lunes, 24 de diciembre de 2018

Entrevista a Antonio Núñez


Pista, cross y asfalto. Así podríamos definir al protagonista de esta entrevista, Jesús Antonio Núñez, atleta que durante varios años ha corrido defendiendo los colores del Bikila y que, desde esta temporada, se pondrá la camiseta del EKUON El Conchel Sport Team. Licenciado en Ingeniería Química, ha logrado ser unos resultados envidiables tanto en campo a través como en asfalto y pista. Un ejemplo de que atleta capaz de combinar estudios y deporte de alto nivel, y de que, haciendo bien las cosas, se pueden hacer muchas cosas en el atletismo. Pero no solo ha destacado en la faceta puramente física, pues es entrenador nacional de atletismo, entrenando a diferentes corredores.

En mi caso, reconozco que empecé a seguir a Antonio Núñez hace ya bastante tiempo. Casi podría decir que desde que comencé a correr. Cuando compraba mis primeras revistas relacionadas con este mundillo y veía las imágenes de ciertas competiciones, solía salir un atleta vestido con la equipación del Bikila entre los primeros puestos. Hemos coincidido en alguna edición del cross de Ávila y en las dos medias que he hecho en la capital abulense, aunque, como es lógico, él varios, muchos, metros por delante de mi. Como anécdota, recuerdo en una edición del cross (lo que no recuerdo es el año) en la que me puse en la primera fila y, cuando a un lado, me encuentro a Antonio. Yo estaba con esos nervios previos a la carrera y, en un momento dado, me puse la mano en el cronómetro, pensando en que en breve saldríamos, cuando miré al resto de atletas y Antonio me dijo algo así como “tranquilo, tranquilo, que aun tardaremos unos segundos más”.

1.- Eres un atleta con un gran palmarés deportivo. ¿Cómo llegaste al mundo del deporte y, en concreto, al atletismo?
Siempre me ha gustado mucho el deporte. Llegué al atletismo casi por casualidad. Pronto me enganché a correr, es un deporte muy duro pero a la vez muy gratificante. Es un deporte de valores. Llegué con 16 años, soy un atleta tardío.

2.- Desde tus inicios como atleta hasta la fecha, ¿cómo has ido notando la experiencia a lo largo de los años a la hora de afrontar las competiciones o los entrenamientos más exigentes?
La experiencia es clave, y más en un deporte individual como es el atletismo. Se aprende con el paso de los años y los momentos vividos y experiencias. La ansiedad y las prisas no son buenas consejeras en nuestro deporte. Con el tiempo aprendes a afrontar las cosas con cierta calma y a confiar en tu equipo de trabajo. Estar bien asesorado y rodeado es clave.

3.- Has obtenido muy buenos resultados en pruebas de campo a través, pero también has destacado en pista y asfalto. ¿Con cuál de estas tres modalidades te quedas a la hora de competir?
Como bien dices, hasta los 29 años era un especialista en pista, en la lucha contra el crono. Me ha encantado mucho la pista, especialmente el 10000 y 5000. Posteriormente he ido evolucionando hacia la ruta y especialmente hacia la distancia de la media maratón, que es mi favorita. El cross siempre lo he hecho desde mis inicios y lo sigo haciendo. De quedarme con una, me quedaría con la Media Maratón, pero me encantan las tres modalidades.

4.- Durante varias temporadas has defendido los colores del Bikila. ¿Qué recuerdos guardas de todos estos años con este club ya mítico?
17 años defendiendo los colores de BIKILA. Ha sido mi familia deportiva. He vivido grandes momentos tanto a nivel personal como profesional. Recuerdo las Copas de Europa, los Campeonatos de España, y miles de vivencias que quedarán en mi memoria para siempre.

5.- Después de muchos años, fichas por el EKUON El Conchel Sport Team. Aunque no llevamos mucho de temporada, ¿qué tal esta nueva etapa de tu trayectoria como atleta?
Estoy contento por mi cambio de aires. Quizá era el momento y necesitaba una motivación y un proyecto nuevo. EKOUN El Conchel Sport Team reunía lo que yo necesitaba. A esto si añadimos el patrocinio de la marca deportiva JOMA, me hace estar especialmente motivado para los nuevos retos de 2019.

