Me pongo a escribir sin tener demasiado claro de qué voy a hacerlo. Ideas, sí que tengo, aunque, como siempre digo, me cuesta desarrollarlo. Al final, me está dejando de afectar, pues, al fin y al cabo, sigo publicando en el blog, aunque siempre acabo escribiendo de lo mismo, algo que, al final, se acaba haciendo un tanto monótono, pero, bueno, por lo menos, sirve para contar alguna "batallita" y quitarme las ganas de escribir, y puede que éso sea ya motivo suficiente para darme por contento. Pero, sin embargo, voy a intentar hoy alargar algo más la entrada y escribir sobre algún tema más aparte de los entrenamientos, más que nada, para dar cierta variedad al blog. ¿Qué saldrá de esta?
Pedro Nimo del Oro. |
Últimamente se está montando cierto revuelo entre los aficionados al ciclismo, debido a las prohibiciones que se están haciendo con los frenos de disco entre los practicantes del ciclismo de carretera, tanto a nivel profesional como aficionado. Primero, se comenzaron a utilizar entre las bicicletas tope de gama de uso cicloturista, y en algunas "gravel" (para mi, lo que viene a ser una bicicleta de ciclocross de las de toda la vida), para luego, comenzar a utilizarlos a modo de prueba dentro del pelotón profesional. Y con el poco tiempo que llevaban entre los últimos, ya nos dieron el primer susto, que le correspondió a Fran Ventoso, con unas "marcas" en una pierna, cuanto menos, llamativas. Ésto pasó a ser un punto de inflexión muy importante entre los profesionales, aficionados y "jefes supremos" del ciclismo, lo que llevó a la UCI a prohibir el uso de frenos de disco en competiciones profesionales. A partir de ahí, han asaltado noticias de que incluso, como he visto que se ha hecho en España (desconozco hasta qué punto pueden ser reales estas últimas noticias), se han prohibido en eventos cicloturistas. ¿Buena o mala opción la de la UCI?
De todos es sabido que los frenos de disco se llevan utilizando en el ciclismo de montaña desde hace muchísimos años, y creo que dando unos resultados bastante interesantes, pero, siendo sinceros, me parece que, por lo menos a un uso cicloturista, no tienen ningún sentido. A nivel profesional creo que pueden ser interesantes no porque nos aporten un mayor frenado, sino porque, a menor fuerza en la palanca, nos permiten parar antes, y cuando estamos hablando de gente que va metida en un pelotón rodando a velocidades de vértigo, puede resultar muy interesante para evitar posibles caídas. Hasta ahí todo bien. La historia viene cuando hay una caída y nos cortamos con los discos. La verdad es que me parece genial la idea que se ha dado de colocar una protección a los discos, para evitar posibles accidentes, como el de Fran Ventoso. Pero, claro, puede que si colocamos una funda (porque, realmente, no dejaría de ser eso, una funda), resulta que le sumaríamos algo de peso a la bicicleta y puede que, estéticamente, no quedara bien, y como estamos viviendo en una época donde parece que la estética y el peso están por encima de la seguridad, hemos decidido optar por usar solo el disco, algo mucho más peligroso. Otro punto a favor para la decisión de la UCI de quitar los frenos de disco, pues creo que más de uno iba a negarse a colocar una funda al disco con tal de no tener que añadir unos escasísimos gramos más a la bicicleta y estropear, ya de paso, la estética de la bicicleta.
Respecto a su uso a nivel cicoturista, pues la verdad es que no lo veo demasiado lógico, aunque, ya se sabe, para gustos... En mi opinión, nosotros, los que montamos (o montábamos) en bicicleta por afición, por salir a disfrutar de una vuelta en bicicleta, tenemos nuestros piques y demás historias, emulando a esos ídolos que corren el Tour de Francia, pero, las cosas como son, no arriesgamos tanto como los profesionales, entre otras cosas porque ésto no es nuestro trabajo, y me parece mucho más lógico el uso del freno tradicional para nuestras vueltas cicloturistas, pues creo que la velocidad de frenado es suficiente para la velocidad en km/h que somos capaces de desarrollar, y su uso es mucho menos peligroso que el de los frenos de disco. Y hablando de cicloturismo, ahora que se ha prohibido el uso de los discos entre los profesionales, que no dejan de ser el espejo de las marcas para los cicloturistas, ¿qué harán las marcas que nos han estado metiendo este tipo de frenos por los ojos?
