viernes, 1 de diciembre de 2017

SIn kilómetros, Cross de Aranda y pensamientos

Correr forma parte de mi, es mi naturaleza, lo necesito para sentirme vivo". (Pedro Nimo del Oro).

Por fin, me pongo de nuevo a escribir. Llevaba ya unos días queriendo juntar unas letras, pero, entre unas cosas y otras, al final lo he dejado de lado. Hoy, me gustaría acercaros cómo estoy llevando este tiempo parado, sin poder encadenar ninguna zancada, y, por otro, me gustaría escribir sobre el Cross de la Constitución, que se celebrará mañana en Aranda de Duero, y alguna otra cosilla que vaya surgiendo mientras escribo este artículo.

Voy rumbo de las dos semanas parado por completo y, la verdad, voy echando bastante de menos los rodajes a orillas del Duero. En esta ocasión, voy a batir mi tiempo máximo sin hacer nada de ejercicio físico, que estaba en diez días. Para esta ocasión, habrá que esperar a qué dice la doctora dentro de semana y media, pero las tres semanas no me las quita nadie. Para los que nos gusta esto, estar tanto tiempo sin poder hacer nada fastidia mucho, más cuando no ha sido una lesión por exceso de entrenamiento, sino por una mala pisada en un tramo un tanto estrecho de acera, que me llevó a dar con el costado en el bordillo y a llevarme de recuerdo una fractura de costilla.

Cuando estoy lesionado y no puedo salir a rodar unos cuantos kilómetros, procuro ver el lado positivo para no venirme demasiado abajo y, la verdad, me cuesta mucho. Siempre me acuerdo del gran fondista gallego Pedro Nimo que fue capaz de acabar los 42 kilómetros con 195 metros de la maratón de Berlín con dolores desde el diez provocados por dos fracturas de estrés, pubalgia y una rotura de piramidal, y me doy cuenta de que si él, con todo esto, fue caapz de correr una maratón, recuperarse (tarea, seguro, muy complicada) y volver con su mismo nivel, ¿por qué no intentar ser optimista cuando no tengo o no he tenido anteriormente lesiones tan serias? Posiblemente, esta fractura de costilla sea la más grave que he tenido hasta la fecha, y la que más me está impidiendo llevar una vida normal (dentro de lo que los “trastornaos” del deporte entendemos por “vida normal”), pero, aun así, dista bastante de todo lo que Pedro tuvo. Aun así, sigo con la cabeza puesta en todos los días que llevo sin rodar y en todos los que me faltan, y no puedo evitar que esos pensamientos negativos me aparezcan de vez en cuando, a pesar de los dolores que tuve en los últimos kilómetros del rodaje y el pensamiento que se me vino a la cabeza cuando la doctora me confirmó el diagnóstico: “la que me he podido liar rodando con una costilla rota”. Pero bueno, tocará llevarlo lo mejor posible y cuando esté con el ánimo por los suelos, acordarme de Pedro Nimo, aunque levantar los ánimos va a ser muy complicado.

Cambiando un poco de tercio, este fin de semana se celebrará el cross de Aranda de Duero. Allí corrí creo que en tres ocasiones (2011, 2012 y 2014). La verdad es que, de los crosses “de diciembre” (así llamaba a Aranda, Cantimpalos y Venta de Baños) me gustaban bastante, aunque reconozco que mi debut en Venta de Baños no fue nada positivo. En el caso de Aranda, era una prueba que se me daba relativamente bien. Mi debut allí fue en 2011. El segundo fue en 2012, y no me salió mejor no porque físicamente no llegara bien (fue mi mejor temporada de cross), sino por cabezón y bruto. Llegaba bastante bien, y tras dar la salida, íbamos agrupados, a un ritmo más o menos constante. De golpe, me vi bien, me coloqué en cabeza y me marché. Fueron 100 o 200 metros lo que estuve escapado, a partir de ahí, me alcanzaron y no hacían más que pasarme atletas. Mi tercera y, hasta la fecha, última participación, fue en 2014. Ya no entrenaba con Teo, llevaba una temporada entrenando de manera autodidacta, había estado lesionado un mes y aun estaba muy, muy flojo. Sabiendo esto, intenté buscar mi sitio y correr de menos a más. Al final, pese a todo, creo que es de la edición que mejor recuerdo guardo. Para cerrar este párrafo, toca desear mucha suerte a todos los compañeros del Atletismo Zamora que mañana se cuelguen el dorsal en este cross de Aranda de Duero.

Escribiendo todo lo anterior relacionado con mis participaciones en el Cross de la Constitución de Aranda de Duero, me aparece de nuevo una pregunta a la que la respuesta siempre suele ser negativa: ¿Volver a competir y al deporte federado? La verdad, analizando la situación en la que ahora me encuentro, quizá sea un buen momento para, una vez que pueda volver a correr (espero que sea pronto), replantear la forma de entrenar e intentar volver a competir. Si me paro a pensar, he dicho tantas veces que vuelvo a competir y luego nunca lo he hecho, que ya me cuesta creérmelo. Lo hablaba hace unos días con mi tío, modificar unos cuantos aspectos de la manera que he tenido hasta ahora de hacer los entrenamientos, introduciendo sesiones con series o cuestas. Lo primero de todo sería empezar con el periodo de acondicionamiento, éso es algo que tengo que hacer vaya a hacer o no series luego. Este sería un proceso que me llevaría doce semanas, tres meses, aumentando kilómetros e intensidad según vayan pasando las semanas. Una vez creada la base, que después de tanto tiempo parado me hará mucha falta, sería el momento justo de decidir los días de series y los días de carrera continua, y las repeticiones o kilómetros de cada sesión. Vamos, un poco como he estado organizando todo cuando he hecho series, hace de esto ya bastante tiempo. El aspecto principal que me ha estado echando para atrás en estos últimos meses ha sido el tema de las lesiones. La última vez que me puse con los entrenamientos de calidad, en septiembre de 2016, acabé con una lesión en pie. Puede que simplemente fuese una casualidad, pues me lo hice rodando, pero ya llevaba algo más de una semana haciendo series, más o menos cuatro días (por supuesto, no seguidos, alternándolos con rodajes), y, quizá, ese día la zona estuviera sobrecargada de los días previos, y el día que acabé cojo solo fuera, como suele decirse, “la gota que colmó el vaso”. El otro aspecto principal que suele estar presente a la hora de hacer series es el tema de que, al final, siempre acabado dejándolas de lado, para centrarme en la carrera continua, que, al fin y al cabo, es lo que más me gusta. Durante una temporada entera, estuve intentando seguir un plan de entrenamiento con sus sesiones de calidad, pero siempre las dejaba de lado y acababa sumando kilómetros por sensaciones. Al verme incapaz de hacer un par de meses o tres con trabajo de calidad (lo más que hice seguido fueron cuatro semanas), acabé por ir espaciando las sesiones, hasta dejarlas prácticamente por completo. Habrá que ir analizando, pero, desde luego, ahora es buen momento, pues partiré de cero y tocará organizar todo de nuevo.

Nos vemos… haciendo deporte, claro.

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