6.- Has logrado en varias ocasiones defender los colores de la selección española. ¿Cómo recuerdas la primera vez que acudiste a una cita con el resto de integrantes para representar a España?
La primera vez fue en El Campeonato del Mundo Universitario de Cross en Turín 2004 el recuerdo no puede ser mejor, compartí selección con mi hermano Javier y realicé una buena carrera siendo 10º. Para mí es un orgullo vestir la camiseta de mi país y representarlo.

7.- Recuerdo que una vez un ciclista me dijo que, a nivel profesional, del ciclismo se vivía mal, pero del atletismo prácticamente no se vivía. Tu, como atleta de élite, ¿cómo ves la situación para que la gente de alto nivel pueda dedicarse exclusivamente a esto a nivel económico? ¿Es complicado ser atleta profesional en nuestro país?
En mi caso, si he podido ser profesional del atletismo. Estar en un club como Bikila, varias veces campeones de España y Europa ha contribuido a ello, junto a marcas que apoyaban el proyecto. Además, he confiado mi carrera deportiva a mi representante, Jesús Oliván, que ha contribuido a que nunca me faltaran competiciones. También agradecer a los organizadores de las mejores carreras de España la confianza que han depositado en mí durante años.

8.- Llevas varios años en el alto nivel del atletismo. ¿Qué es lo que te motiva a la hora de entrenar y competir?
Llevo más de 17 años al alto nivel. La pasión que siento por mi deporte es clave, junto con la motivación por los resultados que me han ayudado a seguir creciendo. También es verdad que no he tenido lesiones que me corten mi larga trayectoria.

9.- Hay atletas que dicen que les gusta más competir que entrenar. ¿Qué opinión tienes tu de esto? ¿Disfrutas más compitiendo o entrenando?
Para competir bien hay que entrenar, no excesivamente, pero sí entrenar bien. Es clave hacer las cosas bien. A mí me encanta competir, y también entrenar. Muchas veces la competición ha sido parte de la preparación hacia el objetivo principal.

10.- ¿Quién o quiénes han sido tus entrenadores a lo largo de tu trayectoria deportiva?
Mis entrenadores han sido Javier García Sabrido, luego desde 2005 a 2015 estuve con Antonio Serrano y desde hace tres años me llevo a mí mismo la preparación, una vez que obtuve el Título de Entrenador Nacional.

11.- Solemos imaginar que los atletas de élite hacéis entrenamientos que, para el resto “de mortales” son inaccesibles. ¿Cómo suelen ser tus entrenamientos?
Hay que saber medir muy bien las cargas e intensidades. Me gusta trabajar mucho el ritmo medio alto. Hay que correr rápido, pero sin tener bien trabajada la base eso cae en saco roto.

Siempre he sido de competir mejor de lo que entrenaba, señal de que hacía las cosas bien. Es un error excederse en entrenamientos, a la vez muy común.

Como curiosidad, he llegado a hacer 5 series de 1000 metros con 1´30” por debajo de 2:40.

12.- Eres un deportista que, a pesar de ver que tenías calidad para este deporte, decidiste seguir estudiando. En tu caso, fue Ingeniería Química. ¿Qué importancia crees que tiene la formación académica para los atletas, incluso aunque destaquen los suficiente como para dedicarse de manera profesional al atletismo?
Creo que es importante tener una formación para cuando el atletismo se acabe a nivel profesional. Siempre he tenido inquietudes a nivel mental y de formación. De hecho, aparte de la Licenciatura, también he estudiado dos Máster. La formación académica siempre ha ido ligada a mi carrera deportiva, de la mano. Con mucho esfuerzo y sacrificio, se puede compatibilizar.

13.- ¿Es complicado compaginar una carrera universitaria con las exigencias del deporte de alto nivel?
Mucho, muchísimo diría yo. Te llevas muchos sinsabores, pero merece la pena. Yo me siento orgulloso de ello y no lo cambiaría por nada. En mi época e inicios, que eran las vacas gordas del atletismo, mucha gente abandonaba los estudios para dedicarse exclusivamente al deporte. Ahora ya eso ha cambiado, para mejor y los atletas procuran formarse académicamente.

14.- Estuviste estudiando en Salamanca. ¿Qué recuerdos guardas de la capital charra? ¿Cómo solías entrenar allí?
Salamanca ha sido siempre mi segunda casa, muy buenos recuerdos y momentos que siempre estarán ahí. De hecho suelo visitar todos los años la capital charra. Entrenaba en el parque de Salas Bajas, con un grupo de atletas que a la vez eran amigos. Grandes y buenos años los vividos allí que recuerdo con mucho cariño.