Van pasando los días, y como quien no quiere la cosa, este domingo nos toca volver a colgarnos un dorsal de la camiseta. Esta vez nos tocará desplazarnos hasta la localidad salmantina de Sardón de los Frailes para disputar su primera carrera popular, una prueba donde correremos sobre 10.000 metros. Por lo que he visto y me han comentado unos amigos que me han comentado unos amigos, el circuito será de 5000 metros y habrá que completar un par de vueltas, y en su mayoría es por camino, aunque, por lo que tengo entendido, son caminos de concentración y no son problemáticos. No me acaba de gustar que tengamos que dar vueltas, aunque solo sean dos. He corrido varias carreras con esta misma estructura, y aunque sí es cierto que puede ser más entretenido porque la gente tiene más cerca a los corredores, y nosotros, como participantes, nos evitamos esos tramos donde se va sufriendo y no hay nadie para animar, a mi me resultan carreras bastante pesadas, no me gusta nada esa opción, aunque, por suerte, no han optado por hacer también 5000 y meternos a todos juntos, como han hecho en otras carreras que he corrido, porque éso entonces sí que me revienta. Pero, viendo cómo han organizado otras carreras que he corrido por la zona, supongo que los organizadores (que, por cierto, se han portado genial conmigo, resolviendo todas las dudas que les he planteado sobre tema de inscripciones y recogida de dorsales, y, cuando me puse en contacto con ellos, guardaron mi correo para mandarme un mensaje avisándome de que estaban abiertas las inscripciones) sabrán montar todo para hacer la mañana lo más amena posible y que podamos disfrutar de una buenísima competición. En lo que a mi respecta, tengo una idea clara, y es la de disfrutar. A partir de ahí, tengo en mente salir fuertecillo para ver cómo me encuentro rodando a ritmos elevados, y, por qué no, ver si sale un tiempo y un puesto interesantes. Veo difícil acercarme a los 35' (me supondría ir a un ritmo de 3'30 en un circuito que tiene alguna subidilla interesante), pero en fin, por intentarlo que no quede, uego, será la carretera la que me ponga en mi sitio real y me haga ver dónde está realmente mi hueco.
Mi siguiente objetivo se va hasta Becerril de Campos (Palencia), también sobre 10.000 metros. El año pasado no pude participar porque me coincidió con El Salvador, pero, como este año no tenía participar en esta prueba leonesa, me animé a apuntarme a esta prueba que lleva el nombre de uno de los más grandes (para mi, el más grande) fondistas de nuestro país, Mariano Haro. Me apetece muchísimo competir en esta prueba, pues Mariano es mi atleta favorito. Atletas como Carles Castillejo, Martín Fiz, Abel Antón, Alberto Judado, Fermin Cacho, Abel Antón o Chema Martínez entran en una lista relativamente selecta de atletas de alto nivel a los que me gusta seguir y entran dentro de ese grupo de atletas favoritas; sin embargo, Mariano tiene algo especial, que le coloca por encima de todos ellos. ¿El motivo? Me parece que Mariano Haro logró unos resultados impresionantes en una época en la que ser corredor era algo extraño, y no había tanto apoyo hacia los deportistas como lo hay ahora. Por eso, creo que sus éxitos tienen un valor extra. No quiero decir que ser atleta de élite actualmente sea algo fácil, más bien todo lo contrario, es complicadísimo, de hecho, hay algo común, a pesar de que ahora haya algunas (pocas) ayudas más hacia los atletas, y es que el que quiere llegar a la elite tiene que sacrificarse como el que más, no hay otra forma.
