viernes, 30 de marzo de 2018

Cuestión de mentalidades

En plena recuperación de una lesión, que me está teniendo más tiempo parado del que me hubiese gustado, pero que espero me permita volver a entrenar no tardando mucho, me he sentado a pensar, o, mejor dicho, a repasar, cómo ha ido cambiando la manera de tomarme los entrenamientos y las competiciones con el paso de los años. Desde que comencé a entrenar con Teo hace ya unas cuantas temporadas, hasta llegar a la manera de correr que tengo actualmente, han pasado unos años, en los cuales, he vivido épocas en las que he competido bastantes con otras donde he llegado a estar nueve meses sin colgarme un dorsal. De esto me gustaría escribir en esta ocasión.


No miento si digo que empecé a hacer atletismo de pura casualidad. Un verano, ocasionalmente me puse a correr algún que otro día. Durante un tiempo, no corría más de siete minutos seguidos, y recuerdo que hubo un día que llegué a hacer cinco kilómetros en la pista de atletismo, algo que me parecía semejante a correr una maratón. Sin embargo, en ningún momento se me había pasado por la cabeza competir en en este deporte. Yo lo que quería era ser ciclista. Siempre estaba insistiendo a mis padres para que me dejaran apuntarme a la escuela de ciclismo de Zamora, pero nunca conseguía que me dejaran hacerlo. Así, un día se me pasó por la cabeza decirles que, si no me dejaban competir en ciclismo, que me dejaran hacerlo en atletismo. Ante mi sorpresa, me dijeron que si quería ser atleta, adelante, pero seguían en la negativa de no dejarme hacerlo en bicicleta. El hecho es que me puse a darle vueltas a la respuesta. Lo de poder tener acceso a la competición me gustaba, pero no me acababa de cuadrar lo de que no fuera sobre una bicicleta. Aun así, había conseguido los “permisos” para lograr una parte, así que empecé a hablar con Bernardo, atleta de toda la vida, con el objetivo de que me pusiera en contacto con algún entrenador de atletismo o con algún club. Me habló de Teo de las Heras, un amigo suyo que llevaba muchos años entrenando a gente y con el que él había entrenado y competido en muchas ocasiones. Recuerdo que, cuando nos acercamos a hablar con él, nos estuvo hablando cómo programa él las sesiones, y me pregunta fue clara: “Oye, pero ésto será compatible con la bicicleta, ¿no?”, a lo que él me respondió que no. A pesar de esa respuesta, la verdad es que seguía dándole vueltas a empezar a ir con Teo. Lo que me acabó de convencer fue la respuesta de Bernardo cuando le hice a él la misma pregunta: “Pues claro que son compatibles”.


A partir de ahí, empecé a bajar a correr con Teo. Enseguida se dio cuenta de mi condición de fondista y mis nulas características para hacer series cortas, lo cual no me libró de tener que hacer unas cuantas series de 100, 200 o 300 metros. Por entonces, seguía manteniendo mi afición al ciclismo, llegando incluso a no querer participar en una edición de La Rosca porque, previamente, mi padre y yo ya habíamos quedado en irnos a dar una vuelta con la bicicleta. Primero Teo, y luego mi padre, que me decía que ya saldríamos otro día, me insistían en que participara en aquella prueba, que era una manera de ir cogiendo experiencia en las competiciones, pero ese dia ya estaba marcado para dar pedales, y no hubo manera de cambiar mi idea. Sin embargo, con el paso de las temporadas fui dejando bastante de lado las salidas en bicicleta, de una manera progresiva, llegando al punto de, como sucedió en 2017, salir tan solo un día, o como en años anteriores, cuando me he montado en la bicicleta por lesiones. Me he ido centrando cada vez más en el atletismo, dejando de lado la bicicleta. Mi idea de competir en ciclismo se desvaneció con relativa rapidez. Solo me hizo falta ver que en las pruebas de atletismo empezaba a mejorar y, poco a poco, a llegar en mejores puestos. Debo reconocer que no me arrepiento de que aquella idea desapareciera y, poco a poco, me haya ido centrando en el atletismo como deporte principal. Al final, esto se trata de un hobbie, y lo que nos permiten estas actividades es centrarnos en las cosas que más nos hacen disfrutar. En mi caso, no voy a negar que en bicicleta no me lo haya pasado bien, sobre todo saliendo con la de carretera, que es la que más me gusta, pero debo reconocer que lo de correr está muy por encima. He tenido la suerte de competir, que fue lo que más me llamó para empezar en esto, he podido participar en un montón de pruebas en las que, de otra manera, no hubiera participado, viendo en muchas de ellas a los mejores atletas disputarse las carreras, y también he podido conocer a un montón de atletas populares (y no tan populares), de Zamora y de fuera, con los que he entrenado y competido.