15.- Como zamorano, no puedo por menos que hacerte esta pregunta. Habiendo estado durante tu estancia universitaria en Salamanca, ¿te has acercado en alguna ocasión a competir a Zamora, que tan cerca está de esta ciudad?
Sí, he corrido varias pruebas, Cross del Ajo, la media de Zamora… Es una ciudad muy bonita. La he visitado en varias ocasiones.

16.- Posteriormente, acabas becado en la Blume. ¿Cómo fue ese cambio?
Estuve una temporada becado en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid. No asimilé bien el cambio y rompí mis costumbres y rutina. Fue una experiencia más, pero no muy buena a nivel deportivo. Aprendí mucho de ello y me hizo darme cuenta de muchas cosas. Al año siguiente me volvía Salamanca y recuperé mi mejor versión, incluso mejorada de la anterior.

17.- Tu hermano Javier también es atleta. ¿Cómo es eso de que tu hermano también corra, y además, bastante rápido? ¿Hay ciertos “piques” cuando os juntáis en las competiciones?
Somos atletas y gemelos, llevamos casi toda la vida juntos, de hecho nos fuimos a estudiar a la misma ciudad. No hemos tenido rivalidad deportiva alguna, al revés, siempre que podemos nos ayudamos. Somos compañeros y amigos.
18.- También eres entrenador. ¿Cómo surge la idea de tener a tu cargo a otros atletas?
Me gusta y motiva transmitir mi experiencia y formación deportiva a los demás atletas, tanto a los de alto nivel como a los de nivel más popular. Cuando tu deporte te apasiona y gusta, las cosas son sencillas. Surgió sin quererlo, y poco a poco he ido formando y grupo de alta calidad deportiva y humana, cosa que para mí es importante esto último.

19.- Como entrenador, ¿dónde crees que fallamos más los atletas populares a la hora de entrenar?
Quizá el fallo más común, es querer correr rápido sin tener bien desarrollada la base de fuerza y resistencia. Yo aconsejaría a los atletas populares, que se pusieran en manos de un entrenador, independiente por el motivo de correr más rápido y mejor, por salud, que es más importante.

20.- ¿Cómo ves el auge del atletismo a nivel popular?
Lo veo bien, pero echo en falta que esté mejor encauzado. Modelos como el de Valencia e Higuero Running festival son el camino a seguir. Combinando el atletismo de élite junto al atletismo popular. Ahí está la clave.

21.- ¿Cuál sería tu consejo para todos aquellos atletas que quieran seguir tus pasos?
Primero que no se obsesionen, que lo que ha de llegar, llegará con esfuerzo, tesón y sacrificio. No hay que buscarlo, las cosas si han de venir, llegan. Eso sí hay que poner todos los medios a tu alcance para ello y muchas horas de trabajo. Rodearse de un equipo de gente competitivo y con experiencia te ayudará a lograrlo.

22.- Para cerrar, di lo que quieras a los lectores del blog.
Un placer haber respondido a todas vuestras preguntas, y os animo que sigáis disfrutando de este maravilloso deporte, bien corriendo, entrenando o como aficionado.
Entre todos hacemos grande nuestro deporte ¡Un abrazo amig@s!


viernes, 7 de diciembre de 2018

Tirando de improvisacion

Llegó diciembre y con él, la época “gorda” del campo a través. Muchas pruebas a lo largo de estos días se juntarán con las tradicionales San Silvestres de finales de año, por lo que muchos seguro que os colgáis el dorsal en varias ocasiones hasta que el año 2018 llegue a su fin. En mi caso, me tocará, de nuevo, ver los toros desde la barrera. Aunque no iba a participar en ninguna prueba federada, sí tenía pensado intentar hacer alguna competición popular, como la celebrada el pasado domingo en Bobadilla del Campo, peor ahora mismo es imposible. Mi cuerpo sigue dando averías y, después de cuatro meses entrenando con cierta regularidad, me ha vuelto a tocar colgar las zapatillas. Y aunque ésto va mejorando bastante bien, creo que aun me esperan unos cuantos días así. De todo ésto, y alguna que otra cosilla, voy a escribir hoy.

