar una maratón. Como decía,
cada corredor es un mundo y creo que cada uno de ellos decidió
arriesgar de una manera diferente.
Con
esta maratón olímpica, Castillejo cierra una etapa que ha durado
muchísimos años. En Sevilla dijo que ésa sería si penúltima o su
última maratón, según la marca que hiciera tras los 42195 metros.
Finalmente, logró clasificarse, por lo que Rio ha sido su última
competición como atleta de alto nivel. Carles se retira con un
palmarés muy envidiable. Ha sido campeón de España de maratón y
de 10.000, y ha logrado unas marcas dignas de admirar (3'39 en 1500,
7'42 en 3000, 13'11 en 5000 27'39 en 10.000 y 2h10'09 en maratón),
siguiendo una escala lógica, aumentando de distancia con el paso de
los años. Ahora, Carles verá el atletismo desde otra forma, sin
tener que prescindir de su rendimiento para lograr una beca o un
contrato deportivo. Desde aquí, mucho ánimo en esta nueva etapa de
tu vida, Carles.
Cambiando
un poco de tercio, a estas horas debería estar preparando todo para,
una vez más, colgarme un dorsal. Esta tarde se celebra en Samir de
los Caños (Zamora) su prueba popular, sobre una distancia de 10.000
metros. En un principio tenía pensado participar, pero finalmente no
estaré en la línea de salida. La verdad es que tenía mis dudas,
viendo que el pasado fin de semana corrí en La Zarza y el que viene
toca volver a la provincia charra para disputar el Cross de El
Encinar, pero finalmente opté por no tomar la salida. Ayer me di
bastante tralla rodando, y la verdad es que por la tarde las piernas
estaban bastante tocadas, así que, como es habitual, opté por hacer
hoy el día de descanso. Seguramente, de tomar la salida hoy en Samir
solamente hubiera acumulado fatiga (ésto supondría que en una
semana hubiera competido dos días y rodado seis días, todo sin
descansar ninguno), porque, aparte de seguir sumando días sin
descanso, estoy seguro de que hubiera salido a tope, pues ya sabemos
qué es lo que pasa cuando nos colgamos un dorsal, empezamos con que
vamos suaves y acabamos corriendo a muerte, así que hoy mejor seguir
con la rutina, descanso el viernes, que es mi día habitual,
recargando las pilas para el fin de semana, donde tocará seguir
sumando kilómetros y kilómetros. Dentro del deporte, supongo que
como todo en la vida, de vez en cuando conviene sentarse y
reflexionar sobre qué es lo que nos puede venir mejor o peor, y en
esta ocasión creo que sería más positivo no cambiar el día de
descanso, dejarlo el viernes y no competir en Samir. Si hoy en vez de
competir me hubiera tocado salir a rodar a un ritmo cómodo, pues
quizá no me hubiera importado tanto, porque sabía que si a 4'25 me
veía cascado, podía bajar a 4'30, pero, como decía, con un dorsal
puesto, los corredores tenemos peligro de querer darlo todo incluso
cuando no debemos hacerlo. En resumidas cuentas, finalmente hoy me
toca hacer el día de descanso.
Poco
a poco van pasando los días y ya nos encontramos muy cerca del mes
de septiembre, un mes donde muchos de vosotros os pondréis a calzar
unas zapatillas después del verano. En mi caso, esta vez tampoco he
parado, lo único, en julio salí un par de días en bici. Me he
dedicado a seguir sumando kilómetros de carrera continua, unos días
guiado por el pulsómetro y otro, por las sensaciones que me iba
transmitiendo el cuerpo. Lo que sí he observado, es que desde hace
como dos o tres semanas, el cuerpo está empezando a pedirme ritmos
más exigentes en los entrenamientos, no siempre trabajar al mismo
ritmo. Creo que las piernas y el corazón se están empezando a
aburrir de trabajar siempre dentro de las mismas pulsaciones y los
mismos ritmos, y me va pidiendo algo de caña. Así he estado
haciendo en los últimos días, completando los últimos kilómetros
a ritmos algo más exigentes para “quitarme la carbonilla”, como
suele decirse, y debo reconocer que el cuerpo, aunque parezca
mentira, me lo ha agradecido. Yo creo que en ocasiones, el cuerpo nos
pide trabajar a unos ritmos determinados para no acostumbrarse
siempre a lo mismo o para evitar caer en el aburrimiento, y creo que
ésto es lo que me ha pasado a mi esta vez. Y es entonces cuando me
aparece de nuevo la pregunta de siempre. ¿Series o no series? Quizá
mi problema hasta ahora es que mi cuerpo no me había pedido hacer
más trabajo de cambios de ritmo, sino que simplemente me había
pedido rodar. Sin embargo, por el simple hecho de haber visto esto,
se ha levantado una pequeña esperanza de que mi cabeza pueda volver
a querer preparar una competición. Viendo que el cuerpo me ha estado
pidiendo durante estos días rodar a ritmos más vivos, creo que las
series pueden adaptarse perfectamente a dichas necesidades.
Nos
vemos… haciendo deporte, claro.
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