martes, 26 de septiembre de 2017

Entrenamientos y recuerdos


Hoy toca ponerme a escribir de nuevo en el blog con la intención de escribir sobre entrenamientos. En concreto, me gustaría hacer una pequeña reflexión acerca de todo lo que he ido haciendo desde octubre de 2013, mes en el que comencé a entrenar de una manera autodidacta. Han sido casi cuatro años intentando aprender cada día un poquito más acerca de todo lo relacionado con el entrenamiento aplicado a este deporte, y también para conocerme algo más y ver cómo responde mi cuerpo a diferentes maneras de entrenar. También ha sido una época en la que, poco a poco, he ido cambiando mi mentalidad y, aunque sigo entrenando a diario, me he ido alejando poco a poco de las competiciones, llegando hasta un momento como en el que ahora me encuentro, cuando la última vez que me colgué un dorsal fue a principios del mes de mayo, en la carrera de El Salvador, en La Bañeza.

En octubre de 2013 opté por dejar de entrenar con una persona que me marcara los entrenamientos. Me veía saturado y necesitaba cambiar de aires urgentemente. Era algo necesario si quería evitar que la situación fuera a más. Últimamente me estaba empezando a costar completar los entrenamientos no a nivel físico, porque la verdad es que en ese momento no andaba mal, sino a nivel mental, y las ganas por competir también habían ido reduciéndose, hasta encontrarme con una de las últimas pruebas en las que participé por entonces, donde, por primera vez, no tenía muchas ganas de sufrir. Como decía, necesitaba un cambio urgente. El momento de decidirme a hacerlo fue tras correr en la primera edición de una prueba que luego duró pocas más, la Subida a Balborraz. Ahí fue el momento en el que me di cuenta de que la hora de hacer esos cambios que llevaban ya unos días rondando había llegado. Dejé de entrenar con el pulsómetro, algo a lo que le había dado bastante importancia hasta entonces, y aun aguanté una semana más con entrenador, aunque debo reconocer que donde menos tuve la cabeza fue en lo que nos mandaba cada día. Yo la le estaba dando vueltas a qué hacer a partir de entonces, cómo organizaría todo. La verdad es que la decisión de empezar a entrenar en solitario y de dejar a un lado las pruebas federadas por un tiempo (aunque ese año aun corrí en Atapuerca) no fueron bien recibidas, y durante bastante tiempo varios conocidos me comentaban que me lo pensara bien y volviera. Aun hoy, cuando han pasado cuatro años de eso, hay gente que me recuerda aquella situación y me habla sobre la posibilidad de volver. En aquel momento, como ejemplo de lo saturado que llegué a estar, me molestaba bastante que se me hicieran ese tipo de comentarios, no me hacía ninguna gracia que me hablaran de tener que volver a entrenar de una manera seria. Lo mismo me sucedía cuando me decían que había que competir “porque hay que competir”, sin ningún motivo más. Esa filosofía relacionada con las pruebas y los entrenamientos, que a mi se me transmitió desde que comencé a hacer atletismo y que, durante bastante tiempo, había estado utilizando, pues yo también pensaba que había que entrenar para competir, estaba destinada a desaparecer.