A nivel de pruebas federadas, en los próximos días se celebrarán dos pruebas de campo a través que en su día corrí y que, por diferentes motivos, me gustaron bastante: el cross de Cantimaplos y de Venta de Baños. El primero lo corrí en 2012. Recuerdo que fue un día en el que el frío acompañó y que, a pesar de llevar los guantes puestos desde que bajamos del autobús, me costó bastante atarme las zapatillas con las que iba a competir, debido al frío que tenía en las manos. Durante el calentamiento notaba unas sensaciones bastante majas, pero no quería confiarme demasiado. Al salir, mi compañero Jonathan y yo nos quedamos los últimos. Guardo perfectamente la imagen de los datos del GPS: íbamos a 3'30 cerrando el grupo. ¿A cuánto iban los primeros? Aquella situación duró unos cuantos metros, hasta que conseguimos enlazar con el grupo más grande y poco a poco ir remontando posiciones. Al final, las sensaciones sí que acompañaron y, aunque no recuerdo el puesto en el que entré, sí me acuerdo de que corríamos Juvenil y Junior juntos y que, dentro de la categoría que me respondía (Juvenil creo recordar), y porque daban premio hasta cierto puesto, subí en la entrega de trofeos junto a varios atletas para que me dieran un chorizo de Cantimpalos mientras de fondo sonaba We are the champions de Queen (menos mal, porque luego le tocó el turno a la música de Mark Knopfler y no me gusta nada). Al acabar, me sucedió una anécdota curiosa. Mientras completábamos los primeros kilómetros de la primera vuelta, una vez ya incorporados en el grupo principal, pasamos por delante del resto de compañeros y padres del club, y mientras, Ángel me preguntaba: “Alejandro, ¿qué te ha pasado, que vas tan atrás?”. Mi respuesta fue rápida y entre jadeos: “La salida, la salida”. Al acabar, Ángel se me acercó y me preguntó por el problema que había tenido en la barriga. Yo, por más que pensaba, no recordaba que me hubiera pasado nada. Ya caí en la cuenta y cuando le dije lo que nos pasó en “la salida”, no en “la barriga”, me dijo una frase que he escuchado en más de una ocasión: “Alejandro, si es que siempre andamos igual”. A la semana siguiente tocó desplazarse hasta Venta de Baños. Allí aprendí lo que es un cross “de verdad”. Ahora se habla de que Atapuerca es la mejor prueba de campo a través del mundo, pero, para mi, que he corrido en ambas pruebas, el cross en estado puro es la prueba palentina. Siempre lo he dicho y no me cansaré de hacerlo. Una cosa es que se junten en una prueba los mejores y otra que, haya una prueba que tenga un circuito mucho más propicio para hacer eventos de este tipo y con muchísima más tradición y antigüedad. En Venta de Baños lo pasé fatal. Solo a mi se me ocurrió correr aquel año, que tanto barro había, con unas Nike Pegasus (por cierto, qué bueno me salió aquel modelo). ¡Qué de patinazos dí! No recuerdo en qué puesto llegué, pero en uno muy discreto, corriendo a una media creo recordar de 3'45. Allí volvería luego en 2014 y todo fue diferente. Corrí con clavos (nada de complicarme con modelos de alta gama, el modelo que tiene Kalenji de zapatillas de clavos) y en día que empezó con niebla y fresco y acabó con sol y una temperatura relativamente agradable. El ritmo fue sobre los 3'25.

