domingo, 28 de febrero de 2016

Pensando, pensando, pensando....

Pues otra semana más que se pasa. No se ha dado nada mal, pues debo reconocer que me ha permitido subir algo la motivación, sobre todo con el rodaje de hoy. Voy a ponerme a escribir sobre estos temas. A ver qué sale hoy para cerrar otra semana más.

En la última entrada del blog comentaba cómo habían sido los entrenamientos hasta el jueves. El viernes tocó descanso, así que pocas cosas relacionadas con el deporte tengo que contar. Ayer me puse manos a la obra (o, mejor dicho, zapatillas a la obra) con un rodaje por el carril bici. Arranqué los dos primeros con Avelino, que fue comentando diferentes historias. A partir de ahí, rodaje en solitario, salvo unos metros cuando me di la vuelta para volver por el mismo sitio, donde me acompañó Ángel con la bici. Así, completé un total de casi 15.10 kilómetros en 1h06'43", a 4.25 min/km. Para completar la semana, hoy tocó rodar en compañía de Carmelo para hacer la tirada larga. Hablando de diferentes temas, y con un último kilómetro con la famosa frase "a puto tope" de Chema Martínez, completamos un total de poco más de 19.10 kilómetros en 1h24'29, a 4.25 min/km. 

Con estos rodajes, completo una semana donde, la verdad, he sumado varios kilómetros. Me ha gustado bastante porque, en líneas generales, me he visto mejor de lo que me esperaba. ¡Si he llegado a hacer e lunes un mil en 3'22 y hoy otro en 3'44! Y si hace pocos días escribía comentando que no me apetecía nada volver a entrenar en serio, hoy es todo lo contrario. Tras ir hablando hoy en el rodaje con Carmelo de diferentes temas relacionados con los entrenamientos y las competiciones, y viendo que esta semana la he acabado bastante contento, me empecé de nuevo a preguntar por qué no probar con un nuevo asalto a la competición. 

Quizá, suceda como siempre, un asalto sin sentido, algo que se me ha pasado por la cabeza tras unos días donde me he notado bastante bien. Pero, ¿qué sucedería en el caso de que centrarme entrenando bien y volver a entrenar en serio? ¿Podría darse el caso? Es verdad que ahora estoy entrenando como más me gusta, haciendo rodajes y metiendo muchos kilómetros, pero es cierto que lo mismo, si me veo corriendo a buenos ritmos, pueda volver a disfrutar de una manera de entender esto que dejé de lado ya hace algo así como dos años y medio. Lo mismo, con sufrimiento (mental sobre todo) pueda volver a andar bastante y a disfrutar corriendo de una manera muy diferente a la que tengo ahora. ¿Por qué no? 

Debería plantearme todo a largo plazo. Creo que, a estas alturas de la temporada, lo más lógico sería ponerme con cosas serias, pero intentando entrenar la cabeza, que es mi punto más problemático. Si logro entrenar durante cuatro meses con cabeza, lo mismo habría llegado a un punto de inflexión donde debería hablar con Teo para que me renueve la licencia. Un objetivo a largo plazo seria poder volver a competir en cross con un nivel mucho mejor. Pero para llegar a este objetivo a largo plazo, necesito cambiar no muchas, sino muchísimas, pero muchísimas cosas. Por ahora, he llegado a un primer punto de inflexión, el de volver a verme competitivo, y con ganas de ir en busca de buenos puestos puestos a base de entrenar bien. Estoy muy seguro de que mi cabeza no va a ir del todo bien, pero espero que sean solo los primeros días. 

Me he hecho un plan de entrenamiento de 16 semanas, hasta finales de temporada. Son tres días de calidad, dos de series y uno de cuestas, y otros tres de rodaje. Los rodajes, otros tres días, uno, los lunes, suavecitos, y los otros dos, algo más largos (de 15 kilómetros los miércoles y 19 los domingos). Aparte, habrá un día de descanso. Para las semanas de competición, habrá que cambiar alguna cosilla, por ejemplo, el rodaje del día previo a la carrera, que bajará hasta los 8 kilómetros a ritmo muy cómodo y unas progresiones, que me vienen dando muy buenos resultados en los días previos a las competiciones. Os iré comentando cómo van todos los entrenamientos. Ésto se presenta complicado, pero vamos a ver cómo nos va. 

Nos vemos... haciendo deporte, claro.

jueves, 25 de febrero de 2016

De entrenamientos, competiciones y 1500 va el tema

Me apetece ponerme a escribir hoy sobre entrenamientos. No sé qué voy a comentar, pero tengo ganas de escribir sobre ese tema. Iré desarrollando el tema según me de, según me vayan viniendo las palabras. Quizá no salga algo interesante, pero, al menos, me quedo a gusto habiendo escrito sobre lo que hoy me apetecía, los entrenamientos.

Esta semana he alterado algo la estructura que venía haciendo de semanas previas. Tras completar la tirada larga del domingo, el lunes me fui a rodar a Valorio, completando 13 kilómetros justos en 56'03, a 4.19 min/km. La verdad es que me noté bastante bien. En el último kilómetro decidí apretar, haciéndolo en 3'22. El martes me fui a dar la vuelta a Cabañales, con intención de hacer 14 kilómetros. Mientras iba rodando, las sensaciones iban siendo bastante buenas, así que decidí sumar un kilómetro a lo que tenía previsto rodar, haciendo un total de 15 kilómetros justos en 1h05'08, a 4.20 min/km. Como anécdota, me crucé con mi padre en la carretera de Almaraz, él venía de darse una vuelta en bici y yo, más o menos en la mitad del rodaje. El miércoles no me esmeré demasiado con la ruta para el rodaje, fui por el carril bici hasta que el GPS llevaba 7.5 kilómetros, y me di la vuelta, completando otros 15 kilómetros justos en 1h03'36. Ayer tuve sensaciones de todo tipo, momentos donde me encontré muy, muy bien, y otros donde no me veía nada fino. Hoy me tocó hacer algunas cuentas para que esta semana salgan los kilómetros que tenía pensados sin modificar los que tengo previstos hacer este fin de semana, así que me puse las zapatillas de nuevo para rodar por la zona de la Aldehuela y Olivares, completando algo menos de 13.2 kilómetros en 57'19, a 4.21 min/km. 

