Hoy me pongo a escribir con diferentes sensaciones. Por un lado, ayer conseguí completar mi primera media maratón, 21 kilómetros de puro disfrute por las calles de Ávila. Pero, sin embargo, hoy para nada he acabado contento con el rodaje. No es que haya tenido las piernas pesadas, ni que me haya encontrado mal. No. Hoy el día se levantó bastante desapacible, y según se iba acercando la hora de entrenar la cosa se fue complicando. Al final, el viento y la lluvia decidieron hacer acto de presencia. Pero voy a contarlo por partes.
Ayer tocó desplazarse hasta Ávila para tomar la salida en su tercera media maratón. Tenía por delante 21 kilómetros y ciertas dudas sobre si podría o no llegar al final de la prueba. La estrategia a seguir era sencilla: salir en la mitad, tranquilo, e ir pensando que ésto no dejaba de ser una tirada larga, pero con un poco más de distancia que la que hago habitualmente.
Así, tras guardar un minuto de silencio, se dio la salida, unos a ritmos más altos, otros más bajos. En mi caso, me plantee coger el ritmo de 4.20-4.30 y mantenerme ahí por lo menos hasta pasar la primera mitad de la prueba. Los primeros kilómetros los iba pasando en grupos grandes, algo que me gustó, porque, cuando me da por salir a sufrir, al final acabo siempre solo. Debo reconocer que la experiencia de ir rodando en un grupo tan grande de atletas populares fue una gozada. Según iban pasando los kilómetros iba viendo más factible lo de llegar hasta el 21, aunque seguía faltando mucha carrera, y en estas pruebas de larga distancia puede suceder cualquier cosa de un momento a otro. Con el paso de los kilómetros también dejé de hacer caso al GPS y empecé a centrarme más en las sensaciones de mi cuerpo. Poco a poco, los metros iban pasando, y las sensaciones, al menos, no iban a peor, aunque tampoco a peor, solo se mantenían, que ya es algo importante. Llegado al kilómetro 18, decidí tensar un poquito, pasando el 19 en 3'40, pero me di cuenta de que, a esas alturas de la carrera, iba muy bien de fuerzas para correr a ritmos e 4.15-4.20, pero no para correr a esas velocidades, así que uno y no más. El final de la prueba era una larga bajada, toda ella por adoquines, pero con la posibilidad de coger acera, algo que ya con 20 kilómetros en las piernas se agradecía. Enganché con la bajada y, bajándola más fuerte de lo que me esperaba, cogí la última recta. Impresionante la llegada, con bastante gente aplaudiendo. Así, a unos 20 minutos del vencedor, Jesús Antonio Núñez (Bikila) y del zamorano Jorge Rodríguez (La Bañeza), llegué a meta, contento por haber conseguido vencer a la distancia en el día de mi debut. Éstos fueron los datos del Garmin. 21.58 kilómetros en 1'30'07, a 4.11 min/km y 166 pulsaciones medias.
¿Puesto? La verdad es que ni miré la clasificación. Sé que entré cuarto en mi categoría porque me lo dijo mi familia (motivo motivo extra para llegar, y es que ayer movilicé a media familia hasta Ávila solo para seguir la media), y también que los Junior no tuvimos categoría porque no llegábamos creo que a cinco, la cifra que habían puesto para sacar clasificación por categorías. El puesto de la Absoluta sigo sin saberlo, pero, la verdad, me da igual. El objetivo para ayer no era salir para competir, como unos me comentaban; tampoco era salir a hacer una buena marca, como decían otros y, por supuesto, tampoco era salir a ganar, porque, siendo realistas, de haberlo hecho, los 21 kilómetros habrían podido conmigo, y como no era plan de reventar en el 12, pues tampoco pasa nada por haber hecho 1'30 en vez de 1'17-1'20. Me da igual. Y me da igual, principalmente, por dos motivos, haber llegado a la meta, algo que me parecía prácticamente imposible, y, además, haber hecho la media de mi debut DISFRUTANDO. Para mi ha sido una experiencia muy positiva haber visto una carrera desde este punto de vista, y es que al no haber corrido nunca una media maratón, y menos en plan popular, creo que me puede haber enseñado mucho. Y, sobre todo, que no hace falta salir dispuestos a competir para disfrutar. Por lo menos en mi caso. Éso si, cada uno que corra como más disfrute.
