viernes, 29 de diciembre de 2017

Con ganas de poder volver


Me pongo hoy a escribir sin saber demasiado bien sobre qué voy a hacerlo. Hoy es uno de esos días en los que no tengo ninguna idea concreta que me permita juntar unas cuantas letras en este espacio. Por lo tanto, voy a tirar un poco de improvisación, y a ver qué es lo que sale. Como siempre digo, espero que el resultado no sea algo aburrido. A ver qué tal se da en esta ocasión.

El pasado 21 de noviembre me fracturé una costilla mientras iba rodando. Bueno, una fija, pues la doctora barajó la posibilidad de que hubiera dos, pero en la radiografía la segunda no se veía de una manera clara. El martes pasado se cumplieron cinco semanas parado por completo, sin poder hacer ni un solo metro con las zapatillas y las mallas. A lo largo de este tiempo, he ido viendo bastante mejoría, llegando al punto actual, en el cual no noto ninguna molestia. Es algo que me anima bastante, ver que la cosa va mejorando y que ya no hay dolor. Sin embargo, a pesar de notar esta mejoría, hay otros puntos que me hacen ver esto desde un ángulo mucho más negativo. He pasado de estar trabajando y entrenando, de acá para allá, a no poder trabajar ni entrenar, lo que me ha llevado a estar más horas en casa. Es cierto que he aprovechado para seguir estudiando unas oposiciones, pero es cierto que ese “movimiento” que he tenido hasta el pasado 21 de noviembre se ha visto muy, muy reducido, echando bastantes más horas en casa. Cuando te acostumbras a organizarte el tiempo para intentar aprovecharlo porque tienes que hacer varias cosas (trabajar o estudiar, entrenar…), estás en un constante “va y ven”. En ocasiones de mucha carga, la verdad es que podemos estar deseando descansar un poco, pero, al final, siempre acabamos echando de menos ese ajetreo. Eso es un poco lo que a mi me está pasando ahora. La verdad, intento mirar las cosas de una manera positiva, y ver que hoy ya me han dado el alta laboral y que, por otro lado, el martes podré empezar de nuevo a entrenar, pero, aun así, me cuesta bastante ver que todo acaba pasando y que, tarde o temprano, podré volver a hacer “vida normal”, entiendo por tal poder volver a entrenar los seis días habituales y durante unos cuantos kilómetros, y poder volver a trabajar.

Tras diversas citas médicas, hoy tocó la última. Por fin, empiezo a ver el final del túnel. El médico me dio el alta a nivel laboral. Buena noticia, que me permitirá volver a trabajar el martes. Una vez con el alta en la mano, mi pregunta fue clara: “Doctor, ¿y correr? ¿Ya podré volver?” (una pregunta muy habitual en estas citas médicas). La respuesta del doctor fue clara: “No tengas tanta prisa, tienes que cumplir el plazo de mes y medio para poder volver a correr”. Haciendo cálculos, el martes hace cinco semanas que estoy sin correr, así que el próximo martes se cumple ese mes y medio. Cuando me confirmaron la fractura, no me hizo falta preguntar, enseguida me dijeron que “vas a tener que esperarte el mes y medio para poder volver a correr”, pero debo reconocer que, en las citas anteriores, no perdía la esperanza de que se pudiera reducir ese tiempo, pero, lo primero, hasta hace semana y media más o menos, aun notaba ciertas molestias, y segundo, el plazo que siempre me han dicho para que el hueso suelde es de cuarenta días, así que, mal que me pese, me tocará esperar hasta el próximo martes para poder ponerme a encadenar zancadas.

Centrándome un poco más en el aspecto deportivo, que suele ser el tema principal del blog, la verdad es que me está costando bastante estar parado durante tanto tiempo. Desde que hago deporte de forma tan asidua (más o menos desde septiembre-octubre de 2009), nunca había estado sin hacer ningún tipo de actividad física durante tanto tiempo. Sí es cierto que, debido a alguna lesión, he estado parado por completo durante algún periodo de tiempo determinado, el más largo, diez días, cuando me lesioné el año pasado. Recuerdo otra vez que, tras un ingreso hospitalario, allá por el mes de agosto de 2011, estuve justo un mes en el cual, tras más o menos un par de semanas en las cuales no hacía mucho, empecé a salir algo en bicicleta (unos 30 kilómetros, más o menos día sí y día no), alternándolo con algunas caminatas por el carril bici y alrededores. La diferencia con entonces es que, al final, acabé haciendo algo de deporte, aunque tardara un mes en volver a calzarme las zapatillas. El año pasado estuve dos meses sin poder correr, pero ocurrió lo mismo que en el caso anterior, a los diez días de estar parado, empecé con la bicicleta y la natación, lo que me sirvió para evitar perder demasiado (tras ese tiempo, pude salir los primeros días a ritmos de 5' min/km, que tras dos meses sin correr, no me podía quejar). Para esta ocasión, no he podido hacer nada de nada a lo largo de las semanas. Desde luego, ésto no lo he llevado nada bien. Mientras iba teniendo mejorías en la costilla, tocaba seguir parado, sin poder encadenar zancadas, algo lógico, pues no he dejado de tener una fractura ósea (o dos, pues, como dije, no había estado muy claro) y ésto requiere su tiempo, pero también algo que a los corredores no nos gusta nada. Pero bueno, como dije en el párrafo anterior, el martes espero poder calzarme de nuevo unas zapatillas, que ya va siendo hora.

Me imagino que, después de tanto tiempo, la forma estará por los suelos. La idea para empezar a entrenar será la misma que utilicé cuando tuve que reiniciar los entrenamientos tras la lesión del año pasado, es decir, hacer doce semanas de carrera continua con el objetivo de hacer lo que los ciclistas llaman “la base”. Estoy barajando la posibilidad de modificar algunas cosillas respecto a la manera de hacerlo del año pasado. Entre esos cambios se encuentran a dejar el pulsómetro en casa y salir solo con el GPS y dejando que sea el cuerpo el encargado de decir los ritmos a los que ir en cada rodaje. Por otro lado, no descarto retomar los entrenamientos por distancia, en vez de por tiempo. Una vez completado este periodo, me gustaría intentar retomar los entrenamientos de calidad, de cara a preparar algún 10.000, mi distancia favorita.

Nos vemos… haciendo deporte, claro.

miércoles, 27 de diciembre de 2017

Entrevista a Daniel Mateo Angulo

Hablar de Daniel Mateo Angulo es hacerlo, sin duda alguno, de presente, pero también de futuro dentro del atletismo. Nació el 31 de agosto de 1989 en Soria, ciudad que dieron a conocer sus paisanos Fermín Cacho y Abel Antón en el mundo del medio fondo y de la maratón. Ahora, es nuestro protagonista quien deberá emular a estos dos grandes corredores. Desde luego, calidad tiene más que suficiente. Ha brillado en muchos de los crosses más importantes de nuestro país, y, además, ha logrado unas marcas más que interesantes en pista. Sabe lo que es correr de tu a tu con los atletas africanos, y ha logrado representar a nuestro país en Europeos y Mundiales. Además, es un corredor que sabe de la importancia de tener algo más fuera del atletismo, aunque los resultados auguren un buen futuro dentro de este deporte. En su caso, Daniel optó por, antes de dedicarse exclusivamente a esto, terminar su Grado en Educación Primaria.