Pero, siendo sinceros, a lo largo de esos cuatro años también aprendí varias cosas. El hecho de poder entrenar con Teo me permitió conocer una mentalidad que luego me ha acompañado durante todo este tiempo. Se nos enseñó a tener una mentalidad competitiva, pero también a ser atletas, no “raners”. Me explico, porque no quiero que nadie se enfade ni que este comentario suene prepotente, porque, la verdad, no es mi intención que sea así. En esta época, en pleno auge del deporte popular, conviene diferenciar entre ser atleta y ser “raner”, o entre hacer atletismo y hacer “ranin”. Es algo de lo que he escrito en muchísimas ocasiones, siempre mostrándome a favor de los atletas, bien sean populares o federados. Ser atleta conlleva una serie de “requisitos” (no es la mejor palabra, pero es la única que se me ocurre para describir lo que quiero decir), los cuales, muchos de los que se consideran “ranners” cumplen, porque, siendo sinceros, tampoco son tantos los que podríamos meter dentro de este grupo que, al parecer, es tan inmenso. Teo nos enseñó un atletismo donde había que tirar de lógica, ir incrementando todo poco a poco. Cuando hablamos de “rannin”, la lógica escasea bastante, y tras llevar seis meses corriendo, nos planteamos correr una media maratón o, lo que es peor, una maratón. La verdad, reconozco que hace cuatro años no entendía demasiado la forma que tenía Teo de entrenarnos, pero, con el paso del tiempo, me he ido dando cuenta de que las cosas estaban más organizadas de lo que nos parecía parecer. Otra cosa que aprendí durante este tiempo pude conocer varias de las zonas por las que ahora transito con bastante asiduidad en las sesiones de carrera continua. Teo tenía la costumbre de llevarnos a entrenar por diferentes zonas de Zamora, según lo que tocara cada día y, aunque ya no tenía nada que ver con lo que hacía unos años atrás, cuando él aun corría, era suficiente para que conociéramos la ciudad a base de zancadas. San Frontis, Valorio, Olivares, Cabañales o el Alto de San Isidro fueron zonas habituales para hacer el entrenamiento correspondiente, zonas por las que no solía transitar hasta ese momento y que ahora, son calles por las que paso casi a diario mientras voy corriendo. Y también recuerdo los distintos grupos de entrenamiento que se fueron formando durante estos primeros cuatro años. La verdad, de los que estábamos por entonces, todos nos hemos separado bastante de las competiciones y de los entrenamientos enfocados a competir, con sus series y demás, y estamos bastante disgregados, pero, aunque sea a través de las redes sociales, mantenemos un poco de contacto. Llegamos a tener un grupo con bastante buen ambiente, aunque debo reconocer que siempre tuve más relación con Steven, el compañero con el que más kilómetros he compartido a lo largo de ese tiempo. Hablando del grupo que ha tenido Teo en estos últimos cuatro años, apenas he coincidido con ellos. Alguna que otra vez he rodado con ellos, pero debo reconocer que a nivel físico no estaba lo suficientemente preparado como para acompañarles durante demasiados kilómetros, pero lo que he notado, a pesar de que pueda parecer mentira, es una mentalidad bastante diferente a la que yo había vivido en los grupos con los que estuve cuando entrenaba con Teo. Esto último puede parecer un comentario más típico de una persona que lleva en esto muchos años y que ya ha visto mucho atletismo, pero la verdad es que yo vi muchísima diferencia. Quizá, cuando he estado con grupos no me he dado cuenta de que la mentalidad que pudimos tener nosotros, puede ser, y debo reconocer que cuando me he juntado con ellos llegaba ya con el chip muy cambiado y la cabeza ya no la he tenido puesto en las carreras, sino en disfrutar de esto desde otra perspectiva, pero el hecho ha sido el haber notado un cambio de mentalidad.

El tiempo sigue pasando. En estos últimos cuatro años también he intentado en varias ocasiones, al menos, seguir un pln de entrenamiento. Lo conseguí durante la primera temporada que estuve entrenando de forma autodidacta, y tras dos-tres meses en los que estuve bastante desconectado de todo lo que tuviera que ver con hacer calidad, decidí hacer cambios de ritmo y preparar El Salvador, para luego recuperar las series y acabar esa temporada ganando en Bañobárez. Posteriormente, con el paso de los meses y las temporadas, he ido espaciando cada vez más las competiciones, y del último entrenamiento de series que hice han pasado ya doce meses. Ahora mismo, con una mentalidad completamente diferente a la que he tenido durante bastante tiempo, me dedico a salir a seguir saliendo a rodar a diario, pero sin más ánimo que el de pasar un rato agradable. A los mismos ritmos a los que antes hacía una hora, ahora no hago ni la mitad del tiempo, y las pulsaciones, no exagero si digo que van quince-veinte por encima de las que antes tocaba, y en las competiciones llego más atrás, y también, como es lógico y normal, bastante más atrás. Aun así, disfruto con cada kilómetro. No me arrepiento de todo lo visto en los primeros cuatro años con Teo, y tampoco de todo lo hecho en los siguientes cuatro. Puede que, como muchos amigos y conocidos me han dicho, no haya aprovechado ese potencial que me decían que tenía, y del que, siendo sincero, creo que nunca ha sido tanto, pero creo que todo lo hecho, con o sin entrenador, me ha servido para aprender. Y al fin y al cabo, éso es lo más importante. Ahora, seguiré con mi club de toda la vida, el Atletismo Zamora. No sudaré tanto su camiseta como en otras ocasiones, menos si son pruebas federadas, pero intentaré seguir saliendo a rodar esos seis días semanales y disfrutar el máximo de esto.