Últimamente, estoy aprovechando los entrenamientos para volver por algunas rutas que he estado durante estos años que llevo correteando, intentando recordar algunas batallitas que he tenido con los diferentes grupos con los que he entrenado, sobre todo en los cuatro años que entrené con Teo. También, sigo reflexionando sobre si dejar de entrenar con Teo, dejando de competir con la única mentalidad de que hay que salir a disputar, para no hacerlo, mejor irse a rodar por el carril bici, y la decisión que he tomado ahora de abandonar por completo las series, son las más adecuadas. La verdad es que el hecho de comenzar a ser mi propio entrenador me ha permitido disfrutar de esto bajo un punto de vista diferente, permitiéndome conocerme más a fondo, probando diferentes entrenamientos y, sobre todo, disfrutando del atletismo. Debo reconocer que, cuando dejé de entrenar con Teo, me encontraba muy saturado de entrenamientos y de salir a competir a todo lo que daba. No fue cosa de que Teo me entrenara o me dejara de entrenar bien, sino que uno tiende a ser cabezón y querer dar más de lo que el cuerpo aguanta. Y sobre lo de dejar de hacer las series, reniego de tener más intentos frustrados. Podría volver a hacer series, y puede que cogiera un buen puntito de forma, pero me parece que la cabeza me pide otras cosas que nos ean sufrir, y como no me tengo que ganar la vida con esto, y los resultados de las competiciones no dejan de formar parte de una afición, pues tampoco me importa mucho si po no hacer series voy a competir en una carrera más rápido o más lento, simplemente, adaptaré el ritmo a mi estado de forma en ese momento, y trataré de disfrutar el máximo posible del mero hecho de llevar colgado un dorsal en la camiseta.
Nos vemos... haciendo deporte, claro.
Mi siguiente objetivo se va hasta Becerril de Campos (Palencia), también sobre 10.000 metros. El año pasado no pude participar porque me coincidió con El Salvador, pero, como este año no tenía participar en esta prueba leonesa, me animé a apuntarme a esta prueba que lleva el nombre de uno de los más grandes (para mi, el más grande) fondistas de nuestro país, Mariano Haro. Me apetece muchísimo competir en esta prueba, pues Mariano es mi atleta favorito. Atletas como Carles Castillejo, Martín Fiz, Abel Antón, Alberto Judado, Fermin Cacho, Abel Antón o Chema Martínez entran en una lista relativamente selecta de atletas de alto nivel a los que me gusta seguir y entran dentro de ese grupo de atletas favoritas; sin embargo, Mariano tiene algo especial, que le coloca por encima de todos ellos. ¿El motivo? Me parece que Mariano Haro logró unos resultados impresionantes en una época en la que ser corredor era algo extraño, y no había tanto apoyo hacia los deportistas como lo hay ahora. Por eso, creo que sus éxitos tienen un valor extra. No quiero decir que ser atleta de élite actualmente sea algo fácil, más bien todo lo contrario, es complicadísimo, de hecho, hay algo común, a pesar de que ahora haya algunas (pocas) ayudas más hacia los atletas, y es que el que quiere llegar a la elite tiene que sacrificarse como el que más, no hay otra forma.
Últimamente, estoy aprovechando los entrenamientos para volver por algunas rutas que he estado durante estos años que llevo correteando, intentando recordar algunas batallitas que he tenido con los diferentes grupos con los que he entrenado, sobre todo en los cuatro años que entrené con Teo. También, sigo reflexionando sobre si dejar de entrenar con Teo, dejando de competir con la única mentalidad de que hay que salir a disputar, para no hacerlo, mejor irse a rodar por el carril bici, y la decisión que he tomado ahora de abandonar por completo las series, son las más adecuadas. La verdad es que el hecho de comenzar a ser mi propio entrenador me ha permitido disfrutar de esto bajo un punto de vista diferente, permitiéndome conocerme más a fondo, probando diferentes entrenamientos y, sobre todo, disfrutando del atletismo. Debo reconocer que, cuando dejé de entrenar con Teo, me encontraba muy saturado de entrenamientos y de salir a competir a todo lo que daba. No fue cosa de que Teo me entrenara o me dejara de entrenar bien, sino que uno tiende a ser cabezón y querer dar más de lo que el cuerpo aguanta. Y sobre lo de dejar de hacer las series, reniego de tener más intentos frustrados. Podría volver a hacer series, y puede que cogiera un buen puntito de forma, pero me parece que la cabeza me pide otras cosas que nos ean sufrir, y como no me tengo que ganar la vida con esto, y los resultados de las competiciones no dejan de formar parte de una afición, pues tampoco me importa mucho si po no hacer series voy a competir en una carrera más rápido o más lento, simplemente, adaptaré el ritmo a mi estado de forma en ese momento, y trataré de disfrutar el máximo posible del mero hecho de llevar colgado un dorsal en la camiseta.
Nos vemos... haciendo deporte, claro.
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