Con Daniel he coincidido en varias pruebas de campo a través, aunque nunca en la misma categoría. Lo recuerdo corriendo siempre en las posiciones delanteras, mostrando una gran calidad para este deporte. Recuerdo en una ocasión, creo que fue en un cross de Aranda de Duero, en el que escuché un comentario entre dos atletas que venía a decir algo así como “hoy viene Dani Mateo, va a haber guerra”. La verdad es que llevaba tiempo queriendo entrevistarle. Daniel accedió sin ningún tipo de problema a que la mandara unas cuantas preguntas. Aquí está el resultado, espero que os guste.
1.- ¿Cómo llega Daniel Mateo al mundo del deporte y, en concreto, al del atletismo?

Daniel Mateo llega al atletismo como un niño inquieto al que le gustaba participar en las actividades deportivas que aparecían en el colegio. De ahí practicaba todo tipo de actividades en los juegos escolares de Soria hasta que poco a poco me fui decidiendo y me quedé con el atletismo.

2.- Desde que comenzaste tu andadura atlética, ¿cuáles han sido tus equipos? ¿Qué destacarías de cada uno de ellos?
La verdad que he pasado por multitud de equipos. Empecé los primeros años de la mano de Carmelo Antón en el Club Atletismo Soria, después hicieron un equipo en el pueblo de la mano del equipo de futbol local, la S.D. Almazán, y de ahí pasé al C.D. Abel Antón, donde permanecí hasta la categoría promesa.

Después, gracias a Abel Antón fiché por Strands.com durante una temporada, una gran iniciativa que se truncó por el hecho de ser demasiado innovadora para aquel tiempo. De ahí al Camargo, F.C.Barcelona, CAUG Guadalajara y el Bikila donde milito actualmente. La verdad que en cada uno de ellos he ido dando pasos y actualmente creo que estoy en el club que por mis características mejor se adapta.

3.-¿Qué es lo que motiva a Daniel Mateo para calzarse las zapatillas y salir a entrenar cada día, o para colgarse un dorsal de la camiseta y dar todo en una competición?
Mi principal motivación es ser el mejor cada día e intentar hacer las cosas lo mejor posible en cada sesión con el objetivo de cumplir mi sueño que no es otro que el de participar en unos Juegos Olímpicos.

4.- Si tuvieras que elegir entre pista, asfalto y cross, ¿con qué te quedarías?
Cada disciplina me gusta por sus características. el aspecto de correr sin importar el reloj en el cross me encanta. La mejora que se consigue y los ritmos que se llegan a manejar en la pista cada día me sorprende más y satisface mucho. El asfalto es el futuro y donde daré lo mejor de mí.
5.- Recuerdo que una vez, un ciclista profesional que, en su época, ganó una Vuelta a España, me dijo que dedicarse profesionalmente al ciclismo era muy complicado, pero que hacerlo en el atletismo era imposible. Tu estás en la élite de este deporte. ¿Crees que es factible vivir de este deporte sin tener que dedicarte a otra cosa?
Si piensas en el día a día es posible, pero hay que tener un nivel muy muy alto. Creo que hay que pensar un poco mas allá e ir haciendo cosas que puedan ayudar en el futuro.

6.- Daniel, ¿nos podrías decir quién es tu entrenador y cómo soléis plantear los entrenamientos para tus objetivos competitivos?
Mi entrenador es Enrique Pascual Oliva, el mejor y mas laureado entrenador español de la historia. Me transmite mucha confianza, tranquilidad e ilusn. A su lado soy muy feliz y me encanta su plan.

7.- Eres un atleta soriano. ¿Qué importancia han tenido Abel Antón y Fermín Cacho en el atletismo de tu tierra?
Importancia máxima ya que gracias a ellos y Enrique hay atletismo en Soria y cultura de atletismo.

8.- Y hablando de Soria, allí se celebra un cross con mucho nivel y prestigio. Para un soriano como tu, ¿qué supone tener una prueba de este calibre al lado de casa? ¿Te motiva especialmente competir en esta prueba?

Creo que es un escaparate ideal para Soria. Además, a mi gusto nada objetivo tenemos uno de los circuitos más duros en los que he participado. Supone una ilusión tremenda acoger a tanta gente en los sitios por los que paso todos los días entrenando.

9.- Me imagino que con el paso del tiempo habrás ido mejorando tus resultados deportivos. ¿Cuándo te das cuenta de que "tienes madera" para este deporte y que, por tanto, puedes llegar lejos?

De Promesa de tercer año dije, "Daniel, o eres campeón de España de cross, o hay que plantearse esto", entrené como no lo he hecho nunca, obsesionado, concentrado en que era posible, y lo conseguí, desde ese momento dije, "a por ello", y nada más acabar mis estudios de Grado en Educación Primaria me dediqué solo a correr.

10.- De todos es sabido la gran calidad de los atletas africanos. Tu estás delante en las pruebas que ellos dominan. ¿Cómo es competir contra los atletas etíopes, keniatas...? Si desde fuera impresiona verles correr, desde dentro tiene que ser aun más impresionante.
Desde dentro es muy complicado, yo siempre en la linea de salida pienso que puedo con todos, pero luego es imposible darles caza, la facilidad y ligereza con la que corren es extraordinaria.
11.- De todas tus marcas en pista y asfalto, y de todos los resultados que has obtenido a lo largo de estos años, ¿destacarías alguna marca o resultado por algún motivo especial?
A lo largo de toda mi vida corriendo cada etapa o cada pequeño paso ha tenido una importancia y ha supuesto una ilusión máxima por lo que todos son importantes.

12.- Una vez fui a correr un cross en el que tu también iba a tomar la salida. Recuerdo que escuché a un atleta decirle a otro algo así como "hoy viene Dani Mateo, va a haber caña". ¿Te sientes respetado por tus rivales cuando vas compitiendo?
Realmente no se si será así o no, curioso comentario, pero si que me gusta poner las cosas difíciles a los demás y al igual que yo no tengo miedo a nadie, tampoco creo que haya nadie inferior.

13.- ¿Cuáles son tus próximos objetivos si hablamos de competición?
Los objetivos pasan por el Campeonato de España de Cross y de seguido empezar la pista con la mirada puesta en el campeonato de Europa en pista a celebrar en Berlin.

14.- ¿Nos puedes contar alguna anécdota que te haya sucedido en todos estos años compitiendo?
Son muchas y me cuesta recordar una. Es de lo mejor que me ha aportado el atletismo, el conocer tantísima gente y tener la oportunidad de viajar tanto.
15.- Siendo castellano-leonés, me imagino que habrás competido por gran parte de la provincia, si no por toda. Tengo curiosidad por saber si te has acercado alguna vez a correr a Zamora.

Si que he competido en numerosas ocasiones, desde un campeonato regional de cross en Zamora que se me dio extraordinariamente mal, hasta varias veces en Toro donde fue el campeonato de Europa de cross.

16- ¿Eres usuario de herramientas como el pulsómetro o el GPS a la hora de entrenar, o te “alejas” un poco de este tipo de aparatos a la hora de calzarte las zapatillas?
El pulsómetro no me gusta mucho pero sí el GPS ya que me da la libertad de improvisar recorridos en mis entrenamientos y saber que he cumplido el plan establecido.

17- El auge del atletismo popular es impresionante. Una de las cuestiones más habituales últimamente en este aspecto es sobre si el “atletismo popular” y el “running” es lo mismo o son conceptos distintos y no tienen nada ver el uno con el otro. Para ti, ¿es lo mismo ser corredor popular que ser “runner”?
(Risa). Considero que no es lo mismo y que tienen muchas vertientes diferenciadoras en las que tendríamos que hacer otra entrevista solo para hablar de esto.