Así han sido estos primeros cuatro días de la semana. Mañana está programado el día de descanso de la semana, un día que no me gusta demasiado, las cosas como son, pero que es necesario para recuperar. Para seguir, este fin de semana he programado un rodaje de 15 kilómetros para el sábado, mientras que el domingo está programada la tirada larga, 19 kilómetros de rodaje. La idea para ambos días es la de intentar rodar a ritmos en torno a los 4.20, unos ritmos que he ido tocando estos días. A ver qué tal salen.

Últimamente no me apetece demasiado competir. Estoy disfrutando de nuevo de los rodajes, de sumar y sumar kilómetros, pero no me apetece nada colgarme un dorsal. Es cierto que soy bastante picón, pero debo reconocer que ahora prefiero rodar a un ritmo al que me note cómodo que picarme, ir a 190 pulsaciones y que luego me tire dos o tres días con las piernas hechas polvo, como me pasó tras correr en Valladolid el otro día. Y la verdad es que no deja de ser curioso que lo antes me encantaba, ése esfuerzo, ahora no me llame nada. Supongo que me habré acomodado a las cosas cómodas, y prefiero éso a tener que ir a 190 pulsaciones. No es algo que me preocupe demasiado, al fin y al cabo estoy haciendo lo que me gusta, pero no deja de ser llamativo. ¿Tengo intención de volver a entrenar y competir en serio? Por ahora, aparco esa idea, aunque puede que en un futuro, si encuentro una competición que me motive lo suficiente como para centrarme y hacer entrenamientos de series, lo haré. Por ahora, lo que queda de temporada lo dedicaré a los rodajes. No tengo intención de retomar las prácticas durante estos meses. ¿Otra temporada? Queda mucho tiempo hasta empezar la próxima temporada, así que, por ahora, vamos a acabar ésta. 

Aunque el hecho de que no vaya a competir demasiado y no tenga previsto hacer series, sí tengo en mente seguir organizando los rodajes. Puede parecer una tontería organizar los entrenamientos si no voy a preparar nada, pero es una manía que tengo y la voy a seguir haciendo. Mi idea es seguir haciendo más o menos los mismos rodajes de estas semanas. Seguiré metiendo kilómetros y kilómetros de rodaje. No será la mejor opción físicamente, pero sí es la que más me está permitiendo disfrutar de ésto, así que, a seguir sumando varios kilómetros. 

Por cierto, llevo unos días viendo entrenando a los chavales pequeños de Teo. Ya he comentado en varias ocasiones que, entre estos peques, está mi hermano. La verdad es que le veo más cariño hacia la bicicleta que hacia las zapatillas, aunque también es cierto que le veo ciertas cualidades para ambos deportes. Como atleta, medio fondista, aunque debe ir haciéndose con mucha paciencia antes de ver los buenos resultados que creo puede lograr en 1500. Como ciclista, aunque él se empeñe en que es sprinter, yo le veo más como rodador. Me gustaría verle como corredor, compitiendo en pruebas de 1500. Creo que, enfocando su trayectoria no tanto hacia el fondo, sino hacia el medio fondo, podrá hacer una buena marca en esta distancia. Si logramos que se pique algo más con esto, creo que podrá dar cierta guerra en esta distancia. ¿Tengo al futuro rival en casa? No me extrañaría. Ya me ha echado alguna mano en una sesión de miles, tirando de mi los primeros 200 metros (una de las mejores sesiones de series de la temporada que gané en Bañobárez) y también me ha acompañado algún rato rodando a 4'00 el mil. Me gustaría que, si no estoy equivocado y es medio fondista, no se le llevara por el camino del fondo antes de tiempo, y el potencial que creo tiene para el 1500, pueda explotarlo. Con su edad, estamos a tiempo de crear a un buen medio fondista, no de empeñarnos en sacar a un corredor de maratón. 

Nos vemos... haciendo deporte, claro.

domingo, 21 de febrero de 2016

Maratón de Sevilla e historietas

Me pongo hoy a escribir con la idea de tratar varios temas relacionados con el atletismo. Por un lado, está la Maratón de Sevilla, donde unos cuantos atletas se jugaban la plaza para Rio de Janeiro. Por otro, me gustaría seguir hablando de mis entrenos.

Hoy en Sevilla se ha batido el récord de la prueba, de la mano de Cosmas Kiplimo, quien marcó un tiempo en meta de 2h08'14. El segundo clasificado fue Carles Castillejo, uno de los atletas españoles que partía con la intención de pelear por una mínima para los Juegos Olímpicos de Rio, llegando a meta con el objetivo cumplido. De entre la categoría masculina, el último atleta que logra esa mínima, puesta en 2h13', fue Jesús España. En mujeres, Paula González y Estela Navascues, primera y tercera, lograron también la mínima para ir a competir a Rio de Janeiro en los próximos Juegos Olímpicos. 