Han ido pasando las temporadas, y mi manera de tomarme los entrenamientos y las competiciones también han cambiado. Mis primeras cuatro temporadas estuve entrenando con Teo. Sin embargo, cuando empecé la quinta, en la que, al parecer, el objetivo marcado era el de andar bastante bien en la pista, me vi muy desanimado, y posiblemente algo quemado. Necesitaba un pequeño cambio de aires, así que empecé a entrenar de una manera autodidacta. Aquella temporada, decidí empezar a ser un “atleta popular machacón”, dedicándome solo a participar en pruebas populares. Y fue precisamente entonces cuando logré vencer en Bañobárez y ser cuarto en la carrera de Peñausende, mismo puesto que conseguí al año siguiente. Pero aquí comenzó otro periodo progresivo. Poco a poco, también me fui distanciando de las carreras, comenzando por las federadas (el año pasado solo corrí el Regional, y me doblaron) y luego, por las populares. Sin ir más lejos, la penúltima carrera que he corrido fue en el mes de mayo, y la última, hace un mes, poco antes de tener que parar, en Valladolid. Nueve meses sin colgarme un dorsal en la camiseta. Vale que estuve un mes y medio sin entrenar por una fractura de costilla, pero la diferencia hubiese estado en que, en vez de volver a competir en Valladolid, hubiese sido en Ávila, poco tiempo antes.

La verdad, diferentes cambios desde que comencé a correr. Y eso que no me he puesto a hablar de todas las personas con las que he entrenado, porque, puede parecer una tontería, pero cómo van cambiando los grupos según pasan las temporadas. Debo reconocer que todo estos cambios me han permitido ir viendo desde diferentes puntos de vista este deporte, y, además, he podido ir conociéndome mejor a nivel deportivo. En temas de entrenamientos, es cierto que los ritmos a los que he entrenado y competido han cambiado mucho (qué tiempos aquellos cuando rodaba a 4'20 y decía que había sido un día tranquilo, o hacía las carreras a ritmos de 3'30 o incluso por debajo), pero en estas últimas temporadas he disfrutado una barbaridad del atletismo, a pesar de esta última época, en la que no he tenido demasiada suerte con las lesiones. Ahora, ¿cambiaría alguna cosa? Siempre hay cosas que cambiar, no hacemos todo perfecto, y estoy seguro de que, desde luego, mi manera de entrenar no ha sido la más adecuada. Quizá, de no haber hecho tantos kilómetros, no hubiera tenido esta tendinitis en el tobillo o no me habría lesionado en septiembre de 2016, cuando tuve que estar dos meses sin poder calzarme las zapatillas. Quizá, si variara más los entrenamientos y no siempre me dedicara a rodar, que es lo que más me gusta de esto, también podría haber evitado, en cierta medida, estas lesiones. Pero, en fin, me imagino que de todo se aprende y, cuando pueda volver a correr, algo habremos aprendido.

En definitiva, desde octubre de 2009, han sido muchos los cambios que, para bien o para mal, se han ido sucediendo con el paso del tiempo. Lo mas importante, es que he podido disfrutar de mi afición al atletismo, y he acabado cumpliendo con algo a lo que tenía muchas ganas: competir. Ahora, toca recuperarse de las lesiones e intentar volver con más ganas.