18.- ¿Y qué opinas precisamente sobre este auge del atletismo a nivel popular?
Me encanta que exista esta vertiente porque creo que correr hace feliz a la gente y disfruto mucho viendo a gente cuyo hobby es mi trabajo.

19.- ¿Cómo ves el atletismo castellano-leonés?
Somos una comunidad grande, con mucha variedad y buenas instalaciones. Pienso que tiene mucha salud, además tenemos gran parte de los mejores crosses nacionales.

20.- Bajo tu punto de vista, ¿qué importancia tienen los estudios en la vida de los deportistas?
Son algo útil, necesario y obligatorio, y no por lo que aprendas o para lo que te puedan servir, sino porque es una etapa de tu vida que hay que pasar en una edad determinada.
21.- ¿Recomendarías la práctica de este deporte?
Si que lo recomendaría, totalmente. En mi caso particular me ha educado y hecho crecer hasta el día de hoy. A mi me hace muy feliz y disfruto mucho con mi vida.

22.- Para cerrar, di lo que quieras a los lectores del blog.
Que sean felices, pacientes y persistan en sus objetivos que con esta fórmula las cosas acaban saliendo.

martes, 19 de diciembre de 2017

De GPS, watios y competiciones va el asunto

Muchas veces he dicho (y otras muchas me lo han dicho) que soy muy “de la vieja escuela” y muy, muy cuadriculado. Ésto afecta a la manera que tengo de ver muchas de las circunstancias actuales con las que nos encontramos en deportes como el atletismo y el ciclismo. La carrera a pie a nivel popular o, mejor dicho, el “ranin”, el cicloturismo y el triatlón están teniendo, en la actualidad, un auge impresionante. Estamos en plena expansión y cada vez vemos más gente participando en los eventos deportivos correspondientes. Todo esto está genial cuando hemos entrenado acorde con el objetivo, conocemos nuestros límites, no queremos ir más allá y, además, cuando logramos disfrutar de todo esto. Sin embargo, hemos llegado a un punto que, la verdad, me está resultando preocupante. Cada vez vemos más “raners” calzarse las zapatillas para salir a correr en una maratón cuando no llevan ni un año corriendo y la preparación para nada ha sido acorde. Lo mismo sucede en pruebas cicloturistas, donde, primero, se sale a competir en eventos cuyo objetivo no es ese, muchos llegan a los eventos sin haberse organizado en temas de entrenamientos. Si hablamos de tecnología, en sendos deportes nos encontramos con unos artilugios que, hasta no hace demasiados años, eran prácticamente ciencia ficción. Relojes en el caso de la carrera a pie y aparatos con forma de teléfono móvil en el caso del ciclismo, capaces de darnos distancia, pulsaciones, watios, cadencia de pedaleo y muchos más datos, y que lo único que provocan es que estemos más pendientes de lo que dice el “aparatejo” que de nosotros mismos.

Comienzo escribiendo sobre las pruebas deportivas. Siendo sincero, creo que en el aspecto de la preparación de competiciones o eventos a nivel popular, los atletas somos, por norma, bastante más “desordenados” que los aficionados al ciclismo, aunque es cierto que es solo un puntito el que, bajo mi punto de vista, nos separa. Voy a explicarme. Dentro del mundillo de las carreras y corredores populares, nos encontramos con gente que se plantea como objetivos distancias de cinco y diez kilómetros, unas distancias para nada desdeñables, ni cuando estamos empezando ni cuando ya llevamos años metidos en esto, porque los ritmos, por ejemplo, van variando, y al final, el sufrimiento viene a ser el mismo. Sin embargo, ya aquí nos encontramos con gente, por ejemplo, en pruebas que ahora están a la vuelta de la esquina, como son las San Silvestres, en las que un año se apuntan un grupo de amigos y uno de ellos se queda con las ganas, por lo que decide empezar a corretear un poquito para poder salir él también con su grupo de amigos a pasar el rato. Unos, empezarán y serán disciplinados, se pondrán en manos de un experto (con experiencia y titulación, que siempre nos dejamos lo último) y podrán completar cualquiera de esas dos distancias un año más tarde sin mayor dificultad. Sin embargo, nos encontramos con personas que empiezan. Y lo dejan. Y vuelven. Y lo dejan. Y vuelven. Y así, durante el siguiente año. Consecuencias: llegamos a la siguiente San Silvestre sin una base sólida, sin haber entrenado regularmente,, y las lesiones deciden hacer acto de presencia, si es que no hemos hecho alguna antes con ciertas “locurillas” en uno de esos entrenamientos intermitentes, pensando “hoy me pego la paliza por todos los días que me he saltado antes” (que perfectamente pueden haber sido tres o cuatro semanas sin hacer nada de nada). Y por no hablar de los que no han hecho nada de deporte, pero deciden apuntarse a una San Silvestre de 10 kilómetros.

Aumentando de distancia, las cosas se modifican un poco, pero los patrones siguen siendo semejantes a lo escrito anteriormente. Muchos corredores empiezan en esto del atletismo, y rápidamente empiezan a marcarse objetivos. Eso es algo interesante cuando somos conscientes de que estamos empezando en este mundillo y, por lo tanto, no podemos asaltar algunas cosas antes de tiempo. Sin embargo, tras haber participado en alguna prueba de cinco y diez kilómetros, nos atrevemos con hacer una tirada de 17-18 kilómetros, y como hemos sido capaces, nos animamos a correr media maratón. Y todo esto, en cosa de aun año. ¿Es bueno asaltar a la larga distancia? Sí, siempre y cuando estemos preparados para ello y conozcamos hasta dónde podemos llegar. Bajo el punto de vista de alguien que no es entrenador de atletismo ni nada por el estilo, sino un aficionado a este deporte, creo que no conviene darse tanta prisa para asaltar a pruebas que vayan más allá de los diez kilómetros. Cuando estamos empezando en esto, debemos llevar una escala lógica, que debe ir acorde a nuestra edad.

Yo siempre recordaré la frase que Teo tantas veces nos decía: “Un corredor pasa a ser atleta cuando ha sido capaz de encadenar cinco años de entrenamientos regulares”. De ahí, la importancia de saber llevar una buena escala. Lo mejor, sobre todo cuando estamos iniciándonos, es contar con la ayuda de un entrenador, que sepa llevarnos. Bajo mi punto de vista, el buen entrenador no es aquel que tiene experiencia tras haber estado compitiendo durante muchos años, o solo aquel que tiene una titulación, porque un día, por qué no, vio una salida interesante guiando a corredores, aunque luego no haya corrido. Para mi, el buen entrenador es aquel que tiene experiencia a nivel atlético y que, luego, ha decidido formarse para poder llevar a deportistas.