Debo reconocer que, dentro de la categoría masculina, pensé que nos íbamos a llevar unos buenos porrazos. En mi caso, pensaba que el único capaz de lograr la mínima para ir a Rio era Carles Castillejo. No me ha sorprendido que la haya consegiudo porque creo que tiene calidad de sobra para conseguirlo. El que me ha impresinado muchísimo ha sido Jesús España. Cuando me enteré de su asalto a la maratón, la verdad es que no me pareció algo positivo. Es cierto que ha sido un atleta que ha rendido a un nivel excelente en pruebas de 3000 y 5000 metros, pero mi impresión antes de ver el resultado de hoy en Sevilla, es que hubiera sido mejor haberse centrado antes en el 10000 y media maratón, pero parece que le ha ido nada mal hoy en la maratón. Yo debo reconocer que nunca conté con él para bajar de esos 2h13', pero me ha tapado la boca y ha demostrado que tenía piernas para ello. 

Cambiando de tema, la verdad es que esta semana no he comentado gran cosa. El lunes comencé rodando poco más de 13 kilómetros en 57'03, a 4.21 min/km y 160 pulsaciones medias. Me noté con las piernas bastante cargadas del día anterior, cómo se nota el no tener acostumbradas a las piernas a tocar ritmos de 3'30 durante más de nueve kilómetros. El martes me calcé las zapatillas para volver a hacer un rodaje por la vuelta a Cabañales, completando otros 14 kilómetros en 1h01'16, a 4.22 min/km y 157 pulsaciones medias. El miércoles tocó volver a corretear, acabando con 15 kilómetros justos en 1h05'26, a 4.21 min/km y 157 pulsaciones medias. El jueves, como de costumbre, acabé con los mismos kilómetros del martes en 59'53, a 4.16 min/km. El viernes descansé. Ayer, para seguir con la rutina, me calcé las zapatillas para hacer una ruta por la orilla del Duero y el bosque de Valorio. Los primeros cinco kilómetros los hice con el compañero Roberto. Así, completé justo 15 kilómetros en 1h05'56, a 4.23 min/km y 164 pulsaciones medias. La verdad es que me noté bastante suelto. Y para acabar la semana, hoy tocó hacer la tirada larga. Volviendo a dar la vuelta a Cabañales, completé un total de 19 kilómetros en 1h21'50, a 4.18 min/km y 162 pulsaciones medias. Hoy decidí tensar algo durante los últimos kilómetros. Hasta el 15 fui rodando a ritmos entre los 4'15 y los 4'30 min/km, para, a partir de ahí, empezar pasar los kilómetros en 4'04, 4'08, 4'08 y 3'32. El último decidí hacerlo a todo lo que daba.

Completada esta semana de entrenamientos, quizá debo ponerme a pensar e intentar, por lo menos, sacar alguna conclusión. El jueves entrené a mediodia, lo que me permitió llevar a mi hermano a entrenar. Mientras entrenaba con su grupo, haciendo unas cuestas, estuve hablando con Teo y con mi madre, recordando algunas de las anécodtas que tuve cuando entrenaba con Teo a orillas del Duero. Una forma completamente diferente de entrenar y de ver el atletismo en comparación a cómo entreno y lo veo todo ahora, no entraré ahora a si hubiera sido o no mejor entrenar de otra manera, aunque está claro que los resultados nos salían, y le siguen saliendo. Ésto sí me permitió pararme a pensar sobre si me compensaría volver a renovar mi licencia la próxima temporada, entrenar como debo, sin hacer el cabra, de una forma bien organizada. Y ésto me llevo a pensar en que, de hacerlo, quizá me compensara ponerme a entrenar bien hasta que se acabe esta temporada, para ver cómo asimilo todo (al fin y al cabo, desde Bañobárez no he vuelto a entrenar sin hacer el cabra), es demasiado tiempo apartado y, entrenando como debo, no sé muy bien cómo puedo asimilar las series. Llevo la competición en la sangre, me encanta competir, pero me gusta para verme con los primeros, y ahora mismo no estoy para ir con ellos. Necesito entrenamientos de más calidad para poder verme de nuevo entre los primeros, menos carrera continua y más series. Es fácil, tres días de calidad, tres de rodaje y uno de descanso. La teoría es muy fácil, el problema es llevarlo a la práctica. Cuando entrenaba con Teo la verdad es que, lo primero, corría sin molestias, y luego, no me costaba hacer calidad (aunque sí debo reconocer que una época hicimos más series, sobre todo cortas, de las que solíamos hacer, y acabé un poco cansado de ellas). Ahora es todo lo contrario. 

Ayer aproveché la tarde para organizar unas cuantas semanas en condiciones, con sesiones de series y cuestas, alternadas con sesiones de rodajes (¡qué bonitas esas sesiones!) y un día de descanso. ¿Seguirlo? Iré viendo, ya sabéis lo poco que duro con estas cosas. Solo lo seguiré si me veo con ganas, así que me toca ir analizando. Si soy capaz de completar todas las semanas, será momento de hablar con el Atletismo Zamora para que me renueven la licencia. Y volver a poner a la cabeza de un lugar de donde no debería haberse quitado. Por cierto, os parecerá una chorrada (de hecho lo es), pero me he propuesto no hablar demasiado con mis compañeros sobre los próximos entrenamientos. Sí me escribiré aquí sobre ellos, pero me limitaré solo a dos cosas, cumplirlos y escribir en el blog sobre ellos. ¿Tarea fácil? Pues la verdad es que no. Sí es cierto que conservo varias manías que tenía de cuando entrenaba con Teo, pero me parece que no será nada fácil cambiar todas las que he cogido desde que no entreno con él. ¿Y volver a tener entrenador? Por ahora, la verdad es que creo que me mantendré igual, aunque no lo descarto.

Nos vemos... haciendo deporte, claro.

lunes, 15 de febrero de 2016

XIX Carrera Popular "Don Bosco" y entrenamientos.

Me pongo a escribir con idea de, al menos, intentar desarrollar un par de temas, ambos relacionados con el atletismo. Por un lado, ayer me volví a colgar un dorsal, en la décimo novena edición de la Carrera Popular "Don Bosco" en el barrio de Pajarillos de Valladolid. Por otro, me empiezo a intentar organizar, aunque de una forma muy diferente a cómo debería hacerlo para intentar dar el salto de nuevo a la competición federada. 