Nos vemos… haciendo deporte, claro.

martes, 20 de marzo de 2018

Fotos de la XXXIV Media Maratón "Ciudad de Zamora"

El pasado domingo se celebró la XXXIV Media Maratón "Ciudad de Zamora". Aunque estaba apuntado, no pude participar por estar lesionado, así que me animé a sacar alguna foto en la salida, el paso por el kilómetro nueve y la meta. Espero que os gusten.


















lunes, 19 de marzo de 2018

Media Maratón de Zamora, Trofeo Ayuntamiento y Trofeo Iberdrola

La provincia de Zamora ha vivido un fin de semana muy cargado a nivel deportivo. El sábado se celebró, con salida y llegada en la capital, el Trofeo Ayuntamiento de Zamora, mientras que el domingo se celebró, por la mañana, la XXXIV Media Maratón “Ciudad de Zamora”, y por la tarde, el prestigioso Trofeo Iberdrola. Esto ha permitido, tanto a los aficionados al atletismo como del ciclismo, disfrutar de un fin de semana muy amplio y con pruebas bastante reconocidas.

Cartel de la XXXIV Media Maratón "Ciudad
de Zamora".
Este año, el Trofeo Ayuntamiento de Zamora celebraba ya su treinta y siete edición. Fran García Rus se llevó la victoria por delante de Antonio Jesús Soto y Fransc Zurita, en una llegada al sprint en la Plaza de La Marina, en la capital. De salida, sin lluvia, pero con aire a favor, hubo algún que otro intento de ataque, que fueron controlados por algunos de los equipos más potentes, como era el caso del Caja Rural-Seguros RGA y el Polartec-Kometa. En la única dificultad montañosa de la jornada, un trío formado por Oscar González, Rubén Calle e Ignacio Blanco se escapó por delante. Poco después, otro grupo integrado por ocho corredores se iría en su busca, un grupo que enseguida fue cogido por el pelotón. Sin embargo, fueron pasando los kilómetros, y de ese pelotón salió un grupo formado por 16 corredores, llegando a tener una ventaja de 55 segundos. Por detrás, el Polartec-Kometa tiraba para intentar reducir al máximo ese tiempo. Finalmente, fue ese grupo quien llegó primero a meta en un sprint en el que Fran García logró la victoria de una manera incontestable.
Salida del Trofeo Ayuntamiento de Zamora desde la Ciudad Deportiva
de Zamora.
Siguiendo con las pruebas ciclistas, ayer se celebró un año más el Trofeo Iberdrola, sobre un recorrido de 151 kilómetros con salida y llegada en Muelas del Pan. Hasta allí se desplazaron un gran número de equipos para competir en una prueba que ha visto vencer a Miguel Indurain, Agustín Tamames, Juan Carlos Domínguez o Antonio Martín Velasco. El vencedor en esta edición fue el corredor manchego del equipo Super Froiz Iván Martínez, quien ya ganó esta prueba en la edición de 2014. El corredor tuvo que ir remontando puestos, pues, hasta Villadepera, se encontraba en el último de los varios grupos en los que iba fraccionada la competición. Llegó a coronar en Villadepera ya con el grupo cabecero, integrado por ocho ciclistas, entre ellos Jorge Bueno (Caja Rural), que a la postre sería primer zamorano en meta. La prueba se acabó decidiendo en la última subida, ya en Muelas del Pan, en la que el vencedor llegó por delante de Iván Lestido y Antonio Soto.

Cambiándonos de deporte, ayer por la mañana también se celebró la XXXIV Media Maratón “Ciudad de Zamora”, con victoria para Jorge Rodríguez (Atletismo La Bañeza), con 1h11'21, y Verónica Sánchez (Atletas Veteranos de Salamanca) con 1h24'50. En esta ocasión, en torno a 600 participantes tomaron la salida. El recorrido, que partió a las 11:00 de la mañana de la Plaza Mayor de Zamora, recorrería la zona del carril bici y las calles más céntricas de la capital. Aunque el día se presentó bastante agradable para correr, los participantes se quejaron del viento presente durante gran parte del recorrido, que dificultó la realización de mejores marcas por parte de los atletas participantes. 


Jorge Rodríguez y Verónica Sánchez.