Me gustaría centrarme ahora en las competiciones. Debido a la gran cantidad de corredores que hay actualmente, nos podemos encontrar con un amplio abanico de pruebas en las que participar cada fin de semana. En provincias con bastante población, nos encontramos con que, entre el viernes y domingo, coinciden varias pruebas. Pero ésto ya no solo ocurre en lugares de estas características, y en cuanto llega el bueno tiempo, en provincias más pequeñas sucede esto. No tenemos más que ver, por ejemplo, en calendario de carreras populares de Zamora entre junio y septiembre, para darnos cuenta de esto. Y pongo solo un ejemplo de provincia pequeña. ¿Cómo me parece esto? Pues, la verdad, me parece muy bien que haya competiciones a nivel popular, donde los atletas que salen a correr por puro placer puedan colgarse un dorsal de su camiseta y juntarse, como sucede en algunas ocasiones, con atletas de élite, pero también creo que ésto ha sobrepasado el límite, sobre todo en pruebas de media maratón y maratón. Me explico. Resulta que nos encontramos con las típicas carreras en los pueblos o barrios sobre una distancia determinada, con unos cuantos participantes y demás, lo que viene a ser una “carrera de las de toda la vida”, pero luego, nos encontramos con otras competiciones que en su día comenzaron siendo así, pero que con el paso de las ediciones han logrado una repercusión impresionante, llegando a unas cotas de inscritos que dejan a uno con la boca abierta. Nos encontramos incluso con que muchas pruebas compiten por ver quién tiene mayor número de inscritos, o en cuál de ellas se hace mejor marca. Para mi gusto, todo basado en el marketing, en atraer a la mayor cantidad posible de participantes. ¿Ventajas? Bueno, la verdad es que yo no le veo demasiadas ventajas al hecho de “compartir” espacio con otros 20.000 corredores. Es cierto que, si o sí, ese gran grupo tiene que acabar disgregándose en pelotones más pequeños, pero creo que sigue siendo algo realmente incómodo y que puede llegar a ser, incluso, un poco “claustrofóbico”. ¿Inconvenientes? Destacaría que, por qué no, gran parte de estos eventos multitudinarios tienen la “culpa” de que muchos deportistas decidan pasarse a las largas distancias sin los entrenamientos o base suficientes. Esas campañas de publicidad por medios especializados la verdad es que son muy, muy buenas y animan a cualquiera a correr una maratón o una media, y viendo el panorama, creo que no es lo mejor.

Si cambiamos de deporte y nos vamos al ciclismo, nos encontramos con historias prácticamente idénticas a las mencionadas en los párrafos, aunque, bajo mi punto de vista, sí es verdad que, quizá, aquí se cometan menos “locurillas”, aunque, como escribí al principio del artículo, la diferencia es mínima. Gente que nunca antes ha hecho deporte se apunta a marchas como la Quebrantahuesos, un evento de 205 kilómetros entre España y Francia que requiere de muchas, muchas horas de entrenamiento, muchos puertos subidos y, para colmo y mi gusto, muchos, muchos años haciendo kilómetros sobre una bicicleta. No quiero repetir todo lo anteriormente escrito de nuevo, pero con otro deporte, así que me voy a centrar, en esta ocasión, en escribir sobre un tema que concierne a ambos deportes: la tecnología aplicada a los “aparetejos” capaces de darnos tal cantidad de datos juntos, que si a los ciclistas de hace veinte años se lo hubieran dicho, no hubieran por menos que echarse a reír y llamar “frikis de la ciencia ficción” a quién se lo dijera.

Hace unos cuantos años, era bastante habitual ver que los ciclistas salían a entrenar sin nada que les sirviera de referencia más allá de sus propias sensaciones, sin cuentakilómetros ni nada semejante. Lo mismo sucedía con el atleta, que, como mucho, utilizaba los relojes de aguja para tener un poco controlado el tiempo que corría, pero nada más. Como curiosidad, recuerdo de que los más veteranos del Club me comentaban cuando se iban a rodar utilizando, precisamente, aquellos relojes de aguja. Los tiempos pasaron, y con ellos, aparecieron los cuentakilómetros y los relojes digitales que llevaban incluso cronómetro por vueltas. ¡Menudo cambio! Seguro que aquellos primeros “cuentas” fueron mucho menos fiables que los actuales, pero ya era todo un cambio. En el atletismo, en este aspecto, hemos estado algo más rezagados hasta hace unos años, y hemos seguido utilizando estos relojes digitales (a los que, años más tarde, se les unió el pulsómetro) hasta no hace demasiados años, que aparecieron los primeros GPS. Y ahí el cambio ya sí que fue brutal. Dentro del mundillo de la carrera a pie, nos encontramos con que ya no hacía falta calcular a ojo los kilómetros o lo de saber lo que se había hecho rodando por circuitos que previamente se habían medido con los cuentakilómetros de las bicicletas, pues estos aparatos, además de pulsaciones, nos daban al instante la distancia recorrida, el ritmo al que se rodaba o nos permitían la opción de ver de forma automática el tiempo que realizado en el último kilómetro.

La verdad, me parece que la aparición, primero, de artilugios como los pulsómetros y, más adelante, de los GPS, ha sido algo muy, muy positivo, pero, como todo, con ciertos matices. El hecho de tener al instante y de manera bastante fiable toda la información que nos proporcionan los actuales GPS es una gozada y nos permite ver con más datos si nuestros entrenamientos están realizando efecto o no. Sin embargo, tengo la impresión de que nos hemos “obsesionado” un poco con este tipo de material. Nos encontramos actualmente en el mercado con aparatos que aportan tal cantidad de información que sucede lo siguiente: gran parte de esa información no la vamos a utilizar en toda la vida útil que pueda tener el GPS. Pienso que, en el caso de un deportista popular, basta con saber la distancia, ritmo o velocidad, tiempo y pulsaciones, y también es importante poder hacerlo con un cronómetro por vueltas. Todo ésto lo ofrecen los GPS actuales, por lo que, en este aspecto, genial. Luego, siguiendo con lo necesario para los que nos gusta esto, pero no nos dedicamos de manera profesional a competir, creo que más, sobra. No acabo de entender, por ejemplo, que muchos cicloturistas sean incapaces de salir a dar pedales si no es sabiendo en cada momento los watios que van moviendo. Entiendo el uso de esta forma de entrenamiento en los ciclistas profesionales, pues cuantos más y mejores datos tengan para entrenar, mejor, pero, en el caso de cicloturistas e incluso ciclistas Master, creo que es un utensilio que no se le va sacar ningún partido. Sin embargo, para todos los usos, sí veo bien el pulsómetro, no solo cuando estamos preparando una prueba, sino también para salir a hacer algo de ejercicio. Es una manera, para mi gusto, muy adecuada de tener controlado el corazón, parte fundamental de nuestro cuerpo, y que, por qué no, nos puede ayudar a ver posibles anomalías cardíacas, aparte de ayudarnos a no “pasarnos de rosca” en ciertos momentos de intensidad.

Aun hay gente que prefiere salir con el cronómetro digital de toda la vida y que no quieren saber nada de los GPS actuales. ¿Mal hecho? Pienso que es una cuestión, también, de lo que a uno esté acostumbrado, y que no tiene nada de malo usar “el casio de toda la vida”, como suelo decir en varias ocasiones, siempre y cando seamos conscientes de nuestros límites, de saber cuándo podemos forzar haciendo series o cuándo es mejor salir a rodar tranquilo durante unos cuantos kilómetros. Así se ha estado hasta no hace tiempo, y desde luego, los deportistas no tenían menos nivel que ahora, ni mucho menos. Es más, como alguna vez me han dicho, “ahora que tenéis un montón de datos a vuestra disposición, corréis menos que en mi época, cuando íbamos con el Casio que tenia cronómetro por vueltas”. Y me lo han dicho varias personas.

Nos vemos… haciendo deporte, claro.

viernes, 15 de diciembre de 2017

Venta de Baños, San Silvestre de Zamora y recuperación

Llegó el mes de diciembre. Con él, llega la época de las nieblas, el frío y cross. Y es que, hablando de campo a través, éste es un mes muy cargado de eventos de este tipo. Además, nos encontramos con nos encontramos con las famosas San Silvestres a finales de año, pruebas con mucho arraigo y tradición.