Ayer, tras un año de ausencia, volví a competir en Valladolid, en la ya clásica Carrera Popular "Don Bosco". Me decidí a participar en el último momento (a las nueve de la noche del día anterior aun estaba en duda si el domingo haría la tirada larga o competiría), pero, la verdad, creo que no me equivoqué en participar, aunque ayer me tocó sufrir lo mío en la carrera y hoy las piernas estuvieran muscularmente bastante cargadas. La competición contó con una participación de algo menos de 3000 participantes. El encargado de dar la salida de varias categorías fue Fermin Cacho, medallista olímpico en Barcelona, allá por el año 1992. En la categoría Absoluta, Eduardo Ordax, del Solorunners, y Cristina García, del Bikila, fueron subieron al podio en primer lugar. 

En mi caso, volvía a correr los algo más de 9000 metros de la carrera Absoluta. Junto a mis compañeros del Atletismo Zamora, nos desplazamos hasta el Barrio de los Pajarillos, unos con el objetivo de darlo todo y otros (mejor dicho, mis compañeros fueron para intentar ganar y yo, en un principio, para llevarme palos, aunque luego el resultado fue completamente diferente). Tras la recogida de dorsales, y rezando porque no nos lloviera (gran parte del viaje la hicimos con lluvia, y las amenazas para ese día en Valladolid también eran de agua por un tubo), los primeros se pusieron con el calentamiento y demás, ellos ya se ponían en serio a las 10.00 de la mañana. En mi caso, hasta y media no tenía que salir, así que me daba tiempo de sobra para ver la salida de gran parte de los compañeros y luego, ponerme con mi calentamiento. Mientras veía esta salida, recordaba aquellas tres ediciones en las que yo era un chavalín de los que salíamos a primera hora en esta competición. De aquellas tres ediciones, fui cuarto en la primera y primero en las otras dos. Mi mejor recuerdo fue de la última edición que gané. ¡Qué bien me noté aquel día! Un cambio en una curva me dio la victoria, aunque las pasé canutas al principio porque se salió rapidísimo. En esta edición estaba con otra mentalidad y sin tanto afán por ganar, aunque creo que, al final, disfruté lo mismo que en aquella edición.

Me tocó ponerme a calentar en torno a las diez. La mañana, aunque sin lluvia y algo de sol, se presentaba fría y con bastante viento. Pero, ya que nos habíamos ido hasta Valladolid, a calentar y ver qué podía salir de la carrera. En la línea de salida, varios atletas que ya conocía de otras pruebas, y también algunos amigos. Fermín Cacho fue el encargado de darnos la salida. La verdad es que, para mi, fue muy rápida. Pasé el primer mil en 3'16, y el 2000 en 6'40. Me acoplé a un grupo que venía por detrás, porque tirar con los de delante era algo compladísimo para mi. Con este grupo hice más o menos hasta la mitad de la carrera. A falta de unos cuatro kilómetros a meta decidí tensar algo para ver cómo me notaba. La verdad es que no se me dio mal del todo, aunque me tocó sufrir para mantener el hueco, tanto que al final, ya en el campo de fútbol, tuve que dar otro cambio para evitar que me cogieran. Menos mal que llevaba aun unos pocos metros de ventaja, porque nunca he sido bueno en llegadas al sprint. Esos últimos kilómetros, rodando a en torno a las 190 pulsaciones, la verdad es que se me hizo bastante largo. Al final, llegué a meta en el puesto décimoquinto de la categoria Absoluta y segundo de la categoría Juvenil. Los datos del GPS fueron: 9380 metros en 32'52, a 3.30 min/km y 187 pulsaciones medias. 

Debo reconocer que no me esperaba competir ayer a este ritmo. Con los entrenamientos que vengo haciendo, basados en sumar kilómetros y kilómetros, no creí que ayer pudiera correr en 3'30. Sí es cierto que, muscularmente, he notado mucho la falta de entrenamientos más exigentes en cuanto a ritmos. Pero bueno, supongo que ése tema es cuestión de meter más sesiones de calidad en la preparación, algo que, por ahora, no tengo intención de hacer. Por lo demás, la verdad es que la de ayer fue una bonita mañana de atletismo en Valladolid. La organización de esta carrera no defrauda y, como de costumbre, nos trataron de diez. 

Comentaba al principio del artículo lo de una nueva planificación. Bueno, no voy a llamar tampoco a engaño, no voy a hacer series ni nada por el estilo. Me he dedicado a hacer una tabla un poco organizada con los rodajes, sin más. He estado barajando unas cuantas opciones, pero, al final, me he decantado por una donde solo vaya a hacer rodajes. Todas las semanas serán bastante parecidas, tampoco me he esmerado gran cosa. Es una planificación, quizá, demasiado larga (20 semanas, justo hasta el final de temporada), pero tampoco creo que pase nada. El kilometraje semanal vendrá a ser el de estas semanas, en torno a los 90. Alguna semana, de cara a finales de este mes o principios de marzo, tengo pensado salir en bicicleta para soltar algo las piernas. Desde luego, no voy a salir todas las semanas, pero sí que tengo en mente, en esas escasas salidas, sumar varios kilómetros con los pedales. Me parece bastante lógico, teniendo en mente correr la Media Maratón "Ciudad de Zamora" (que se celebrará el próximo día 13 de marzo) salir el día antes a mover algo las piernas en bicicleta, teniendo en cuenta que al día siguiente están programados 21 kilómetros por asfalto. Pero, como comentaba, quiero salir lo justo en bicicleta. Ahora estoy disfrutando bastante con esto de encadenar zancadas con las zapatillas, y debo reconocer que ahora tampoco es que me llame demasiado montar en bicicleta, ya me tocará, si es que puedo, montar cuando me lleguen todas las lesiones juntas. 