La verdad es que el cross es algo muy interesante. Como nos decía Teo, el campo a través te permite preparar muchas otras distancias. A nivel personal, eran pruebas que me gustaban, pero creo que ha sido precisamente en el cross donde he cometido uno de mis mayores errores. En una época en la que tan solo pensaba en competir, corrí en Aranda, Cantimpalos y Venta de Baños, habiendo hecho previamente, aunque unas semanas antes, Atapuerca. Para más inri, me animé a correr también ese mes la San Silvestre. ¿No querías competir? Pues toma. En ese momento no lo veía, pero al verdad es que me pasé bastante de vueltas. Uno de los motivos a los que achaco el dejar esa filosofía tan centrada en la competición de lado fue el juntar en un solo mes tantas competiciones. Básicamente, me pasó de rosca. Puede que muchos me comentéis que la manera que tengo ahora de entrenar (bueno, ahora mismo no, cuando puedo hacerlo) es peor, y que seguramente me vengan de ahí las lesiones que últimamente estoy teniendo. La verdad es que ahora disfruto un montón no, sino el siguiente nivel, corriendo. Por decirlo de alguna manera, es hacer lo que más me ha gustado siempre del atletismo, carrera continua, escuchando a mi cuerpo y poniéndome como único objetivo completar unos kilómetros hoy y mañana poder completar otros cuantos. Si voy a alguna carrera, que en los últimos meses han sido más bien pocas, procuro no centrarme en intentar ir delante o en una marca determinada, sino, simplemente, dejar que sean las piernas y mi estado de forma los encargados de marcar el ritmo. Por poner un ejemplo, el pasado domingo pasé el primer kilómetro en 3'40, pero al ver que mi estado de forma no era el adecuado para mantenerlo sin acabar reventando un poco más adelante, tocó bajar el pistón y ponerse a un ritmo que, aunque más elevado que el de los rodajes habituales, veía que podría mantener con más facilidad a lo largo de la carrera. Y puedo decir que disfruté muchísimo más que cuando iba a 200 pulsaciones en las carreras.

Dejando un poco de lado el mundo del campo a través, y siguiendo un poquito el hilo del párrafo anterior, este último año ha sido desastroso. Resulta que hoy me encuentro igual que hace un año: lesionado. Entre la fractura de costilla en el mes de noviembre de 2017 y esta sobrecarga de que tengo ahora, de la que escribiré un poco más abajo, han pasado otras tres de por medio: una tendinitis en el tendón de Aquiles que me tuvo unos tres meses y medio sin poder correr, y luego, otras dos contracturas al intentar volver, que me tuvieron apartado diez días y una semana, respectivamente. La verdad, está siendo la época con más problemas a nivel de lesiones que estoy teniendo. Ésto, como diría uno de los protagonistas de la serie La que se avecina, Antonio Recio, interpretado por Jordi Sánchez, “me mina la moral”. Es muy desmotivador ver que cada vez que intentas volver, acabas con un problema o que, cuando ya empiezas a notarte un poco bien, vuelves a tener una lesión que te obliga a parar. La continuidad en estos últimos meses está brillando por su ausencia. En dos tandas, he corrido unos siete u ocho meses, lo que indica que cuatro o cinco han sido lesionado. ¿Motivos? Bueno, la fractura de costilla no deja de ser un pequeño accidente, me tropecé mientras iba corriendo por un tramo de acera y al caer, tuve la mala suerte de darme con el filo del bordillo en el costado. El problema en el Aquiles… Bueno, empecé a tener las primeras lesiones y durante un tiempo podía seguir corriendo con ellas, al calentar desaparecían y no volvía a notar nada, e incluso salía días a rodar sin tener ninguna molestia. Sin embargo, se fueron incrementando y, a la vez, seguí forzando la zona. Durante el tiempo que estuve parado por la costilla, esas molestias desaparecieron, para luego volver a la vez que empecé con los entrenamientos. Si en su momento hubiera forzado menos la zona, posiblemente no me habría tocado parar o, de hacerlo, seguramente que durante menos tiempo. Pero los corredores tendemos a pensar lo del “ya se pasará”, y éso se me pasa a mi por la cabeza muy a menudo. Las dos lesiones siguientes imagino que vinieron provocadas por estar tanto tiempo sin correr. Respecto a ésta última, ya es casualidad que hasta hace dos semanas estuviera haciendo series y ahora esté cojo. Hace dos años me sucedió algo similar, fue ponerme con ellas y acabar lesionado. Además, fue ponerme y acabar lesionado. Una semana duré. Será casualidad, pero el hecho es que en ambas situaciones este tipo de entrenamiento a estado de por medio.

Con esta ilusión tenía esperanzas de poder seguir corriendo, pero el martes me “descuajaringué”. En el kilómetro 10 me tuve que parar después de ir durante medio kilómetro completamente cojo, con bastantes dolores, y arrastrando bastantes molestias durante un kilómetro. La verdad, no tengo previsto ni montar en bicicleta ni nadar. Lo que a mi me gusta es correr, y como no sé si hacer esos dos deportes es una manera de alargar o acortar el proceso, en un principio pararé del todo. Si veo que la cosa se me va a alargar demasiado, como me pasó con el tendón, entonces sí que empezaría a hacer algo, pero espero que ésto, como mucho, en dos semanas esté curado. La verdad es que, después de dejar las series, estaba disfrutando un montón de los rodajes y había vuelto a bajar a Valorio con el grupo que sale de allí (que me han enseñado mucho sobre atletismo), me fastidia bastante verme otra vez lesionado. Pero, como suele decirse, no se lesiona el que no corre, así que me tocará tirar de paciencia y ver cómo se va solucionando esto. Solo espero que no me toque estar parado demasiados días y que en breve pueda volver a estar correteando de nuevo, que es, a nivel deportivo, lo que más me gusta.