Ya desde la salida, Jorge Rodríguez decidió dar un fuerte cambio de ritmo y aventajar a sus principales rivales, una distancia que fue aumentando con el paso de los kilómetros. Por detrás de él, un grupo bastante amplio comandado por Diego Bravo, intentaba que esa distancia no fuera demasiado alta. Una vez que el corredor del Atletismo Zamora se quitó, fue el Benavente Atletismo el encargado de coger el mando de la prueba y perseguir al atleta sayagués del Atletismo La Bañeza. Marcos Gómez y Ángel Nieto intentaron desde entonces coger a Jorge Rodríguez, algo que, finalmente, no lograron, entrando segundo y tercero, respectivamente. En cuanto a la clasificación absoluta femenina, Verónica Sánchez, atleta salmantina que suele ser bastante habitual en las pruebas zamoranas, se impuso a la vallisoletana Reyes Gutiérrez y a la zamorana Eva Bermúdez. La vencedora optó por ir en grupo en una de las zonas menos refugiadas por el aire, la del carril bici, para, una vez fuera de allí, y con el paso de los kilómetros, ir subiendo el ritmo, llegando en solitario a la meta con una marca de 1h24'50.
Bolsa de corredor de la Media Maratón de Zamora.
En esta ocasión, al estar lesionado, me tocó ver los toros desde la barrera. La verdad es que sentí bastante envidia de los atletas participantes en la Media de Zamora, pero en esta ocasión, mi participación no pudo ser. Aunque no la he corrido, sí que estaba apuntado, por lo que el sábado fui a recoger mi bolsa de corredor, una bolsa que me ha parecido muy, muy completa. Camiseta, garbanzas, Gazacao, vino, queso e información sobre Zamora. ¿Qué más se puede pedir? Debo reconocer que he corrido pruebas que, aparentemente, tienen mucho más prestigio que ésta prueba, pero que luego, te dan una sola camiseta. Respecto a cómo estaba organizado este año el recorrido, evidentemente no puedo decirlo, pues no lo he hecho, pero, por mi experiencia en años previos, a mi me resulta bastante majo para correr y, además, variado. Hay muchos tramos favorables (es una media muy apta para correr), pero tiene algunos repechos que, bajo mi punto de pista, vienen incluso bien para romper la monotonía de los tramos llanos y que pican hacia abajo, que también nos pueden venir muy bien para recuperarnos de los esfuerzos en las subidas. Pero sí debo reconocer que el año que completé los 21 kilómetros, no sé por qué, a partir del 16, por o menos a mi, el tramo de vuelta por Entrepuentes al Puente de los Poetas. Luego, al entrar en Trascastillo, se me hizo más llevadero, pero, al menos para mi, esta zona fue la más “pestosa”. Por lo demás, destacaría la presencia de un nutrido grupo de atletas del club Trotapinares, que se desplazaron desde Valladolid para disputar estos 21097 metros. Entre ellos, aunque en esta ocasión fue como espectador, estuvo César Portela, que corrió aquí por primera vez en 1987, en la tercera edición de la prueba, y con quien tuve el placer de volver a charlar durante un rato sobre la prueba y sobre cómo eran cuando él las corría. La participación en esta edición ha sido más o menos como en otras ocasiones, sobrepasando los 500 participantes, más cerca de los 600, y demostrando que la Media de Zamora, más que una prueba multitudinaria y con un alto nivel, es una competición donde reina el atletismo a nivel popular.


Nos vemos… haciendo deporte, claro.

domingo, 11 de marzo de 2018

Lesionado de nuevo

Después de muchas semanas sin publicar nada en el blog, hoy por fin me vuelvo a sentra frente a frente con el ordenador para juntar unas cuantas líneas. La verdad, debo reconocer que tenía muchas, pero muchas ganas de poder volver a publicar algo en el blog. “Echaba” de menos esto de escribir, así que me pondré un rato manos a la obra. Para esta ocasión, como suele ser habitual, volveré a escribir sobre atletismo, en este caso, otra vez sobre lesiones. Pero también me gustaría hacerlo sobre la Media Maratón “Ciudad de Zamroa”.