Nos vemos… haciendo deporte, claro.

miércoles, 20 de septiembre de 2017

Alberto Contador y la Vuelta a España

Por fin, hoy me vuelvo a sentar para escribir unas cuantas líneas. Como siempre desde hace bastante tiempo, han pasado unos cuantos días desde la última entrada en el blog. Para esta ocasión, me gustaría escribir de la reciente retirada de Alberto Contador en la última edición de la Vuelta a España, que vio cómo Chris Froome por fin lograba llevarse el maillot rojo que destaca al líder de la clasificación general. Me gustaría contar un poco mi opinión acerca de la trayectoria del ciclista de Pinto. Vamos a ver qué sale.
Como decía, el pasado fin de semana cerraba su etapa como ciclista profesional Alberto Contador. Desde que dio el salto a la máxima categoría de la mano de Manolo Saiz en la ONCE, han pasado nada más y nada menos que catorce temporadas. A lo largo de todo este tiempo, el pinteño se ha visto obligado a combinar épocas exitosas con otras épocas donde los problemas de salud o el dopaje le han obligado a sufrir más que en la competición. Se ha visto en lo más alto del podio del Tour de Francia y, también, cómo gran parte de la afición que en los mejores momentos le animaban, desaparecían cuando la cosa se torcía.
Comenzó su andadura profesional en el 2003 gracias con el maillot amarillo de la ONCE, que entonces contaba con el patrocinio de Eroski, logrando ya su primera victoria en una contrarreloj en Polonia. Siguió de la mano de Manolo Saiz en el Liberty Seguros en el año 2004, temporada en la que sufrió un cavernoma cerebral, del que tuvo que ser intervenido. Logró volver a la competición logrando la victoria en la etapa reina del Tour Down Under. En 2007, ya con el Discovery Channel, logra su primera victoria en la que ha sido su objetivo en los últimos años, el Tour de Francia. Con Astana logra también ganar el Giro y la Vuelta de 2008. En 2009 vivió un momento complicado a nivel deportivo. Lance Armstrong decide volver al ciclismo profesional con Johan Bruyneel, entonces en Astana con Alberto, como director. Americano y pinteño conviven juntos en un ambiente que desde fuera aparenta ser bastante tenso. Así, Contador logra vencer de nuevo en la ronda francesa, aunque a final de temporada gran parte del equipo, entre ellos su director, Johan Bruyneel, y Lance Armstrong, emigran del equipo. Siguiendo con su evolución, en 2010 le toca competir contra dos de sus grandes rivales, los hermanos Andy y Frank Schleck. Ese mismo año comenzará otro calvario para el ciclista pinteño. Da positivo por clembuterol, una sustancia que vincula al “famoso” filete. Tras varias disputas, no pudo volver a competir hasta agosto de 2012, aparte de quitarle unas cuantas de sus victorias, entre las que se encuentra el Tour de Francia de 2010 o el Giro de Italia de 2011.
A nivel personal, la sanción de Alberto Contador supuso un punto y aparte en su carrera deportiva. A partir de ahí, logró volver, en un principio, con su mismo nivel, logrando la victoria en la Vuelta a España de 2012. Tras un 2013 en el que se centró en otros objetivos competitivos y dejó un poco más de lado las vueltas de tres semanas, en el 2014 vuelve decidido a ser el número uno del Tour de Francia, pero una caída le aparta de la competición. Esa misma temporada logra su tercera Vuelta a España, la última en la que lograría llegar a Madrid con el maillot rojo que distingue al líder la ronda española. Ya en 2015, logra vencer en su última gran vuelta, el Giro de Italia. Vuelve a la ronda gala, clasificándose en quinta posición de la clasificación general. En 2016 asoma la posibilidad de abandonar el ciclismo de alto