Por ahora, hoy completé el primer rodaje de la tabla. Tras la carrera de ayer, tenía previsto rodar 13 en torno a los 4'40. Debo reconocer que acabé picándome más de lo previsto. Completando el final del rodaje en compañía de Ángel y Julio, completé un total de poco más de 13 kilómetros a 4'21 de ritmo medio y 160 pulsaciones medias. 

Nos vemos... haciendo deporte, claro.

jueves, 11 de febrero de 2016

Competiciones y entrenos

Hoy toca ponerse a escribir otra vez en el blog. Llevo ya varios días queriendo hablar sobre algún tema que tengo en mente, pero, entre unas cosas, lo he ido dejando, hasta hoy. Me gustaría hablar, cómo no, de mis entrenamientos y de los cada vez más escasos objetivos que tengo en mente. Y es que, parece que, en vez de alejarme de la vida de jubileta, me voy encerrando más en ella, compitiendo cada vez menos, y, por cómo entreno, menos ganas, al no verme en el estado de forma que me gustaría, algo que, quizá, no dure ya demasiado tiempo. ¿O sí? Habrá que ir viéndolo.

Llevo unos días entrenando por sensaciones, dejando que fueran mi cuerpo y mis piernas quienes mandaran los ritmos, y mi cabeza quien mandara los kilómetros. Y así, sin quererlo, me he reencontrado con una versión de mi mismo que me suena de alguna vez anterior, pero algo modificada. Me encuentro disfrutando como un enano de encadenar zancadas, como cuando dejé de entrenar en serio. Me lo estoy pasando genial descubriendo rutas por mi ciudad, me encanta salir a rodar cada día y que cada sesión sea una ruta nueva, un nuevo camino o una nueva carretera. Hasta ahí, todo perfecto. Sin embargo, me reencuentro con el cuerpo que tuve en gran parte de la temporada pasada. Cuando no tengo molestias en un isquio, las tengo en un gemelo y, sino, en un tobillo, pero el hecho es que, de la cadera para abajo, siempre hay que se queja. Bueno, creo que es evidente el motivo (uno, que tiende a ser cazurro…), algo que es relativamente nuevo para mi, porque, si bien he tenido alguna contracturilla, ésta se acababa quitando con un par de días de bicicleta y podía volver a correr sin molestias. Sin embargo, desde que me lesioné, la verdad es que he tenido una molestia tras otra, algo que a lo que, como supongo os pasará a todos vosotros, no me acabo de acostumbrar. Pero, siguiendo con lo que comentaba al principio, se me ha juntado esa idea de correr por disfrutar a base de rodajes, con el cuerpo que tuve durante la pasada temporada.

El resultado de todo lo que comentaba en el párrafo anterior es la situación en la que ahora me encuentro, un poco desconcertante y extraña, pues estoy corriendo con molestias, igual que toda la pasada temporada, pero, sin embargo, estoy disfrutando. Es verdad que esta temporada la comencé de una forma bastante seria (para lo que soy yo) y tal, pero he acabado volviendo a mi forma de entender esto, a base de rodajes, que es lo que más me gusta de correr. Lo que no me acaba de gustar es que cada día que llego a casa tengo una molestia, aunque, por lo menos, no es localizada, sino cada día en un lugar diferente, algo que, por lo menos, me anima, pues si fuera localizada sería otra historia. Lo más probable es que no vuelva a correr una temporada entera sin molestias, soy de los que piensan que una vez que se empieza ya no hay vuelta atrás, y aunque no sea lesión, ésto será una constante en mi vida como atleta, pero habrá que hacer lo posible por acostumbrarse a correr con molestias, y a seguir disfrutando del placer de sumar kilómetros a base de zancadas. ¿Qué remedio?

El domingo se celebrará en Valladolid la carrera de Don Bosco. ¡Qué buenos recuerdos de esta carrera y qué pocas ganas de participar este año! Me explico. Reconozco que hecho de menos la competición, cuando entendía todo esto de una forma diferente, y quizá, en parte por eso, no me vea animado a correr el domingo en Valladolid. Físicamente no me veo lo suficientemente bien como para echar un viaje hasta Valladolid para llevarme palos, darme un batacazo y volver a casa desmotivado. Como habéis podido ver, no estoy haciendo entrenos serios, solo carrera continua, y así no hay mejora que valga. Sé que de tomar la salida me voy a picar y al final, las voy a pasar canutas, no voy a acabar contento y no disfrutaré de la carrera. Entonces, ¿para qué participar? Lo mismo el sábado me veo muy bien rodando y decido ir hasta Valladolid para competir, pero no creo que se de esa circunstancia. El otro día se lo comentaba a mi padre. “¿Para qué voy a ir, para llevarme palos?” Me comentaba que lo mismo no era para tanto, que tiendo a ser algo pesimista (en lo último tiene toda la razón del mundo, también es verdad, pero no solo corriendo), pero que si creía que no estaba bien de forma, pues que no íbamos a echar el viaje para nada. Así que me da que otro año que no participo en la carrera de Valladolid. Por cierto, curiosidades, ha sido de las pocas carreras en las que hemos coincidido los dos, padre e hijo, compitiendo en la misma carrera, y casualidades, es una de nuestras carreras favoritas. ¿Me voy a colgar un dorsal en lo que queda de temporada? Pues, salvo en la Media Maratón “Ciudad de Zamora”, creo que no. No hasta que no me vea entrenando bien y con mejor forma de la que ahora tengo. Habrá que ir viendo cómo se desarrollan los acontecimientos.

