lunes, 1 de agosto de 2016

Rumbo a ninguna parte

Me encuentro en un momento en el cual me apetece escribir. Me apetece porque lo de juntar letras me permite expresar sentimientos, emociones y opiniones acerca de todos los temas que se me antojen, y ahora mismo me encuentro en uno de esos momentos donde expresar todo éso creo que me puede resultar fácil. Tengo en mi cabeza una serie de pensamientos deportivos, los cuales me encantaría compartir con todos los lectores del blog, así que me voy a poner manos a la obra, y a ver qué sale en esta ocasión.

El título de esta entrada no está, para nada, puesto al azar. Me explico. Una vez más, me he querido meter en un proyecto en el que creo no estar preparado ni física ni mentalmente. Evidentemente, estoy hablando del hecho de querer volver esta temporada a competir, un objetivo que me he planteado tantas veces desde octubre de 2013, y salvando unos meses a finales de esa misma temporada, para nada he logrado. Como bien sabréis los lectores un poco antiguos del blog, he intentado en varias ocasiones volver a colgarme un dorsal con un nivel semejante al que tuve cuando entrenaba con Teo, pero con el paso del tiempo esos regresos se han ido distanciando unos de otros, y las ganas por intentar volver a hacer miles a tres minutos o competiciones a 3'15 se ha ido poco a poco desvaneciendo, hasta llegar al punto en el cual me encuentro ahora, muy semejante en muchas cosas al que me encontraba en aquella ocasión que decidí dejar de entrenar con Teo y empezar a tomarme todo ésto con una filosofía diferente. Mi cabeza cada vez se decanta más por buscar el simple disfrute de ésto, sin preocuparme de series ni de ritmos en carrera, queriendo que me olvide por completo de regresos sin sentido y de hacer series sin objetivos claros. Ya no tengo ese ansia por entrenar para competir, ni de salir para estar entre los primeros clasificados. Por lo tanto, éste último objetivo que me había marcado, el de organizar de nuevo una temporada enfocando todo a las competiciones, es un reto con rumbo a ninguna parte, querer intentar algo cuyo horizonte no es nada claro, sabiendo además que, tarde o temprano, volveré a centrarme en los rodajes y a olvidarme de las series y demás entrenamientos de calidad.

Con este último intento de regreso, un tanto relativo, dicho sea de paso, ya que solo he llegado a hacer un entrenamiento de los que tenía marcados en el nuevo plan de entrenamiento, tengo la sensación de que se acaba un ciclo en mi vida deportiva. No es que vaya a dejar de correr, ni mucho menos, pero esto de andar con regresos cada poco tiempo creo que ha llegado a su final. Viendo la negativa que tengo en todos estos intentos, es la hora de pararse a pensar y ver qué es lo que quiero. Tengo que empezar a decantarme por unas ideas y unos objetivos, no puedo estar todo el tiempo diciendo que voy a volver a un lugar donde realmente no me voy a encontrar nada cómodo, un lugar que sé que ya no es mi sitio. Perfectamente sé dónde estar y dónde debo desenvolverme a la hora de entrenar, porque es el sitio que, al fin y al cabo, me permite seguir disfrutando de esto, sin sufrir y sin pensar en la competición. Los rodajes han pasado a ser una parte fundamental de mis entrenamientos, me han permitido entrenar con un montón de gente y conocer muchísimas rutas nuevas, que a mi, al fin y al cabo es lo que más me hace disfrutar de todo ésto. Poder correr con los compañeros de la mesa de Valorio o poder descubrir Zamora a zancadas me resulta una gozada. Por éso, desisto de intentar volver a competir. Una vez más, me quedo con lo que más me gusta y lo que más me hace disfrutar del atletismo, que no es otra cosa que rodar, y rodar y volver a rodar.

Esto, más que parecer que lo está escribiendo un Junior, parece estar escrito por un Veterano; de hecho, no es la primera vez que me dicen que parezco un veterano cuando llega la hora de entrar en los quejidos posteriores a los entrenamientos o comentar cuáles son mis dolores. Es cierto que con mi edad y habiendo estado compitiendo a nivel federado durante cuatro temporadas y habiendo incluso llegado a ganar alguna carrera a nivel popular, debería tener otra mentalidad y seguir pensando en competir, o como dice mi amigo Javier, debería tener las piernas trilladas de hacer series y competiciones rápidas, acordes a mi edad. Pero no nos engañemos, mi cabeza ya no es lo que era, y desiste de retomar todo aquello que abandoné en octubre de 2013, dejando de lado la forma de entrenar que tengo ahora. Sé el deporte federado va a estar muy alejado de mi vida como deportista, y para nada es algo que me importe. ¿Es algo negativo? Nunca me he considerado un atleta con capacidad para llegar a la élite del atletismo, ni si quiera para ganar alguno de los crosses federados en los que he competido, pero creo que durante esos cuatro años que estuve ahí, no fui mal en las competiciones donde participé. Es cierto que temporada a temporada iba viendo una mejoría que me motivaba a seguir entrenando a las órdenes de Teo, y quizá, de haber seguido a sus órdenes, entrenando bien, podría haber hecho algún buen puesto, pero todo aquello, como suele decirse, es agua pasada. Ahora me encuentro en una situación diferente, donde mis objetivos dentro del atletismo son otros, buscando solo disfrutar a base de hacer kilómetros, kilómetros y kilómetros de carrera continua.


Mi idea para los próximos meses es reorganizar todo y volver a entrenar como he estado haciendo durante unas cuantas semanas. Volver a rodar por tiempo y sensaciones, olvidándome de ritmos y demás historias. No me arrepiento de no volver a tocar las series, si ésto me va a permitir disfrutar, y sé que lo va a hacer. Lo que no descarto es ir a alguna competición, como espero poder hacer el próximo día 20 de agosto en La Zarza de Pumareda (Salamanca), sobre 91000 metros, una carrera, por cierto, muy recomendable, con un gran ambiente popular.

Para acabar el artículo, os cuento cómo fue mi entrenamiento de esta mañana. Para empezar la semana, opté por rodar 45' entre 160 y 165 pulsaciones hasta el minuto 30, y a partir de ahí, a rodar entre 170 y 175 pulsaciones hasta el minuto 45. No me noté nada mal, la verdad, y el ritmo fue bastante interesante. Al final, logré completar algo más de 10.5 kilómetros en 45' justos, a 4'17 min/km y 165 pulsaciones medias. Hoy la verdad es que arranqué aun con la idea de volver a competir, pues no me había aun puesto a elaborar del todo el plan de entrenamiento y, por tanto, a recapacitar sobre vuelta. Reconozco que esta mañana me quedé con ganas de hacer algo más, pero bueno. Para lo que queda de semana, me esperan unos días de los que realmente me gustan. No me he matado demasiado pensando en los próximos entrenamientos de esta semana, lo reconozco, así que el resto de los días tocará rodar una hora, a excepción del domingo, donde nos tocarán 70' de rodaje.

Nos vemos... haciendo deporte, claro.

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