rendimiento, pero decide continuar un año más. Mientras tanto, esa misma temporada se ve obligado a retirarse del Tour debido a una serie de caídas. Este último año, en una edición en la que, quizá, muchos aficionados, entre los que me incluyo, nos pasamos con las críticas hacia el pinteño, logró finalizar en novena posición, a 8'49 del vencedor, el británico Chris Froome. Para finalizar, anunció que, esta vez sí, se retiraría del profesionalismo, cerrando esta etapa en la prueba de casa, la Vuelta a España, donde hemos visto una versión de Alberto diferente a la del Tour, al ciclista que siempre ha sido, al fin y al cabo.
Decía al principio del párrafo anterior que, para mi, la sanción de Alberto Contador fue un punto y aparte. Volvió ganando y demostrando su gran calidad, igual que antes de esa positivo por clembuterol. Sin embargo, podemos ver cómo, poco a poco, esas victorias se van espaciando y aparecen unas situaciones que no han sido nada favorables en la vida deportiva de Alberto. Vemos cómo el de Pinto ha sido un corredor con cierta tendencia a irse al suelo, pero vemos cómo ese número de caídas ha ido en aumento según han ido pasando las temporadas. Podríamos achacar esto a un factor que, efectivamente, es fundamental, que no es otra que el paso de los años. Contador comenzó a ganar muy joven, a una edad en la que otros ciclistas se están fijando en objetivos menos estrictos que el de ganar el Tour de Francia, la prueba en la que se ha centrado el de Pinto, pero, para mi, a esto hay que sumarle la durísima situación que vivió con el positivo y el tiempo que tardó el aclarase si se le sancionaría o no. Y sobre su retirada, durante mucho tiempo he dicho que su retirada tendría que haber sido la pasada temporada, no ésta, igual que también pensaba que el año pasado debió centrarse en pruebas más “pequeñas” que el Tour. He seguido con este pensamiento incluso en las primerísimas etapas de la Vuelta, pero, al fina, ha demostrado, a mi y a otros muchos que pensábamos esto mismo, que aun tenía cuerda para estar delante, e incluso para ganar una etapa como la del Angliru. Ahora mismo, viendo la Vuelta que ha hecho, diría que es hasta evidente que, de no haber pasado un mal día en Andorra, hubiera dado mucha más guerra a Chris Froome y, por qué no, le hubiera podido arrebatar ese maillot rojo de líder.
Para cerrar el artículo, me gustaría hacer una pequeña reflexión acerca de la retirada de Alberto Contador. Muchas veces, los aficionados tendemos a que, cuando lo deja un deportista de alto nivel, enseguida buscamos quién puede ser el sucesor del mismo. Podríamos poner de ejemplo a Miguel Indurain, cuando lo dejó y se pusieron todas las miradas en Abraham Olano. Nos empeñamos en que alguien con características similares pueda ser capaz de, al menos, igualar el palmarés de quien se va a retirar, e incluso desde los medios de comunicación se habla durante bastante tiempo de ello. La verdad, considero este acto como un error. En cierta medida, podríamos decir que cada deportista es único, con sus características personales, y, aunque haya otro con unas características muy similares, creo que lo mejor es dejar que cada uno desarrolle su carrera deportiva sin más presión. Porque, seamos sinceros, tener que escuchar constantemente que se es el relevo de un deportista que ha logrado vencer en las pruebas más importantes es añadir muchísima presión, y no todo el mundo está capacitado para aguantarlo. Por lo tanto, me gustaría que, ahora que Alberto ya está oficialmente retirado, no nos empeñemos en buscar un sucesor y dejemos que las futuras e incluso presentes promesas del ciclismo lleven su progresión.