El pasado lunes, después de completar una hora de carrera continua, me vi obligado a tener que tomarme unos días de descanso obligado. Llevaba desde el verano arrastrando unas molestias en el tobillo izquierdo, las cuales desaparecieron cuando estuve mes y medio parado por la lesión de costilla. Sin embargo, a la semana de volver a correr, dichas molestias decidieron volver a hacer acto de presencia, de una manera algo más intensa que en la vez anterior y, en un momento dado, habiendo una zona del talón con una ligerísima inflamación. Tras acudir al médico, me diagnostica una inflamación en la insercción del tendón. Ésto fue un viernes. El sábado, tras haber aplicado las medidas marcadas por el médico y un día de descanso de por medio, observo que las molestias han desaparecido. La inflamación se había reducido considerablemente unos días antes de acudir al médico. He seguido entrenando sin problema aparente hasta hace más o menos una semana, cuando empiezo a notar una molestia entre la zona de los lumbares y el glúteo, en la misma zona donde ya tuve una sobrecarga en el verano de 2014, que me tuvo corriendo de manera intermitente y alternándolo con sesiones de bicicleta y natación durante un mes, hasta que tuve que parar cuatro días por completo. El tobillo volvió a dar algo de guerra. El hecho es que era calentar y desaparecía, pero el domingo ya me dio cierta guerra, aunque también acabó desapareciendo. Sin embargo, el lunes el cuerpo me dijo “hasta aquí hemos llegado, majete”. Llegué a casa con el tobillo bastante dolorido y la contractura de la espalda dando bastante guerra. Me paro a analizar. Quizá, si fuerzo mucho la zancada y la pisada pudiera aguantar otros dos días corriendo, pero el final hubiera sido lo mismo, tener que hacer reposo, y posiblemente mucho más dolorido y cabreado porque no hubiera podido correr cómodo. Como no es plan de forzar algo que ya está muy tocado, al final ha tocado igualmente parar durante unos cuantos días.

La verdad, me fastidia mucho tener que volver a parar solo tres meses después de haber empezado a entrenar tras la fractura de costilla. Mi estado de forma ahora la verdad es que no era para tirar demasiados cohetes, pero poco a poco he ido mejorando y encontrando mejores sensaciones en los entrenamientos. Sin embargo, toca volver a parar por lesión. ¿Cuánto tiempo parado? No me he puesto una fecha límite, solamente ir analizando las molestias que tengo cada día. Cuando éstas hayan desaparecido del todo, volveré a correr otra vez. Una semana después, la verdad es que he notado bastante mejoría y las molestias se han reducido de una manera más que considerable, pero aun me tocará seguir unos días más sin encadenar zancadas. El reposo me tocará hacerlo por completo. Cuando tuve la molestia en la espalda hace tres años y medio, estuve alternando bicicleta y natación con alguna sesión de carrera continua cuando la molestia disminuía, pero al final me tocó parar del todo durante cuatro días cuando llevaba así ya casi un mes.

Con todo esto, me tocará modificar las próximas competiciones. Tenía previsto participar el próximo domingo en la Media de Zamora, con el único objetivo de salir a disfrutar de los 21 kilómetros y poder corretear por lugares por los que habitualmente no suelo ir por la cantidad de tráfico o de semáforos. Me fastidia bastante perderme esta prueba. Luego, el próximo día 8 de abril son los 10 kilómetros de Fuentesaúco. No sé si estaré recuperado para entonces, o en qué estado de forma llegaré si ya estoy entrenando, pero creo que también me la perderé. En abril también nos encontramos con la carrera de Peñausende, en la que he participado en un par de ocasiones, logrando ser cuarto en ambas. He corrido las ediciones de 2014 y 2015. Este año la tenía muy en duda, pero con este nuevo parón, se reduce aun más la posibilidad de participar. Para el mes de mayo espero poder llevar ya unos cuantos días entrenando y, aunque no sea en mi mejor estado de forma, espero poder participar en alguna prueba. Si se celebra, me gustaría participar en la carrera que organiza la asociación cultural Argusino Vive, que el año pasado se celebró en las inmediaciones de la ermita de Argusino.