Este fin de semana se celebrará el Cross Internacional de Venta de Baños. Son ya, con esta, treinta y ocho ediciones celebradas, con un palmarés de lujo a lo largo de todos estos años. El palentino Santiago de la Parte fue el encargado de llevarse las tres primeras ediciones (1980, 1981 y 1982), a quien luego han seguido gente como Isaac Viciosa, Kenenisa Bekele, Constantino Esparcia, Ana Isabel Alonso o Alessandra Aguilar. Uno de los crosses más antiguos de Castilla y León y, para mi gusto, el cross “más puro” de los que he corrido, incluso por encima de Atapuerca, que ahora está catalogado como la mejor prueba de campo a través del mundo. Hasta la llegada de la competición burgalesa, muchos eran los que ponían a Venta de Baños el “cartel” de “prueba más importante” y, ahora, aunque ya no tenga el nivel que en su día tuvo, sigue siendo un cross donde la victoria está muy, muy cara. El recorrido, con salida y llegada en las pistas de ceniza, puede ser muy “pestoso”, con mucho barro en cuanto cae algo de agua.

Allí he corrido en un dos ocasiones. Mis recuerdos son completamente opuestos. Debuté en 2012, y la verdad es que me veía bastante bien de forma, pero, sobre todo, motivado por poder tomar la salida. Aquel año hubo algo de lluvia, lo que provocó que el circuito tuviera bastante barro. Yo, que por entonces era muy reacio a los clavos, corrí con unas Nike Pegasus, por lo que era de esperar que iba a pasarlo mal. Me vi corriendo a ritmos que no eran los míos en carrera y dando patinazos cada dos zancadas. Llegué embarrado, con varios amagos de caida y con ganas de volver, pero con clavos y con el objetivo de que saliera mejor que en este debut. La temporada siguiente se dio la circunstancia de que decidí dejar el deporte federado, por lo que no sabía si volvería a correr o no en Venta de Baños. En la temporada de 2014-2015 volví a sacar la licencia y a competir en campo a través. Con la idea de sifrutar y pasarlo bien mientras daba zancadas, me presenté de nuevo en la prueba palentina, logrando correr sus casi 6,7 kilómetros (buscando, veo que, de GPS, me salieron 6690 metros) por debajo de los 3'25 min/km, en una mañana donde la niebla acompañó hasta el fina de la carrera de la categoría Absoluta, lo que a los Junior y Veteranos (corríamos juntos) nos permitió correr con sol y hasta buena temperatura. Además, nos encontramos con un circuito que nada tuvo que ver con el que vimos un par de años antes, con nada de barro.

Cambiando de tipos de pruebas, el próximo 31 de diciembre se celebrará la San Silvestre de Zamora, sobre un recorrido de 3600 metros por el centro de la ciudad. Es una prueba sin demasiadas complicaciones en cuanto a subidas, salvando el tramo que sube por la Avenida de Portugal hasta la Plaza de Alemania. Donde más complicación veo, bajo mi punto de vista, es en cómo puede estar el suelo en varias zonas de la carrear. Es una zona donde patinar es muy fácil, y, de hecho, varias han sido las ediciones en que, por lluvia, niebla o limpieza de las calles, el terreno está húmedo y son varias las caídas que hay.

A partir de las 17:00 horas darán comienzo las carreras de los más pequeños para, una vez concluidas las mismas, continuar por la prueba Absoluta. Para los Benjamines y Alevines, la salida se dará en un punto intermedio del circuito marcado para la prueba Absoluta. Las inscripciones podrán hacerse a través de la web de la Delegación Provincial de Atletismo hasta el día 27 en el caso de los atletas pertnecientes a las categorías Benjamín, Alevín, que tendrán un coste de cuatro euros, y Absoluta, cuyo coste será de seis euros. Para el resto de categorías, la inscripción será gratuita y se podrán hacer el mismo dia de la prueba.

La San Silvestre fue una prueba fija en mi calendario durante varios años. En concreto, mi primera edición fue la de 2008, y la última, la celebrada en 2012. En 2009 logré ser tercero en la categoría de Infantiles, mi primer podio como corredor. Esta San Silvestre fue una prueba en la que, la verdad, no se me acababa de dar bien del todo. Me pasaba lo mismo de siempre, iba al mismo ritmo en una carrera de algo más de 3.5 kilómetros que en una de cinco o de siete. En 2012 se estrenó nuevo circuito, aunque la distancia se mantuvo, un circuito que sigue haciéndose cinco años más tarde. En este recorrido competí creo que a 3'17, bastante lejos de los primeros atletas, que suelen manejar ritmos ent orno a los tres minutos por kilómetro. Como anécdota, un año me fui al suelo en la zona de la Rúa de los Francos y tuve que estar un par de semanas sin poder corretear.

Hablando de lesiones, por ahora, tocará seguir parado por completo durante unos cuantos días. La costilla ha mejorado bastante, de hecho, ahora mismo, aunque sigo con molestias, éstas se han reducido considerablemente, limitándose a aparecer en momentos muy puntuales y, desde luego, no con la intensidad y frecuencia del principio (menos mal). A nivel mental, sigo dándole vueltas a que, por una simple caída (algo bastante habitual en mi) acabara dando con el costado en un bordillo y con una costilla fija fracturada (hay otra en duda). Como siempre digo, no me hace ninguna gracia tener que estar parado, no voy a decir que en mi época favorita para correr, porque si me hubiera pasado en cualquier otra estación, me hubiese sucedido lo mismo, pero sí en un momento en el que me estaba notando bastante bien, tocando ritmos bastante interesantes. Pero bueno, hay que tirar de paciencia y esperar a que esto acabe de “pegarse” bien, para poder volver a calzarme las zapatillas y marchar a rodar por la orilla del Duero.

Me tocará replantear todo, comenzar haciendo “la base”, que dicen los ciclistas y buscar nuevas carreras en las que participar. Por ahora, el Cross “Ciudad de Ávila”, una de mis pruebas favoritas, me tocará seguirlo por los medios de comunicación. Espero que, por entonces (14 de enero) ya pueda estar de nuevo encadenando zancadas, pero, viendo que me tocará estar aun un tiempo parado, llevaré muy poco tiempo haciéndolo, y, para ir a sufrir, prefiero quedarme en Zamora y sumar unos kilómetros por aquí. Donde ya sí que espero poder estar es en la media maratón de Zamora, 21097 metros por las calles de mi ciudad, ideal para disfrutar de correr por lugares donde, en un día normal, no suelo utilizar para entrenar. Por otro lado, y como ya comenté en alguna de las últimas entradas, me gustaría, una vez completado ese periodo de acondicionamiento, intentar preparar alguna prueba de 10.000 metros, mi distancia favorita, organizando un poco los entrenamientos con rodajes, series, cuestas y demás historias. Pero bueno, primero habrá que recuperarse de la fractura de costillas y poder volver a corretear, algo que estoy deseando.

Nos vemos… haciendo deporte, claro (o eso espero).

miércoles, 6 de diciembre de 2017

Ciclismo y lesiones

La temporada ciclista de asfalto, en estos meses de invierno, y a diferencia de lo que ocurre en el atletismo, está en su época sin competiciones más allá de las famosas “carreras del pavo”. El pelotón que en varios meses veremos disputando el tour está, por decirlo de alguna manera, desaparecido en cuanto a dorsales se refiere. Sin embargo, seguramente, los ciclistas ya estén dando las primeras pedaladas tras el habitual “parón” invernal, el cual habrán aprovechado, seguramente, para hacer ciclocross, bici de montaña o incluso carrera a pie.