Nos vemos… haciendo deporte, claro.

domingo, 17 de septiembre de 2017

Entrevista a Jaime García Romo

Jaime García Romo es un jovencísimo atleta de Salamanca. Comenzó hace unos añitos a correr, y con el paso del tiempo, ha demostrado tener unas cualidades impresionantes para este deporte, especialmente para el campo a través. Comenzó a competir a los 10 años, y desde entonces, ha ido cosechando varios puestos de importancia. También, a lo largo de todo este tiempo, ha competido, y muy rápido, en pista, desde el 3000 hasta el 10000, pasando por el 5000, la distancia que él mismo cataloga como la que mejor se adapta a sus características como atleta.

Su vida deportiva ha estado ligada principalmente a Salamanca, aunque, durante bastante tiempo, ha corrido defendiendo los colores del club zamorano Vino de Toro. Ahora, esta nueva temporada estará compitiendo con los colores del equipo Eastern Kentucky University, un reto que afronta con muchas ganas e ilusión. 

1.- ¿Cómo llega Jaime García Romo al atletismo?

Hola a todos, la verdad es que llevo corriendo desde que tengo uso de razón, pero lo que se dice a competir, empecé con 10 años en los juegos escolares, a partir de ahí todo fue ir subiendo escalones.

2.-En aquellos inicios, cuando comenzaste a correr, ¿pensabas en que acabarías compitiendo al nivel al que has estado haciéndolo?

Ni mucho menos, yo empecé en esto del atletismo como si fuera un juego para mi. Siempre he disfrutado muchísimo corriendo y nunca he pensado en alcanzar un nivel u otro, los resultados llegan solos.
Nuestro protagonista en plena competición.
(Foto: La Gaceta de Salamanca).
3.- Has logrado muy buenos resultados en campo a través, teniendo como objetivo el Europeo en varias ocasiones. ¿Qué significa para ti el cross y, en especial, el campeonato de Europa de esta modalidad?

El cross lo es todo para mi, disfruto muchísimo de cada circuito de cross y creo que es una disciplina que te pone en el lugar que mereces. El Cto. de Europa de Cross es un evento muy especial para mi, desde que consiguiera ir en diciembre del año 2013 siempre ha sido una fecha marcada en rojo en mi calendario y en la que he centrado gran parte de mi preparación.

4.- En Castilla y León nos encontramos con muy buenos crosses. Atapuerca, Soria, Venta de Baños o Aranda son algunos de ellos. Dentro de nuestra comunidad, ¿en cuál de todos ellos te has encontrado mejor compitiendo o crees que has hecho una gran actuación?

Siempre me han gustado los crosses rápidos. Disfruto muchísimo en crosses como el de Atapuerca o el de Cantimpalos por este motivo.
5.- A nivel nacional, ¿cuál crees que ha sido tu mejor actuación en las pruebas de cross?

En cuanto a carreras de cross siempre me quedaré con la que me dio mi primera medalla en un campeonato de España, que fue en la Morgal en el año 2011, donde conseguí ser subcampeón de España en categoría juvenil.

6.- Me imagino que, aparte de participar en esta modalidad atlética, también habrás competido bastante en pista. ¿Dónde te encuentras más cómodo compitiendo? ¿Nos puedes decir algunas de tus mejores marcas en el óvalo de 400 metros?

Siempre me ha gustado mucho la pista y creo que aún me queda mucho que explotar en esta superficie, dado que por una cosas u otras nunca he conseguido la marca o el resultado que creo que merezco. La prueba que suelo hacer en pista es la de 5000m en la que tengo una MMP de 14:13, aunque también me defiendo bien en el 3000 o en el 10000.

7.- Dentro de la pista, ¿qué distancia crees que se adapta mejor a tus características?