Sobre la competición, voy a comentar algún punto negativo. Por norma general, me parece que la prueba estaba bastante bien organizada, aunque he visto algún punto a corregir. La verdad es que el circuito puede catalogarse de bonito, las cosas como son, aunque me resultó, personalmente, bastante incómodo. Teníamos varias calles estrechas o con adoquines. La verdad es que me resultó bastante incómodo, en algunos puntos, correr. Las bajadas en empedrado, unas cuantas, me costaron bastante, y la verdad es que no permitían tampoco correr rápido, algo que, sobre todo a los primeros, les debió de afectar. No sé si bajarían por la acera lateral o por el empedrado, pero la verdad es que me da un poco igual, porque la acera, aunque permitía ir rápido (doy fe de que se notaba el cambio de correr por un lado a correr por el otro) eran aceras estrechas, que tampoco podían permitir, por ejemplo, adelantar y, en el caso de haber público, la cosa podía complicarse. Luego, corregiría una curva del circuito, ya bastante cerca de la meta. Vamos, la curva en sí no presentaba dificultad alguna para cogerla... si estuviera bien marcada. Fuimos dos los que nos equivocamos, lo que nos provocó darnos la vuelta y volver. Esa parte no tenía ni cinta ni voluntarios, o si estaban, en ese momento habían desaparecido.Y, por cierto, lo de poner las duchas a la otra punta de la ciudad sí que es algo a tener en cuenta para otras ediciones. La verdad es que éso es bastante incómodo, llegas a la meta tras 21 kilómetros corriendo y te toca andar cogiendo el coche o el bus de la organización para llegar a las duchas. Supongo que la gente de Ávila se iría a duchar a sus casas y los que éramos de fuera, nos esperamos, pero creo que las duchas tuvieron poco éxito.
Siguiendo el hilo de lo que comentaba al principio, hoy debo reconocer que no me ha gustado el entrenamiento. ¿Motivos? No tenía las piernas más cargadas que cuando hago una tirada larga habitual, que suelen rondar los 18 las de más volumen, y el entrenamiento tampoco era tan largo como para decir que entre ayer y hoy he sumado tantos kilómetros que he llegado al sobreentrenamiento. Hoy, el motivo de mis quejidos está con el tiempo climatológico. Me encanta correr con agua, pero no con un diluvio, como me ha pasado esta tarde. Se me juntó el viento con el agua, además bien de agua. Me ha resultado especialmente incómodo rodar los 10 kilómetros marcados con este tiempo tan malo, y eso que me gusta correr bajo la lluvia, pero una cosa es algo y otra la que ha caído hoy... Pero bueno, los corredores tendemos a ser brutos, e incluso en días como hoy nos animamos a rodar. Así, con bastante incomodidad, he completado un total de 10 kilómetros en 45'45", a 4.34 min/km y 154 pulsaciones medias. El objetivo para hoy era sencillo, solo rodar a ritmo cómodo para no cargar en exceso las piernas tras los más de 21 kilómetros de ayer.
Con el tema de los entrenamientos, tengo la sensación de estar volviendo para atrás. Cada día me cuesta más ponerme a hacer series. Veo que me gusta más rodar que ponerme con a sufrir. ¿Ésto es bueno o malo? Pues, como todo, depende de los objetivos de cada uno. En mi caso, a pesar de no dedicarme a esto, pues quizá no sea del todo beneficioso, porque la idea para este año, aunque en un principio no haré cross, será la de intentar bajar los 34'40 en 10.000, pero viendo cómo está el panorama con las series... Bueno, es algo que desconozco si es o no factible, pero vamos, que si esta temporada no hago series, tampoco creo que sea motivo para complicarse la vida. He llegado a un momento en el que valoro más poder entrenar a diario que ganar una carrera. Vale, éso me tendría que pasar cuando tuviera 40, 45 ó 50 años, pero no con mi edad. Pero como me gusta llevar la contraria... Por ahora, vamos a seguir rodando y pensando en los 10 kilómetros de León, que serán este domingo.
Nos vemos... haciendo deporte, claro.
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