Esta temporada ciclista podrá ser llamativa en ciertos aspectos. Dos grandes como Alberto Contador y Joaquim Rodríguez, más conocido como “Purito”, no estarán compitiendo, y dejarán “solo” a Alejandro Valverde, que ha sido habitual en las batallas de varas competiciones con el pinteño y el catalán y que, a pesar de los años como profesional, ha demostrado que es capaz de estar con los mejores corredores. Me gustaría ver qé tal está el murciano del Movistar Team, pero creo que aun podrá aguantar otras dos temporadas al nivel que ha demostrado en estas últimas temporadas.

Hablando del Movistar Team, este año se presenta, a priori, con tres líderes de calidad: Alejandro Valverde, Niro Quintana y Mikel Landa. En su momento, en algunos medios se comentó la posibilidad de que Nairo se marchara del equipo al finalizar la temporada, algo que el propio equipo desmintió. De los tres, para mi gusto, Quintana, quizá, ha estado demasiado conservador en varias de las últimas pruebas en las que ha estado compitiendo. La versión que hemos visto creo que no es acorde a la calidad que atesora. Un ciclista como Nairo creo que no puede limitarse a ir a rueda y no atacar al líder de la carrera, algo que hemos visto con mucha frecuencia. Me gustaría verle con más ataques y no tanto tiempo “a rueda”. Sobre Mikel Landa, tiene calidad de sobra para liderar el Movistar, y estoy seguro de que, cuando le toque ser el “capitán”, dará buenos resultados.

Jaime Rosón abandonará el Caja Rural para vestir los colores del Movistar. Para mi gusto, un bue equipo para seguir en la categoría profesional. Tras demostrar que vale para este deporte y que puede estar muy arriba, llega a un WorldTour. Es de esperar que le tocará trabajar para gente como Valverde o Nairo, pero creo que es una noticia muy positiva. Lo primero, es un equipo español, algo complicado viendo que Movistar es el único WorldTour y que tan solo hay otros dos equipos más (Murias Taldea y Caja Rural) dentro de la categoría Profesional, pero a nivel Continental. Además, trabajar con y para estos grandes ciclistas y con muy buenos directores es una manera muy interesante de seguir creciendo como ciclista. Desde luego, me encantaría ver que, en unos años, Jaime se ha confirmado como uno de los mejores ciclistas del ciclismo, algo que está a su alcance, y que ya ha comenzado a demostrar. Así, podría acabar de confirmarse (en parte, ya lo ha hecho) aquel comentario que le hice a mi padre en la Vuelta a Zamora que Jaime corrió como Sub-23 en el Smilekers de Victor Sastre: “Este chico va a llegar muy lejos en el ciclismo”.

Cambio de tema y me paso al atletismo. Llevo dos semanas parado por completo, sin poder encadenar ni un solo kilómetro correteando. La verdad, se me está haciendo muy cuesta arriba. Siempre digo que una lesión provocada por exceso de entrenamientos sienta fatal, pero, al fin y al cabo, es algo que nos hemos buscado; sin embargo, no es el caso, y situaciones como esta, una caída y un mal apoyo que llevaron a que me fracturase una costilla, creo que sientan aun peor. Puede que sea algo mental, pues, al fin y al cabo, lesión es igual, pues, en a fin de cuentas, me va tocar estar parado igual. Como decía en la última entrada del blog, intento ver el lado positivo de esta situación, y si Pedro Nimo, con todas las lesiones que tuvo en Berlín, fue capaz de acabar aquella maratón, recuperar y volver al nivel en el que se encontraba antes de la lesión, creo que los que tenemos menos lesiones que las que él tuvo (aparte de dos fracturas por estrés, tuvo una rotura del piramidal y pubalgia) debemos intentar ver la situación de lesión como algo de lo que, tarde o temprano (aunque siempre nos parece tarde) saldremos y podremos de nuevo meternos de lleno en los entrenamientos.

A pesar de que me esperan aun varios días para poder volver a rodar, y que cuando vuelva, me tocará hacerlo desde cero, sigo dándole vueltas a lo que comentaba en la última entrada del blog, acerca del tema de hacer un periodo de acondicionamiento de doce semanas y, a partir de ahí, llevar un plan de entrenamiento enfocado a preparar pruebas de 10.000 metros. La idea, como digo, es hacer un periodo de acondicionamiento, que será necesario después de estar todo este tiempo parado. Doce semanas de carrera continua, que, evidentemente, deberán ser progresivas, subiendo cada semana un poquito los kilómetros a realizar. Una vez completado este periodo, lo suyo sería ponerse de nuevo a hacer series, cambios de ritmo, cuestas y demás entrenamientos de calidad alternados con rodajes de más o menos duración (por supuesto, con tirada larga el domingo, ésa no puede faltar). El objetivo sería, como de costumbre, esos 10.000 metros que tanto me gustan. Pero, claro, primero, tengo que recuperarme, y segundo, tengo que hacer “la base”, como dicen los ciclistas, y a partir de ahí, analizar.

Nos vemos… haciendo deporte, claro (o eso espero).

lunes, 4 de diciembre de 2017

Presa de Almendra

La presa de Almendra está situada entre las provincias de Zamora y Salamanca, a cinco kilómetros de Almendra y a siete de Cibanal. El embalse es el más grande de España, con 8650 hectáreas de superficie. El agua del embalse llega a los pueblos de Almendra, Carbellijo, El Manzano, Ledesma, Monleras, Roelos de Sayago, Salce, Sardón de los Frailes, Villar del Buey y Villaseco de los Reyes. En 1967, el embalse inundó el pueblo zamorano de Argusino de Sayago. Como curiosidad, aprovechando que en 2017 se han cumplido el cincuenta aniversario de este suceso, los descendientes de este pueblo sayagués crearon la asociación Argusino Vive para que Argusino de Sayago no caiga en el olvido. 

Al ser descendiente de un pueblo cercano a la presa de Almendra, suelo acudir a la misma con cierta frecuencia. Hace como un par de años, mis padres descubrieron una pequeña playa que está justo antes de entrar en la presa yendo desde la provincia de Zamora. La primera vez que nos llevaron, pocos días después, había relativamente una buena cantidad de agua, pero se dejaban ver ciertas zonas que, en su día, fueron cortinas, seguramente de Argusino. Con la actual sequía, la verdad es que, en cierta manera, podríamos decir que esa playa ha desaparecido, pudiendo atravesar hasta el lado opuesto de la zona, algo imposible, pues, normalmente, el agua está de por medio. Ésto ha llevado a que aparezcan más imágenes de las cortinas. Este verano, pudimos avanzar mucho tramo sin que se viera nada de agua, viendo incluso una casa de ladrillo o alguna construcción típica de la zona rural y sayaguesa, a base de piedras semejantes a las que delimitan las cortinas. La última vez que acudí a la zona fue en octubre de este año. Decidí llevarme la cámara y, aunque no avanzamos tanto como en aquella ocasión en verano, pude sacar alguna imagen de la zona de la playa, con las cortinas e incluso algo semejante a un camino, todo bastante bien delimitado. 

Para cerrar, y ya dejaros con las imágenes, uno de mis objetivos es poder acudir algún día a la zona donde, en su momento, estuvo Argusino de Sayago, y poder sacar alguna fotografía. Siempre he sentido cierta curiosidad por la historia de este pueblo sayagués, más desde que la asociación Argusino Vive ha estado promocionando, por decirlo de alguna manera, su pueblo.
























viernes, 1 de diciembre de 2017

SIn kilómetros, Cross de Aranda y pensamientos

Correr forma parte de mi, es mi naturaleza, lo necesito para sentirme vivo". (Pedro Nimo del Oro).