Creo que la prueba que mas se adapta a mis características es el 5000.
Jaime García Romo, durante una competición de campo
a través defendiendo los colores del club VIno de Toro.
(Foto: La Opinión de Zamora).
8.-¿Eres participante asiduo de carreras populares, o prefieres reservarte para las pruebas importantes?

No suelo correr muchas carreras populares aunque el ambiente que se respira es espectacular. Solo me dejo ver por este tipo de carreras durante las navidades.

9.- Todo corredor tiene una motivación para calzarse cada día las zapatillas y salir a entrenar. ¿Qué es lo que te motiva a ti para salir a entrenar a diario o a competir?

La verdad es que no necesito motivación. Disfruto tanto de cada zancada que el simple hecho de poder correr es un regalo para mi.

10.-Hablemos de tus entrenamientos. ¿Qué entrenadores has tenido desde que comenzaste a correr?

Solo he tenido dos entrenadores. El entrenador que me ha construido durante toda mi vida como atleta que es el salmantino Jose Luis Sanchez Barbero y mi entrenador en la actualidad aquí en Estados Unidos, Rick Erdmann.

11.- ¿Cómo sueles organizar tus entrenamientos?

De ese aspecto se encarga mi entrenador, pero normalmente una semana normal para nosotros suele estar compuesta por 10 sesiones de entrenamiento en la que hacemos tres días de entrenamiento de calidad, dos días de gimnasio y una tirada larga. El resto de sesiones suelen ser rodajes.

12.- Hay corredores que prefieren entrenar en solitario, mientras que otros son partidarios de hacerlo con un grupo. ¿Tu de qué eres partidario?

Me gusta mas entrenar en grupo porque durante los entrenamientos de calidad te exiges mas si tienes a alguien de tu nivel o mejor entrenando contigo, aunque si que es verdad que a veces los entrenamientos en solitario son necesarios.

13.-A nivel competitivo, esta nueva temporada defenderás los colores de la Eastern Kentucky University. ¿Nos podrías contar un poco cómo afrontas esta nueva campaña?

Es una experiencia totalmente nueva para mi y la verdad es que no puedo estar mas contento, a finales de este mes empiezo con las competiciones y la verdad es que de momento todo esta yendo sobre ruedas.
Llegada a meta.
(Foto: WangConnection).
14.- Tu vida deportiva ha estado bastante ligada a la provincia de Zamora, pues has estado en el club Vino de Toro. ¿Qué recuerdas de aquella etapa en el equipo toresano?

El Vino de Toro siempre tendrá un hueco en mi corazón como atleta. Vistiendo su camiseta he vivido momento maravillosos y siempre me han tratado de maravilla.

15.- ¿Cuáles son tus mejores y tus peores recuerdos de tu vida como deportista?

Los mejores son sin duda las medallas y las veces que he vestido la camiseta de la selección española y los peores las lesiones.

16.- Estamos viviendo una época en la cual, el atletismo popular está en pleno auge. ¿Cómo ves tu que cada vez haya más y más atletas corriendo en pruebas populares?

Veo genial que la gente se ponga un dorsal y unas zapatillas y salga correr, como graduado en Educación Física agradezco que la gente cada vez haga mas deporte, sobre todo los niños, y como atleta me encanta que la gente disfrute de este maravilloso deporte.

17.- Eres estudiante, por lo que sabes lo complicado que puede llegar a ser alternar los libros con los entrenamientos, pero me imagino que también eres consciente de combinar ambas cosas, formación y deporte. ¿Qué opinión tienes acerca de que los deportistas sigan estudiando a pesar de obtener unos resultados que indiquen que puedan dedicarse a esto de manera profesional?

En mi opinión es totalmente necesario tener unos estudios al margen de tu vida deportiva con los tiempos que corren. En ese sentido tenemos que aprender mucho del sistema Americano, en el cual me encuentro ahora, en el que son muy conscientes de este aspecto.
Jaime, en competición dentro de su disciplina
favorita, el campo a través.
(Foto: WangConnection).
18.- ¿Qué consejo podrías aportar a aquellos atletas que quieren llegar a tener un nivel semejante al tuyo?