Nos vemos… haciendo deporte, claro.

lunes, 3 de diciembre de 2018

Carrera Popular de Bobadilla del Campo

Ayer se celebró en la localidad vallisoletana de Bobadilla del Campo la tercera edición de su carrera popular. Varios atletas, entre categorías inferiores y de la prueba absoluta, se dieron cita en un día bastante agradable para la práctica del atletismo. Los vencedores sobre los 8000 metros fueron Luis Alberto Serrano, con una marca de 26'34 e Izaskun Sánchez (34'52). Hasta allí nos desplazamos para competir… y llevarnos algún que otro disgusto que, por suerte, parece no ser tan grave como pareció en un principio.

Desde el pasado mes de enero, cuando participé en la competición de Don Bosco, no me había vuelto a colgar un dorsal sobre una distancia que me permitiera correr más o menos rápido, dentro de mi nivel, claro está. Había participado en la media maratón de Ávila, una prueba que me encanta, pero fue un día para disfrutar de la capital de la muralla. Sin embargo, y aunque siempre doy prioridad al disfrute, cuando corro sobre distancias más cortas siempre acabo corriendo algo más rápido que en los rodajes habituales, aunque cada vez hay menos diferencia entre una cosa y la otra. Cuando me enteré de la prueba de Bobadilla del Campo, que constaba de un circuito de cuatro kilómetros, al cual habría que completar un par de kilómetros, la verdad es que me llamó bastante la atención. Ya tenía ganas de poder inscribirme en una carrera así y alternar los habituales rodajes con algún día algo más intenso. Me inscribí hace un par de semanas, y desde entonces, he ido teniendo este evento en la cabeza, aunque no siempre las cosas salen como uno quiere y, al final, acabé con una sobrecarga que, aunque ayer me hizo presagiar un parón obligatorio de unos cuantos días, parece que la cosa finalmente no será para tanto.
La entrega de dorsales para la prueba empezaría a las diez de la mañana, mientras que las competiciones comenzarían una hora más tarde, primero con las categorías “de los mayores” para, a continuación, dejar que fueran los más pequeños los que se colocaran el dorsal en la camiseta. Así, llegamos pocos minutos después de que se abriera el plazo para recoger nuestro correspondiente dorsal. Poco a poco, nos fuimos juntando los inscritos a la prueba, que en la prueba absoluta serían en torno a los 150. Algunas caras conocidas, unos de haber coincidido en alguna otra prueba, mientras que otros eran paisanos zamoranos que también se animaron a competir en este evento. Al cabo de un rato, después de haber visto los metros iniciales y finales, tocó cambiarse y empezar a calentar. Aunque hacia el mediodía la temperatura sería bastante agradable, a esas horas aun hacía fresco, por lo que convenía hacer un buen calentamiento. Para esto, lo típico: carrera continua a un ritmo muy suave y algún ejercicio para mover las articulaciones, combinado con un par de progresiones antes de ir hacia la zona de salida.
A la hora marcada, todos puestos en la línea de salida. Decido colocarme en primera fila, aunque tengo claro que, en cuanto nos den la salida, voy a acabar bastante más atrás. El speaker, Jesús María Gómez, es el encargado de darnos las últimas instrucciones antes de dar por iniciada la prueba. Una vez dadas las últimas recomendaciones, cuenta atrás y a correr. En mi caso, me descubro a ritmos por debajo de los 3'30 durante los primeros metros, aunque, como suele decirse, poco dura la alegría en casa del pobre, pues pocos metros pude mantenerlo. El primer kilómetro lo consigo pasar en torno a los 3'40, para empezar a hacer los siguientes a ritmos en torno a los 3'55 y los 4'00 minutos. Intento ir reservando fuerzas, no sé cómo puedo responder después de tanto tiempo sin estar en una carrera. Sobre el kilómetro 2 ó 3 empiezo a notar una molestia en la parte trasera de la pierna derecha, lo que me descuadra un poco. Es cierto que el jueves noté cierta molestia al acabar el rodaje, y que el viernes noté esa zona rara durante unos