Nos vemos… haciendo deporte, claro.

martes, 9 de febrero de 2016

De zapatillas va el asunto

Los kilómetros van pasando a lo largo de la temporada, y tras cuatro meses y medio con las Nike Pegasus 32, toca jubilarlas para dar paso a otras zapatillas, también de Nike, para poder seguir sumando kilómetros a orillas del Duero y por el bosque de Valorio. ¿Qué tal será esta nueva experiencia junto a mi marca "de toda la vida"?

Cogí estas zapatillas porque, previamente, ya había tenido un par de Pegasus y me habían ido bastante bien. La verdad es que sí que he notado bastante diferencia respecto a los otros dos modelos que había tenido previamente. No es una diferencia ni positiva ni negativa, solo una diferencia, pero sí es cierto que, con este nuevo modelo, Nike podía haber sacado otro modelo con otro nombre, porque creo que son un tipo de zapatillas completamente diferente a las que yo ya había utilizado dentro de las Pegasus. El recuerdo que tenía de estas zapatillas era el de una amortiguación más blanda y unas zapatillas "con más chicha" (con esto me refiero a que me parecieron unas zapatillas más gruesas y algo más pesadas que este último modelo de las Pegasus), mientras que las "ruedas" que hoy me ha tocado jubilar, si bien se han adaptado bastante bien a mis necesidades, sí es cierto que la amortiguación me ha parecido más dura y, sobre el peso, una zapatilla más ligera. Como comentaba, una zapatilla que no tiene nada que ver con las otras dos Pegasus que ya había probado, pero que tampoco me ha decepcionado en exceso. 

Una cosa que me ha impresionado es que, creo, estas zapatillas me han durado algo menos que otras Nike que he tenido. ¿Habrá llegado también a esta marca el hecho de fabricar productos de menor calidad con el único de fin de forrarse a nuestra costa? Nike creo que ha sido la zapatilla con la que mejor me he encontrado (aunque Asics y Adidas tampoco me han decepcionado en exceso, pese a que creo que el sistema Boost de Adidas, para mi gusto, es algo mejorable), y siempre me ha gustado porque, aparte de notarme muy cómodo con ella, creo que ha sido la marca que más me ha durado. Sin embargo, quizá ésta no me haya durado todo lo que me hubiera gustado. Bueno, no deja de tener 850 kilómetros, quizá haya cumplido ya con todas las expectativas, pues tengo entendido que lo ideal para una zapatilla es hacer entre 800 y 1000 kilómetros, aunque sí es cierto que me han comentado de algunas Adidas (precisamente con el sistema Boost, con el que no estoy muy de acuerdo) que han superado los 1000 kilómetros. Aun así, creo que las Nike que he tenido previamente sí me han durado, por lo menos, esos 1000 kilómetros. De hecho, con mis primeras Pegasus estuve como año y medio. Quizá, éste sea el tema más negativo que le he encontrado a estas zapatillas, pero, vamos, que debemos darle la importancia justa, pues está dentro del margen que suelen poner las marcas para cambiar de zapatillas. 

Vuelvo a utilizar Nike en este cambio. En esta ocasión, viendo que con las Vomero 9 estoy rodando muy bien, "apaño" las Vomero 10. Lo primero, comentar algo que me ha llamado mucho la atención. Mirándolas en la tienda, vi dos Vomero 10, con bastante diferencia de precio. Resulta que unas eran un supuesto nuevo modelo, donde habían cambiado el color de la zapatilla. ¿Inflar el precio de una zapatilla por esto? La verdad es que no es la primera vez que me lo encuentro, y siempre se me pasa por la cabeza lo mismo. ¿En qué piensan las marcas cuando ponen los precios? Yo, desde luego, no le encuentro ningún sentido a lo que hacen. ¿Pero cómo podemos subir tanto el precio a la misma zapatilla por eso? Por lo demás, la verdad es que me ha parecido una zapatilla bastante interesante. Aun no la he probado, pero espero poder hacerlo en breve y ver qué tal la experiencia con ellas. Espero que la cosa se de bien y pueda sumar unos cuantos kilómetros con ellas.

Nos vemos... haciendo deporte, claro.

lunes, 8 de febrero de 2016

¿Jubileta o competitivo?

Hoy es de esos días en los que me pongo a escribir unas líneas en las que no tengo nada, nada claro el tema a comentar. Como siempre, me apetece ponerme a escribir, pero no tengo ningún tema a desarrollar, así que, como de costumbre, supongo que me pondré a escribir sobre los entrenamientos y demás cosillas, aunque también podía escribir sobre alguna competición, o intentar esmerarme un poco y cambiar de tema, aunque, si me gusta el tema del deporte, tampoco creo que sea necesario variar en exceso.

Estamos ya en el mes de febrero. Qué rápida se me está pasando esta temporada, la verdad. Me parece que hace solo un par de semanas estaba compitiendo en Villarrín y ya casi estamos empezando la época de las medias maratones. Quizá, no sea negativo el hecho de que estos meses se me hayan pasado tan rápido, éso quizá quiera decir que los he aprovechado bien. Deportivamente, la verdad es que está siendo una temporada un poquito desastrosa en varios temas, las cosas como son, pero puedo decir que estoy disfrutando muchísimo de lo que hago cada día. Digo que es desastrosa porque, como de costumbre, apenas estoy haciendo entrenamientos serios, pero sí es verdad que estoy completando entrenamientos de los que puedo decir que puedo disfrutar. Y estoy disfrutando porque, al fin y al cabo, estoy haciendo lo que más me gusta, hacer carrera continua, y descubrir nuevas rutas por mi ciudad. Éso me encanta, la verdad. El salir cada día a rodar e inventarme una ruta nueva para cada sesión de entrenamiento es, para mi, una gozada. Aparte, ahora llevo unos días en los cuales estoy saliendo a rodar sin pensar en unos ritmos o pulsaciones determinadas, sino solo con una idea determinada de kilometraje. Me estoy acostumbrando a salir por sensaciones, a ir al ritmo que me pidan las piernas. Y la verdad es que, juntando unas cosas con otras, puedo decir que me lo estoy pasando en grande. 