Paciencia y dedicación. Si realmente quieres llegar a ser un atleta profesional lo mas importante es la constancia año tras año y la perseverancia.

19.- Para acabar la entrevista, di lo que quieras a los lectores del blog, tienes barra libre.

Disfrutad de cada zancada, sin metas ni objetivos.

sábado, 2 de septiembre de 2017

Entrenamientos y Vuelta a España

Se acabó el mes de agosto. Entramos de lleno en septiembre, un mes marcado por el inicio del periodo escolar, de la vuelta de las vacaciones para mucha gente, y también por el inicio de una nueva temporada. Aunque oficialmente no lo es hasta noviembre, el hecho es que una inmensa mayoría de los corredores dan ahora por iniciada la época de entrenamientos para, poco a poco, ir preparando los primeros objetivos de la temporada. No conviene ir deprisa, y aunque las primeras competiciones más series puedan estar, por ejemplo, en la época del campo a través, hay que hacer una buena base para, posteriormente, introducir los entrenamientos de calidad y poder llegar en buenas condiciones a este tipo de pruebas. Precisamente, de todo esto voy a intentar escribir en esta ocasión.

Han pasado unos cuantos días desde la última entrada que publiqué en el blog. A lo largo de este tiempo, y a nivel deportivo, han ido surgiendo diferentes aspectos. En un principio, tenía en mente dar por comenzada la temporada 2017-2018 en el pasado mes de agosto, con ese periodo que los ciclistas denominan “hacer la base”, pero debo reconocer que, finalmente, fue un proyecto que decidí modificar. La verdad es que me apetecía volver un poco “a la antigua usanza” e iniciar la nueva temporada en el mes de septiembre, ya con un plan de entrenamiento establecido, y con la cabeza puesta en volver a competir. Me pareció una idea bastante interesante, así que decidí ir a por ella. Por lo tanto, el mes de agosto lo he superado, en cierta medida, improvisando bastantes entrenamientos, forzando cuando he creído oportuno, y rodando más tranquilo cuando el cuerpo me lo ha pedido. No he tenido un plan demasiado definido, algo que no es demasiado habitual.

Sin embargo, sí que he seguido dándole vueltas, mientras iba sumando kilómetros, a cómo plantear a partir de septiembre los primeros compases de esta nueva temporada. He querido organizar lo mejor posible el comienzo de esta nueva andadura, intentando cometer el menor número posible de errores. Se me ocurrían diversas fórmulas para ir organizando “la base”. De todas ellas, me quedaré con una que creo puede beneficiarme bastante. Se trata de hacer las doce semanas de carrera continua, pero sin dedicarme en exclusiva a rodar, sino incluyendo, al final de algunas de las sesiones de carrera continua, unos cuantos minutos a un ritmo más elevado. Por un lado, creo que puede venirme bien para evitar estar siempre manejándome a unos mismos ritmos y, por otro, me resulta positivo porque, a la hora de retomar las series, cuento con la ventaja de haber hecho unos entrenamientos previos a ciertas intensidades, que si bien puede que no sean a tanta intensidad como en una serie o competición, sí que son tramos donde podríamos decir que estoy trabajando la calidad. La idea es alternar un día donde me dedique tan solo a rodar, con otro donde haga una parte de la sesión a mi ritmo habitual, mientras que la última parte la haga más fuerte. Una vez que haya completado estas doce semanas, mi siguiente objetivo será comenzar con las sesiones de series. La verdad, me apetece bastante volver a competir, pero quiero hacer las cosas bien, más que nada para evitar posibles lesiones. Quiero organizar todo lo mejor posible. Evidentemente, queda aun bastante tiempo para todo ello, pero creo que no está mal tener una pequeña idea de cómo quiero estructurar las semanas. No estaría mal estructurar todo para hacer tres días de calidad alternados con tres de carrera continua y uno de descanso. Y, siguiendo con la norma que tantas veces he leído, hacer tres semanas de más “caña” y una de recuperación, con el objetivo de asimilar todo el trabajo hecho en las tres semanas anteriores.