metros, pero nada sin importancia. Sin embargo, aquí ya notaba cierta molestia. Sigo rodando y ya durante la segunda vuelta, empieza a desaparecer. Lo achaco a un mal calentamiento. Mientras tanto, han pasado unos kilómetros en los que, a pesar de ese pequeño incidente, por lo demás me voy notando bastante bien. Noto mi escasa habilidad en ciertos tramos con barro, pero voy bastante contento. Durante la pare final de la última vuelta, ya por las calles del pueblo, veo que hay un atleta que me viene cogiendo distancia a un ritmo bastante elevado. Al entrar en los últimos 200 metros lo llevo ya muy pegado, así que decido tirar de las fuerzas que había ido guardando y ver si mis escasas prestaciones de “sprinter”, que dirían los ciclistas, me sirven para algo. Al final, conseguí entrar por delante, aunque la diferencia fueron pocos segundos. Los datos del GPS fueron: 8150 metros en 32'14, a 3'57 min/km y unas sensaciones bastante mejores de lo que me esperaba, siendo el vigésimo sexto en la categoría Absoluta y séptimo de la Senior. Respecto al recorrido, la primera parte consistía en ir por las calles del pueblo y coger algún tramo breve de tierra para, luego, coger los caminos que rodeaban al pueblo durante un buen tramo. Para finalizar las vueltas, volvíamos a coger las calles del pueblo. La verdad es que estaba bastante bien marcado, pero había bastantes zonas de con cierto barro, pero nada que no se pudiera solventar bajando algo el ritmo.
Una vez que todas las categorías hicieron sus correspondientes competiciones, se procedió a la entrega de trofeos en un pabellón bastante curioso, y también a un sorteo de diferentes productos. La verdad es que me gustaría destacar el trato de los organizadores hacia el atleta y la completa bolsa de corredor. En esta categoría han demostrado que no hace falta dar camisetas conmemorativas, de las que todos estamos más bien saturados, y que no por ello el nivel de la carrera o de la bolsa bajará. En este caso, dieron unos calcetines deportivos, todo un detalle cuando, como decía, normalmente son camisetas (y en el noventa por ciento de las carreras, de manga corta, pues es muy raro que las den largas) lo que suelen dar. Aparte, diferentes productos, entre los que me llamó la atención la crema para calentar los músculos. En cuanto al recorrido, bastante bien marcado. La pega que pondría sería que, pegando al arco de meta, habían colocado otro, que creo dio ciertas confusiones a la hora de saber cuál de los dos era el de la llegada. Respecto al tema de los caminos, creo que debemos entender que son eso, caminos, y que si bien es cierto que en ciertos tramos se corría un poco incómodo debido al barro, ésto no deja de ser un factor externo a la prueba.
En cuanto a la contractura, debo reconocer que me preocupó bastante. Me molestaba al caminar, lo que me hacía suponer un parón obligatorio de unos cuantos días. Ya me había notado algo cargada esta zona el pasado jueves al acabar de rodar, pero la verdad es que no le di mayor importancia; de hecho, el viernes hice 15 kilómetros sin mayores problemas. Pero, después de los meses anteriores con tantas lesiones, uno ya se espera cualquier cosa cuando ve que el cuerpo falla, aunque sea poco, por algún lado. Decidí probar a ver qué pasaba si hoy me calzaba las zapatillas. Si veía que no iba a poder correr, pararía por completo hasta que ésto me dejara hacerlo, pero si veía que podía dar zancadas sin problemas, intentaría seguir. Cual fue mi sorpresa cuando esta mañana me puse a rodar y las molestias poco tenían que ver con las de ayer. Durante los primeros kilómetros, si bien es cierto que no había dolor, notaba la zona algo cargada, una sensación que poco a poco fue quitándose, hasta llegar a desaparecer por completo. La verdad, he acabado bastante contento, viendo que hoy he podido salir a rodar unos kilómetros y que la sobrecarga se ha portado. Espero que la cosa siga así y me permita disfrutar de mi deporte favorito.

Nos vemos.. haciendo deporte, claro.