Pero sí es cierto que debo reconocer otra cosa. Soy competitivo y picón, y sabiendo que hace ya muchos meses tocaba otros ritmos, el notarme ahora tan lento comparado con entonces, la verdad es que no deja de ser un punto negativo para la motivación a la hora de colgarme un dorsal. Sé que puedo correr mucho más rápido, pero también sé que no estoy entrenando como debería para llegar a esos ritmos, así que tampoco creo tener motivos para quejarme. Pero sí debería, quizá, pararme a pensar en una cosa. Si tanto me gusta competir, y tanto me quejo de no ver unos resultados determinados, ¿por qué no me organizo una temporada entera, para ver qué es lo que sucede? No estaría nada mal, más que nada para saber realmente si mis preparaciones valen para algo, porque, siendo sinceros, entre unas cosas y otras prácticamente no he sido capaz de seguir un plan elaborado por mi durante más de cuatro semanas. Ésa idea lleva unos días rondándome por la cabeza, intentar elaborar una tabla más o menos bien estructurada y ponerme a seguirla en condiciones. Sé que físicamente los resultados pueden llegar, por lo menos a un nivel popular (porque, aunque no descarto renovar mi licencia, lo de volver a competir en pruebas federadas lo veo muy lejano), así que solo me queda una cuenta pendiente, la más complicada, y es de la seguir un plan. A muchos de vosotros, posiblemente a los que llevéis ya varios años entrenando, lo de seguir las órdenes de un plan o un entrenador no sea algo nuevo, sino una rutina con la que lleváis gran parte de vuestra trayectoria como deportistas, pero, en mi caso, he entrenado tres años de la mano de Teo de las Heras, más la curta temporada, la última que entrené en condiciones, donde solo estuve media a sus órdenes, aunque, en los meses que él no estuvo, sí que nos juntábamos a entrenar, y más o menos seguí haciendo cosillas serias con sesiones de calidad. Pero no ha sido, creo, tiempo suficiente para crear una serie de hábitos, quizá, otro de los motivos por los que ahora tanto me cuesta retomar un plan.

Si todo va bien, el próximo domingo me volveré a colgar un dorsal. Será en la Carrera Popular "Don Bosco" de Valladolid, sobre 9500 metros. No aspiro a ganar ni a hacer un gran tiempo, precisamente por esa falta de entrenamientos exigentes, pero sí me gustaría salir para disfrutar de una bonita mañana de atletismo por tierras vallisoletanas. ¿Algún objetivo? Pues si para Ávila comentaba que no tenía nada en mente, para ésta debo reconocer que me ha picado el gusanillo de salir con los primeros y ver hasta dónde puedo aguantar con ellos. No creo poder aguantar demasiado con ellos, pero bueno, por lo menos, para espabilar un poco y darme cuenta de que sin cosillas serias no voy a conseguir nada. Lo mismo, hasta me motivo y vuelvo a meter entrenamientos de calidad. Ya lo hice una vez, comencé a hacer cambios de ritmo justo la semana siguiente de esta competición... y unos meses después gané en Bañobárez. ¿Por qué no? 

Nos vemos... haciendo deporte, claro.

martes, 2 de febrero de 2016

¿Dopaje tecnológico?

Hace pocos días asaltó a noticia de que la UCI confirmaba que una de las ciclistas del Mundial de ciclocross había competido con una bicicleta “motorizada”. Éste no es un tema nuevo en el mundillo del ciclismo, ya se han investigado a varios ciclistas (Alberto Contador y Fabian Cancellara han sido dos de los ejemplos más sonados) por este mismo motivo, aunque sin lograr descubrir ese supuesto motor que llevaban los ciclistas. Sin embargo, ésta ha debe haber sido la excepción, y, según la UCI, sí que hubo motor en esa bicicleta. Ahora, la ciclista pone una excusa muy poco convincente. Resulta que su bicicleta no era suya, sino de un amigo. ¿Hasta dónde hemos llegado? Siempre me he considerado una persona que he intentado defender a los ciclistas, pero siempre que tuvieran una excusa más o menos creíble o, mejor dicho, he intentado defender algo lo que, más o menos, podía defenderse. Sin embargo, en este caso, lo siento mucho, no voy a defender a esta ciclista, por dos motivos. Por un lado, como he comentado, la institución más importante del ciclismo, la UCI, ha confirmado que esa bicicleta tenía motor, y, por otro, la excusa de la ciclista me resulta indigerible.

La verdad es que me llama la atención hasta dónde llega el afán del ser humano por competir o, mejor, por ser el primero, por ganar, porque, cuando uno tiene ansias de competir, no siempre recurre a métodos tan extraños como puede ser el dopaje, tecnológico o no, pero cuando uno solo piensa en ganar por todos los medios (ésto de “por todos los medios” es muy importante, pues es cierto que quien solo piensa en ganar, tampoco tiene por qué recurrir a esto, aunque solo sea por poder decir “he logrado mi victoria con trabajo”), acaba cometiendo locuras de este tipo. Hemos visto casos como el de Lance Atmstrong o Marta Domínguez, dos deportistas que solo pensaban en competir por todos con todos los medios a su alcance, prohibidos o no prohibidos, junto otros casos de muchísimos deportistas que, a base de entrenar, han logrado esa ansiada victoria. En el caso de esta corredora, la verdad es que desconozco qué ha sido lo que le ha llevado a utilizar un motor en su bicicleta, pero supongo que, por lo menos, el afán de lograr un gran puesto en el Mundial de ciclocross. Yo me hago la siguiente pregunta: si esta corredora hubiera ya no ganado, sino si llega a entrar en el podio, ¿qué se le hubiera pasado por la cabeza, sabiendo que lo había conseguido con una ayuda en su bicicleta? ¿Y si hubiera ganado? Reconozco que no me he preocupado de saber su puesto final (espero que, por lo menos, la hayan descalificado, por tramposa, éso también lo digo), pero, de no haberla cazado, yo creo que muy mala leche hay que tener para que no tuviera un remordimiento de conciencia impresionante, sabiendo que su puesto, fuera el que fuera, lo había logrado haciendo trampas.

