Me
encuentro en un momento en el cual me apetece escribir. Me apetece
porque lo de juntar letras me permite expresar sentimientos,
emociones y opiniones acerca de todos los temas que se me antojen, y
ahora mismo me encuentro en uno de esos momentos donde expresar todo
éso creo que me puede resultar fácil. Tengo en mi cabeza una serie
de pensamientos deportivos, los cuales me encantaría compartir con
todos los lectores del blog, así que me voy a poner manos a la obra,
y a ver qué sale en esta ocasión.
El
título de esta entrada no está, para nada, puesto al azar. Me
explico. Una vez más, me he querido meter en un proyecto en el que
creo no estar preparado ni física ni mentalmente. Evidentemente,
estoy hablando del hecho de querer volver esta temporada a competir,
un objetivo que me he planteado tantas veces desde octubre de 2013, y
salvando unos meses a finales de esa misma temporada, para nada he
logrado. Como bien sabréis los lectores un poco antiguos del blog,
he intentado en varias ocasiones volver a colgarme un dorsal con un
nivel semejante al que tuve cuando entrenaba con Teo, pero con el
paso del tiempo esos regresos se han ido distanciando unos de otros,
y las ganas por intentar volver a hacer miles a tres minutos o
competiciones a 3'15 se ha ido poco a poco desvaneciendo, hasta
llegar al punto en el cual me encuentro ahora, muy semejante en
muchas cosas al que me encontraba en aquella ocasión que decidí
dejar de entrenar con Teo y empezar a tomarme todo ésto con una
filosofía diferente. Mi cabeza cada vez se decanta más por buscar
el simple disfrute de ésto, sin preocuparme de series ni de ritmos
en carrera, queriendo que me olvide por completo de regresos sin
sentido y de hacer series sin objetivos claros. Ya no tengo ese ansia
por entrenar para competir, ni de salir para estar entre los primeros
clasificados. Por lo tanto, éste último objetivo que me había
marcado, el de organizar de nuevo una temporada enfocando todo a las
competiciones, es un reto con rumbo a ninguna parte, querer intentar
algo cuyo horizonte no es nada claro, sabiendo además que, tarde o
temprano, volveré a centrarme en los rodajes y a olvidarme de las
series y demás entrenamientos de calidad.
Con
este último intento de regreso, un tanto relativo, dicho sea de
paso, ya que solo he llegado a hacer un entrenamiento de los que
tenía marcados en el nuevo plan de entrenamiento, tengo la sensación
de que se acaba un ciclo en mi vida deportiva. No es que vaya a dejar
de correr, ni mucho menos, pero esto de andar con regresos cada poco
tiempo creo que ha llegado a su final. Viendo la negativa que tengo
en todos estos intentos, es la hora de pararse a pensar y ver qué es
lo que quiero. Tengo que empezar a decantarme por unas ideas y unos
objetivos, no puedo estar todo el tiempo diciendo que voy a volver a
un lugar donde realmente no me voy a encontrar nada cómodo, un lugar
que sé que ya no es mi sitio. Perfectamente sé dónde estar y dónde
debo desenvolverme a la hora de entrenar, porque es el sitio que, al
fin y al cabo, me permite seguir disfrutando de esto, sin sufrir y
sin pensar en la competición. Los rodajes han pasado a ser una parte
fundamental de mis entrenamientos, me han permitido entrenar con un
montón de gente y conocer muchísimas rutas nuevas, que a mi, al fin
y al cabo es lo que más me hace disfrutar de todo ésto. Poder
correr con los compañeros de la mesa de Valorio o poder descubrir
Zamora a zancadas me resulta una gozada. Por éso, desisto de
intentar volver a competir. Una vez más, me quedo con lo que más me
gusta y lo que más me hace disfrutar del atletismo, que no es otra
cosa que rodar, y rodar y volver a rodar.
Esto,
más que parecer que lo está escribiendo un Junior, parece estar
escrito por un Veterano; de hecho, no es la primera vez que me dicen
que parezco un veterano cuando llega la hora de entrar en los
quejidos posteriores a los entrenamientos o comentar cuáles son mis
dolores. Es cierto que con mi edad y habiendo estado compitiendo a
nivel federado durante cuatro temporadas y habiendo incluso llegado a
ganar alguna carrera a nivel popular, debería tener otra mentalidad
y seguir pensando en competir, o como dice mi amigo Javier, debería
tener las piernas trilladas de hacer series y competiciones rápidas,
acordes a mi edad. Pero no nos engañemos, mi cabeza ya no es lo que
era, y desiste de retomar todo aquello que abandoné en octubre de
2013, dejando de lado la forma de entrenar que tengo ahora. Sé el
deporte federado va a estar muy alejado de mi vida como deportista, y
para nada es algo que me importe. ¿Es algo negativo? Nunca me he
considerado un atleta con capacidad para llegar a la élite del
atletismo, ni si quiera para ganar alguno de los crosses federados en
los que he competido, pero creo que durante esos cuatro años que
estuve ahí, no fui mal en las competiciones donde participé. Es
cierto que temporada a temporada iba viendo una mejoría que me
motivaba a seguir entrenando a las órdenes de Teo, y quizá, de
haber seguido a sus órdenes, entrenando bien, podría haber hecho
algún buen puesto, pero todo aquello, como suele decirse, es agua
pasada. Ahora me encuentro en una situación diferente, donde mis
objetivos dentro del atletismo son otros, buscando solo disfrutar a
base de hacer kilómetros, kilómetros y kilómetros de carrera
continua.
Mi
idea para los próximos meses es reorganizar todo y volver a entrenar
como he estado haciendo durante unas cuantas semanas. Volver a rodar
por tiempo y sensaciones, olvidándome de ritmos y demás historias. No me arrepiento de no volver a tocar las series, si ésto me va a
permitir disfrutar, y sé que lo va a hacer. Lo que no descarto es ir
a alguna competición, como espero poder hacer el próximo día 20 de
agosto en La Zarza de Pumareda (Salamanca), sobre 91000 metros, una
carrera, por cierto, muy recomendable, con un gran ambiente popular.
Para acabar el artículo, os cuento cómo fue mi entrenamiento de esta mañana. Para empezar la semana, opté por rodar 45' entre 160 y 165 pulsaciones hasta el minuto 30, y a partir de ahí, a rodar entre 170 y 175 pulsaciones hasta el minuto 45. No me noté nada mal, la verdad, y el ritmo fue bastante interesante. Al final, logré completar algo más de 10.5 kilómetros en 45' justos, a 4'17 min/km y 165 pulsaciones medias. Hoy la verdad es que arranqué aun con la idea de volver a competir, pues no me había aun puesto a elaborar del todo el plan de entrenamiento y, por tanto, a recapacitar sobre vuelta. Reconozco que esta mañana me quedé con ganas de hacer algo más, pero bueno. Para lo que queda de semana, me esperan unos días de los que realmente me gustan. No me he matado demasiado pensando en los próximos entrenamientos de esta semana, lo reconozco, así que el resto de los días tocará rodar una hora, a excepción del domingo, donde nos tocarán 70' de rodaje.
Nos vemos... haciendo deporte, claro.
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