Por fin, me pongo de nuevo a escribir. Llevaba ya unos días queriendo juntar unas letras, pero, entre unas cosas y otras, al final lo he dejado de lado. Hoy, me gustaría acercaros cómo estoy llevando este tiempo parado, sin poder encadenar ninguna zancada, y, por otro, me gustaría escribir sobre el Cross de la Constitución, que se celebrará mañana en Aranda de Duero, y alguna otra cosilla que vaya surgiendo mientras escribo este artículo.

Voy rumbo de las dos semanas parado por completo y, la verdad, voy echando bastante de menos los rodajes a orillas del Duero. En esta ocasión, voy a batir mi tiempo máximo sin hacer nada de ejercicio físico, que estaba en diez días. Para esta ocasión, habrá que esperar a qué dice la doctora dentro de semana y media, pero las tres semanas no me las quita nadie. Para los que nos gusta esto, estar tanto tiempo sin poder hacer nada fastidia mucho, más cuando no ha sido una lesión por exceso de entrenamiento, sino por una mala pisada en un tramo un tanto estrecho de acera, que me llevó a dar con el costado en el bordillo y a llevarme de recuerdo una fractura de costilla.

Cuando estoy lesionado y no puedo salir a rodar unos cuantos kilómetros, procuro ver el lado positivo para no venirme demasiado abajo y, la verdad, me cuesta mucho. Siempre me acuerdo del gran fondista gallego Pedro Nimo que fue capaz de acabar los 42 kilómetros con 195 metros de la maratón de Berlín con dolores desde el diez provocados por dos fracturas de estrés, pubalgia y una rotura de piramidal, y me doy cuenta de que si él, con todo esto, fue caapz de correr una maratón, recuperarse (tarea, seguro, muy complicada) y volver con su mismo nivel, ¿por qué no intentar ser optimista cuando no tengo o no he tenido anteriormente lesiones tan serias? Posiblemente, esta fractura de costilla sea la más grave que he tenido hasta la fecha, y la que más me está impidiendo llevar una vida normal (dentro de lo que los “trastornaos” del deporte entendemos por “vida normal”), pero, aun así, dista bastante de todo lo que Pedro tuvo. Aun así, sigo con la cabeza puesta en todos los días que llevo sin rodar y en todos los que me faltan, y no puedo evitar que esos pensamientos negativos me aparezcan de vez en cuando, a pesar de los dolores que tuve en los últimos kilómetros del rodaje y el pensamiento que se me vino a la cabeza cuando la doctora me confirmó el diagnóstico: “la que me he podido liar rodando con una costilla rota”. Pero bueno, tocará llevarlo lo mejor posible y cuando esté con el ánimo por los suelos, acordarme de Pedro Nimo, aunque levantar los ánimos va a ser muy complicado.

Cambiando un poco de tercio, este fin de semana se celebrará el cross de Aranda de Duero. Allí corrí creo que en tres ocasiones (2011, 2012 y 2014). La verdad es que, de los crosses “de diciembre” (así llamaba a Aranda, Cantimpalos y Venta de Baños) me gustaban bastante, aunque reconozco que mi debut en Venta de Baños no fue nada positivo. En el caso de Aranda, era una prueba que se me daba relativamente bien. Mi debut allí fue en 2011. El segundo fue en 2012, y no me salió mejor no porque físicamente no llegara bien (fue mi mejor temporada de cross), sino por cabezón y bruto. Llegaba bastante bien, y tras dar la salida, íbamos agrupados, a un ritmo más o menos constante. De golpe, me vi bien, me coloqué en cabeza y me marché. Fueron 100 o 200 metros lo que estuve escapado, a partir de ahí, me alcanzaron y no hacían más que pasarme atletas. Mi tercera y, hasta la fecha, última participación, fue en 2014. Ya no entrenaba con Teo, llevaba una temporada entrenando de manera autodidacta, había estado lesionado un mes y aun estaba muy, muy flojo. Sabiendo esto, intenté buscar mi sitio y correr de menos a más. Al final, pese a todo, creo que es de la edición que mejor recuerdo guardo. Para cerrar este párrafo, toca desear mucha suerte a todos los compañeros del Atletismo Zamora que mañana se cuelguen el dorsal en este cross de Aranda de Duero.

Escribiendo todo lo anterior relacionado con mis participaciones en el Cross de la Constitución de Aranda de Duero, me aparece de nuevo una pregunta a la que la respuesta siempre suele ser negativa: ¿Volver a competir y al deporte federado? La verdad, analizando la situación en la que ahora me encuentro, quizá sea un buen momento para, una vez que pueda volver a correr (espero que sea pronto), replantear la forma de entrenar e intentar volver a competir. Si me paro a pensar, he dicho tantas veces que vuelvo a competir y luego nunca lo he hecho, que ya me cuesta creérmelo. Lo hablaba hace unos días con mi tío, modificar unos cuantos aspectos de la manera que he tenido hasta ahora de hacer los entrenamientos, introduciendo sesiones con series o cuestas. Lo primero de todo sería empezar con el periodo de acondicionamiento, éso es algo que tengo que hacer vaya a hacer o no series luego. Este sería un proceso que me llevaría doce semanas, tres meses, aumentando kilómetros e intensidad según vayan pasando las semanas. Una vez creada la base, que después de tanto tiempo parado me hará mucha falta, sería el momento justo de decidir los días de series y los días de carrera continua, y las repeticiones o kilómetros de cada sesión. Vamos, un poco como he estado organizando todo cuando he hecho series, hace de esto ya bastante tiempo. El aspecto principal que me ha estado echando para atrás en estos últimos meses ha sido el tema de las lesiones. La última vez que me puse con los entrenamientos de calidad, en septiembre de 2016, acabé con una lesión en pie. Puede que simplemente fuese una casualidad, pues me lo hice rodando, pero ya llevaba algo más de una semana haciendo series, más o menos cuatro días (por supuesto, no seguidos, alternándolos con rodajes), y, quizá, ese día la zona estuviera sobrecargada de los días previos, y el día que acabé cojo solo fuera, como suele decirse, “la gota que colmó el vaso”. El otro aspecto principal que suele estar presente a la hora de hacer series es el tema de que, al final, siempre acabado dejándolas de lado, para centrarme en la carrera continua, que, al fin y al cabo, es lo que más me gusta. Durante una temporada entera, estuve intentando seguir un plan de entrenamiento con sus sesiones de calidad, pero siempre las dejaba de lado y acababa sumando kilómetros por sensaciones. Al verme incapaz de hacer un par de meses o tres con trabajo de calidad (lo más que hice seguido fueron cuatro semanas), acabé por ir espaciando las sesiones, hasta dejarlas prácticamente por completo. Habrá que ir analizando, pero, desde luego, ahora es buen momento, pues partiré de cero y tocará organizar todo de nuevo.

Nos vemos… haciendo deporte, claro.

domingo, 26 de noviembre de 2017

Material deportivo y demás historias

El boom que están teniendo ciertos deportes a nivel aficionado o popular, como se quiera decir, no solo afecta a que cada vez haya más y más aficionados participando en ciertos eventos, o que cada vez más deportistas se animen a preparar ciertas salvajadas para las que, en la mayoría de los casos, no se ha llevado una preparación acorde al objetivo marcado. Nos encontramos con que, bajo mi punto de vista, no estamos sabiendo controlar el tema del material deportivo, ni desde el punto de vista de los practicantes del deporte, ni desde el punto de vista de ciertos medios de comunicación especializados, donde, desde hace ya bastante tiempo, la impresión que me están transmitiendo es la de haber dejado de lado el punto informativo en este aspecto, para centrarse más en el “mercachifleo”. De ésto tocará escribir en la entrada de hoy.