Sobre objetivos competitivos próximos, la verdad es que, por ahora, no tengo ninguno a la vista. Hoy se celebra la carrera de El Encinar (Salamanca), la última prueba que corrí la pasada temporada antes de lesionarme. No fue una de las carreras que más me gustara, no acabé demasiado contento en la pasada edición, lo que, en gran medida, ha provocado que en esta ocasión no me haya animado a tomar la salida. Recuerdo que lo pasé fatal con el calor, y a pesar de que la distancia me venía bastante bien, el circuito no me gustó en exceso, y la organización creo que pudo ser mejorable en ciertos aspectos. Tenía previsto haber participado en la carrera de La Zarza de Pumareda que lleva el nombre de Vicente Martín, pero me resultó imposible poder tomar allí la salida. Es una de mis pruebas favoritos y me fastidió bastante no poder hacerla, pero no me quedó otra opción. Luego, el día 16 se celebrará una competición en Villarrín de Campos sobre 10.000 metros, una prueba que ya corrí hace un par de años y que no me decepcionó. Aun no sé si finalmente participaré o no en esta prueba, pero es una que no descarto. Y poco más puedo contar. No he mirado tampoco mucho más porque, entre otras cosas, tampoco he tenido demasiado tiempo como para estar haciéndolo, así que tampoco tengo mucho más mirado.

Cambiando un poco de tema, me paso al ciclismo. Estamos en plena disputa de la Vuelta a España. Debo reconocer que no estoy siguiendo en exceso esta edición de la ronda española, pero me gustaría hacer algún comentario o, mejor dicho, escribir sobre algún nombre. El británico nacido en África Chris Froome está demostrando que quiere suplir cuanto antes su espinita con la Vuelta. Ha sido capaz de ganar el Tour de Francia, pero la ronda española se le atraganta, y siempre que ha venido a disputarla se ha encontrado con algún rival que le ha arrebatado su objetivo de subir a lo más alto del podio con el maillot rojo que identifica al líder. Creo que este año está muy, muy bien de forma y está ante una gran oportunidad de lograr esa ansiada victoria en la Vuelta a España. Está claro que no es tarea fácil, éso ya lo sabemos, y que siempre puede tener infortunios como el de ayer, con un par de caídas, pero creo que va por el buen camino para lograr ese tan ansiado triunfo. Me gustaría escribir sobre Alberto Contador. Reconozco que, cuando comenzó la Vuelta, una prueba donde el de Pinto ya sabe lo que siente al ganarla, no tenía nada claro que fuera a estar combativo. Lo pudimos ver en la primera etapa de montaña, una versión que no tenía nada que ver con el Alberto combativo de otras ocasiones. Sin embargo, hemos visto cómo ha ido mejorando con el paso de los días, volviendo a su forma habitual de competir, mostrándose combativo, con ese movimiento tan peculiar cuando la carretera se levanta y toca ponerse de pie sobre los pedales, a altas revoluciones. En su última competición como ciclista profesional, Alberto está tirando los comentarios que muchos hicimos en el pasado Tour, diciendo que debería haber cerrado su etapa como profesional la pasada temporada. Aunque no sea el mismo de hace unos años, aun mantiene viva esas ganas de ganar y nos demuestra que, cuando las cosas le van bien, puede seguir siendo un luchador. Y para acabar, toca hablar de mi paisano Jaime Rosón. El zamorano, tras buenos puestos en carreras previas, se presentaba en la salida de la Vuelta con ganas de güera y seguir demostrando su calidad. Hace pocos días se colaba tercero en una de las etapas, justo por detrás de un grande de este deporte como es José Joaquín Rojas. Jaime dispone aun de unos cuantos días para seguir en busca de esa ansiada victoria de etapa, y estoy seguro de que seguirá peleando para poder lograrla. Desde luego, sus paisanos zamoranos le animaremos.

Nos vemos… haciendo deporte, claro.