Cambiando de tema, el próximo domingo se celebrará en Zamora la vigésimo primera edición de la media maratón que lleva el nombre de la Ciudad del Románico. Sobre un recorrido de 21097 metros homologados por la RFEA, los participantes podrán competir por las zonas más céntricas de Zamora, en un circuito bastante favorable para correr, aunque tiene alguna que otra subida. Habrá avituallamiento en los puntos kilométricos 5, 10, 15 y 20. Desde el pasado 5 de marzo hasta el día de cierre de inscripciones, el próximo jueves 15 de marzo. La retirada de dorsales y del chip será el día 17 de marzo de 12:00 a 14:00 horas y de 16:00 a 20:00 horas, y el día de la prueba, de 8:00 a 10:00 horas, en la Sala de Psicomotricidad de la Ciudad Deportiva Municipal de Zamora. Desde la organización se pide no esperar a última hora para recoger los dorsales. La salida de la prueba será a las 11:00 horas de la Plaza Mayor, mientras que la meta estará ubicada en la Ciudad Deportiva Municipal de Zamora, y se cerrará 2h15’ después de la salida. También, se cerrará el paso de la calzada cuando se lleve 1h11’ en el kilómetro 10 y 1h46’ en el kilómetro 15, y los premios se entregarán una vez que finalice la prueba.

La verdad es que la media maratón siempre ha sido una prueba que me ha llamado mucho la atención. Cuando comencé a correr con Teo y me empecé a meter en el mundillo, sentía mucha curiosidad por saber cuándo iba yo a poder correr una prueba de tan larga distancia, algo que en ese momento me parecía muy, muy complicado. Teo siempre me decía que debía esperarme hasta tener, como mínimo, 17 años. A mi en ese momento me parecía una edad bastante lejana. Con el paso de los años, fui dejando de lado la idea de correr la Media Maratón de Zamora, pues mi interés por otro tipo de pruebas fue en aumento. Sin embargo, tras correr un Cross de Ávila me mandaron un correo comunicándome que, por el puesto en el que había quedado en dicha prueba de campo a través, me había tocado una inscripción para los 21 kilómetros de Ávila. Ahí retomé la idea de completar la prueba de Zamora. Sin embargo, se me planteaba una cosa con la que no contaba. Siempre decía que, cuando fuera a debutar en estas carreras tan largas, la competición marcada sería la de casa, pero la de Ávila era en octubre de 2015 y la de Zamora en 2016, así que debutaría en la abulense, donde logré una marca de 1h30’06. En marzo de 2016 me presenté en la de media de casa habiendo hecho ya previamente aquel día 21 kilómetros, por lo que no partía desde el desconocimiento. Sin embargo, arranqué desde demasiado atrás, lo que provocó que durante el primer kilómetro, y en especial en los primeros metros nada más pasar de la Plaza Mayor me pillara ese pequeño “tapón” que se forma debido a la estrechez de la salida. Por lo demás, no fue del todo mal, corrí guiándome por lo que me iba diciendo el cuerpo. Finalmente, logré llegar a meta con una marca de 1h30’54.

La verdad es que la Media de Zamora es una prueba que, personalmente, sí recomiendo. Atrás han quedado aquellas ediciones en las que el circuito tuvo tantas quejas por su monotonía y poco atractivo, pues, desde hace cuatro años, se ha vuelto a hacer un circuito por el carril bici y las calles más céntricas de la capital. Este nuevo recorrido tiene bajada y llano hasta el kilómetro nueve, donde aparecen dos subidas relativamente seguidas, que nos llevarán hasta el kilómetro diez. Desde ahí, tendremos tramos llanos hasta llegar más o menos al kilómetro trece, donde tendremos que atravesar el Puente de los Poetas, que tiene la mitad en subida un poco engañosa, mientras que la otra mitad, lógicamente, es en bajada. En cuanto salimos de este puente, nos tocará hacer un par de giros a la derecha y, mientras llegamos al kilómetro 14, nos toca hacer otra subida, con la que, bajo mi punto de vista, hay que tener cierto cuidado. En los años que he corrido la prueba ya en este circuito, bien para completarla entera, bien para hacer unos cuantos kilómetros, he visto que algunos participantes que no han dosificado bien sus fuerzas en los kilómetros anteriores, han dado un bajón considerable en este tramo cuesta arriba. Seguimos y tenemos unos cuantos kilómetros en bajada y llanos, casi hasta el dieciocho, donde nos volveremos a encontrar con el Puente de los Poetas, que volveremos a atravesar, pero en sentido contrario al primer paso. Una vez completada esta zona, nos tocará atravesar la zona de Trascastillo para llegar a la Ciudad Deportiva. Este último tramo es todo llano e incluso en ligera bajada, como sucede en los metros previos para entrar a las pistas de atletismo.

Nos vemos… haciendo deporte, claro.