En casa, debido a la afición de mi padre al ciclismo y de la mía al atletismo, solemos tener distintas publicaciones escritas relacionados con ambos deportes. Durante muchos números, la verdad es que resultaba interesante leer ya no lo relacionado con las pruebas, bien para aficionados al deporte correspondiente, o bien para profesionales, sino en temas de nutrición, entrenamiento, material… En resumidas cuentas, lugares a los que acudir con seguridad de que nos podríamos informar. Sin embargo, desde hace ya muchos números, el tema informativo en ciertos aspectos, no es es el adecuado. En concreto, si hablamos acerca del material, hay ciertas “lagunas”. Algo semejante sucede cuando hay que ponerse, por ejemplo, a estirar, o aparece un método de entrenamiento constatando ciertas fórmulas, y aparece otro diciendo todo lo contrario. En vez de unir términos, en ocasiones se contradicen unos con otros, resumiendo todo.

Podríamos comentar, por ejemplo, las pruebas de bicicletas. Lo primero que destaca, es el precio. ¿Por qué probar bicicletas de 8000, 9000, 10000 euros? ¿Por qué comentar las bondades (más abajo comentaré sobre este tema, que también trae tela) de unas bicicletas de un uso ya no competitivo, sino casi profesional? No sé si es que soy muy cerrado para algunas cosas, pero no comprendo el motivo por el cual en una revista especializada hay que centrarse en probar este tipo de máquinas sobre dos ruedas. Puede que haya un buen número de ciclistas que, efectivamente, compiten, pero hay otro gran número que son cicloturistas. Y aunque haya un gran número de personas que se dedican a colgarse un dorsal en el maillot y correr pruebas Master (recordemos que, otra de mis manías, solo considero competición a las carreras, las marchas cicloturistas deberían ser eso, marchas), estoy convencido de que no se dedican de una forma profesional a esto, sino que son deportistas que “matan” el gusanillo de las carreras en este tipo de eventos, pero que no se ganan un sueldo con esto, un parecido muy importante con los cicloturistas y una diferencia abismal de ambos con los ciclistas profesionales, que si lo hacen. Quiero decir con esto, a quien se dedica a esto con un sueldo, es su trabajo y es normal que lleven el material que llevan, pero, para el resto de mortales, creo que no es la mejor opción. Y ahí radica el error de probar estas bicicletas. Para mi, creo que sería mucho mejor abrir una revista y poder ver que los probadoras han tenido la opción de catar una bicicleta que, económicamente, es adecuada para el bolsillo de cualquier cicloturista, y que, para la gente que compite en Master, prueben material un poco más específico para el uso que se la va a dar, pero también teniendo en cuenta al aspecto económico, y que no hace falta llevar el tope de gama en ninguno de los dos casos, pues perfectamente con algo de gama media podemos sacar medias en competición de 35 km/h, porque, no nos olvidemos, necesitamos el material adecuado, por supuesto, pero también hay que entrenar adecuadamente al objetivo marcado.

Otra de las cosas llamativas dentro de las pruebas de bicicletas es el tema de los aspectos positivos y los negativos. Cuando leo una de estas pruebas, resulta que hay comentarios del tipo “es un bólido”, o “te ahorras tantos watios”. Y si seguimos leyendo, vemos que la bicicleta en cuestión no tiene nada negativo, todo es bueno, pero resulta que lees otra bicicleta de más o menos el mismo precio, y todo es igual. Ahora bien, nos encontramos con incongruencias del tipo de que, por ejemplo, unas ruedas en una bicicleta de 8000 euros son lo más de lo más, el máximo, unas ruedas rapidísimas, que te permiten rodar a no sé cuánta velocidad sin esfuerzo. Pero si ponemos las mismas ruedas en una bicicleta de 4000 euros, pasan a ser unas ruedas normales, unas más, de las del montón. Y no hablemos de si esas mismas ruedas acaban en 1000 0 1500 euros. No sé si a vosotros os pasará lo mismo, pero cuando yo me pongo a leer una prueba de una bicicleta, quiero tener información sobre todo, sea bueno o sea malo, y, además, lo quiero a un precio asequible, no por 10000 euros, y ahora mismo, encontrar esto es muy complicado. Aun tengo una revista de BTT guardada en casa, en la cual, se prueban tres bicicletas diferentes, una de 6400 euros y cuyo objetivo principal era la competición; otra por 7499 y una tercera por 799 euros, una BTT enfocada a un uso que podríamos catalogar de “normal” que, por cierto, he tenido la suerte de ver en “persona” en varias ocasiones, pues un compañero se la compró unos meses después de que saliera esta revista. Me gustaría que hubiera más pruebas como esta última máquina, y menos pruebas de bicicletas de 8000 euros o, al menos, que se hicieran como en esta revista, probar tres bicicletas y que, al menos, una de ellas fuera para apta para todo el público.

Si escribimos de atletismo, sucede algo similar a lo comentado hasta ahora con el mundillo del ciclismo. Podríamos escribir, por ejemplo, del tema de los estiramientos. Abrimos una revista, y nos encontramos con varios ejercicios para estirar, con una serie de recomendaciones. En un número nos dicen que éstos son unos estiramientos infalibles para evitar las lesiones, pero es que, dos números después, te encuentras con unos estiramientos completamente distintos, pero con lo mismo: “ejercicios infalibles para evitar las lesiones”, o “haz esto y olvídate por completo de los dolores”. Y tres o cuatro números después, lo mismo, pero con otros completamente distintos a los de los dos anteriores. Entonces, ¿a cuál de todos hacemos caso? Por otro lado, y siguiendo con los estiramientos, unas veces se dice que hay que entrenar antes, otras, que ni locos, que hay que hacerlo solo después, e incluso se ha estado diciendo que no hay que estirar ni antes, ni durante, ni después. Volvemos a la misma pregunta. ¿Qué hacemos? ¿Estiramos, no estiramos o lo hacemos “a medias”, por si las moscas? Otra de las cosas que no me acaban de gustar es las recomendaciones que, en algunas ocasiones, se dan en temas de entrenamientos. En algunas ocasiones algún artículo donde, por ejemplo, se habla de que se es posible pasar de estar participando en pruebas de cinco kilómetros a pruebas de media maratón, ¡sin apenas entrenar! Creo que artículos como el del ejemplo no benefician para nada en un momento en el cual estamos viendo cómo muchos “raners” se animan a participar en pruebas de larga distancia (medias maratones o maratones) sin el adecuado entrenamiento. Está muy bien que se escriba de estos temas, de hecho, me resulta muy interesante que se escriba acerca de entrenamientos, pero creo que hay que seleccionar los artículos. De las publicaciones que he leído, por suerte, este tipo de artículos no es demasiado común, y normalmente se suelen aportar cosillas bastante más lógicas que en lo comentado en el ejemplo, pero también hay artículos de este tipo.

Pues, en definitiva, y para cerrar al artículo, me gustaría ver que ésto cambia un poco, y que volvemos a saber cuáles son las cosas negativas que tiene el material deportivo, que vamos a poder conocer no solo el material de competición centrado en el deporte de élite, sino también en el que practicamos el resto de mortales, y que podamos encontrarnos con una información más centrada, por ejemplo, en esos estiramientos, y no ver cada poco un nuevo artículo en el que nos encontremos con cosas completamente diferentes que en el anterior que leímos sobre el mismo tema.

Nos vemos… haciendo deporte, claro.