La excusa de la corredora, diciendo que esa bicicleta era de un amigo, la verdad es que me resulta muy poco creíble. En el caso de que la coges por un error, ¿acaso un ciclista no nota que la altura del sillín no es la misma? ¿Acaso un ciclista no nota que esa geometría no coincide? Cuando uno ya se ha hecho unos cuantos kilómetros con una misma bicicleta, acabas notando hasta las vibraciones más insospechadas, y la reconoces por pequeños detalles, incluso sucede que, subiéndote a una bicicleta idéntica (por idéntica entiendo mismo modelo y demás) no iremos igual de cómodos que con esa “burra” con la que nos hemos cascado cientos y cientos de kilómetros. Dudo mucho que una ciclista que está compitiendo en un Mundial, que se supone que llevará un montón de kilómetros con las mismas bicicletas y geometrías
no va a ser capaz de distinguir entre su bicicleta y la de un compañero. Luego, me asalta una duda. En el caso de que no supiera que esa bicicleta llevaba motor, ¿no se le ocurrió pensar que ese día iba como más suelta que en otras ocasiones? Vamos, uno tiene días muy buenos y días muy malos, pero me parece a mi que cuando llevas este tipo de ayudas hay que notarlo sí o sí. Reconozco que la reacción de esta corredora no ha sido demasiado lógica y creo que apenas va a tener apoyo por parte del mundillo ciclista.

El efecto que produce ese motorcito en la bicicleta es muy semejante al que produce el hecho de que un compañero de grupeta, cuando vamos echos polvo, nos ponga la mano en la espalda y nos vaya empujando. Ambas cosas nos producen una ganancia impresionante. En el caso del ciclocross, supongo que el hecho de llevar el motor en tramos embarrados también tendrá su lógica, pues nos ayuda a mantener una alta cadencia de pedaleo, ideal para salvar con éxito todos esos tramos. Igual sucede cuando nos toca competir en carretera. La simple ayuda de un motor que nos propulse puede hacer que nuestro cambio de ritmo nos lleve derechos a la victoria o a quitar esos segundillos que nos separan del liderato de la General, por ejemplo.

La verdad es que tengo la sensación de que nos estamos volviendo un poco tontos. ¿Pero cómo hemos llegado al punto de “trucar” nuestras bicicletas? Recuerdo una entrevista que escuché una vez a un personaje de una gran fama dentro del mundillo del ciclismo, y comentaba que el dopaje no puede sustituir en ningún caso al entrenamiento y sacrificio del deportista. He estado pensando sobre ésto y la verdad es que he llegado a una conclusión, no sé si correcta o no. Con el dopaje “de toda la vida”, siendo una trampa igual que el dopaje tecnológico, es cierto que no hace que el ciclista tenga que dejar de esforzarse y demás historias. Sin embargo, con la aparición del dopaje tecnológico, del que se lleva hablando desde hace ya bastante tiempo, estamos hablando de una situación que puede llegar incuso a modificar los hábitos de entrenamiento del propio deportista. ¿Pero qué estamos haciendo? Yo siempre me voy a lo mismo. ¿Qué valores vamos a enseñar a nuestros peques si ponemos un motor para, en algunos casos, tener que hacer menos esfuerzo o facilitarnos la labor, por ejemplo, en las subidas, cambios de ritmo o sprints? ¿Qué leñes se nos está pasando por la cabeza? Me parece que deberíamos empezar a darnos cuenta de que, quizá, nos estamos pasando con los avances tecnológicos y olvidándonos de que uno de esos encantos del ciclismo es, precisamente, el esfuerzo que ahorran esos famosos motorcitos y que, al igual que en el resto de deportes, es mucho más gratificante ver que nuestros resultados llegan a base de trabajo en vez de hacerlo por una vía externa, como es el nuevo dopaje tecnológico.

Y aunque no tenga mucho que ver con la corredora de ciclocross, me gustaría hacer un pequeño inciso con el dopaje tecnológico, pero desde otro punto de vista. Ahora se habla mucho de la web denominada Strava, utilizada sobre todo por ciclistas. Yo también soy usuario de esta página web y, siendo sinceros, le he encontrado más puntos negativos que positivos, pero ahora no voy a ir a por ellos. Quizá, lo que más ha caído en gracia ha sido la creación de los famosos segmentos, que luego te permiten comparar tiempos con otros usuarios que pasan por allí mismo, haciendo como una clasificación de una competición. Y aquí es cuando aparece también el dopaje tecnológico. He leído de gente que hace segmentos correspondientes a carrera a pie en bicicleta, o segmentos de bicicleta en moto e incluso en coche, o también de deportistas que dejan sus GPS a otros deportistas más rápidos que ellos con el objetivo de subir puestos en estas clasificaciones. Yo mismo he visto en algún segmento de los que me he encontrado de mis rutas habituales de entrenamiento a gente en los primeros puestos va a ritmos de dos y poco el mil, o de algún segmento en bicicleta de las salidas que hice este verano con medias de más de 90 km/h… en subida. Ahí lo dejo…

Nos vemos… haciendo deporte, claro.